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Los conflictos de la gestión de los residuos en Cuernavaca y el establecimiento del relleno sanitario de Loma de Mejía
Ana Lorena Gurza Gómez Palacio
Introducción
Desde la publicación de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental en 2002, las políticas ambientales y de gestión de residuos han sido influenciadas por los intentos de transparentar la acción pública (Bustillos, Carrillo, Castillo, Marín y Severino, 2005). Asimismo, la legislación de residuos ha identificado que la transparencia va de la mano con la viabilidad social, y que ambas son variables indispensables para la puesta en marcha de proyectos de manejo y disposición final de los residuos (Gutiérrez Avedoy, 2006). Sin embargo, así como en Italia y Francia, en México también se ha presentado la paradoja entre la multiplicación y la sofisticación de los procedimientos de información, concertación y negociación, y el mantenimiento o generalización de situaciones calificadas de conflictos, crisis o bloqueo de la decisión pública.
En México, tanto la legislación federal de gestión de residuos como la del estado de Morelos han buscado establecer mecanismos para lograr una participación social que facilite llegar a acuerdos colectivos sociales en las decisiones relacionadas con la gestión de los residuos urbanos, así como para promover la certidumbre legal que lleve a la inversión de capitales privados en instalaciones sanitarias. Sin embargo, el uso de dichas herramientas no ha traído los resultados esperados, sino que ha intensificado las diferencias entre los actores interesados. Parecería que, en vez de ser instrumentos que colaboren para reducir, mediar y/o dirimir controversias, se han convertido en medios para continuar o exacerbar conflictos. Por su lado, las autoridades y empresarios insisten en que el manejo de los residuos es un asunto puramente técnico. Sin embargo, ambas legislaciones establecen que además de ser un tema técnico, es necesaria la viabilidad social de los programas (Cortinas de Nava, 2010). El estudio del caso de Cuernavaca ejemplifica las características sociales y políticas que han tenido en común diversos proyectos de planeación, consulta, concertación y ejecución en el manejo de basura municipal en México.
Este caso se ha caracterizado desde un inicio por la crisis y los continuos bloqueos a las acciones públicas para instalar un sitio de disposición final: el relleno sanitario de Loma de Mejía. Asimismo, evidencia, a la luz del marco de referencia de este libro, que la gestión de los residuos en México depende de variables en conflicto que van más allá de asuntos de ingeniería. Entre dichas variables se pueden mencionar tres aspectos que han incidido en los conflictos relacionados con la instalación de rellenos sanitarios: 1) el nivel de certidumbre legal con el que cuentan los organismos privados para invertir en el manejo de los residuos en el ámbito local, 2) el uso de herramientas de planeación gubernamental, y 3) los procesos de concertación para lograr la “viabilidad social” que se estipula en la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (lgpgir) en México (Gurza Gómez Palacio, 2003).
De esta forma, en este capítulo se exponen tres aspectos. En primer lugar, se analizan, por medio de una síntesis de los momentos más relevantes del caso, las relaciones entre los momentos de conflictos, concertación y decisión. Se hace énfasis en la manera en que los actores han confrontado las situaciones más importantes y la influencia de los eventos del pasado en la toma de decisiones y cómo se tienen en cuenta para la construcción de argumentos en términos de crisis o de urgencia.
En segundo lugar, se presentan los conceptos y las referencias sobre proximidad que cada actor le atribuyó al asunto, y se describe el papel específico que desempeñan dichos conceptos o referencias en el desarrollo de la historia. Además de identificar los puntos claves, las referencias espaciales y las territoriales de los conflictos, esto permite comprender las posibilidades de concertación o conflicto entre los diversos actores.
En la última parte se analiza el derecho, en tanto que recurso, marco de referencia y herramienta para definir líneas de acción. Se estudia de qué manera éste ha servido para reivindicar los conceptos de igualdad y/o de justicia, así como las formas de regulación que intervienen en la historia. También se analizan la influencia de las referencias externas y la evolución de las acciones legales. Con esto se busca identificar los resultados obtenidos al “juridizar” los acuerdos o los conflictos y cómo éstos han influido en la visión de los actores sobre el régimen legal en materia ambiental y de gestión de los residuos en México.
La construcción de la historia se realizó con base en tres herramientas: 1) una revisión de la prensa local y nacional desde el 2006, 2) visitas de campo, y 3) entrevistas con actores gubernamentales, grupos organizados y ciudadanos que han participado directa o indirectamente en el proceso.
En el mapa 1 se presenta la ubicación de los sitios involucrados en el desarrollo del conflicto.
