Capítulo 1.
El largo camino a la construcción de la Virgen María
Según afirma Peter Brown, a partir de los concilios de Éfeso en el año 431, y en el de Calcedonia, celebrado en el 451, se puso de manifiesto la preocupación por saber “¿hasta qué punto se había aproximado Dios al hombre en la persona de Jesucristo?” Dos soluciones se ofrecieron a esta interrogante: la primera subrayaba el abismo que existía entre Dios y el hombre, alejando la figura de Cristo de la sociedad del siglo V; la segunda, apoyada en la Encarnación de Cristo, rebajaba su figura divina hasta emparentarla con lo terrenal.
Ambas ideas coexistieron con sus diferencias: por una parte, la idea de que la divinidad de Jesucristo estaba alejada de las necesidades humanas y, por otro lado, la idea de un Jesucristo humano, rebajado a lo mundano, un Jesucristo al que se “suponía hacer pasar por la deshonra de la Pasión a un ser todopoderoso e inmortal”.
Se necesitaba dar respuestas a estas cuestiones, es decir, configurar una imagen que, sin perder su esencia divina, fuese cercano y conocedor de las vicisitudes humanas.
El culto a la Virgen María sirvió para resolver los problemas que esto suponía para el catolicismo en el siglo V. La relación entre Jesucristo y su madre “terrenal”, pudieron conjugar lo divino y lo mundano de manera aceptable.
“El culto de la Virgen María en su calidad de Theotokos, de “la que dio a luz a Dios”, se desarrolló en un ambiente que pedía a Dios una cosa: “que sus relaciones con la humanidad no se basaran sólo en un pacto con el género humano, sino en la afectuosa afinidad tácita que suponía tener la misma carne”. El vínculo materno sirvió como el fuerte lazo que ataba al hombre con Jesucristo. Un lazo que además, iba desde el ser humano más pobre hasta unirlo con los más poderosos.
Del mismo modo, a Jesús y María se les comenzó a representar en el arte de los siglos V y VI, en las figuras de una mujer con un niño en el regazo, siendo amamantado. Según Peter Brown, la naturaleza humana de Cristo, lo que lo acercaba a los hombres, era el hecho de haber sido amamantado por una mujer, por los pechos de María, “pues para el hombre antiguo, la leche de una madre equivalía a su sangre: era carne humana líquida transmitida al niño a través del acto de amamantar”. De esta manera, la figura de la Virgen María comenzaría a tomar importancia dentro del esquema cristiano, en ella se pudo representar el lado humano de Jesucristo, en tanto que lo acercaba a las necesidades de los humanos. Jesucristo era humano y divino, y su cercanía a la humanidad se debía a María.
Sin embargo, la figura de la Theotókos no resolvió del todo el problema. Todavía era necesario encontrarle un origen a la Virgen María, había que comprobar su existencia terrenal, a lo que no abonaba el hecho de que no se encontraron sus restos. Ante esta carencia, todos los vestigios que se atribuían a su existencia, tales como vestimentas, imágenes que aparecieron milagrosamente o leyendas, fueron tomados como pruebas fehacientes de su presencia. Ahora, había que demostrar que ella era el vínculo de Dios con el hombre, para ello, se echó mano de todo aquello que profetizara que la Virgen María era el puente entre Dios y el hombre.
La figura de la Virgen María ha cambiado a lo largo de la historia, por ejemplo, durante los siglos V al VIII, se desarrolló un modelo en torno a ella, en el que la principal preocupación consistía en engrandecer su ignorancia, sublimándola hasta convertirla en la “Santa Ignorancia”, un concepto que bien podría emparentarse con el de inocencia.
La ignorancia, en tanto cualidad resaltada en la Virgen, era la vía más rápida para obtener la salvación, pues consistía en dejar tu vida en las manos de Dios y que Éste la guiara de acuerdo a sus designios. Esto hacía lógica pues no hay que olvidar que la Virgen María al enterarse de que va a tener un hijo le responde al Ángel Gabriel: “Hágase en mí, según tu palabra”. Siendo ella la primera en dar ejemplo de dejar la vida del ignorante o inocente en las manos de Dios, para que sean realizados sus designios.
De la misma manera, la santa ignorancia o inocencia era la manera para que los iletrados alcanzaran la salvación de una manera rápida y corta. La Santa Ignorancia quedó retratada en los cuentos medievales, en los cuales se narra las vidas de personas ignorantes, cándidas o inocentes que llegan felices a su destino, realizan sus propósitos, consiguen riquezas, se quedan con la princesa, etc.
Las imágenes, desde la Antigüedad Tardía, tenían la función de proteger a las comunidades. Servían como un palladium, es decir, un escudo. Brindaban una protección no sólo se remitía a lo terrenal o lo bélico, sino también en lo espiritual. Las imágenes servían como receptores de súplicas, rezos, honores, etc. Las efigies aseguraban una presencia física al creyente para dirigir sus votos o agradecimientos. Contaban con una carga simbólica y se esperaba que cumplieran las expectativas que los fieles depositaban en ellas; además, se pretendía que obraran las mismas maravillas que, a quienes representaban, habían realizado en vida.
Es decir, si la Virgen María intercedió ante su hijo Jesucristo en las bodas de Canaán, de la misma manera, se esperaba que la Virgen intercediera por las necesidades humanas. Estas maravillas requeridas a las imágenes, correspondían en buena medida, a los esquemas bíblicos: la Biblia servía como estructura para la realización de milagros posteriores; a la vez que para especializar a la Virgen María y a los santos, dentro de algún tipo específico de maravillas.
Cabe preguntarse, como lo hizo Hans Belting, ¿por qué las imágenes? Podemos encontrar una respuesta si entendemos que los iconos se hallan ligados a imágenes mentales. Es decir, corresponden tangiblemente con lo invisible. Las imágenes surgen porque a través de ellas puede uno hacerse una idea de lo que representan. Éstas pueden servir para representar a personas vivas, que no pueden verse porque están ausentes, por ejemplo, los emperadores, o que son invisibles, como Dios: “si esto no fuera así, no haría falta venerar sus imágenes”.
Belting añade además, otra pregunta que considero sirve para este análisis: ¿a quién servían estas imágenes y para qué? En la esfera privada las imágenes servían para asegurar la presencia física de lo represent...