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Vid@ en el trabajo
Éxito empresarial para gente de fe
- 256 páginas
- Spanish
- ePUB (apto para móviles)
- Disponible en iOS y Android
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Vid@ en el trabajo
Éxito empresarial para gente de fe
Descripción del libro
Las personas de fe necesitan sentirse cómodas e intencionales en dos mundos: el mundo del reino y el mundo comercial, mezclando y balanceando cada uno de ellos. Los autores John C. Maxwell, Stephen Graves y Thomas Addington identifican las herramientas básicas que los seguidores de Jesús deben tener en su caja de herramientas: El llamado, el servicio, el carácter y la habilidad.
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Información
Categoría
Negocios y empresaCategoría
GestiónSECCIÓN 2
EL LLAMADO EN EL
TRABAJO
EL LLAMADO EN EL
TRABAJO
LAS PERSONAS DE FE DEBEN EXPERIMENTAR EL LLAMADO EN SUS TRABAJOS
El llamado, en su totalidad, es un concepto demasiado bueno para ser cierto, al menos y hasta que Jesús entra en la conversación. Cuando Él llama, lo hace con gran precisión. No solamente sabe lo que se necesita para lograrlo y cómo la tarea combina con los límites eternos, sino que también conoce a quien está llamando, porque diseñó a esa persona específicamente para que siguiera ese llamado. Al igual que un servicio de empleos gigante en el cielo, Jesús acomoda a sus hijos con las tareas del reino.
Jesús no nos pide que hagamos algo para lo cual no fuimos capacitados. ¿Por qué habría de crearnos incorrectamente para cumplir una misión para la cual no estamos preparados? Es cierto que Jesús a veces nos pide hacer tareas que no son muy agradables. Daniel fue preparado para ser el administrador principal de muchos reyes. Eran reyes crueles y paganos y él era un prisionero en una tierra extranjera. Si hubiera podido, probablemente habría cambiado su posición por algo de libertad.
El llamado no necesita ser un misterio de toda la vida. Dios tuvo la intención desde el principio de revelar sus planes y deseos en nosotros de manera específica. Si hay algo que debería sonar bien en el mundo actual es esto: el trabajo puede tener un propósito eterno y nuestras vidas pueden tener total significado a través de la labor que hacemos.
CAPÍTULO 6
¿LLAMADO POR QUIÉN
Y PARA QUÉ?
¿LLAMADO POR QUIÉN
Y PARA QUÉ?
USTED NO ESTÁ AQUÍ SÓLO PARA GANAR UN SALARIO... ESTÁ AQUÍ PARA ENRIQUECER EL MUNDO, Y SE EMPOBRECERÁ A SÍ MISMO SI OLVIDA CUÁL ES SU TAREA.
—WOODROW WILSON
Yo había terminado de hablar y ahora era momento para las preguntas y las respuestas. Una mujer levantó su mano y preguntó: «Entonces, ¿cómo sabsabe uno cuando ha sido llamado a su trabajo?»
De pronto, todo el lugar se quedó en silencio, todas las conversaciones se detuvieron. Las personas dejaron de escribir y miraron hacia el frente. Los que se iban para sus próximas citas, hicieron una pausa. Todos estaban escuchando.
«Quiero decir», continuó ella diciendo, «¿existe una forma certera de saber que uno está haciendo lo que realmente vale la pena y es lo más satisfactorio?»
Esta no era una reunión de iglesia, no era un retiro de ministros, ni era una conferencia cristiana. Era una reunión en Detroit de los ingenieros de diseño de una de las tres compañías más grandes de automóviles. Todos, hasta los incrédulos, sienten que hay algo específico que deberían hacer con sus vidas y se preocupan profundamente de no fracasar en encontrar sus destinos.
En verdad no estábamos seguros de cómo contestar. ¿Cómo se explica un concepto bíblico a una audiencia tan diversa? El llamado es un término divino que surge de la Escritura. Es una palabra que Jesús utiliza para describir la comunicación entre Él y sus seguidores acerca de lo que deben hacer en la vida. Para ser «llamado» usted tiene que conocer a Dios y escucharlo cuando le habla.
No es difícil comprender por qué el concepto del llamado sale a relucir tan frecuentemente. Si estuviéramos practicando nuestros llamados, estaríamos haciendo exactamente las cosas para las que fuimos diseñados. Encajaríamos perfectamente con nuestro trabajo. ¿A quién no le gustaría eso?
Sin embargo, cuando una revista de negocios secular presenta una historia sobre llamado, no hay mucha ayuda que pueda ofrecer a sus lectores. El llamado no es estar en contacto con uno mismo, es dejar que Dios le toque.
Yo no determino mi llamado realizando una cumbre personal intelectual.
Determino mi llamado escuchando a mi Dios que me entrena a través de la senda del trabajo que desea que yo haga.