Dimensión temporal y relación entre conflicto, concertación y decisión
En esta sección se presenta una síntesis de los momentos relevantes del caso. Como se mencionó anteriormente, el foco está en la manera como los participantes del conflicto hacen frente a estas situaciones y en la forma de recuperar el pasado para la toma de decisiones. El cuadro 1 expone las seis etapas clave del conflicto.
La historia de los conflictos en la gestión de los residuos de Cuernavaca se remonta a principios del 2000. Se podría decir que la crisis inicia cuando los vecinos organizados y autodenominados Comisión de Resistencia en Contra del Basurero en Alpuyeca solicitan de manera urgente la clausura del enorme tiradero a cielo abierto de Tetlama, localizado en el municipio de Temixco, al sur de Cuernavaca. Este sitio llevaba más de treinta años de operación irregular y les estaba causando problemas sanitarios y ambientales (entrevista con Paul Vizcarra, representante de los pepenadores de Tetlama, realizada en agosto de 2008 en Cuernavaca, Morelos).
El gobernador de Morelos en varias ocasiones había prometido a los habitantes que sería construido un nuevo relleno sanitario para Morelos, por lo cual se cerraría el tiradero de Tetlama. Sin embargo, en agosto de 2006 el nuevo sitio destinado a ser el receptor de los residuos de Cuernavaca, localizado en la población de Anenecuilco, fue bloqueado por miembros de las organizaciones agrarias. Éstas consideraban que no habían sido consultadas y temían que se presentara un contexto similar al de Tetlama. Los pobladores no querían convertir sus tierras ejidales y comunales en basureros. Ante ello, le demandaron al gobernador la cancelación del proyecto.
Sergio Estrada Cajigal, quien estaba en la fase final de su cargo como gobernador, cedió a las presiones de los vecinos de Anenecuilco. De esta manera, nuevamente se utilizó el basurero de Tetlama, provocando con ello un grave conflicto con los vecinos, cuyas consecuencias se extenderían hasta 2012. La comisión de resistencia de Alpuyeca organizó bloqueos en los accesos al tiradero de Tetlama, pero el gobernador instruyó la construcción de nuevas brechas para burlar los bloqueos y depositar los residuos, lo que provocó gran enojo entre los pobladores, quienes bloquearon de manera definitiva todas las entradas a Tetlama. Con ello Cuernavaca sufriría una crisis sanitaria que se alargaría por casi un mes (septiembre a octubre de 2006), ya que no existía un sitio alternativo para depositar más de 400 toneladas de residuos que se producían diariamente y que se acumularon en calles y avenidas de la capital del Estado de Morelos, obligando a algunos habitantes a pagar a empresas privadas para que se llevaran sus desechos. Esto empeoró la situación, ya que fueron depositados de manera clandestina en sitios no autorizados. Sin embargo, el problema no podía alargarse por mucho tiempo, ya que debido a los momentos político-electorales, tanto el nuevo gobernador de Morelos como el presidente municipal de Cuernavaca asumirían sus cargos en noviembre de 2006, y para ese entonces la ciudad debía estar limpia. Ante tal urgencia, los gobiernos municipal y estatal llegaron a acuerdos con el Estado de México, el cual recibiría los residuos en sus sitios de disposición final a costos muy elevados. Esto condujo a que el nuevo gobierno municipal tomara la decisión de concesionar a una empresa privada el servicio de limpia y el de depósito final. Es interesante observar que ante la crisis sanitaria, algunos grupos de la sociedad se organizaron para manejar sus residuos, estableciendo centros de reciclaje temporales y explorando maneras colectivas y sustentables para el manejo de residuos.
Un año después de esta crisis sanitaria de Cuernavaca, y luego de haber concesionado a una empresa privada el servicio de limpia de la ciudad, en 2007, se anunció la realización de un proceso de consulta pública ante la propuesta de establecer un relleno sanitario en el predio de Loma de Mejía. Esta instalación se ubicaría en el ejido de San Antón, en el municipio de Cuernavaca, y ahí se recibirían los residuos de esta ciudad. Como parte del proceso de consulta, las autoridades organizaron una reunión pública para exponer el proyecto. Sin embargo, más que un foro de participación se trató de una junta informativa; esto provocó gran inquietud entre los interesados, lo que condujo a que el 4 de junio de 2008 el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, A. C. organizara un seminario sobre rellenos sanitarios dedicado al caso de Loma de Mejía. En dicho evento participaron diversos expertos en la materia, así como organismos gubernamentales. En síntesis, se concluyó que, tanto técnica como legalmente, el sitio no era el adecuado para establecer un relleno sanitario. Esta recomendación respondía al hecho de que, entre otras cosas, el sitio de disposición final se establecería sobre una zona de re...