
- 203 páginas
- Spanish
- ePUB (apto para móviles)
- Disponible en iOS y Android
eBook - ePub
Las sufragistas de Costa Rica
Descripción del libro
En Las sufragistas de Costa Rica, Macarena Barahona Riera recoge detalladamente, con documentos y fotografías ilustrativas, la historia del voto femenino en el país.
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Información
Anexo 1
La Información, 9 de octubre de 1913. Consejos paternales
Para quedar los novios bien casados, que el sacristán los ate bien atados, (ojalá con manila y no con seda). Y suceda después lo que suceda. Ella debe inclinar ambas orejas, sin que a mi madre ni a hermanos dé quejas. Si a casa vuelves tarde en la noche. O en brazos te traen, a pie o en coche. Ella finja dormir; y si despierta, sea para cuanto hay por allí cubra la mesa, como gracia célebre, si amenazas estrellar los cristales y las pasas. Te quitará las botas y las cueras y a la cama te hará donde tú quieras. Si sólo le das leña a sus cosquillas, si no das para gastos de cocina, que recurra al pulpero de la esquina, que cuando acaso refrescar te sientas, tú pagarás, sin regatear las cuentas. Que no te cele ni se ponga brava, pues bien debe saber que es una esclava… Si hallas mujer así, cásate luego: si no la encuentras… no te cases, Diego.
Juan Garita.
La Información, 1912, p. 2.
“Al Bello sexo”. Para las sufragistas.
Deja que el hombre con tesón batalle; que libre en los comicios de pelea; y que vencido o vencedor que sea cumpliendo siempre tus deberes te halle. No es tu tribuna el club, ni es en la calle donde tu enseña victoriosa ondea: no necesitas la incendiaria tea ni el explosivo bélico que estalle. Es otra tu misión, otra muy alta la más excelsa en el linaje humano no la pasión política que exalta y enciende en nuestras almas en encono: es el amor tu cetro soberano, la paz tu reino y el hogar tu tronco”.
Luis R. Flores.
La Tribuna, 3 de junio de 1934, p. 5.
“¿Para qué tanto alboroto, si nadie puede decir de qué le habrá servir a toda mujer el voto? ¿Para verle el rostro roto, en vez de verlo reír? Si debemos contribuir a mirarlas dichosotas no es mejor comprarles Botas antes de que vendan el voto”.
Enrique Briones.
La Información, 13 de mayo de 1913, p. 3.
“Asegúrese en esta capital que en Alajuela se estable era un club político feminista que trabajara por determinada candidatura. ¡Que feo y que molesto es ver a las mujeres inmiscuidas en las campañas electorales!
Porque es de suponer que si la mujer de manera directa y activa en las luchas eleccionarias cada hogar será un club político y en esos hogares se perderá La Paz y la tranquilidad que deben disfrutar.
Además, ¿no es ridículo que la mujer, desatendiendo las obligaciones de su casa, se concrete a hacer política?
Hay quien califique ese proceder a más de ridículo, de inmoral y efectivamente, algo de eso tiene el asunto… ¿No es inmoral que una señora desatienda a sus hijos, a su esposo, a sus padres y hermanos para irse a sentar en los banquillos de un club político a aprender las intrigas y otras cosas[?] (…) que debe ignorar”.
(En esos días en este periódico La Información, se publicaba los cables internacionales de Londres sobre la intensa lucha de las sufragistas y el juicio a sus líderes, las huelgas de hambre, las manifestaciones y la valerosa lucha de cada una de ellas).
Revista Fémina, 17 de julio de 1919.
Ante el problema:
“(…) la mujer prepara poco a poco su revolución y parece adquirir fuerzas suficientes para hacerse dar una declaratoria de derechos. las tinieblas en las que han vivido siempre se disipan y las luchas se empeñan con energía”.
(Revista dirigida por Ángela Acuña Braun).
La Gaceta, No. 105, 11 de mayo de 1920.
