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Mujer de palabras. Artículos rescatados, II
Descripción del libro
Ignorados durante décadas, los 399 ensayos y artículos periodísticos de Rosario Castellanos —rescatados, prologados y recopilados por Andrea H. Reyes— aparecieron por primera vez con el sello de Conaculta entre 2004 y 2007 en tres volúmenes. Ahora, el FCE en conjunto con el Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM reedita en dos libros la totalidad de los textos, dándole una nueva división: la primera parte con escritos que detallan sus años universitarios en 1947 hasta aquellos que denuncian la masacre de Tlatelolco en 1968 —pues incluye los ensayos periodísticos de ese año y los publicados hasta enero de 1969 en los que Castellanos respondió directamente al atroz crimen—, y la segunda parte, que abarca de 1969 hasta su muerte accidental en 1974. A lo largo de estas páginas se advierten ciertos temas que interesaron a Castellanos en su labor ensayística: la literatura, la vida social en México, la autobiografía, las mujeres, los asuntos internacionales y la maternidad. También se percibe el cambio en la manera de acercarse a éstos y a los lectores, pues de una inicial timidez y dificultad para practicar el género vemos cómo van derivando de manera prodigiosa en textos humorísticos, irónicos, profundos y que se enriquecen al incorporar el análisis de las tendencias literarias, la crítica feminista, los peligros del patrioterismo, el proceso de conocer Israel y, por supuesto, los avatares de la crianza de los hijos.
Preguntas frecuentes
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Información
Índice
- Prólogo
- Digo yo como mujer: frente a Yucatán y Atencingo
- Arte de prudencia: la necesidad antes que la gratitud
- La edad de la razón: la vida comienza ¿cuándo?
- La calumnia: despojo, asesinato, estilo de vida
- La reforma educativa: una urgencia inaplazable
- Los hijos: una propiedad privada
- La Universidad: una institución de servicio
- El sabio distraído: una especie que se extingue
- Cosas de mujeres: actividad y participación
- La risa: cavadora de túneles
- De los quehaceres domésticos: la atrofia de la inteligencia
- Principio de selección informativa: el cartero que se prendió fuego en Uruapan
- ¿Protección o amenaza?: el brazo fuerte de la justicia
- Un Quetzalcóatl criollo: don Ubilio García, chiapaneco
- El adolescente y sus caminos: problema de vocación
- Paradoja del magisterio: los medios y el fin
- De la precisión y otras utopías: una visita al cementerio
- Aislamiento y comunicación: la red de agujeros
- La libertad de prensa: condición para el diálogo
- Al pie de la letra: la seriedad de la literatura iberoamericana*
- El experto: suscitador de los malosentendidos
- Al pie de la letra: La historia de las cuatro hermanas Makioka, del novelista japonés Tanizaki*
- Otra vuelta en torno a la noria: divagación sobre el idioma
- Al pie de la letra: Carlos Pellicer
- Cultura para las masas: sueño de opio o pesadilla
- Al pie de la letra: sobre poesía*
- Encuentro latinoamericano de escritores: un intercambio de experiencias
- Instituciones y tecnología: ¿sobrevivirá el matrimonio?
- El grito del suicida: la respuesta humana
- La maternidad: instinto y vocación
- El queso y la ratonera: la emancipación femenina
- Verdadero protagonista: el lector de libros
- Diálogo insólito: escritores frente a legisladores
- Encuentro de escritores: la vanguardia es el sitio
- Argentina (I): la ciudad junto al río inmóvil
- Argentina (II): “La lotería de Babilonia”
- Brasil: fábula y fábula
- Del turismo: La Boca, Machu-Picchu, Mexico City
- Crónica de San Gabriel: la oligarquía peruana
- El uniforme, los útiles: así se incuba la rebelión juvenil
- Ignacio Chávez, el hombre: el mundo superior de la inteligencia
- La dulce vida: amargo despertar
- Los intocables: la burocracia nunca se equivoca
- Hecho en México: la fábrica de sueños
- Feminismo 1970: curarnos en salud
- José María Arguedas: réquiem por un creador
- La piedra en el zapato: el intelectual y la sociedad
- Fariseo y Publicano en el Anáhuac: diálogo de fin de año
- Cómo se pasa la vida: el alba de los pueblos, ayer
- Temas y temores: en torno a una página en blanco
- De la magia a la razón: la palabra como instrumento
- Jesusa Palancares: vida y milagros
- Las delicias del hogar: frente a la caja idiota
- Chiapas: esplendor y miseria del sur
- Los padres: una mayoría discriminada
- El hombre unidimensional: muera la pornografía y viva lo demás
- Nueva caja de Pandora: la ciencia como terror
- El aparato judicial: monstruo de su laberinto
- Jerarcología, novísima ciencia: cuestiones de incompetencia
- El verbo amar: matrimonio a la mexicana
- El dedo en la llaga: Chiapas, en la era primitiva
- El agente de tránsito: ¿otro interlocutor que se pierde?
