
- 176 páginas
- Spanish
- ePUB (apto para móviles)
- Disponible en iOS y Android
eBook - ePub
Descripción del libro
Este libro es para pensar sobre cómo hablas. Para que te preguntes por qué eliges unas palabras y no otras. Para que encuentres alternativas que te permitan decir exactamente lo que quieres sin discriminar a las mujeres, a colectivos minoritarios, a personas con discapacidad, a nadie. Con humildad e irreverencia, María Martín nos propone un crítico y divertido viaje por el lenguaje inclusivo que reúne un poco de la historia de nuestra lengua y, sobre todo, muchos trucos y consejos prácticos que no siempre se encuentran con facilidad. En este recorrido comprobaremos que algunos dogmas como "el masculino genérico" y "la economía del lenguaje" no siempre han estado ahí. También —y en contra de lo que se piensa— descubriremos que el lenguaje inclusivo no solo nos permite precisar, sino también economizar, si de ahorrar palabras se trata. Veremos ejemplos (nefastos y también loables intentos) extraídos de la literatura, de los medios de comunicación, de las redes sociales, de las campañas publicitarias, de textos jurídicos, y su "traducción" a un lenguaje inclusivo. Tras esta lectura, habremos desterrado por fin la manida idea de que expresarnos de forma inclusiva consiste en usar desdoblamientos y tripletes, de salpicar nuestros textos con equis y arrobas, de repetir, de "afear" nuestro discurso, de aburrir. Reconfigurar nuestra visión y expresión androcéntrica del mundo es un proceso creativo con el que podemos aprender y, de paso, divertirnos mucho.
Preguntas frecuentes
Sí, puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento desde la pestaña Suscripción en los ajustes de tu cuenta en el sitio web de Perlego. La suscripción seguirá activa hasta que finalice el periodo de facturación actual. Descubre cómo cancelar tu suscripción.
Por el momento, todos los libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
Perlego ofrece dos planes: Esencial y Avanzado
- Esencial es ideal para estudiantes y profesionales que disfrutan explorando una amplia variedad de materias. Accede a la Biblioteca Esencial con más de 800.000 títulos de confianza y best-sellers en negocios, crecimiento personal y humanidades. Incluye lectura ilimitada y voz estándar de lectura en voz alta.
- Avanzado: Perfecto para estudiantes avanzados e investigadores que necesitan acceso completo e ilimitado. Desbloquea más de 1,4 millones de libros en cientos de materias, incluidos títulos académicos y especializados. El plan Avanzado también incluye funciones avanzadas como Premium Read Aloud y Research Assistant.
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
¡Sí! Puedes usar la app de Perlego tanto en dispositivos iOS como Android para leer en cualquier momento, en cualquier lugar, incluso sin conexión. Perfecto para desplazamientos o cuando estás en movimiento.
Ten en cuenta que no podemos dar soporte a dispositivos con iOS 13 o Android 7 o versiones anteriores. Aprende más sobre el uso de la app.
Ten en cuenta que no podemos dar soporte a dispositivos con iOS 13 o Android 7 o versiones anteriores. Aprende más sobre el uso de la app.
Sí, puedes acceder a Punto en boca de María Martín Barranco en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Ciencias sociales y Feminismo y teoría feminista. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.
Información
ISBN del libro electrónico
9788413523712Categoría
Ciencias socialesCategoría
Feminismo y teoría feministaCAPÍTULO 1
En el principio fue el verbo
(con su sujeto, sus complementos…)
La noción de poner nombre a algo es la idea generadora más descomunal que se haya concebido jamás3.
Susanne Langer
Dice la Biblia que “En el principio, fue el verbo”. Independientemente de que creamos o no que ese es un libro sagrado inspirado por alguna divinidad, lo cierto es que llegó hasta nuestros días por mano humana. Escrito por “la mano del hombre”, traducido por la mano “del hombre”. Lo cual, de acuerdo con el Diccionario de la lengua española no quiere decir que lo escribiera un varón, sino que lo hizo un ser animado racional, varón o mujer. Aunque no sabemos si ese ser animado racional era mujer. O si en ese proceso hubo mujeres.
Cuando hice mi educación primaria (entonces se llamaba EGB, Educación General Básica) aprendí —imagino que como cualquiera que aprenda español, lo haga en Tegucigalpa o en Granada—, las vocales, el abecedario, las conjunciones, las preposiciones, las conjugaciones verbales con sus tiempos y sus formas regulares e irregulares, las reglas de la ortografía, el análisis sintáctico y morfológico. Eso era así y no te explicaban por qué. Era así. Y punto.
Que decir anduve en lugar de andé desafiara las reglas de tu lógica no era una cuestión que importara a nadie. Que pudieras decir hubiera o hubiese y ahí sí te dejaran elegir no era consuelo. Aprender normas está bien. Sabes a qué atenerte. Y, ay de ti si no tildabas el ti, no sabías distinguir entre sólo y solo, entre aquél y aquel, entre ésta y esta. Saber para nada, porque ahora o no se tildan o es voluntario. Voluntario. No como nombrar a las mujeres, que no solo no es voluntario, sino que está desaconsejado si hay varón presente.
