La tríada oscura

La personalidad y el trastorno mental

Steven Hawthorne

• Editorial: Books on Demand
• Año: 2022
• ISBN de la versión impresa: 9788411231640
• ISBN del libro electrónico: 9788411234139
• Edición: 1
• Categoría: Psicología
• Categoría: Historia y teoría en psicología

En psicología se denomina la tríada oscura a los rasgos de la personalidad que se consideran malévolos y están incluidos en la psicopatía, el maquiavelismo y el narcisismo. Delroy Paulhus y Kevin M. Williams identificaron tres tipos de rasgos que, a pesar de ser considerados patológicos, no cumplen necesariamente los criterios para un trastorno de la personalidad ni otros tipos de trastornos mentales.

Introducción.

En psicología se denomina “la tríada oscura” a los rasgos de la personalidad que se consideran malévolos y están incluidos en la psicopatía, el maquiavelismo y el narcisismo. Delroy Paulhus y Kevin M. Williams¹ identificaron tres tipos de rasgos que, a pesar de ser considerados patológicos, no cumplen necesariamente los criterios para un trastorno de la personalidad ni otros tipos de trastornos mentales. Estos autores procedieron a un estudio empírico en un nivel subclínico, es decir, que los rasgos en sí no muestran síntomas clínicamente significativos, pero expresan una alteración en la conducta y el pensamiento. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales no recoge el constructo de la tríada oscura, aunque sí clasifica en la última sección los rasgos de la personalidad psicópata.

El trío incluye la psicopatía, el maquiavelismo y el narcisismo; y describe tres rasgos que comparten un núcleo oscuro: bajo en amabilidad y falta de empatía. Las personas con estos rasgos pueden o no cumplir los criterios del trastorno de la personalidad antisocial y/o narcisista, pero con o sin trastorno son muy perjudiciales para los demás: son insensibles, egoístas y malévolos en sus relaciones interpersonales².

El trastorno antisocial de la personalidad (TAP) se caracteriza por un patrón de conducta, pensamiento y sentimiento de desprecio y violación de los derechos de los demás. Estas personas no se ajustan a las normas sociales, mienten o engañan a otros y actúan de forma impulsiva. Este tipo de personalidad se puede representar como la parte oscura de la humanidad. Una persona con trastorno de la personalidad antisocial introduce el desorden y la discordia, es capaz de cometer los actos más destructivos, se ve envuelta en conductas violentas, agresivas y manipulativas, mientras experimenta insensibilidad e indiferencia hacia el bienestar de los demás. Desprecia las normas y provoca relaciones interpersonales y sociales destructivas. A lo largo de la historia el trastorno de la personalidad antisocial ha sido denominado de diferentes formas: demencia, sociopatía y psicopatía. El término psicopatía hace referencia actualmente al tipo más severo de la personalidad antisocial. La diferencia entre ambos se basa en que el trastorno antisocial comprende un diagnóstico del comportamiento que está incluido en el DSM-5 mientras la psicopatía describe rasgos de la personalidad tales como insensibilidad, egocentrismo y un nivel bajo de ansiedad.

El individuo narcisista tiene una percepción excesiva de su propia importancia, una necesidad extrema de ser valorado o admirado y carece de empatía. Necesita proyectar una imagen de sí mismo idealizada y que los demás piensen que es relevante, imprescindible y virtuoso, además, exige atención constante y un trato especial. Precisamente su egolatría y su sentimiento de privilegio son el producto de su inseguridad y temor a no ser valioso, así como los factores que le impulsan a crear una imagen social influyente.

Si no recibe el reconocimiento o los halagos que necesita, o bien escucha críticas hacia su persona, deja de ser sociable y encantador y reacciona de forma cruel y vengativa. Su capacidad crítica es escasa o nula, no es capaz de ver sus propios defectos ni de valorar las virtudes de los demás. Se cree superior a los demás y necesita ser el centro de atención.

