CAPÍTULO 1
Cambios en el mundo del trabajo: el nuevo rol del selector
Los nuevos modelos de negocios
El incremento exponencial (ley de Moore) de la tecnología está produciendo una transformación socioeconómica, cultural y de los modelos de negocios a una velocidad inédita. Ello genera el desarrollo de nuevas profesiones, la desaparición de otras y el surgimiento de nuevas modalidades de trabajo.
La expansión de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en todos los ámbitos y niveles de la sociedad, los dispositivos personales con acceso a las redes de telecomunicaciones y la posibilidad de encontrar información en la nube han borrado las fronteras entre los estados, tanto como entre las de las propias casas. Han cambiado la manera de informarse, de realizar trámites y de adquirir productos a través de las distintas aplicaciones y los portales que existen.
Están cambiando los modelos de negocios, producto de esa expansión digital. Ha nacido una nueva generación de empresas que Salim, Malone y Van Geest (2016) denominan organizaciones exponenciales (ExO). Se caracterizan por el hecho de que su “impacto (o resultado) es desproporcionadamente grande –al menos diez veces superior– al compararla con sus iguales, gracias al uso de nuevas técnicas organizativas que se sirven de las tecnologías aceleradoras” (p. 33). Las ExO se desarrollan contratando personal a demanda, utilizando big data e inteligencia artificial (IA) que les permiten alcanzar un crecimiento superlativo, nunca visto en el mundo de los negocios.
Airbnb y Uber son ejemplos de este tipo de empresas que nacieron a fines de los años 2000 y que en menos de quince años se han convertido en compañías multimillonarias. Según la revista estadounidense Entrepreneur (13 de diciembre de 2020), Airbnb, por ejemplo, empezó a cotizar en Wall Street en diciembre del 2020, con un valor de 100 mil millones de dólares.
Estas empresas no requieren de una gran cantidad de mano de obra, ni de grandes activos físicos para desarrollarse, como era común antiguamente. Se apalancan en los bienes y recursos de otros (dueños de propiedades o de los automóviles), no necesitando realizar grandes inversiones. Su éxito está en detectar necesidades insatisfechas de los clientes y proveerles soluciones intermediando entre la oferta y la demanda y aprovechando las posibilidades que brinda la tecnología.
Otro modelo de negocio muy exitoso lo constituyen las empresas denominadas freemium, que ofrecen una versión básica gratuita de su servicio y brindan la opción de un servicio premium pago. Entre ellas, podemos destacar Skype, Dropbox, LinkedIn y SurveyMonkey. Basan su negocio en minimizar los costos y maximizar el impacto que generan con una baja inversión. Pero cuando incrementan su base de suscriptores, aunque cobren un valor muy bajo por el servicio premium, se convierten en millonarias.
Por otra parte, el modelo del crowdsourcing también está desarrollándose vertiginosamente. Supone la creación de una plataforma desde la cual se genera una participación masiva de voluntarios que realizan sus aportes individuales, contribuyendo al desarrollo de proyectos sumamente interesantes como Wikipedia, o aquellos de código abierto como Linux o Mozilla. En su libro Crear o morir, Andrés Oppenheimer (2014) menciona la nueva corriente de los innovadores tecnológicos de Silicon Valley: “los makers (o hacedores), cuyos seguidores publican en Internet sus proyectos y secretos, con las premisas de que les conviene [más] compartir su trabajo con todo el mundo, y recibir sugerencias de todo el mundo, que mantenerlo en secreto” (p. 94).
Las nuevas tecnologías que están cambiando el mundo
Existen numerosas tecnologías que están transformando el mundo productivo. Las impresoras 3D son capaces de “fabricar” objetos a partir de un diseño en formato digital. Esto cambiará, en un futuro no muy lejano, la forma de “adquirir productos”. En vez de comprar el producto, se comprará el “archivo” del producto, que luego “imprimirá/fabricará” cada persona en su casa, o en la empresa. Esto impacta también en el traslado de mercaderías, pues ya no será necesario transportar los “productos” de un país o una región a otro u otra, sino que estos se enviarán en forma digital. Esto generará un cambio enorme en el mundo de la logística internacional.
Big data ya atraviesa todos los sectores de la organización (marketing, producción, RR. HH., etc.) y se transformó en una herramienta cada vez más indispensable para gestionar las empresas. Esto se expresa en la consigna que está tomando fuerza: “Los datos son el nuevo petróleo”. Las compañías buscan capturar, almacenar y procesar datos, pues las que lo consigan podrán tomar mejores y más rápidas decisiones, que les darán una ventaja competitiva en el mercado.