En aquellos días, si decías yo y mi amiga te reprendían: “El burro delante para que no se espante”, para que aprendieras que no debías de nombrarte en primer lugar anteponiéndote al resto de personas nombradas porque es una falta de educación. No una incorrección gramatical, pues la norma lo admite aunque no lo recomiende. Que eso desafiara el hecho de que unos hombres decidieran establecer como norma que “en habiendo uno” se le nombraría delante siempre tampoco parecía tener importancia alguna. Porque, aunque parezca irreverente, en realidad, es de Perogrullo decir que el que el masculino vaya en primer lugar —y por eso los diccionarios se saltan el orden alfabético y en sus lemas dicen, por ejemplo, clásico, ca; niño, ña o ingenuo, nua— es hacer obligatorio que el burro vaya delante. No porque lo hombres sean burros —que alguno habrá, para qué os voy a engañar—, sino porque fueron ellos y solo ellos quienes eligieron de todos los modos de hablar de su tiempo los que les parecieron adecuados para representar la norma que consideraron “ejemplar” de acuerdo con su visión del mundo. Y no eran hombres cualesquiera. Eran nobles, cultos, ricos, cortesanos. Y lo eran en un mundo en el que las mujeres tenían vetado no ya el acceso a la Academia, sino a la formación superior, a la voz pública, a muchos derechos elementales.
Hasta el siglo XVIII, pues, no hubo intentos de establecer normas para el español; se recogían usos, se escribía como se hablaba según las zonas.
Porque la Academia, no lo olvidemos, fue fundada por don Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga, por nacimiento Juan Manuel María de la Aurora Fernández Pacheco Acuña Girón y Portocarrero, VIII marqués de Villena, VIII duque de Escalona, VIII conde de Xiquena, XII conde de San Esteban de Gormaz, X marqués de Moya —grande de España y caballero de la Insigne Orden del Toisón de Oro—, y no acaba ahí la cosa: virrey y capitán general de los reinos de Navarra, Aragón, Cataluña, Sicilia y Nápoles, y mayordomo mayor del rey Felipe V. Quedó huérfano, según nos cuenta la propia RAE en su web, y bajo la tutela de su tío, el obispo de Cuenca, Juan Francisco Pacheco.
No era un Manuel Martín cualquiera (y nadie se ofenda, que Martín y Manuel era mi padre). Es desde ahí desde donde partimos. Y ese origen no se puede modificar. De los muchos usos, modos y hablas solo algunos se consideraron dignos de llegar a la gramática de la lengua castellana. No hay pretensión de borrar con efecto retroactivo esa parte de la historia de nuestra cultura. Sí podemos, en cambio, tomar conciencia de que la Academia ha evolucionado —poco y casi siempre quedándose corta— y lo hará cada vez más rápido si participamos de forma activa y constructiva en esos cambios.
Hasta 1951, año en el que se creó la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), la Academia daba prácticamente la espalda al español hablado fuera de España a la hora de fijar “la norma común sobre léxico, gramática y ortografía para todos los hispanohablantes”4 (y al de dentro, añado yo, pues siempre se ha considerado “mal hablado” el propio de muchas de sus regiones).
Todas esas normas que aprendí, que aprendimos, y que parecían llegadas desde algún tipo de tabla de la ley divina, resultaron ser mucho menos inamovibles de lo que (no) nos contaban en el cole. Cuando mi hijo (no digo su nombre porque aprecia en extremo su privacidad) aprendía ortografía unos años después habían cambiado el abecedario, las preposiciones. Cuando el hijo de mi pareja (Néstor, hola), repasaba Lengua unos años después, habían cambiado las conjunciones. Y cuando mis sobrinos (tres, y si habéis leído alguno de mis libros ya los conocéis: Hugo, Álvaro y Cayetano, por orden de llegada al mundo) repasaban sus lecciones habían vuelto a cambiar las normas de la ortografía. Hoy, guion anda desamparado sin su tilde porque es, nos explican, monosílabo a efectos ortográficos. Tal y como las mujeres somos invisibles a efectos gramaticales en el momento en que aparezca macho en el horizonte. Digo macho y no varón porque incluso los animales nos imprimen su masculino. Y habría que decir, por ejemplo Mis hermanas, mi burro y yo fuimos los cuatro… Los cuatro. Porque hay un burro. ¿Será el burro ese que va delante para que no se...
Índice
- BREVE (AUNQUE NO DULCE) INTRODUCCIÓN AL CAOS
- CAPÍTULO 1. EN EL PRINCIPIO FUE EL VERBO (CON SU SUJETO, SUS COMPLEMENTOS...)
- CAPÍTULO 2. LENGUA MATERNA NO HAY MÁS QUE UNA (Y A TI TE ENCONTRÉ EN LA RAE)
- CAPÍTULO 3. NO PIENSES EN UN SEÑORO. ¿HABLAMOS DE INVISIBILIZACIÓN?
- CAPÍTULO 4. DIME CÓMO NOMBRAS Y TE DIRÉ CÓMO VALORAS. LO DE LA JERARQUIZACIÓN
- CAPÍTULO 5. MÁS VALE BUENO POR CONOCER QUE MALO CONOCIDO. O CÓMO NO PERPETUAR EL MARCO CONCEPTUAL DISCRIMINATORIO
- CAPÍTULO 6. OBRAS SON AMORES Y NO MUCHAS VOCALES
- CAPÍTULO 7. LA NO DISCRIMINACIÓN SE DEMUESTRA PENSANDO (ANTES DE HABLAR O ESCRIBIR)
- CAPÍTULO 8. LA PRÁCTICA HACE LA LENGUA
- CAPÍTULO 9. TRADUCIENDO A MI (TU, SU, NUESTRO, VUESTRO) SEÑORO INTERIOR
- NOTAS