Yerma
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Federico García Lorca

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Yerma

Federico García Lorca

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La vida corre por la sangre de Yerma. Está casada con un hombre honesto, bondadoso, trabajador, fiel. Sin embargo, ella vive un dilema freudiano, ¿existe el amor si ningún tipo de deseo sexual? ¿puede su buen marido hacerla feliz sin desearla?, puede, ¿darle una vida intensa y plena?Yerma vive con un nudo en la garganta. A la vez no puede articular del todo qué quiere. Porque tras lo que manifiesta hay siempre en ella más misterio.Necesita vida, pasión, ser mujer y una amargura perpetua la acecha. No saber qué quiere es casi tan doloroso como la indiferencia sexual de su marido: ¿Quiere ser madre, quiere ser deseada, quiere ser plena?Nunca lo sabremos del todo y ese es uno de los encantos y misterios de esta obra.Yerma es un poema trágico entres actos y seis cuadros, escrito entre 1933 y 1934, remite a una sociedad arcaica, instalada en un pequeño pueblo rural de Andalucía.Descrita por su autor como una obra sin argumento, Yermase centra en el complejo conflicto interno de su protagonista. De hecho, se podría decir que el resto de los personajes están allí para hacer evolucionar este conflicto, o para mostrarlo desde distintas perspectivas. En el centro de este dilema están los deseos de ser madre de Yermay la imposibilidad de tener hijos (al menos con su marido).El talento de Federico García Lorca va incluso más allá de este dilema.Cada vez que leemos Yerma se nos revela una arista más profunda del afán de buscarnos a nosotros mismos y de nuestra insaciable incapacidad para encontrar alguna forma de epifanía.«Yerma, cuerpo de la tragedia que yo he vestido con ropajes modernos, es, sobre todas las cosas, la imagen de la fecundidad castigada a la esterilidad. Un alma en la que se cebó el destino señalándola para víctima de lo infecundo. Yo he querido hacer, he hecho, a través de la línea muerta de lo infecundo, el poema vivo de la fecundidad. Y es desde ahí, del contraste de lo estéril y lo vivificante, de donde extraigo el perfil trágico de la obra.»

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Información

Editorial
Linkgua
Año
2013
ISBN
9788499533865
Categoría
Literatura
Categoría
Arte dramático

Acto primero

Cuadro primero

Al levantarse el telón está Yerma dormida con un tabanque de costura a los pies. La escena tiene una extraña luz de sueño. Un Pastor sale de puntillas, mirando fijamente a Yerma. Lleva de la mano a un niño vestido de blanco.
Suena el reloj. Cuando sale el pastor, la luz azul se cambia por una alegre luz de mañana de primavera. Yerma se despierta.
CANTO
Voz (Dentro.) A la nana, nana, nana,
a la nanita le haremos
una chocita en el campo
y en ella nos meteremos.
Yerma Juan. ¿Me oyes? Juan.
Juan Voy.
Yerma Ya es la hora.
Juan ¿Pasaron las yuntas?
Yerma Ya pasaron todas.
Juan Hasta luego.
(Va a salir.)
Yerma ¿No tomas un vaso de leche?
Juan ¿Para qué?
Yerma Trabajas mucho y no tienes tú cuerpo para resistir los trabajos.
Juan Cuando los hombres se quedan enjutos se ponen fuertes, como el acero.
Yerma Pero tú no. Cuando nos casamos eras otro. Ahora tienes la cara blanca como si no te diera en ella el Sol. A mí me gustaría que fueras al río y nadaras, y que te subieras al tejado cuando la lluvia cala nuestra vivienda. Veinticuatro meses llevamos casados y tú cada vez más triste, más enjuto, como si crecieras al revés.
Juan ¿Has acabado?
Yerma (Levantándose.) No lo tomes a mal. Si yo estuviera enferma me gustaría que tú me cuidases. «Mi mujer está enferma: voy a matar este cordero para hacerle un buen guiso de carne. Mi mujer está enferma: voy a guardar esta enjundia de gallina para aliviar su pecho; voy a llevarle esta piel de oveja para guardar sus pies de la nieve». Así soy yo. Por eso te cuido.
Juan Y yo te lo agradezco.
Yerma Pero no te dejas cuidar.
Juan Es que no tengo nada. Todas esas cosas son suposiciones tuyas. Trabajo mucho. Cada año seré más viejo.
Yerma Cada año... Tú y yo seguiremos aquí cada año...
Juan (Sonriente.) Naturalmente. Y bien sosegados. Las cosas de la labor van bien, no tenemos hijos que gasten.
Yerma No tenemos hijos... ¡Juan!
Juan Dime.
Yerma ¿Es que yo no te quiero a ti?
Juan Me quieres.
Yerma Yo conozco muchachas que han temblado y lloraron antes de entrar en la cama con sus maridos. ¿Lloré yo la primera vez que me acosté contigo? ¿No cantaba al levantar los embozos de holanda? ¿Y no te dije: «¡Cómo huelen a manzana estas ropas!»?
Juan ¡Eso dijiste!
Yerma Mi madre lloró porque...

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