Julio Acosta García:
“Es conveniente conceder el derecho de voto a las mujeres en las elecciones municipales, a fin de prepararlas para la vida social futura. En los últimos acontecimientos políticos del país ellas tuvieron acción predominante, y su arrojo, efecto de su rareza moral y de su noble espíritu de sacrificio, dio ejemplo de cívica energía a los hombres, que. Un a podremos olvidar. Nos hace falta la cooperación de la mujer en las tareas cívicas de la vida pública, en la lucha antialcohólica, en la persecución de los vicios que envilecen la sociedad. Ellas ponen en todas sus empresas su gran desinterés, su pasión idealista y purificadora, su alma brillante ansiosa de altas finalidades, su recto sentido tan serio y bien intencionado. En la República se cuentan hoy no menos de cien mil votantes. En las ultimas elecciones solo la mitad de estos se presentó a las urnas, no obstante el entusiasmo nunca visto que despertaron en el país la caída del despotismo y la bandera de la libertad. Entonces, señores, que vengan las mujeres a ocupar el puesto que los hombres abandonan, que vengan las mujeres a avivar la llama que se apaga del más sagrado de los deberes populares, y si es el analfabetismo o los efectos perniciosos de la intemperancia lo que inferioriza tan considerable número de ciudadanos, que vengan las. Un eres, más doctas y legítimas dueñas de su derecho de votar”.
La Tribuna, 14 de octubre de 1923, p. 7.
La fiesta feminista en el Colegio Superior de Señoritas.
Leyeron sus correspondientes trabajos, todas muy felices las señoritas Ángela Acuña, doctora Calderón, Ana Rosa Chacón, María Loayza, María del Rosario Borges, Ada García, Mercedes Zamora, Claudia Alfaro y Claudia Trejos.
Juramento de la mujer, por Ana María Loayza a las mujeres de Costa Rica.
Uno de los veintisiete juramentos reza así:
IV Prometemos ser fuertes en las luchas de la vida y llenas de optimismo el corazón haciéndolo latir por ideales que derriben las tradiciones opresoras.
XV Prometemos poner el alma cerca de todas las cosas y llevar el pensamiento con libertad absoluta al través del universo para perfeccionar la humanidad, sin distinción de raza ni frontera.
XVI Prometemos donde quiera que estemos preguntarnos como Franklin ¿Que puedo yo hacer aquí?
XVII Prometemos ser las vehementes compañeras de los hombres en la grandiosa batalla de la conquista por una humanidad mejor.
Este acto del Colegio de Señoritas estaba relacionado con la Conferencia Internacional de Mujeres en lo relativo a la sección de Costa Rica. Es una fiesta americana. El Comité Internacional de las mujeres ha celebrado por las secciones nacionales el mismo 12 de octubre de 1923, día de la Raza, conferencias simultáneas esa en todas las capitales de la República Americanas, con la confianza segura de que el estudio de estas conferencias de los problemas de mutuo interés femenino en la Americana contribuirá a afianzar las relaciones existentes entre las mujeres y a promover un mejor entendimiento acerca de las responsabilidades mutuas que tienen que afrontar tal los pueblos del continente Americano. Los resultados de estas conferencias, además, servirán de poderoso apoyo para reforzar el deseo que abriga el Comité de estrechar más y más las relaciones de amistad entre las naciones americanas.
Hubo numerosa concurrencia. Ocuparon los asientos de preferencia para presidir el acto el señor Presidente de la República, don Julio Acosta García, su señora esposa, Elena de Acosta, la señorita directora del Colegio Esther de Mezerville y todo el personal docente. Además las niñas que tomaron parte en el acto.
(Primera actividad oficial de la recién fundada Liga Feminista, cabe destacar la organización internacional con la que se desplegaba las actividades dirigidas a promover los derechos políticos de las mujeres de todo el continente americano).
La Prensa, 17 de julio de 1920, p. 3.
“He aquí que, sin llevarse a cabo arduas campañas en pro del sufragio femenino, como se ha hecho en Inglaterra y Estados Unidos, sin haber aquí una Madame Pankhurs que encabece los movimientos, de la noche a la mañana nos vemos con un proyecto de ley que autoriza a nuestras bellas a introducirse en las mesas electorales para que depositen su voto”.
Revista Fémina, 24 de julio de 1919, No. 8, Año I.
