Cuando las palabras no alcanzan

La expresión plástica y el análisis del dibujo infantil como clave de la escuela de padres desde la experiencia de una buena práctica educativa

Sandra García Martín, Victoria Eugenia Lamas Álvarez

• Editorial: Ediciones Octaedro
• Año: 2022
• ISBN:
  9788419023667
• Edición: 1
• Categoría: Education
• Categoría: Early Childhood Education

¿Qué piensan los niños?, ¿qué sienten?, ¿cuál es su forma de ver la realidad? Adéntrate en su mundo más íntimo y aprende a identificar sus emociones y sentimientos a través del dibujo infantil.La expresión plástica es un medio a través del cual los pequeños experimentan sus diferentes posibilidades artísticas, ponen en práctica su creatividad, su concentración y su atención, y expresan sus vivencias, sentimientos, emociones, miedos…, toda una actividad relajante con la cual desahogan sus frustraciones y liberan tensiones, una vía que los ayuda a entender y regular sus emociones. Un medio que nos ayuda a comprender mejor su mundo.La educación emocional es clave para el correcto desarrollo del niño. Como todos, necesita saber qué siente, por qué lo siente y cómo ha de reaccionar ante la experimentación de diferentes emociones en situaciones adversas. Una regulación emocional adecuada será la clave del éxito personal en su vida adulta. ¿Cómo podemos ayudarlo? ¡Pinta, dibuja y colorea! Porque dibujar ya ha dejado de ser una forma de entretenerse o de perder el tiempo, ¡dibujar es crecer!En este libro descubrirás el vínculo que se establece entre la educación emocional y el dibujo infantil, a través de una buena práctica educativa en la que se analizan las diferentes expresiones de algunos de los dibujos realizados por niños de distintas edades con la colaboración, apoyo y ayuda de sus padres.

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Plataforma de base para el fomento de la expresión familiar: las escuelas de padres

La familia tiene un papel de vital importancia dentro del ámbito educativo, por lo cual la relación familia-escuela resulta imprescindible para la educación y crianza de los niños. Es importante que tanto los maestros como las familias tomen conciencia de la necesidad de que exista confianza, seguridad, disposición de ayuda y comunicación constante entre ellos. La colaboración de ambas partes es crucial para el desarrollo del niño y ambas tienen el mismo objetivo: el bienestar de los más pequeños.

Cada familia ofrece a las guarderías, ludotecas o escuelas una parte muy importante de ellas, ofrece su mayor tesoro para su cuidado: sus hijos. Por ello, los maestros deben estar a la altura de sus expectativas. Deberá existir una comunicación fluida y constante, se debe de ofrecer a las familias una continua ayuda, colaboración, confianza y asesoramiento, pues en esta tarea educativa tiene que haber una unión y no se debe de actuar en paralelo.

Es muy común que las familias se sientan desorientadas ante ciertas dificultades que se les presentan con sus hijos, y partiendo de esta base y de la relación con los maestros, es conveniente ofrecer formación a los padres. Como medio de esa formación y trabajo conjunto se proponen las escuelas de padres.

Además de otros temas que podrían resultar de interés, elegimos, para esta formación, la educación de las emociones, la cual no es solo competencia de la escuela, también lo es de las familias. No debemos olvidar, que, a lo largo de la historia, desde los inicios de las primeras civilizaciones hasta nuestra sociedad actual, la familia siempre ha tenido un papel muy importante en la educación de sus hijos durante la infancia y, durante todo este tiempo, la educación ha sido compartida con la escuela.

A través de esta relación establecida con las familias se pretende servir de orientador en relación con la educación familiar y transmitir la importancia de educar a través de las emociones, ofreciendo como herramienta el dibujo.

Un espacio para la implicación en la educación conjunta

La familia es la organización social más importante con la que cuenta el ser humano, el pertenecer a este tipo de sociedad resulta vital para su desarrollo psicológico y social.

