PARTE I: LA INTEGRACIÓN DE LOS OBJETIVOS DEL DESARROLLO SOSTENIBLE EN LA EDUCACIÓN GEOGRÁFICA
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Niveles de sostenibilización curricular para una didáctica de la geografía transformadora
JESÚS GRANADOS SÁNCHEZ
1. El papel de la didáctica de la geografía en la educación para la sostenibilidad
La geografía es una de las disciplinas más antiguas y destacadas en el estudio de las interacciones entre los seres humanos y el medioambiente, que nos permite desarrollar un pensamiento crítico en relación con cómo vivir de forma sostenible y de actuar de forma consecuente (IGU-CGE, 2016). La geografía, como disciplina, tiene las características de ser amplia, tener un enfoque globalizador y holístico, ser contextual y presentar síntesis en relación con el espacio, los lugares, las regiones y el planeta en su conjunto. Todas estas propiedades son dimensiones importantes para el estudio de la sostenibilidad y han llevado a Meadows (2020) a afirmar que la geografía podría considerarse como la ciencia de la sostenibilidad. La geografía tiene una ventaja sobre el resto de las disciplinas científicas, porque tiene la capacidad de integrar las ciencias naturales, sociales y humanas bajo un enfoque interdisciplinar, y también tiene la ventaja de permitir el estudio de la sostenibilidad desde un punto de vista transdisciplinar (Fu, 2020) si le añadimos el componente político (Peng et al., 2020) y la ecología del conocimiento (Santos, 2017).
El aprendizaje de la geografía, además de proporcionar la comprensión holística de las interacciones y los procesos que tienen lugar en el planeta (Qiu, 2017), permite desarrollar el pensamiento crítico y creativo para construir «imaginaciones geográficas» (Anderson et al., 2008) que posibilitan descubrir nuevas formas de pensar para ir más allá de las propias experiencias personales y poder vislumbrar y crear futuros alternativos (Maude, 2018). El aprendizaje de la geografía representa un vehículo importante para que toda la ciudadanía pueda comprender la complejidad de alcanzar la sostenibilidad y de plantearse qué se puede y se debe hacer para conseguir un futuro más sostenible (Meadows, 2020). El aprendizaje de la geografía contribuye a la formación de una ciudadanía global sostenible, ya que facilita a las personas a encontrar su lugar o lugares en el mundo y a desarrollar su identidad múltiple y su sentido de pertenencia a partir de aspectos territoriales y escalares, pero también mediante aspectos aterritoriales como la adscripción a redes y grupos de interés con los que se sienten conectados.
La Declaración de Lucerna (Haubrich, Reinfried y Schleicher, 2007) destacó que la educación geográfica y la educación para el desarrollo sostenible (EDS) tienen mucho en común, lo que posiciona a la disciplina geográfica en un buen lugar para contribuir a la consecución de los diecisiete objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la Agenda 2030 (ONU, 2015). El informe sobre el estado de los ODS de 2020 (ONU, 2020) reúne los últimos datos antes de la pandemia de la COVID-19 y nos muestra que los progresos continúan siendo desiguales y que no estamos haciendo suficientes cambios ni mejoras para cumplir con los objetivos fijados para el año 2030. Hacer que la EDS suponga un proceso de aprendizaje para el cambio social, que nos permita continuar aprendiendo a vivir de manera próspera a medida que nos adentramos en el Antropoceno, no es una tarea sencilla para el profesorado, porque requiere que el proceso de enseñanza y aprendizaje sea transformador (Lotz-Sisitka et al., 2015). El marco EDS para 2030 (Unesco, 2020) establece que es necesario actuar prioritariamente en el fortalecimiento de las capacidades de los educadores para poder transformar los entornos de aprendizaje y, así, empoderar y movilizar a la juventud para acelerar las acciones a nivel local. El alumnado debe aprender a desarrollarse de forma sostenible mediante la adquisición de habilidades para imaginarse el futuro, cambiar estilos de vida y crear partenariados o alianzas con otros agentes sociales, con el objetivo de llevar a cabo acciones conjuntas para la sostenibilidad que sean discutidas, consensuadas y bien reflexionadas.
Smith (2013) afirma que la geografía ocupa un lugar privilegiado en el sistema educativo para enseñar y aprender sobre desarrollo sostenible y Westaway (2009) considera que debería ser la disciplina que lidere la EDS en las instituciones educativas. Aun así, la realidad educativa es bien diferente en la mayor parte de los países del mundo y la relevancia del papel de la geografía en la EDS es menor de lo deseado. El desarrollo sostenible está formando parte de los programas de estudio de la geografía en los distintos niveles educativos, desde Educación Primaria hasta Secundaria y la Universidad, pero, como dicen Nölting et al. (2020), solo constituye una pequeña parte de todas las actividades de enseñanza y aprendizaje y no se ha llevado a cabo una sistematización completa. Aunque la geografía comparte contenido y metodologías de aprendizaje con la EDS, el avance en la sostenibilización curricular está lejos de ser pleno (Smith, 2013). Por ello, parece que ahora es momento de darle un nuevo impulso a la reorientación de la didáctica de la geografía hacia una educación sostenible transformadora, y ello precisa de la caracterización y la diferenciación de las acciones e iniciativas educativas que, al respecto, está llevando a cabo el profesorado, las cuales comportan unas experiencias de aprendizaje transformador para el alumnado de diferente índole.
El objetivo de este texto es proporcionar una herramienta crítica para diferenciar y/o evaluar las prácticas e iniciativas de sostenibilización curricular de la geografía. Nuestra propuesta consiste en una clasificación de tres niveles o estadios que diferencian el grado de integración de la sostenibilidad y de su enfoque transformador, tanto en la enseñanza como en el aprendizaje. Esta herramienta pretende ayudar a reflexionar al profesorado de geografía de los diferentes niveles educativos sobre el lugar en el que se sitúa su enfoque y práctica profesional con referencia a los debates actuales en sostenibilización curricular.
2. Propuesta de niveles de sostenibilización curricular
Aunque Swyngedouw (2007) afirma que no ha encontrado a nadie que esté en contra de la sostenibilidad, no todos los académicos están convencidos del valor de la sostenibilidad (Morgan, 2017). Entendemos por «la batalla de las ideas en la educación geográfica» a la confrontación entre los partidarios de adoptar la EDS como el eje central de la enseñanza de la geografía, y los que reclaman la esencia de la disciplina geográfica y denuncian que esta se está perdiendo en favor de un área interdisciplinar, la EDS, que desdibuja la disciplina y el conocimiento geográfico (Morgan, 2012). Los partidarios de esta postura denuncian que hay una promoción estatal de la EDS que adoctrina y manipula a los estudiantes hacia una nueva moralidad verde. Así, ante esta disyuntiva, el primer paso a tomar es decidir si estamos convencidos de darle un papel preeminente a la sostenibilidad o no, es decir, tenemos que decidir si perman...