“Anhelamos la emancipación de la mujer hasta donde lo permitan las leyes y las costumbres progresivas. Anhelamos también su instrucción sin prejuicios de ninguna especie (…) emplearemos cuantos medios estén a nuestro alcance, plenamente confiados en que cumplimos finalmente la misión que nos hemos impuesto (…) Absolutamente alejadas de toda idea y partidismo político, no tomaremos la menor parte en luchas de banderas. las reformas que pretendemos en las leyes y en las costumbres a fin de colocar a la mujer en el lugar que le corresponde en el organismo político social, procuraremos alcanzarlo por medios pacifico, poco a poco, a medida que vayan desapareciendo legendarismos caducos y preocupaciones y vayan ganando terreno en el concierto mundial, las ideas y las doctrinas que ha de conducir a la humanidad al progreso estable basado en la igualdad de los derechos individuales”.
El Constitucional, 10 de octubre de 1919. Órgano del Partido Constitucional, que postula la candidatura de don Julio Acosta.
“Zarcero nos ha recibido espléndidamente: pueblo y escuelas aclaman al Partido Constitucional y libertador. La directora de la Escuela, doña Hipólita de Montero en un bello discurso, pidió el derecho de sufragio para las mujeres, a lo que todos asentimos”. Corresponsal.
(Subrayamos la alta participación de las mujeres en las luchas contra la dictadura de Federico Tinoco Granados, antecedente fundamental para la organización de la Liga Feminista, la solicitud del voto de Julio Acosta en mayo de 1920 y la aceptación social y cultural de los derechos políticos de la mujer, un hito histórico para la Benemérita organización).
Diario de Costa Rica, 1 de marzo de 1925, p. 7.
“De domingo a domingo”
“El debate acerca de si las mujeres deben o no. Otra ha llenado toda la se Ana: el Congreso ha sido el escenario de la discusión y como es natural, el reflejo de los llamarones del debate ha alumbrado por todas partes y casi no hay rincón del país donde las gentes no discutan el grave problema que nos han planteado…
Después del debate cuando los diputados fueron saliendo, ay de ellos. Doña Sara se apostó en la puerta para verlos pasar y hacerles a cada uno su reclamo, aquello era una especie de pase, pase, buena gente…
La verdad es qué hay que colgar de los faroles a todos esos diputados que no tienen galantería y por estar pensando en la Constitución y en la santidad del hogar, en La Paz de la familia y en otras zarandajas del Siglo III no les dan derecho a elegir a las mujeres.
A las pobres mujeres, que se pasan la vida atormentadas con el eterno problema de hacer una buena elección”.
(Se discutió y en la reforma electoral se aceptó el voto masculino, obligatorio, secreto y directo).
La Tribuna, 24 de mayo de 1934, p. 5.
“Las mujeres somos siempre insoportables, ahora si se nos concede el derecho al voto no se en que terminaremos”, declara Lilia Ramos. “El sufragio sirve hoy en día para que nuestros campesinos tomen unos tragos más, o para den a cambio de un pantalón su voto quedando evidentemente establecida la corruptela. El derecho al sufragio debería restringirse y no darse a la mujer que fácilmente sería inducida por el marido, el novio o el amor que tenga. Si las mujeres somos siempre insoportables, se pueden ustedes imaginar en lo que nos tornaríam...
Índice
- Cubierta
- Inicio
- Prólogo. Las sufragistas. Luchas políticas en Costa Rica
- Preámbulo. Las mujeres de la resistencia
- Introducción general
- Capítulo I. La mujer y el concepto de libertad en la política
- Capítulo II Las primicias de la lucha por el voto femenino
- Capítulo III Fundación de la Liga Feminista
- Capítulo IV Luchas sufragistas
- Capítulo V La década de los 40
- Conclusiones
- Bibliografía general
- Anexo 1
- Anexo 2 Resumen de la entrevista realizada a don Manuel Mora Valverde el 23 y 25 de setiembre de 1986
- Anexo 3 Caricaturas de la prensa
- Anexo 4 Las sufragistas de Costa Rica
- Anexo 5 Documentos Históricos del Congreso Constitucional
- Créditos
- Libros recomendados