
- 238 páginas
- Spanish
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eBook - ePub
Lecciones instructivas sobre la historia y geografía Tomo I
Descripción del libro
Una de las mayores contribuciones de la Ilustración a la sociedad fue la de secularizar la enseñanza.
Eso permitió que autores seglares como Tomás de Iriarte publicasen obras instructivas para las nuevas generaciones, en este caso, unas lecciones sobre historia y geografía que no solo abarcan el ámbito español, sino que van más allá.
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Información
Categoría
PedagogíaCategoría
Educación generalPARTE HISTORICA.
LIBRO TERCERO.
LECCIONES DE LA HISTORIA DE ESPAÑA.
INTRODUCCION.
Todos estamos obligados á saber la historia de nuestra patria, pero no todos con igual estension y puntualidad; porque si unos necesitan estudiarla radicalmente, ya como hombres empleados en los primeros oficios de la paz y de la guerra, ya como curiosos literatos, otros (que son los mas) deben contentarse con no ignorar los hechos y revoluciones notables, conservar una idea general de los reinados que han sido útiles y gloriosos, ó perjudiciales y desgraciados, y fijar en la memoria la serio de las épocas principales para no confundirlas, como por falta de instrucciones acontece frecuentemente.
Este fruto, quizá el único que suele sacarse despues de haber leido dilatadas obras históricas, se puede lograr á menos costa con un compendio que ni peque de estéril, ni de difuso. El que ahora se da á luz, trata muy sucintamente la parte de nuestra historia que pertenece á los tiempos mas remotos y con alguna mayor individualidad lo acaecido en los posteriores, porque al paso que va creciendo la monarquía, crece tambien la importancia de los sucesos, y tienen estos mas inmediato y particular influjo en el estado presente de la nacion.
Los hemos recopilado no tanto por el órden de rigorosa cronología cuanto por la calidad de ellos, y por la natural conexion que hay entre unos y otros. Tuvo por ejemplo el rey Felipe II, dos distintas guerras con Francia, otra en Italia, otra muy porfiada en los Paises Bajos, otra con los moriscos de Granada, y otras con el turco, con Portugal y con Inglaterra. Si en la relacion de estas varias empresas militares se observase meramente el órden de los tiempos, sería preciso confundir la imaginacion del mayor número de lectores, trasportándola sin cesar desde San Quintin á las Alpujarras, desde Oran á Bruselas, desde el golfo de Lepanto á Lisboa, y desde las islas Terceras á Londres, de suerte que dos ó mas acontecimientos enteramente inconexos se hallarían tal vez reunidos en un mismo párrafo, solo por la accidental circunstancia de haber sucedido en el propio mes ó año. Puede tener este método su utilidad en aquellos voluminosos anales que mas que verdadera historia, son como un depósito de materiales para escribirla; pero no parece tan conveniente á un resúmen histórico que abrazando por mayor los acaecimientos sustanciales, debe enlazarlos de modo que lo seguido del discurso sirva de auxilio á la memoria, y se sujeten las fechas á la narracion y no la narracion las fechas. En nuestro compendio se apuntan las mas esenciales, cuidando escribirla en letra y no en guarismo para facilitar á los niños su lectura, y se insertan en el contesto de la obra, porque así tendrán mas precision de leerlas, que si las viesen anotadas en el márgen.
Para disponer estas breves lecciones, muy fáciles de escribir, si se hubiese querido copiarlas de otros compendios, sin exámen ni eleccion, se han tenido presentes los autores que mas individualmente han tratado de la historia de España, y como el citar los diversos pareceres y oscuras controversias de muchos de ellos sobre puntos dudosos, no corresponde á la naturaleza de un sumario destinado particularmente á la enseñanza de los niños, se ha procurado omitir cuestiones y seguir aquel dictamen que parece mejor fundado sin adherir precisamente á la autoridad de un determinado historiador, ni impugnar á los que son de opinion contraria, ni menos pretender que prevalezca la que aquí se adopta por mas probable. En ninguna historia como en la de España se hace tan necesario hablar con esta prudente desconfianza, porque en ninguna es tan difícil la investigacion de la verdad, segun lo estan reconociendo y confesando á cada paso nuestros doctos escritores, que despues de haber espuesto las conjeturas de unos y otros suelen dejar á los lectores la embarazosa libertad de juzgar por sí, arbitrio que si pudiese practicarse con los de tierna edad, nos hubiera escusado la mayor parte del trabajo.
