Espiados
eBook - ePub

Espiados

Un agente: Marcelo D'Alessio. Un juez: Alejo Ramos Padilla. El poder argentino, en jaque

María Belén Bartoli

Compartir libro
  1. 336 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Espiados

Un agente: Marcelo D'Alessio. Un juez: Alejo Ramos Padilla. El poder argentino, en jaque

María Belén Bartoli

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

Esta historia empieza con un falso abogado, falso agente de la DEA, falso contador y falso agente del servicio de inteligencia argentino. Pero ese es solo el comienzo. Resulta que este falso todo tiene contactos muy reales y muy valiosos en la justicia, el aparato de inteligencia local e internacional y los principales medios de comunicación del país. Y que el falso todo usa esos contactos, y la información que esos contactos le proveen, para ejercer su oficio de extorsionador y traficante de influencias. A la cuarta, quinta extorsión alguien lo graba alardeando de su amistad con un conocido influyente periodista y reuniéndose con un poderoso fiscal en pleno veraneo. Desenmascarado, el falso todo se monta en la grieta y se declara una víctima del kirchnerismo. Y el coro de fiscales, jueces, legisladores, periodistas, la exministra de Seguridad y luminarias varias que trataban con el falso todo cantan la misma canción, pero por las dudas dejan de atenderle el teléfono.Este libro es una gran historia contada por una periodista que tuvo un acceso privilegiado al juez, al expediente y al juzgado de Dolores y que usó ese privilegio para desandar una trama de suspenso que nada tiene que envidiarle a las mejores novelas del género. Una historia tan falsa como verdadera, tan argenta como universal. Un falso todo (Marcelo D Alessio), de vínculo verdadero con un periodista (Daniel Santoro) y un fiscal (Carlos Stornelli). Un juez (Alejo Ramos Padilla) que los investiga. Una grieta. Un Poder Judicial partido en dos. Un presidente (Mauricio Macri) que quiere frenar la investigación. Una red de espionaje al descubierto. Mentiras verdaderas, jugarretas baratas, movidas de alta política, fallos a medida, presiones, amenazas, vértigo y traición. Una novela de no ficción que está pasando ahora, en Argentina, que atraviesa nuestras vidas y nos obliga a optar entre ver o no ver lo que no queremos aceptar. (Del prólogo de Santiago O Donnell)

Preguntas frecuentes

¿Cómo cancelo mi suscripción?
Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
¿Cómo descargo los libros?
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
¿En qué se diferencian los planes de precios?
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
¿Qué es Perlego?
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
¿Perlego ofrece la función de texto a voz?
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
¿Es Espiados un PDF/ePUB en línea?
Sí, puedes acceder a Espiados de María Belén Bartoli en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Política y relaciones internacionales y Partidos políticos. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Año
2022
ISBN
9789507547423