- El señor Presidente: realidad y ficción en Guatemala
- Para Abel Quezada: autorretrato con maxifalda
- Orijel y Rivera: carta a dos desconocidos
- Sirvienta y patrona: el artículo 123 en casa
- Una sibila española: doña María de Zayas y Sotomayor
- La imaginación al poder: ¿amanuenses dóciles?
- Día del Maestro: homenaje y reflexión
- Vacaciones y divagaciones: hay días en que somos tan múltiples, tan múltiples…
- Lázaro Cárdenas: el hombre del destino
- Futbol 70: Masiosare en acción
- Libertad y tabú: los límites de un derecho
- México, México: contagio, no comprensión
- Lecturas para mujeres: queredlas cual las hacéis…
- La degeneración del lenguaje*
- El congreso de escritores: carta de la hija pródiga
- Crónica de Caracas: el escritor, ese absurdo dinosaurio
- Las condiciones sociales y la creación literaria
- El diplomático: ¿mal necesario?, ¿bien insuficiente?
- Las carteleras: atentado contra la inteligencia
- La voz viva de Juan Bañuelos
- Ignacio Chávez: el lado humano del genio
- Mujer que juega futbol…: o la belleza como parálisis
- ¿Panacea educativa?: el método audiovisual
- El derecho a la información: ¿quién manipula nuestra conciencia?
- El pesimismo latinoamericano
- México, ¿ciudad indefensa?: los intocables de la porra
- Casandra de huarache: la liberación de la mujer, aquí
- Elegía y réquiem: Hollywood, ayer y hoy
- La paternidad: oficio de tiempo completo
- Nuestros dogmas: pri, cocina, paz, ingenio, amor
- El Chiapas de Gertrude Duby: costra pelada en lo que fue bosque
- Pavorreal, que eres correo: cada quien su nombre
- Academia de la Lengua, reducto masculino: ¿y si hubiera una sólo para mujeres?
- Consultorio sentimental: la puerta estrecha de la tv
- Deberes de las empresas estatales: de renuncias y denuncias
- Exigencias inhumanas: los trabajos y los días
- ¿Y el espíritu qué?: la letra que mata
- La amnistía: necesidad de estar seguros y tranquilos
- Viaje a Zacatecas: escritores libres hacen lectores libres
- ¿Extranjero, vos?: ¡otra vez la xenofobia!
- Universidad de Guatemala: heroísmo ante la violencia
- Oscar Lewis: sublevación por la injusticia
- Compañeros de banca: reminiscencias oportunas
- Año nuevo: ¿vida qué?
- La otra memoria: conciencia de lo que somos
- Impuesto al lujo: mi ascenso social
- El proceso de Angela Davis: acto de justicia ¿o de venganza?
- Indagación sobre el ser nacional: la tristeza del mexicano
- Quien resulte responsable: imposibilidad para descifrar la vida
- Jaramillo Levi, cuentista panameño
- Espectáculos fuera de la realidad: cultura al alcance de las masas
- Este nacer incesante: génesis de una embajadora
- La abnegación: una virtud loca
- La juventud…: ¡al diálogo!