Otros puntos hay que, aunque demostrablemente fabulosos, ó por lo menos inverosímiles, andan en boca de toda la nacion con apoyo de antiguas tradiciones y crónicas respetables; y no hemos podido dejar de insinuarlos, bien que añadiendo la breve censura que basta para correctivo, y para que no se dé á semejantes noticias mas crédito del que merecen.
Acaso entre las que referimos como ciertas habrá alguna que repugne á los delicados críticos; pero cuando estractamos la historia de España, no nos hemos propuesto reformarla, porque tan ardua empresa ni puede tener cabida en un compendio, ni es para un hombre solo, antes bien está reservada á las perennes tareas de muchos sabios capaces de desempeñarla prolija y ampliamente como el público lo desea.
ADVERTENCIA.
Ha parecido conveniente añadir al principio de la historia de España el sumario que compuso en verso el P. José Francisco de Isla, de la Compañía de Jesus, que los niños podrán aprender de memoria para mas fáeilmente tener presente los sucesos principales de la misma historia.
SUMARIO
DE LA HISTORIA DE ESPAÑA.
PARTE PRIMERA.
Reino de los cartagineses y de los romanos en España.
Libre España, feliz é independiente
se abrió al cartaginés incautamente;
viéronse estos traidores
fingirse amigos para ser señores,
y el comercio afectando,
entrar vendiendo por salir mandando.
Los tesoros que abriga en cada entraña,
vivoreznos ingratos para España,
rompiendo el seno que los cubre en vano,
cebaron la ambicion del africano.
Roma envidiosa con mayor codicia,
hace razon de estado la avaricia;
que estando en posesion de usurpadora,
el serlo mas Cartago la desdora.
Echar de España intenta al de Cartago,
y antes se sintió el golpe que el amago.
Su soberbia se humilla
de Asdrubal á implorar la infiel cuchilla:
y á lòs ojos de Aníbal en un punto
ciudad, pueblo y ceniza fue Sagunto.
Roma en cuatro funciones destrozada
pasa á España en ejércitos formada;
y el español rendido
contra su libertad toma partido,
y juntando su mano á las agenas
él mismo se fabrica las cadenas.
Cartago cede en fin; Asdrúbal huye,
y asegura Scipion lo que destruye.
Viriato, guerrero,
pasando de pastor á bandolero,
y de aquí á general, fuerte, animoso,
gefe fue á los romanos ominoso,
pues solo en catorce años con su gente
seis veces venció á Roma heróicamente;
pero el cobarde bárbaro romano
fraguó su muerte por traidora mano.
Numancia, borron de Roma fementida,
mas quiso ser quemada que vencida.
Desterrado Sertorio á las Españas,
en italiana sangre sus campañas
inundó vengativo,
hasta que mas dichoso, ó mas activo,
el gran Pompeyo puso á sus furores
sangriento fin de muertes y de horrores.
Atónita la España á golpe tanto
el valor cambió en miedo; y con espanto
cuando esperaba mas crueles penas
agradeció á Pompeyo las cadenas.
Pero el misino Pompeyo fue vencido
de César, su rival esclarecido.
Lérida lo dirá con sus murallas,
á un mar de sangre, márgenes y vallas:
como Munda lloró en sus baluartes
la rota, en sus dos hijos, de dos Martes.
Octavio entró en España, y su milicia
rindió á Cantabria, Asturias y Galicia.
Con que sujeta España á los romanos,
doradas las esposas á las manos
de sus conquistadores,
convirtiendo en remedos los horrores,
recibió ceremonias,
lengua, ritos, costumbres y colonias.
PARTE SEGUNDA.
Reinado de los godos basta la irrupcion de los sorracenos.
SIGLO QUINTO.—400.
Despues del nacimiento de Jesucristo.
Al año cuatrocientos el alano,
el godo, el suevo, el vándalo inhumano,
de las cobardes manos que le tratan,
la España á viva fuerza se arrebatan.
Ataulfo valiente,
en cuya heróica frente
de los godos descansa la corona,
ocupando á Tolosa y á Narbona,
se acantona en Gascuña,
y estiende su cuartel á Cataluña.
