Prefacio
Al dar a luz en el tomo segundo de la Biblioteca Hispano-Ultramarina el tercero libro de las guerras civiles del Perú, el cual se llama La guerra de Quito, hecho por Pedro de Cieza de León, uno de los que componen la Cuarta parte de su gran Crónica del Perú, expuse en largo prólogo cuanto sabía de este insigne historiador y se me alcanzaba de sus obras; pero además, dediqué por completo el apéndice 6.º de mi edición a la Segunda parte de aquélla, que hoy publico con el título que Cieza anunciaba en el Proemio de la Primera, al declarar que en la Segunda trataría «Del señorío de los ingas yupangues, reyes antiguos que fueron del Perú, y de sus grandes hechos y gobernación; qué número dellos hubo, y los nombres que tuvieron; los templos tan soberbios y suntuosos que edificaron; caminos de extraña grandeza que hicieron y otras cosas grandes que en este reino se hallan. También en este libro se da relación de lo que cuentan estos indios del Diluvio y de cómo los ingas engrandecen su origen.» Remitir simplemente a mis lectores al indicado apéndice, sería poco menos que obligar al que no lo tuviera a que se procurase el tomo segundo de nuestra BIBLIOTECA, y como uno de los propósitos de los que la publicamos es que las obras de su repertorio puedan adquirirse y leerse separadamente, aunque me exponga a repetir textos ya en ella insertos, voy a copiar a la letra lo que allí decía y puede servir ahora de preliminares con añadir tan solamente dos rectificaciones indispensables.
«Hace ya algunos años, habiéndome llamado la atención la especie divulgada por Prescott en su Conquista del Perú, de que el Ilmo. señor don Juan de Sarmiento, Presidente del Consejo de las Indias —el cual jamás estuvo en ellas, y presidió este cuerpo, si acaso, veinte meses— hubiese escrito la exacta y minuciosa Relación de la sucesión y gobierno de los incas, señores naturales que fueron del Perú, etc., en este reino y recorriendo sus provincias con aquel carácter, traté de consultar una copia de ese documento conservada en la Biblioteca de la Academia de la Historia, y ya en el título vi que dicha Relación se había compuesto no por sino para aquel distinguido personaje. Y procurando averiguar por su lectura el nombre del verdadero autor, por cierto que no tardé en descubrirlo en multitud de referencias y alusiones que en ella se hacen a la Primera parte de la crónica del Perú de Pedro de Cieza de León, tan claras, que parece imposible que aquel historiador no cayese en la cuenta. Pero no solamente no cayó, sino que hubo de emitir acerca de Sarmiento y el Tratado de los Incas, y de Cieza y su Crónica tales juicios, que por ellos resultan dos personalidades perfectamente definidas y dos autores completamente diversos. No es ahora del caso citar uno por uno los pasajes donde se hallan dichas alusiones; basta el siguiente, que hace inútiles todos los demás. En el capítulo «que trata la riqueza del templo de Curicancha y de la veneración que los incas le tenían» se dice textualmente: «... y a una obra que vi en Toledo cuando fui a presentar la Primera parte de mi corónica al príncipe don Felipe;» lo cual es poco menos que la firma del autor, porque solo hay una Primera parte de crónica relativa a Indias dedicada a ese príncipe, la de Cieza; y en acudiendo a ella con la guía de ese indicio, se encuentran tantas referencias a la Relación de los Incas, como en esta a la Primera parte de la crónica.
«Faltábanme, por el tiempo en que tuve la fácil fortuna de descubrir en la obra dedicada a Sarmiento la Segunda parte de la crónica del Perú del desgraciado Cieza de León, medios de darla a la estampa. Quedó el asunto en tal estado. Y más tarde, a poco de circular el prospecto de la Biblioteca Hispano-Ultramarina, supe por el señor don Pascual de Gayangos que un distinguido peruano, el señor la Rosa, se ocupaba en publicarla, restituyéndola en su verdadero título y a quien le pertenece. A estas horas lleva ya más de un año de impresa, y hé aquí el motivo de que no aparezca antes de La guerra de Quito, conforme a lo que en dicho prospecto se anunciaba. Mas, como el señor la Rosa destina la edición, si mis informes son exactos, única y exclusivamente a su patria, creo que no holgarán en esta nota las noticias del manuscrito, primero atribuido a don Juan de Sarmiento, después anónimo y últimamente a quien le corresponde.