CAPÍTULO 1

El inicio de la causa en el Juzgado Federal de Dolores

Era el último día del año. Las tapas de los diarios y los medios nacionales plateaban noticias acordes al contexto: “Casi 230 mil turistas visitaron Mar del Plata durante el fin de semana”; “La Plata: esta noche se realiza la tradicional quema de muñecos”. También había notas que detallaban cómo iba a comenzar el año entrante: “El 2019 arranca con aumentos en trenes, colectivos y agua. De acuerdo a las disposiciones del Gobierno, a partir del 12 de enero, habrá un nuevo cuadro tarifario. Serán una serie de ajustes del 48,5 % que comenzarán a aplicarse en numerosos servicios públicos, de manera escalonada. Los pasajes de trenes y colectivos del área metropolitana de Buenos Aires sufrirán incrementos en el primer trimestre. Así el pasaje se irá de $13 a $15 el 12 de enero; el 15 de febrero a $16,5 y en marzo a $18”.
El lunes 31 de diciembre de 2018 fue el último año nuevo que el misterioso y desconocido Marcelo Sebastián D’Alessio pasó con su familia. Lo celebró con su esposa María Valentina Oettel, alias “Valeka”, y sus dos hijos, L. y V.1, en las paradisíacas playas de Tulum, México.
Uno de los fiscales más importantes de Argentina, Carlos Ernesto Stornelli, lo hizo en su modesta casa de Pinamar y a las doce de la noche brindó mirando a los ojos a su pareja, Florencia Antonini Modet. Entre los distintos mensajes que recibió esa jornada, se tomó unos minutos para responderle a D’Alessio, el hombre que, aún sin saberlo, gozaba de los últimos días de libertad.
El reconocido periodista y jefe de la sección de policiales del diario Clarín Daniel Pedro Santoro festejó el comienzo de un nuevo año con su familia y padres, como lo hace cada 31 de diciembre. La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich Luro, también lo pasó con sus seres más queridos. Hace más de 20 años que convive con el abogado y periodista Guillermo Yanco. En su faceta humorística, solapada en apariencias, envió mensajes y videos durante las fiestas. Al igual que Stornelli, dedicó una misiva a su estimado y querido amigo, Marcelo Sebastián D’Alessio.
En cambio, el empresario y chacarero, Pedro Etchebest Rodríguez, agobiado por las últimas 72 horas que había vivido, decidió no viajar a la casa de sus hijos, y se quedó en Recoleta con Victoria, su esposa. El 29 de diciembre el hombre, que también fue guitarrista de Roberto Goyeneche décadas atrás, había tomado la drástica decisión de grabar las conversaciones que había empezado a mantener con Marcelo D’Alessio. El misterioso hombre se presentaba como espía, y en su figura pública se disfrazaba de abogado y especialista en narcotráfico. Este se había comunicado por primera vez con Etchebest el 28 del mismo mes. Hacía años que no entablaban diálogo.
Cuando Pedro Etchebest leyó los primeros mensajes se sorprendió al saber que el destinatario era el personaje con el que se había cruzado en un par de oportunidades allá por 2013, en la empresa Energía Argentina S.A. (ENARSA). En 2014 también lo vio varias veces en la coqueta oficina de Puerto Madero que el chacarero ocupó algunos meses. Ese año, Etchebest había subalquilado parte del espacio del cuarto piso del edificio de la calle Alicia Moreau de Justo 1150 a Ricardo Bogoliuk y Aníbal Degastaldi, dos miembros retirados de las fuerzas policiales que hacían tareas de inteligencia y seguridad. Compartieron secretaria y baño. Pedro iba pocas horas a la semana y fue en ese espacio que se cruzó al espía, quien visitaba a los otros dos miembros de la oficina y además tenía su propio lugar en el segundo piso. Eran vecinos edilicios.
El primer whatsapp que D’Alessio le envió a Etchebest fue el último viernes del año a las 13:59: “Buen año querido Pedro…Dios existe…Cuando quieras llamame!!!...Tema Campillo. De pedo estoy en el lugar indicado!!”2. Al recibir el mensaje, el chacarero lo leyó y no lo entendió. Quedó desorientado e intrigado a la vez. Le respondió y, luego de algunos intercambios escritos, el diálogo pasó a los audios. El misterio comenzaba a dilucidarse. En uno de los mensajes orales, D’Alessio le confesó que había un “problema muy grave”, ya que el arrepentido Juan Manuel Campillo lo había involucrado en la causa conocida públicamente como “Causa de los Cuadernos”. Según este testigo, Etchebest había sido su cajero.
Juan Manuel Campillo fue ministro de Hacienda de la provincia de Santa Cruz en los años en que los Kirchner gobernaron dicha provincia, y además fue un hombre muy cercano al expresidente Néstor Kirchner. En febrero de 2018, una reconocida abogada y opositora políticamente al modelo “Nacional y Popular”, Florencia Arietto, lo denunció por lavado de dinero.
Además de dicha denuncia, Campillo estaba siendo investigado en el marco de la Causa de los Cuadernos que comenzó en 2018, luego de que el periodista de La Nación Diego Cabot recibiese “una bolsa” de una fuente de información que en su interior contenía ocho cuadernos marca Gloria3. Los mismos poseían datos muy precisos sobre presuntos pagos de sobornos de funcionarios que integraron el Ministerio de Planificación Federal, durante los mandatos de la expresidenta Cristina Fernández. El autor de esos manuscritos fue Oscar Centeno, chofer de Roberto Baratta, exsecretario de Coordinación de Planificación Federal dependiente del ministerio de Planificación Federal, a cargo de Julio De Vido. El hombre que conducía a dirigentes políticos afirmó ante la Justicia haber escrito los cuadernos.
Por ello, cuando el espía D’Alessio le deslizó a Pedro Etchebest que podía estar involucrado en una de las causas de corrupción que mayor cobertura le daban los principales medios de comunicación, el espanto y asombro lo llevaron a seguir enviándole mensajes. Marcelo Sebastián, el hombre que decía estar “de pedo, en el lugar indicado”, estuvo rápido de reflejos y le envió capturas de pantalla que mostraban un diálogo directo con el mismísimo fiscal de la investigación de la Causa Cuadernos, Carlos Ernesto Stornelli.