Mas Walia, belicoso, á los romanos
redujo suevos, vándalos y alanos.
Teodoredo y Aecio coligados
en estrechos tratados
con Meroveo, que reinaba en Francia,
de Atila humillaron la arrogancia.
Teodorico, hecho rey de fatricida,
que rindió á un fratricidio reino y vida,
al suevo orgulloso
privó de rey, de reino y de reposo:
hízole tributario;
pero Eurico, mas vano ó temerario,
le quitó la corona enteramente;
y estendiendo su imperio extrañamente
á Toledo ocupó, y en marchas listas
dilató hasta la Francia sus conquistas.
SIGLO SESTO.—500.
La vida de Alarico fue trofeo
en quinientos del Grande Clodoveo:
y con su muerte, el godo
cuanto en Francia ocupó perdiólo todo.
Amalarico en sus mas tiernos años
subió al trono por fuerza y por engaños;
y ultrajando á Clotilde cruelmente,
aunque esta esforzó un tiempo lo paciente,
cansada la paciencia y la esperanza
le hizo sentir al cabo su venganza.
A Teudis mortalmente un puñal hiere,
que quien á hierro mata á hierro muere.
El francés acomete á Zaragoza;
y cuando casi su posesion goza,
reprimido el encono,
á vista de Vicente su patrono,
retrocede en efecto,
y el que antes fue furor pasó á respeto.
Teudiselo cruel y lujurioso,
ya torpe, ya furioso,
todo lo mancha, todo lo atropella,
no perdona casada ni doncella,
hasta que al fin, cansado el sufrimiento
con su sangre lavó su atrevimiento.
Agila en lo lascivo no le imita,
mas en lo ocioso sí: con esto irrita
tanto el desprecio del soldado fuerte,
que comenzó motin y acabó muerte.
A los franceses se une Atanagildo,
y al débil Liuva sigue Leovigildo;
padre, herege y tirano de un rey santo,
al griego, al suevo, al cántabro es espanto.
Su hijo Recaredo le sucede,
con quien tanto la luz, la verdad puede,
que á si y á su nacion, de secta arriana,
obediente rindió á la fe romana.
SIGLO SEPTIMO.—600.
Liuva, Witerico y Gundemaro,
con Sisebuto (¡caso estraño y raro!)
aunque poco hazañosos,
lograron unos reinos venturosos.
Suintila en la guerra adquiere gloria,
y en la paz es afrenta en la memoria;
al francés Sisen ando y á su espada
debe el tener la frente coronada
en su reino (ahuyentada la injusticia)
se abrazaron la paz y la justicia.
Sucedióle Chintila, despues Tulga;
Chindasvinto á sí mismo se promulga
por rey; y á Chindasvinto
le sucede su hijo Recesvinto:
Wamba (¡raro prodigio!) se resiste
á ser rey cuando el reino mas le insiste;
y dándole á escoger corona ó muerte,
aun dudó si era aquella peor suerte.
El cetro admitió en fin para dejarle,
despues de haber sabido vindicarle
de los que conspiraron
contra el mismo á quien tanto desearon.
Mejoradas las leyes y costumbres,
á un monasterio oculto entre dos cumbres
se retiró glorioso,
dos veces de su reino victorioso:
no tanto por haberlo resistido,
cuanto por no ser rey el que lo ha sido.
La corona que Hervigio en paz conserva,
para el ingrato Egica la reserva.
SIGLO OCTAVO.—700.
Salomon al principio fue Witiza,
pero Neron al fin escandaliza:
entregado Rodrigo á su apetito,
triste victima fue de su delito,
cuando Julian vengando su deshonra,
sacrificó á su rey, su patria y honra.
PARTE TERCERA.
Irrupcion de los moros en España.
Continuacion de los reyes godos en Asturias.
Desde un rincon de Asturias don Pelayo
hizo á España volver de su desmayo:
siguió Alfonso el Católico á Favila,
y al reino dilató feliz la orilla,
Froila á ser soberano,
ascendió fratricida de su hermano:
de triunfos coronado y de laureles
despues de haber vencido á los infieles,
y edificado á Oviedo, es hecho cierto
que por un primo hermano se vió muerto.