«Guárdase en la Biblioteca del Escorial, códice L j 5, donde ocupa desde el folio 1.º, que es la cubierta y portada de la Relación, hasta el 130 inclusive. Es una copia, detestable por todo extremo, de mediados o fines del siglo XVI; de dos o tres letras grandes y claras; bien conservada; fáltale la primera hoja, por lo cual el manuscrito comienza en el segundo de sus folios —que están paginados al mismo tiempo que la copia se hizo— y con estas palabras: «... dellos mas de lo que yo cuento va a un lugar deleitoso, etc.» Los capítulos carecen de numeración, y no es fácil restablecerla, porque si bien la falta de solo un folio induce a suponer que la del manuscrito afecta nada más que a una parte del primero de sus capítulos, hay que tener presente que Cieza de León, la única vez que cita en la Primera parte de su Crónica capítulo determinado de la Segunda, dice: «Muchos de estos indios cuentan que oyeron a sus antiguos que hubo en los tiempos pasados un diluvio grande y de la manera que yo lo escribo en el tercero capítulo de la Segunda parte». Y de tal acontecimiento no se habla poco ni mucho en ninguno de los que comprende el manuscrito del Escorial.
«En la cubierta y primer folio del códice, encima del título, se lee, de letra más moderna: “De las relaciones del tiempo de la visita”; lo cual, en mi entender, explica el error de haber tenido por anónimo este escrito de Cieza. El que puso esa nota lo encontraría —acaso falto ya del primer folio o sin nombre de autor— al lado de la copia de la Suma y narración de los incas de Juan de Betánzos, encuadernada en el mismo códice L j 5, y de las mismas letras que la Relación de la sucesión y gobierno de los incas— y con la información o relación de Hernando Santillan acerca de las leyes y gobierno de esos soberanos, y quizá con las de Polo de Ondegardo y Bravo de Sarabia, hechas en tiempo de los virreyes don Antonio de Mendoza, conde de Nieva y marqués de Cañete, a consecuencia de varias cédulas reales ordenando visitar los repartimientos y encomiendas del Perú y averiguar si los indios tributaban más o menos que en tiempo de sus señores naturales; y viendo que trataba la misma materia que los otros, le atribuyó la misma procedencia; refiriéndose probablemente en aquella visita a la famosa que giraron en 1559 o 60, gobernando el conde de Nieva, el licenciado Briviesca de Muñatones y Diego de Vargas Carvajal.
«Este documento anónimo y mal titulado de la Biblioteca del Escorial, es lo único contemporáneo o casi contemporáneo que se conserva de la Segunda parte de la crónica del Perú de Pedro de Cieza de León. Traslados suyos son el que ha publicado el señor la Rosa, el que se guarda en la Academia de la Historia, hecho con bastante negligencia, y el que existía en la rica colección del lord Kingsborough, del cual a su vez procede el que envió Mr. Rich a Mr. Prescott con el por en lugar de para Don Juan de Sarmiento. Creo que el manuscrito de dicha parte, propiedad de la persona a que me refiero en la nota de la página XXI de mi prólogo, tampoco es original.
«Herrera tomó también directamente de la copia escurialense, unas veces a la letra, otras en extracto, ordenando a su modo los asuntos, intercalando algunos trozos del libro sexto de la Historia natural y moral de las Indias del padre Acosta, pero dejando intactos muchos de los errores característicos de aquélla, el texto de los capítulos VI a XVII del libro III, y I al VIII inclusive del IV de su Década V.»
Las dos rectificaciones que los párrafos copiados necesitan son estas:
Primera: que me parece anduve muy ligero al indicar que la visita a que se refería la nota puesta de otra mano y con posterioridad a la fecha del MS. dirigido a don Juan de Sarmiento, era la del conde de Nieva y comisarios, porque después la he visto en d...