Este vínculo es considerado el elemento natural, universal y fundamental de la sociedad. Es en este entorno donde la persona comienza a establecer sus primeros contactos y relaciones sociales, así como los primeros aprendizajes: caminar, hablar, relacionarse con los demás, aprender normas sociales y culturales, etc. Ofrece al niño un modelo de referencia en el cual desarrollar las primeras formas de afecto, valoración, aceptación o rechazo, éxito o fracaso. El ambiente que se crea y en el que el niño se desarrolla repercute en su desarrollo emocional y social. La inteligencia emocional que el niño adquiere, sus sueños y sus miedos, provienen de la influencia de su entorno familiar, y en función de las vivencias en él, dicho desarrollo evolucionará de manera positiva o negativa. En base a esto, los niños desarrollarán diferentes habilidades con relación a la inteligencia emocional, por lo que el tipo de estructura familiar, la calidad de las relaciones de sus miembros y su estilo de crianza estarán asociados al nivel de inteligencia emocional del individuo e influirán en su desarrollo.

No obstante, la escuela y la familia no son los únicos elementos que influyen en la educación del niño. Nuestra sociedad cambia a pasos agigantados, y actualmente nos encontramos con múltiples elementos que influyen en esta educación, como los medios audiovisuales, internet y las nuevas tecnologías en general. Además, a esto le añadimos los propios cambios que se realizan dentro de la familia, producidos por la transformación generacional originada en base a la evolución del contexto sociocultural, y que conlleva alteraciones en la que era considerada como la estructura familiar básica. Dichas alteraciones se manifiestan en divorcios, nuevas relaciones conyugales, la llegada de hijos con edades avanzadas o demasiado tempranas, los diferentes estilos de crianza según diferentes culturas, etc. Tanto la familia como la escuela se han visto afectadas no solo debido al perjuicio que en algunas ocasiones pueden tener estas transformaciones para el niño, sino a que uno de los factores más influyentes es el avance de las nuevas tecnologías, que proporciona una nueva forma de entender el mundo social y que supone un esfuerzo extra a los agentes implicados en la educación de los niños para ponerse al día con la utilización de esas tecnologías, con los avances y los métodos educativos. Como motivación a dar respuesta a esta problemática y abordar, a su vez, las dificultades existentes para entender los problemas emocionales, sociales y escolares de los niños, surge en los centros escolares la necesidad de acompañar a las familias a través de escuela de padres, espacios de orientación, formación y experiencias.

Las escuelas de padres

Las escuelas de padres permiten un espacio de encuentro entre las diferentes familias pertenecientes a un centro educativo, en conjunto con los educadores. En ellas se aplican programas de formación que consisten en actividades, de carácter voluntario, mediante las que se pretende ofrecer modelos y prácticas educativas que ayuden a mejorar el cuidado y la educación de los niños desde el contexto familiar. En resumen, tienen el objetivo de asesorar a los padres en su labor.

Estas escuelas pueden estar compuestas por diferentes charlas, talleres grupales, coloquios... que buscan fomentar la participación de padres y maestros, además de ampliar conocimientos, plantear y dar solución a dudas compartidas y favorecer la interacción entre los participantes.

El principal objetivo de estas escuelas, contextualizadas dentro del ámbito escolar, es implicar a las familias en las tareas propias del centro y favorecer la educación de sus hijos. Estos encuentros resultan ser un excelente instrumento para ofrecer a los padres la información y la formación necesarias en relación con la educación de sus hijos y, a su vez, posibilitar un espacio de encuentro para intercambiar experiencias con otros padres y educadores. No obstante, las escuelas de padres atienden a dos frentes, por un lado, el ámbito educativo y, por otro, el familiar.

Concretamente, dentro del ámbito escolar, las escuelas de padres pretenden desarrollar los siguientes objetivos (Ruiz Mitjana, 2020):

• Proporcionar a las familias estrategias, destrezas u otros recursos que les sirvan para participar y mejorar aspectos que condicionen el desarrollo de los niños (crecimiento, maduración, socialización, etc.).

• Crear un espacio de diálogo, comprensión, reflexión y conocimiento de lo que supone ser padres y educadores al mismo tiempo.

En cuanto al ámbito familiar, se pretenden los siguientes objetivos:

• Definir la importancia de la familia en el desarrollo de sus miembros.

• Promover el diálogo y comunicación como elementos esenciales para modular la convivencia familiar de manera saludable.

• Definir qué espacio familiar será el más adecuado como lugar de encuentro y solidaridad.