El trastorno narcisista de la personalidad se caracteriza por un patrón generalizado de grandiosidad (fantasía o comportamiento), necesidad de admiración y falta de empatía. Las facetas narcisistas características de la tríada oscura recogen los rasgos de grandiosidad, arrogancia, exhibicionismo, dominancia y explotación ajena, mientras los rasgos de timidez, introversión, inestabilidad anímica, autocrítica excesiva y desconfianza en los demás están asociados con un tipo de tríada vulnerable. El modelo dimensional comparado con el modelo categorial oficial presenta claras ventajas que incluyen la patología del narcisismo vulnerable-introvertido y el grandioso-extrovertido. El narcisista acude a consulta con mayor frecuencia cuando experimenta sentimientos de vacío y depresión, en este sentido, es el subtipo vulnerable el que tiene mayor probabilidad de acudir a psicoterapia; por tanto, la práctica clínica se basa con frecuencia en este tipo de rasgos.

El término ‘psicopatía’ significa literalmente “enfermedad mental” (proviene de psyche, mente, y pathos enfermedad). En los medios de comunicación y en el uso de la lengua se utiliza este término de forma sinónima a “locura” o “enfermedad mental”.

Históricamente se ha considerado que la maldad y la locura convergen en este tipo de personalidad. A veces el psicópata comete crímenes tan repugnantes moralmente, que nos hace pensar que no es posible que ese individuo no esté loco. Por ejemplo, una persona normal no puede comprender que Jeffrey Dahmer quien asesinó, violó y comió los cuerpos de muchas de sus víctimas estuviera en su sano juicio. Tampoco es comprensible el caso del doctor Herman Mudgett (Dr. H. H. Holmes) quien sedujo, mató, torturó y diseccionó a cientos de mujeres en el Castillo que había construido con tal fin. Sin embargo, lo que entendemos por psicopatía se aleja de nuestra comprensión de enfermedad mental: los psicópatas son depredadores sociales que usan su encanto para conseguir lo que quieren, manipulan y salen adelante dejando un rastro de dolor y destrucción. Las personas cercanas se arruinarán vital y económicamente.

Los psicópatas no están locos según los estándares legales y psiquiátricos. Sus actos no provienen de una mente trastornada sino de una racionalidad fría y calculadora. Los demás son objetos para ellos, no seres vivos con sentimientos.

Los psicópatas no están locos, pueden tener una racionalidad fría y calculadora.

La psicopatía se caracteriza por:

1.	Falta considerable de miedo o ansiedad.
2.	Estilo interpersonal audaz que puede enmascarar comportamientos desadaptativos (por ejemplo, el fraude).
3.	Niveles bajos de ansiedad, dominio de la afectividad negativa.
4.	Distanciamiento, dominio del desapego.
5.	Altos niveles de búsqueda de atención, dominio del antagonismo.

La psicopatía ha de ser entendida dentro de un continuum, en la tercera sección del DSM-5 se contempla como un subtipo del trastorno antisocial. Los rasgos principales del psicópata son: pobreza de reacción afectiva, tendencia a la mentira patológica, incapacidad para experimentar vergüenza, culpa o remordimiento y ausencia de manifestaciones neuróticas. Es decir, se contempla que la psicopatía no forma parte de un trastorno neurótico, ni psicótico. Con respecto a si es un trastorno de la personalidad la comunidad científica difiere: si tenemos en cuenta el criterio de malestar clínicamente significativo, no lo sería; pero si nos basamos en los rasgos inflexibles y desadaptativos que causan deterioro funcional, sí se puede considerar una anomalía de la persona.

El ser humano es un ser social, y, como tal, tiene la habilidad de interactuar con los otros, el psicópata puede engañar en un inicio, pero antes o después muestra la falta de empatía hacia los demás. No son capaces de sentir como el resto de los seres humanos y no perciben realmente el sentimiento de los demás. Sus emociones son planas, aunque saben imitarlas a la perfección. La incapacidad de identificación les hace ser egoístas y juzgar a los demás como objetos que pueden satisfacer sus objetivos. Violan las normas sociales y las expectativas de los otros, sin sentir ni culpa ni remordimiento.