Fue entonces cuando los alertas de Etchebest se encendieron por completo. Además, el espía le siguió enviando información que parecía ratificar su cercanía con el funcionario del Ministerio Público Fiscal, e incluso le adelantó que el próximo 8 de enero se reunirían en el exclusivo parador CR de la ciudad balnearia de Pinamar. Sin anticipar los motivos por los cuales Marcelo Sebastián D’Alessio le había escrito al empresario con el que hacía años no se veían, también le envió una nota del portal Infobae en la que detallaba cómo había sido la detención del exministro de Hacienda de Santa Cruz, Juan Pablo Campillo, quien, entre gallos y medianoche, pasó a ser un arrepentido con una supuesta memoria selectiva para mencionar a ciertas personas.
Ante la situación, Etchebest acudió a Edgardo José Nigro, su abogado y amigo de toda la vida. La reaparición del misterioso abogado y especialista en narcotráfico Marcelo Sebastián D’Alessio le generaba un sinfín de preguntas que todavía no podía responder.
Su asesor letrado lo incentivó a dar el primero de muchos pasos: debía grabar las charlas y obtener así la primera prueba fáctica y real de lo que era, hasta ese momento, una mera extorsión en curso. Por eso, cuando comprendió que el diálogo del 28 de diciembre no era de cortesía ni mucho menos, el 31 del mismo mes, cuando Marcelo Sebastián se volvió a contactar, Pedro Etchebest tomó el celular de su esposa y, a través de un simple programa de grabación, apretó rec, y los diálogos que le ponían los pelos de punta quedaron guardados en el teléfono Samsung de Victoria.
Por su parte, el titular del Juzgado Federal N° 1 de Dolores, Alejo Ramos Padilla, celebró el año nuevo en el mismo lugar y con las mismas personas que lo suele hacer para esa fecha: con sus primos en Santos Lugares. El magistrado tiene un doble festejo ya que el 30 de diciembre celebra su cumpleaños. Sin embargo, en los últimos veranos no festejó su natalicio, producto de haber vivido una serie de hechos un tanto desafortunados.
En 2015, por ejemplo, podría haber hecho una fiesta por sus cuatro décadas de vida, pero aquel 22 de diciembre fue noticia por haber sido el hombre que, mediante una medida cautelar, frenó las designaciones de Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti para ser jueces de la Corte Suprema. El entonces presidente, Mauricio Macri, su jefe de Gabinete, Marcos Peña Braun, y el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Germán Garavano, firmaron el decreto 83/20154 que, bajo el amparo del artículo 99 de la Constitución Nacional, designaban los dos nuevos miembros en el máximo tribunal del país. La medida nunca se concretó. La cautelar de Ramos Padilla tildaba al decreto de ser “arbitrario y abusivo”, lo que le costó quedar públicamente en la vereda de enfrente del flamante gobierno. Hacía doce días que Macri había jurado como Presidente y ya tenía un primer traspié en la justicia. “Ya se ha mandado varias”5, dijo el jefe de Estado años después en una entrevista televisiva al ser consultado por el juez en cuestión.
La Noche Buena del mismo año, la desconocida ciudadana María Elena Wherli afirmó ser la nieta de María Isabel “Chicha” Chorobik de Mariani, fundadora y una de las presidentas de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo. Wherli se presentó por segunda vez en la Fundación “Clara Anahí”, un espacio de Derechos Humanos dedicado, entre otros objetivos, a la búsqueda de los nietos y nietas nacidos durante la última dictadura militar argentina.
En junio de 2015 se había confirmado, mediante un análisis de sangre, que María Elena Wherli no era “Clara Anahí”, es decir, la nieta de “Chicha”. Pero la mujer insistía con su identidad. Alejo Ramos Padilla se había enterado de la noticia por los medios de comunicación y sabía que algo no andaba bien. ¿Por qué era tan importante este hecho para el juez?
Para el magistrado, Chicha Mariani fue su abuela. Desde muy chiquito, la familia Ramos Padilla se compenetró con la lucha de Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, y eso hizo que Alejo la adoptara como tal. Su padre, Juan Ramos Padilla, fue uno de los “jueces de la democracia” en la época de los 80 y peleó en cada juzgado para que la justicia llegara a las mujeres de pañuelos blancos que dejaron como legado simbólico sus caminatas por Plaza de Mayo cada jueves.
De hecho, en el despacho que el magistrado tenía en Dolores, había marcas y huellas de ellas en varios rincones. Desde un pañuelo blanco enmarcado en un cuadro de madera con fondo verde –presente que Chicha le dio el día de su jura– hasta una estampita del guerrillero “Che” Guevara que le obsequió Hebe de Bonafini. Por resguardo, a los pocos meses que comenzó la investigación de espionaje, el juez quitó su pañuelo blanco y lo colgó en un pequeño estudio que poseía en su casa en Chascomús.
El 24 de diciembre de 2015 cuando Alejo Ramos Padilla encendió el televisor y vio que otra vez María Elena Wherli insistía con ser Clara, la noticia le olió mal desde el principio e inmediatamente llamó a Chicha. Sabía que, de haber sido cierto, jamás se habría enterado de esa manera. También habló con su hermano, Juan Martín, periodista y militante de los Derechos Humanos. Durante la Navidad, y cuando el hecho ya era noticia en todo el país, la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad de Argentina (CONADI) solicitó que, a través del Banco Nacional de Datos Genéticos, se realizara un nuevo estudio de ADN. El 28 de diciembre se conoció el resultado: dio negativo.
* * *
El mismo año, el magistrado de Dolores estaba finalizando su subrogancia en el Juzgado Federal N° 1 de Bahía Blanca. Había tomado el cargo desde el 26 de junio hasta el 31 del doceavo mes, fecha en que puso punto final a su accionar. Por eso, el miércoles 30 de diciembre, en vez de haber festejado sus 40, el magistrado durmió gran parte de la jornada y procesó los últimos diez días de su vida.
Los cumpleaños y fiestas de los años 2016 y 2017 acontecieron sin mayores sobresaltos junto a su esposa e hijos. El 30 y 31 de diciembre de 2018 fueron los últimos días de tranquilidad en la vida de los Ramos Padilla. Para 2019, el juez tenía objetivos que no fueron ni por asomo los que consiguió. En su carrera dentro del sistema judicial, había concursado para ocupar el Juzgado Federal N° 1 de La Plata que tiene a cargo los procesos electorales de la provincia de Buenos Aires. Si bien no tenía esperanzas de que, en caso de ganar, el gobierno de turno lo nombrara, sí le interesaba volver a Capital Federal, donde su familia está radicada. El brindis de esa noche también deseó que el año entrante impar pudiera terminar su tesis doctoral sobre Malvinas, que aún tiene inconclusa.