• Construir familias democráticas con una educación basada en la libertad y la responsabilidad.

• Ayudar a las familias a adaptarse y dar respuesta a los diferentes cambios sociales.

En función de estos objetivos, en caso de alcanzarse, las escuelas de padres poseen múltiples beneficios, de entre los cuales resaltamos:

• La formación que reciben los padres dentro de estas escuelas repercute directamente en la educación que van a ofrecer a sus hijos.

• A través de la formación recibida la familia comprende mejor el entorno de sus hijos, además de entender algunos comportamientos propios de determinadas edades, lo que hace que se produzcan mejoras en las relaciones familiares y se estimule la autoestima y el desarrollo armónico del niño.

• Estos espacios pueden ayudar a la prevención de problemas frecuentes en la etapa escolar, como es el caso del acoso escolar, el consumo de drogas, los problemas alimenticios, etc.

• Fomenta la relación familia-escuela, lo que mejora el asesoramiento por parte de los educadores a las familias, y la petición de ayuda de forma inversa.

Para que estos espacios funcionen será necesario el compromiso firme de los padres para asistir de manera regular a las sesiones organizadas, lo que a veces resulta complicado por diferentes motivos, como, por ejemplo, la falta de compatibilidad con el trabajo, demasiada carga en las familias por parte de otros compromisos, e incluso la pereza o la falta de interés.

Por este motivo, proponemos como alternativa lo que para nosotros fue una realidad: la celebración de una escuela de padres virtual. Este cambio de formato proporciona múltiples beneficios facilitando la conciliación familiar y laboral, a la vez que implica el trabajo de «la educación emocional» de los más pequeños reforzando los vínculos afectivos de los niños en y desde la familia, ayudándola de manera directa a comprender el mundo interior de sus hijos al tener un rol principal activo en su desarrollo.

La educación debe entenderse como una tarea compartida entre la escuela y las familias desde la formación integral del niño. En esta formación las emociones juegan un papel vital, no únicamente se debe ofrecer una educación hacia el aprendizaje de múltiples conocimientos teóricos, pues este aprendizaje no hace que los niños sean más capaces, ni que tengan un mayor logro a nivel personal o profesional. Sin una educación de la persona, una educación emocional adecuada, y el desarrollo de las habilidades que esta implica, no estaremos formando a los niños de manera adecuada para enfrentarse a cualquier adversidad, gestionar sus emociones de manera adecuada sin caer en el estrés, la frustración, la ansiedad, etc. Por ello, es fundamental comprender, en primer lugar, las características intrínsecas del entorno familiar del niño.

El contexto familiar del niño: factores de influencia

Existen diferentes contextos familiares que podemos encontrar en nuestra sociedad según su estructura, miembros y cultura. Esta estructura no indica si una familia es funcional o no, sino que explica sus características y los miembros que la integran, que sin duda es un dato relevante en el ámbito educativo, ya que el entorno del niño influirá en su desarrollo.

Lo que diferencia a una familia disfuncional de una funcional no es la presencia o no de problemas, sus limitaciones o la estructura que tenga, sino la utilización de los patrones de interacción recurrentes que dificultan el desarrollo social y psicológico de los diferentes miembros familiares, lo que afecta a su adaptación y a la resolución de diversos conflictos. Cualquier familia, a pesar de las dificultades con las que se pueda encontrar, debe ser capaz de transformarse, adaptarse, y reestructurarse a lo largo del tiempo para continuar funcionando de manera eficaz.

Debemos diferenciar los conceptos de familia disfuncional y de familia pobre. La familia pobre, o con pocos recursos económicos, no siempre tiene que ser disfuncional, pero puede tener mayores dificultades a la hora de realizar algunas funciones familiares. Mientras que una familia disfuncional emplea pautas erróneas y poco sanas para relacionarse y para el cuidado de los más pequeños, lo que conlleva el deterioro relacional y afecta al nivel psíquico y físico de los miembros que la componen.

Podemos nombrar de manera general los contextos familiares en los que se puede encontrar el niño (Armando Corbin, 2016; Babarro Rodríguez, 2020):1

• Familia nuclear: es la más habitual, está formada por un padre, una madre y su hijo o hijos.

• Unidad monoparental: en ell...