El psicópata es hábil ocultando sus intenciones y simulando emociones de apego y de empatía, sin embargo, se caracteriza por la tendencia hacia la manipulación, la impulsividad, la ausencia de valores del “Bien” y del “Mal”, la crueldad, la irritabilidad, la promiscuidad, etc.

Cuando imaginamos a un psicópata solemos caracterizarlo como un asesino en serie, sin embargo, este tipo es un porcentaje mucho menor. No sólo existe el violento, hay también otros tipos, como el tiránico, el codicioso, el colérico, el débil e incluso el integrado. La sociedad actual premia y elogia a este último tipo: el abogado, banquero, político, ejecutivo sin escrúpulos, etc. Debido a la aceptación social suelen estar en puestos de poder y ser depredadores sociales (por supuesto, no todas las personas que ocupan un cargo de poder son psicópatas). El encanto, la labia y la posición social nos impide ver el peligro que suponen, por esta razón, son muy peligrosos.

Actualmente muchos están camuflados bajo los valores sociales vigentes y, de hecho, sus conductas son potenciadas, hasta el punto de que el diagnóstico pasa muchas veces desapercibido. Encontramos ejemplos en el jefe déspota, el amante posesivo e infiel, etc.

Con respecto al tipo violento, al que las películas nos han acostumbrado, suele dar muestras de su personalidad desde la infancia o adolescencia, uno de los rasgos que el investigador analiza es si el sujeto fue un maltratador de animales. Este tipo suele ser denominado “sociópata”, porque además de cumplir los criterios de la psicopatía también siente placer matando y/o torturando. Por ejemplo, de Charles Manson se dice que es antisocial, narcisista y psicópata, pero no sociópata; si lo hubiera sido no se habría perdido el placer de matar directamente. Aunque el mismo individuo puede ser diagnosticado de psicópata y de sociópata por diferentes psiquiatras.

El constructo maquiavelismo o personalidad manipuladora consiste en la tendencia a manipular, a traicionar, a engatusar y a servirse de los demás sin escrúpulos. Estos individuos se caracterizan por engañar de forma sistemática, tener una visión sobre la naturaleza humana cínica y menospreciar los valores morales o éticos. El término proviene del libro “El Príncipe” en el que su autor Nicolás Maquiavelo propone el mejor tipo de gobernante para el pueblo: el príncipe ha de valerse de cualquier medio para conseguir conservar el poder. Consideraba, Maquiavelo, que sólo una figura autoritaria, segura de sí misma y poco empática podía otorgar el orden necesario para la sociedad, y, en este sentido, el mejor gobernante es aquel que no da pie al desorden o a la anarquía. Independientemente de una valoración política, el término “maquiavélico” ha pasado al uso común de la lengua como algo peyorativo o malvado. Esto se debe a la popularización de algunas frases del tratado:

Los hombres ofenden antes al que aman que al que temen.

Las palabras deben servir para ocultar los hechos.

Es posible y necesario hacer un buen uso de la crueldad.

A los hombres se les ha de mimar o aplastar, pues se vengan de las ofensas ligeras, ya que de las graves no pueden: la afrenta que se hace a un hombre debe ser tal que no haya ocasión de temer su venganza.

Las injusticias se deben hacer todas a la vez a fin de que, por probarlas menos, hagan menos daño, mientras que los favores deben hacerse poco a poco con el ...

Índice

• Indice
• 1. Introducción
• 2. Narcisismo
• 3. El narcisista
• 4. El antisocial
• 5. El psicópata
• 6. Modelo de los Cinco Grandes
• 7. La tríada oscura
• 8. La tríada oscura vulnerable
• 9. Bibliografía
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