- Argucias defensivas: anticipación a la nostalgia
- Censura y autocensura: el niño que pone el coco…
- De las cosas ininteligibles: izquierda y derecha en la universidad
- ¿Es la única respuesta?: Perdón, número equivocado
- Partir es morir un poco: camino a Tel Aviv
- Tierra prometida: nuestra mujer en Tel Aviv
- Un factor de equilibrio: Israel descubre América
- Feria del libro: México en Jerusalén
- La cultura en Israel: tentativas de aproximación
- Encuentro con Sabin: como trabajan las estrellas
- Una película del subdesarrollo: en la India, como en México
- El doctor George S. Wise: entusiasmo y capacidad de dar
- Agnon en Nepantla
- Álbum de familia: satisfacción no pedida
- Poesía hebrea moderna
- Viaje redondo: de Israel a Escandinavia y viceversa
- Los días de prueba: el aprendiz de brujo y yo
- Jerusalén la santa: hábitat del espíritu ecuménico
- La valija periodística: un cordón umbilical
- Adaptando a Gabriel: educar a un niño en tierra ajena
- El aula: atmósfera respirable
- Nacionalismo y tolerancia: prudencia hoy, victoria mañana
- Nubes de verano: exceso de influencias
- Efraim Kishón: el humor en Israel
- Grandeza y miseria de… la Señora Avestruz en acción
- Lo que por sabido se calla: la educación sentimental
- Imperativo mexicano: evolucionar para ser fecundo
- Tabernáculos: regocijo ante la ley
- El mundo es un pañuelo: “… con orillas de llorar”
- La muerte de Jesús: revisión de una causa célebre
- La velada en Herzliya: entrada en la edad del plomo
- Entre la guerra y la paz: responsables de nuestra historia
- El ladino: idioma en pañales
- Buenas noticias desde México: pensar alto, sentir hondo, hablar claro
- Cada uno en su órbita: el escritor como periodista
- Cristianos en Tierra Santa: concordia que no es fácil
- Desenlace de una historia: las hermanas de Justine
- Imágenes de México: los toros desde la barrera
- El engaño a la sociedad: de simpatías y semejanzas
- No basta ser madre: un árbol crece en Tel Aviv
- Biblioteca habemus: un regalo de reyes
- El diálogo: fundamento de la democracia
- Casa y potro… la Señora Avestruz hace su nido
- Los pucheros de santa Teresa: o de la inducción femenina
- Una casa de México en Israel: la piedra y el espíritu
- México en Israel: otras voces, otros ámbitos
- Miguel Ángel Asturias: el señor escritor
- Salomón Eckstein: aporte al campo mexicano
- Más de un año en Israel: “Estoy en donde no estoy…”
- Nuevos versos de Rosario Castellanos
- La matanza de Lod: tristeza, pero no pánico
- Informe sobre Gabriel: experiencias ante las candilejas
- Bandera femenina: la liberación del amor
- Poetas israelíes: simpatías y diferencias
- Educar a los niños: razón del esfuerzo israelí
- Nuestra falla educativa: un analfabeto mexicano en Israel
- El escritor y el poder: un delicado equilibrio
- Comitán, en los treinta: memorias de una radioescucha
- Ni odio ni histeria: el estéril estallido emocional
- Perfil de Esther: el dolor y la esperanza
- Balún Canán en Israel: Gabriel descubre la literatura
- Acudir a la cita: fin de la ausencia calculada
- Aula en Jerusalén: el tesoro compartido
- Mirada desde Israel: la política mexicana
- Meir en la Santa Sede: Jerusalén, cruce de religiones
- El mexicano y los siete pecados capitales
- Ruth Dayán: vivir con la leyenda
- Israel Maya: del habla sefardí
- Bar-Mitzva: ceremonia de iniciación
- Gabriel en Israel: programa de política estudiantil
- Entre pedir y dar: los caminos de la Providencia
- Cuando Sartre hace literatura
- Juan Charrasqueado: tal día como hoy
- Gabriel en el hospital: el valor de la vida
- Pequeña guerra: el frente doméstico
- Acalli: la casa en el mar
- La pequeña guerra: los otros frentes
- Eugène Ionesco: conciencia de la mortalidad
- Gabriel: rumbo a Wall Street
- Los judíos inocentes: concordia, no intolerancia
- El zipper: hora de la verdad
- ¿Y qué? Yo también fui monolingüe
- La naranja mecánica: para dormir bien
- La cucaracha: graciosa huida
- El mexicano: ¿artículo de exportación?
- Las servidumbres: Herlinda se va
- Lecciones de cosas: mundo de cambios
- Amalia Hernández: México en Israel
- Feminismo en Israel: las golondrinas y el verano
- Sabbat: la cena con el hassid
- Póquer de damas: cuatro en Israel
- Encuentro en Dizengoff: ¿quién es la víctima?
- Gritos y murmullos: el último Bergman
- Una botella al mar: apuntes de Yom Kipur
- Acto de presencia: apuntes de posguerra
- Al día: la Señora Avestruz
- Llegó la tv: una ventana al mundo
- De cómo hacerse famosa: a pesar de proponérselo
- Decíamos ayer… otra vuelta de tuerca
- Cigarra en verano: las hormigas pueden esperar
- En su patria: carta a Gabriel
- Otra vez el mexicano: modito de hablar
- Académica: María del Carmen Millán
- Otra vez el mexicano: la diplomacia al desnudo
- Jerusalén celeste, Jerusalén terrenal
- Recado a Gabriel: donde se encuentre
- Bibliografía anotada
- Agradecimientos