SIGLO NOVENO.—800.
Un tratado afrentoso,
que rompió Alfonso el Casto generoso,
su reino y su memoria
llenó de años, de aplausos y de gloria.
El grande Iñigo Arista,
rey de Navarra, al Aragon conquista.
De Aragon y Castilla los estados
son á un tiempo erigidos en condados.
Los moros por Ramiro (fue el primero),
dando Santiago brios á su acero,
vencidos una vez junto á Logroño,
segunda vez lo fueron por Ordoño.
Siguió Alfonso tercero su fortuna;
menguó en su tiempo la africana luna:
del moro su cuchilla
fue terror en los campos de Castilla;
pero le hizo la dicha, siempre escasa,
un gran rey, y un mal padre de su casa.
SIGLO DECIMO.—900.
Unidos contra el padre en novecientos
García y sus hermanos turbulentos
el reino anticipar quiso á la suerte,
y él con el reino se abanzó á la muerte.
Ordoño, desgraciado en cuanto emprende,
cuanto mas oprimido mas se enciende;
perdieron al rigor de su fiereza
los condes de Castilla la cabeza.
Castilla sin tardanza
medita y ejecuta su venganza,
y aunque á Froila, en el trono le consiente,
ella se hizo condado independiente,
y al gran Gonzalo (¡arrojo temerario!)
proclamó por su conde hereditario.
Entonces fue cuando Pelayo, niño,
mártir de la pureza ilustró al Miño.
Alfonso cuarto, el Monje fue llamado,
no por virtud, por vicio retirado;
mas Ramiro segundo
de sucesos gloriosos llenó al mundo:
los rebeldes rendidos,
los sediciosos siempre reprimidos:
en Osma y en Simancas los infieles
cubrieron sus anales de laureles.
Siguiéronle aunque con desigual paso,
sus dos hijos Ordoño y Sancho el Craso;
de San Esteban de Gormaz el dia
llenó á Ordoño de gozo y alegría;
pero de la victoria
solo Gonzalo mereció la gloria:
y la de Hasiñas, este español Marte,
la logró sin tener don Sancho parte.
Ramiro y Veremundo las almenas
abrieron á las armas sarracenas;
cuando en guerra iutestina encarnizados
hicieron de los moros sus estados.
SIGLO UNDECIMO.—1000.
Reinaba Alonso quinto, dicho el Noble,
cuando á Navarra la corona doble
don Sancho el Grande hacia;
á Aragon y á Castilla ennoblecia,
pasando los condados
á ser reinos dos veces coronados;
y en años no prolijos
á cuatro reinos concedió cuatro hijos.
PARTE CUARTA.
Reino de los principes franceses de Bigorre y de Borgoña.
Veremundo segundo, sin tercero
fue de los reyes godos el postrero,
y Fernando primero de Navarra,
heredó de Leon la real garra.
Con gloria y con trabajo
dilató sus conquistas hasta el Tajo;
de Uceda, de Madrid, de Salamanca
las medias lunas victorioso arranca;
y el reino de Toledo á su coraje,
atónito su Rey prestó homenaje.
Trozos son de los padres ó pedazos
los hijos (cuando no son embarazos)
y á su reino Fernando con destrozos,
por tres pedazos suyos le hizo trozos.
Don Sancho le sucede en la corona,
y á sus mismos hermanos no perdona;
la muerte á sus intentos puso cabo,
por dar lugar á Alfonso sesto, el Bravo.
Este ganó á Toledo
ayudándole el Cid, y con denuedo
corriendo Marte ó rayo la frontera,
rindió á Mora, Escalona y Talavera.
Al conde de Tolosa agradecido,
y al borgoñon tamb...
Índice
- Lecciones instructivas sobre la historia y geografía Tomo I
- Copyright
- Novena Edicion
- ADVERTENCIA DEL EDITOR.
- FRAGMENTO
- TRATADO PRIMERO.
- PARTE HISTORICA LIBRO PRIMERO.
- PARTE HISTORICA LIBRO SEGUNDO.
- PARTE HISTORICA. LIBRO TERCERO.
- CONTINUATION
- PARTE GEOGRAFICA
- SobreLecciones instructivas sobre la historia y geografía Tomo I
- Notes