Camino a Dolores

El primer pueblo de la provincia de Buenos Aires no supera los 30 mil habitantes. Transitando unas trece cuadras por la avenida de acceso, Lamadrid, y doblando justo en avenida Buenos Aires, vaya casualidad si la habrá, se encuentra el Juzgado Federal de Primera Instancia N° 1 de Dolores. El lugar está revestido con piedras en el exterior y la puerta posee un marco de madera. La entrada es custodiada por un lugareño policía.
Hay un único y primer piso donde funciona el tribunal. Subiendo los 19 escalones de mármol, una pequeña ventana hace las veces de mesa de entradas. En términos judiciales, el Juzgado carecía de peso e importancia, solo manejaba delitos menores en cualquiera de los 15 partidos en los que tiene jurisdicción. Los flashes no estaban ahí. No había notoriedad, actualidad ¿de qué y sobre qué? cercanía de lugar, sí solo para los y las dolorenses. ¿Personalidades de relevancia? Ninguna ¿Polémicas? Negativo.
La mesa de entradas forma parte de una fotografía más grande. Si bien es lo primero que se ve, hacia la izquierda se forma un pasillo de no más de cinco metros de largo que solo tiene como mueble de utilería un banco negro sin respaldo para esperar a ser atendido. Con no más de cuatro plafones, la iluminación de este se circunscribe en no generar sombras en el estrecho lugar, en el cual el tránsito es el típico del de cualquier juzgado. Puertas que se abren, puertas que se cierran. Saludos de cortesía y conversaciones netamente jurídicas.
La imagen se completa con tres puertas. Detrás de una de ellas está la investigación en curso que despertó el interés de la política nacional e internacional, de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), de los que quedaron en la ex Secretaría de Inteligencia (SIDE), de la embajada norteamericana, del gobierno que ejerció el poder entre 2015 a 2019, del gobierno anterior a ese, del actual gobierno, de los agentes que realizan contraespionaje en el país, del más alto poder judicial argentino, de jueces y fiscales, de los medios de comunicación, de los empresarios que forman parte de esos medios y los que no, de varios sindicalistas, de organismos de derechos hum...

Índice