DOS CLASES DE LLAMADO EN LA ESCRITURA
El llamado, en la forma más fácil de explicarlo, es la expresión de un propósito mayor. En las corrientes temporales transitorias, el llamado nos atrae a lo eterno. Más allá de Dios, no podemos movernos. El llamado constantemente nos recuerda que nuestras vidas son más importantes que nuestros endebles egos. En la Biblia, el llamado es doble: Dios llama a cada persona hacia Sí mismo, hacia la salvación y luego llama a esa persona hacia su trabajo como parte de la divina agenda de Dios.
Cuando el apóstol Pablo escribió en Romanos 8.28 que cada seguidor de Cristo es «llamado según su propósito», estaba explicando nuestra adopción a la familia de Dios. Hemos sido, literalmente, salvados. Extraemos nuestra vida de la vida eterna de Dios. Pero cuando Dios le dice a Jeremías:
«Antes que nacieses te di por profeta a las naciones» (Jeremías 1.5) vemos que el llamado es una asignación de trabajo específica. Dios tenía un trabajo para que Jeremías lo hiciera. La Escritura registra muchos ejemplos de Dios llamando a las personas para trabajos específicos: Moisés, Pablo, Isaías, Nehemías, Josías, Juan el Bautista, Eliseo y Esteban por nombrar algunos.
El llamado, entonces, es tanto general como específico. Nuestro llamado a la vida, según las palabras de Os Guiness, significa que «todo lo que somos, todo lo que hacemos, y todo lo que tenemos se invierte con una devoción específica, un dinamismo, y una dirección logrados como una respuesta a Su llamado y al servicio».1 El llamado abarca todo lo que significa ser un humano. En palabras de la Madre Teresa: «Muchas personas confunden el trabajo con la vocación. Nuestra vocación es el amor de Jesús». Ella tenía razón. Nuestro primer llamado es hacia una relación con Él; sin embargo, la relación se da en el contexto de nuestro segundo llamado, el trabajo que Él diseñó para que lo hiciéramos como una ofrenda de amor para Él.
Ignorar cualquiera de esos llamados es un error.
La Biblia incluye muchos versículos que hablan del llamado conectado con nuestro trabajo. La mayoría no tiene nada que ver con una vocación cristiana de tiempo completo. La mayoría se refiere al llamado de Dios a los negocios: joyería, hacer zanjas, construir caminos, cuidar enfermos, tomar nota como un escriba, tocar música, pastorear, gobernar un reino. Dios nos llama también a diseñar sitios en la Internet, a decidir casos en un juicio, a entregar fotocopiadoras.
EL LLAMADO DEFINIDO
Mi padre (Thomas Addington) es un hombre llamado. Él vive una vida tan significativa como los demás. Aun como pensionado, trabaja incansablemente en un proyecto que cree que Dios desea que él termine. Esta asignación actual es la evidencia más reciente del llamado obvio de Dios en su vida de más de setenta años.
Cuando era joven y acababa de terminar el seminario, él y mi madre estaban convencidos de que querían ser misioneros. Cuando la organización misionera le dijo que lo que realmente necesitaban era doctores, él se inscribió en la escuela de medicina.
Llegó a Hong Kong en 1960 y abrió una clínica ambulatoria. Debido a la gran cantidad de refugiados de China, el departamento médico de Hong Kong le pidió que construyera un hospital. El hospital Evangel, comenzó en 1965 y hasta el día de hoy, provee un excelente cuidado médico sin importar si el paciente no puede pagar.
Cuando se dio cuenta que se necesitaba un cirujano en el hospital y no había alguien disponible, mi padre completó su residencia en cirugía general.
Más tarde en su carrera, cuando regresó a los Estados Unidos, siguió siendo cirujano con el mismo llamado y fue el jefe de los cirujanos y jefe del personal de un gran hospital en Saint Paul.
El camino del llamado del doctor Gordon Addington no siempre fue derecho. No se mantuvo en la misma carrera toda su vida. Sus asignaciones incluían diferentes geografías en diferentes partes del globo. Trabajó en contextos seculares y cristo céntricos. Durante su vida, sus pagos venían a veces de organizaciones misioneras, de una iglesia, de una práctica privada de cirugía y del hospital. Tuvo empleos como pastor, cirujano y líder organizacional. Tiene títulos en ingeniería civil, divinidad, teología y medicina. La lista podría continuar sólo para confirmar y enfatizar lo que las personas que conocen a mi padre dicen con respecto de él: Es un hombre profundamente consciente de su llamado. Aunque su carrera tuvo dificultades y desviaciones, nunca perdió el claro sentido de su llamado.
¿Cuál es la definición de la Escritura acerca del llamado? ¿Quésignifica ser llamado? El llamado es:
Una invitación personal de Dios para que trabaje en Su plan, usando los talentos que se me han dado en formas que son eternamente significativas.
