Soldados de la represión

Anticomunismo, seguridad nacional y contrasubversión en las Fuerzas Armadas chilenas, 1970-1975

Pablo Seguel Gutiérrez

• Editorial: Ediciones Universidad Alberto Hurtado
• Año: 2022
• ISBN del libro electrónico: 9789563573428
• Categoría: Historia
• Categoría: Historia del mundo

Por carecer de un programa de acción definido, el factor bélico-militar unificó a la Junta Militar de Gobierno y la profundización de la guerra contrasubversiva dotó de sentido histórico al golpe de Estado de las FF. AA. y policiales. Ese factor propició que al interior de estas se produjera una elaboración en torno a la necesidad de afrontar de manera más eficaz la "guerra contra la subversión" en los meses de octubre y noviembre de 1973. Ese viraje represivo, más que una ruptura con la racionalidad contrasubversiva, es la materialización de esta en un escenario de guerra distinto que condiciona la posibilidad de que se llevase adelante la guerra sucia que necesitaba la Junta Militar para dotarse de coherencia histórica y razón de ser.

CAPÍTULO III

ORDEN INTERNO Y CONTRASUBVERSIÓN DURANTE LA UNIDAD POPULAR (1970-1973)

El análisis del desarrollo del proceso político de la Unidad Popular (UP) que culminó con el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, ha sido objeto de un prolífero campo intelectual, tanto en términos de la conformación de una agenda de investigación específica, como de la instalación de explicaciones sobre el proceso que han tendido a agotar los marcos analíticos1. Como he presentado en forma sintética en otras investigaciones2, las explicaciones en general han oscilado entre aquellas que identifican en el factor externo el elemento crucial, dado por la intervención norteamericana, conjugada a la sedición de la alta oficialidad del Ejército apoyada por la derecha “rupturista” y las clases dominantes3, y entre las que colocan el foco del análisis en los propios límites y errores de la UP.

Desde ese ámbito, una explicación desarrollada por un gran grupo de investigadores pone el énfasis en que, en la polarización del conflicto político y en la rigidización del sistema de partidos, se contiene el grueso de la explicación del fracaso de la dirección política de la UP, tomando como premisa la constitución del Estado de Compromiso y la configuración del sistema político con posterioridad al Frente Popular4.

Otro grupo de investigadores, tomando el grueso de esta argumentación, ha enfatizado en las limitantes internas del propio bloque socialista la tensión central, caracterizada por una oposición entre polos con líneas políticas estratégicas en tensión5, tanto desde el punto de vista de la conformación de las líneas estratégicas al interior de la UP6, como con los factores propios del desarrollo táctico de los partidos en cada una de las coyunturas del período 1970-19737.

Otros han puesto en el centro del problema la historicidad de la sociedad y la subjetividad política, desplazando el análisis desde un tema de dirección política, hacia un problema en las formas de mediación política. Por una parte, identificando una tensión entre las formas de mediación políticas –por arriba y expresada por los partidos del bloque socialista– con las formas de participación desde abajo, expresadas en el protagonismo llevado adelante por las propias dinámicas internas de los trabajadores y el movimiento popular8; por otra parte, en términos de autonomía relativa entre movimiento social, sistema político y Estado9.

Finalmente, el último sector nos plantea el problema de la mediación como un problema de racionalidad política en el marco de las características propias de la formación social chilena; es decir, como un problema estrictamente político desplegado en el marco del análisis socioeconómico, tanto desde una óptica estructuralista como sociopolítica10. En particular, destaca en este aspecto el trabajo de Juan Carlos Gómez Leyton, centrado en los conflictos de la propia estructura de poder de la sociedad chilena por sobre sus representaciones político-institucionales11.

En sintonía con esos trabajos, las investigaciones que se han centrado en los grupos de poder han abordado el rol de los militares en el proceso político en cuestión. Estas, por sus enfoques centrados en actores, tienden a atribuir una causalidad moral y desprende de ello una serie de responsabilidades éticas y políticas como los factores explicativos en una coyuntura determinada. Si bien es cierto que los actores individuales marcan con sus decisiones las instituciones y las organizaciones burocráticas a las que adscriben, no deja de ser un hecho constatable que los repertorios de acción de estas se construyen a partir de una práctica institucionalizada y reiterada en las acciones, cuyos límites son validados por los diversos actores de un sistema institucional como campo de poder. Desde ese punto de vista, la organización militar y policial, constituida como un actor de poder, construyó su repertorio de acción en un proceso que históricamente antecede al golpe de Estado, proceso en el que en las diversas coyunturas sociopolíticas fueron utilizadas como una herramienta de poder de Estado para reprimir hechos delictivos y políticos, estableciendo equilibrios para la seguridad de la nación y la estabilización de un sistema político tensado y en crisis. Este factor de orden burocrático e institucional contribuyó a aumentar el poder efectivo del actor militar y policial ante un escenario de crisis y disputa hegemónico de parte de los actores de la derecha, el centro y de la izquierda política.

En consideración a aquello, en este capítulo efectúo un ejercicio de revisión historiográfica en el que el foco de la observación son las instituciones y los dispositivos burocráticos en relación con la seguridad interior y la defensa nacional en la coyuntura del Gobierno de la UP. Intento con ello rastrear cómo se construyó organizacional y burocráticamente el golpe de Estado, así como los discursos político-militares de su legitimación posterior. Si bien es cierto que las FF. AA. y policiales utilizaron los propios recursos organizacionales y jurisdiccionales para la organización del golpe de Estado, cediendo a las presiones de los grupos de poder empresarial, de extrema derecha y la influencia norteamericana, rompiendo con ello con su mandato constitucional y el profesionalismo militar12, no deja de ser un hecho destacable que las condiciones de posibilidad del accionar de la cofradía golpista se construyeron sobre los dispositivos organizacionales y las tácticas de copamiento militar desarrolladas durante los tres años de la UP, historia que ha sido omitida de las revisiones historiográficas más sistemáticas sobre el período del Gobierno popular.

Desde esa óptica, históricamente se identifican cuatro momentos del rol militar y policial en labores de seguridad interior y defensa nacional durante el Gobierno del presidente Salvador Allende: un primer momento de intento de inst...

Índice

• Portada
• Portadilla
• Créditos
• Dedicatoria
• Índice
• Agradecimientos
• Introducción
• Capítulo I. Unas FF. AA. para la seguridad nacional y la contrasubversión: profesionalismo militar anticomunista
• Capítulo II. Arquitectura jurídica de la represión y la seguridad nacional: hacia la militarización de la seguridad interior en el Estado de Compromiso (1938-1970)
• Capítulo III. Orden interno y contrasubversión durante la Unidad Popular (1970-1973)
• Capítulo IV. La guerra contrasubversiva de las FF. AA. Del copamiento militar del territorio a la guerra clandestina (septiembre a noviembre de 1973)
• Capítulo V. La profundización de la guerra contrasubversiva: de los servicios de inteligencia en las CAJSI al surgimiento de la DINA
• Capítulo VI. La DINA: una policía secreta al servicio de Augusto Pinochet
• Conclusiones
• Referencias
• Bibliografía
• Anexos