Pero, tal vez, el desarrollo tecnológico que más impactará en el mundo empresarial y del trabajo en el futuro sea la irrupción de la inteligencia artificial (IA). La IA permite reemplazar numerosas tareas repetitivas y rutinarias que hoy realizan operarios, secretarias, administrativos, profesionales, etc. La creación de sistemas y robots con IA permite hacer las cosas en forma más rápida, más barata y con mayor calidad. Esto va a impactar y transformar las habilidades que se requerirán en el futuro, así como las profesiones o actividades, que nacerán o desaparecerán en apenas unos años.
Los cambios que está originando la revolución digital afectan todo el tejido social y los negocios. La diferencia con las anteriores revoluciones es la rapidez con que se producen. Esto significa, tanto para las personas como para las empresas, las universidades y los estados, un gran desafío de adaptación a estos cambios para lograr una sociedad integrada donde todos obtengan los beneficios brindados por las nuevas tecnologías. Esto requiere de un profundo compromiso y el diseño de estrategias conjuntas para adaptarse.
Cambios en el mundo del trabajo
Impacto en la ocupación
El impacto de las nuevas tecnologías y de la inteligencia artificial en el trabajo es motivo de debate frecuente entre quienes creen que estas van a producir una gran masa de desocupados y quienes consideran que, si bien es cierto que van a desaparecer muchos puestos de trabajo, también se crearán otros.
En su libro ¡Sálvese quien pueda!, Oppenheimer (2018) comparte una investigación de Oxford del año 2013, cuyos resultados predecían que el 47% de los empleos podría desaparecer para el año 2023, por la automatización. También menciona que los “tecnoescépticos” “pronostican un enorme aumento del desempleo, argumentando que el viejo axioma según el cual la tecnología ha creado más trabajos que los que ha destruido ya no es válido” (pp. 44-45). En las anteriores revoluciones tecnológicas, los puestos perdidos por la introducción de la tecnología fueron reemplazados por otros nuevos a lo largo del tiempo. Sin embargo, nunca en la historia de la humanidad los avances tecnológicos fueron tan veloces y, por lo tanto, consideran que esto no ocurrirá en esta ocasión.
Un informe de PWC de Hawksworth y Berriman (2018) afirmaba que los empleos con alto riesgo de perderse debido a la automatización serían un 3% para principios de 2020, un 20% para fines de ese año 2021, y un 30% para mediados de 2030.
El informe sobre el futuro del trabajo recientemente realizado por el World Economic Forum (2020) estima que, para el año 2025, 85 millones de empleos serán desplazados por la tecnología, mientras que otros 97 millones podrían surgir, adaptados a la nueva división del trabajo entre humanos, máquinas y algoritmos. Esta visión parece contradecir la teoría de los “tecnoescépticos”.
Por otra parte, en el informe de Adecco (2016) sobre el futuro del trabajo en España se observa que el 65% de los profesionales de RR. HH. confiesa que “la automatización destruirá puestos de trabajo de los que conocemos en la actualidad, pero creará en igual medida otros diferentes ampliando el abanico de posibilidades de los trabajadores del futuro”.
El impacto no será el mismo para todas las actividades. El informe de PWC de Hawksworth et al. (2018) muestra que, para el 2037, la más afectada será la del transporte y la que recibirá menor impacto será la educación.
Tampoco va a afectar de igual manera a todos los empleados. Algunos autores, como el científico informático y empresario taiwanés Kai-Fu Lee (2019), consideran que serán más afectados los trabajos repetitivos de oficina que los que impliquen una destreza manual.
En lo que todos coinciden es en que aquellas personas con mayor nivel de estudio y preparación serán las que mejor podrán adaptarse a los nuevos trabajos que surgirán en el futuro. Por ejemplo, en los roles gerenciales y en el diseño y la supervisión de los sistemas basados en la IA seguirá siendo necesario aplicar el criterio humano y las habilidades interpersonales. Estos trabajadores posiblemente incrementarán sus ingresos debido a la productividad que estas nuevas tecnologías deberían proporcionar.
Los trabajadores menos capacitados serán los más afectados por las pérdidas de trabajo, por lo cual será imprescindible un apoyo muy importante de parte de las empresas, el Estado y los sindicatos. Ellos tendrán que promover acciones e inversiones para establecer un aprendizaje continuo que permita a esa población recalificarse para acceder al mundo del trabajo digital.
El autor taiwanés (Lee, 2019) explica que, cuanto más se requieran las cualidades de creatividad, de compasión y la capacidad para comunicarse con los seres humanos y ganarse su confianza, más difícil será que la IA reemplace al hombre y, por ende, se...