Ser llamado significa que sé que lo que estoy haciendo es lo que Dios quiere que haga. Dios nos llama a un trabajo específico en cualquier momento.
Cuando Pablo les hablaba a los filósofos de Atenas, fue muy claro en decir que Dios tenía un plan preciso para las vidas de los individuos: «Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación» (Hechos 17.26, énfasis del autor). Dios me diseñó para hacer algo para Él.
Somos hombres y mujeres que damos asesorías, trabajamos en bancos, manejamos camiones, somos plomeros, cirujanos, padres de tiempo completo, maestros, pastores y otra gran cantidad de cosas. Dios llama a los individuos a toda clase de carreras. El factor común que todos compartimos es quién nos llamó.
Anclados a una realidad eterna, somos libres de ver nuestro trabajo desde una perspectiva que va más allá del cambio constante de los negocios diarios. Al mismo tiempo, no estamos «por encima de todo», exentos o sin ningún desafío puesto por las realidades siempre cambiantes del mundo del trabajo ante nosotros, aunque ese trabajo sea algo temporal. Dios nos permite entrar en la refriega. Plantamos semillas eternas en el terreno de lo diario. Nuestro trabajo involucra la implementación de la agenda de Dios en la historia.
Cuando nos damos cuenta de la idea y la magnitud del llamado de Dios, nos sentimos menos tentados a definir el éxito como una promoción al piso más alto o unas vacaciones en los Alpes suizos. Hemos sido llamados en nuestro trabajo a realidades más alcanzables, superiores, a una realización más profunda y a un significado sostenido.
CARRERA VERSUS LLAMADO
La palabra carrera viene de dos antiguas raíces francesas de «carro» y «círculo». La imagen es la de un individuo que empuja un carrito en un círculo interminable: la rutina de la vida. El llamado no es una vida rutinaria, el llamado es la imagen de un movimiento lineal. Es un llamar, un venir y luego una comisión para ser enviado a una diligencia. La imagen aquí no es algo circular e interminable, sino más bien una flecha que señala hacia fuera con una dirección significativa. La diferencia entre la carrera y el llamado es la diferencia entre la misión y la actividad. El llamado es ser libre para ser lo que se supone que debo ser, para hacer precisamente lo que se supone que debo hacer para Dios, una asignación con valor eterno.
Entretanto que tenga dudas acerca de mi llamado, me preguntaré si estoy haciendo lo que se supone que debo estar haciendo. Mi cónyuge me escuchará haciendo comentarios como: «No lo sé, hay algo que me falta en el trabajo» o «Me pregunto si debería buscar otro trabajo» o «Me pregunto si hay algo allá afuera que sería mejor para mí» o «Apenas puedo aguantarme para pensionarme y poder...» o «Me gustaría estar más contento con mi situación laboral». Si no conozco mi llamado, mi vida laboral no tendrá satisfacción.
Más importante aun, si no practico mi llamado, comprometo mi capacidad para contribuir al propósito mayor de Dios con mi vida laboral y mi carrera.
Cuando a la postre Pablo dice: «Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generación según la voluntad de Dios» (Hechos 13.36), es claro que Dios tenía un propósito bien definido para la vida laboral de David.
DIFERENCIAS ENTRE EL PROPÓSITO, EL LLAMADO Y EL SIGNIFICADO
El concepto bíblico del llamado es confuso si no comprendemos la diferencia y la conexión entre el llamado, el propósito y el significado. No son lo mismo, pero están muy relacionados.
1. PROPÓSITO
El propósito en la Escritura es sinónimo de diseño soberano de Dios, Su perspectiva completa la historia. Es lo que Él logra. Muy pocos hombres en la Biblia supieron exactamente cuál era Su propósito durante sus vidas.
Algunos de los profetas lo supieron, al menos hasta cierto punto. Nosotros podemos conocer el propósito de Dios sólo si Él decide revelárnoslo.
Mi trabajo no es una decisión arbitraria que no puede marcar una diferencia. Su objetivo principal no es solamente traer comida a la casa y proveer una pensión cómoda. Es cierto que las cuentas deben ser pagadas, pero debe haber algo más en el trabajo que la supervivencia. Mi llamado en el trabajo, individual, personal, “justo para mí” es parte de la agenda de Dios en la historia; literalmente soy parte del plan de Dios.
Debemos servir al propósito de Dios, sea lo que sea, aunque no conozcamos todos los detalles. Esto es lo que sí sabemos:



Como cristianos, sabemos que nuestro trab...
Índice
- Cover Page
- Title Page
- Copyright Page
- Tabla de contenido
- La evaluación de Vida en el trabajo
- Sección uno: La habilidad en el trabajo
- Sección dos: El llamado en el trabajo
- Sección tres: El servicio en el trabajo
- Sección cuatro: El carácter en el trabajo
- Conclusión: La iglesia en el trabajo
- Notas
- Acerca de los autores