El amor es una decisión
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El amor es una decisión

Gary Smalley,John Trent

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  1. 228 páginas
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El amor es una decisión

Gary Smalley,John Trent

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Principios bíblicos que han sido ampliamente comprobados en la vida de más de treinta mil personas.

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Información

Editorial
Grupo Nelson
Año
1992
ISBN
9781418581862
1
¿Quieres un
matrimonio exitoso?
Estaba oscureciendo cuando llegué a la casa de la familia que me estaba alojando. Me sentía exhausto luego de hablar en un seminario todo el día, y deseaba pasar una velada de descanso.
Conocía muy superficialmente a mis anfitriones, pero vivían en una hermosa casa en un tranquilo vecindario. Pero una vez más, las apariencias pueden ser engañosas. En realidad, nunca hubiera esperado lo que me sucedió en las horas siguientes.
Mientras me dirigía hacia la puerta del frente, busqué en un bolsillo y luego en el otro. Fue entonces cuando me di cuenta de que había olvidado la llave en mi habitación y, por lo tanto, estaba encerrado fuera de la casa. No tenía sentido llamar a la puerta porque mis anfitriones me habían dicho que no vendrían hasta tarde. Por lo tanto decidí dar una vuelta por la parte trasera de la casa para ver si por casualidad había alguna ventana o puerta abierta.
Cuando di la vuelta a la casa, quedé congelado por el terror. Emergiendo de la oscuridad, una enorme silueta negra corría hacia mí a gran velocidad. ¡Era el perro más grande que había visto en mi vida!
Cuando llegó a unos tres metros de donde yo estaba petrificado por el miedo, el perro se despegó del suelo dando un tremendo salto, y supe que pronto estaría camino al hospital. En milésimas de segundos sentiría el dolor de sus dientes clavándose en mi carne.
Cerré los ojos y me preparé para soportar el choque . . . pero nada sucedió. Al principio pensé: Está jugando conmigo. Este perro sabe que estoy por morir y quiere verme sufrir. Pero luego de un momento más, finalmente pude armarme de suficiente valor como para abrir los ojos. Aunque parecía increíble, estaba sentado a mis pies, con su gran lengua colgando amistosamente y moviendo la cola. Verdaderamente estaba esperando que me acercara y lo acariciara.
Cuando la velocidad del latido de mi corazón pasó de tres dígitos a dos, revisé la casa solamente para encontrar que estaba completamente cerrada. Se hacía tarde y me sentía agotado. Tenía la posibilidad de acampar afuera con mi nuevo amigo canino, o debía pensar en alguna otra alternativa. Fue entonces cuando se me ocurrió una idea.
En ese mismo lugar vivía otra familia que me habían presentado. Probablemente podría permanecer con ellos hasta que mis anfitriones regresaran. Por lo tanto, me subí al auto y conduje hasta la casa de John y Kay Hammer, sin saber que me esperaba una situación aún más sorprendente.
Toqué el timbre y me recibió Kay. "Hola, Gary", me dijo luciendo una espléndida sonrisa. Esta mujer hace que todos los que la conocen se sientan especiales e importantes. Le expliqué mi situación a ella y a John, e insistieron en que me quedara en su casa a pasar la noche.
Conocí a sus encantadores hijos que salieron rápidamente de sus habitaciones. Finalmente, luego de una breve conversación en la sala, todos nos retiramos a descansar.
Mi cuerpo debe haber sabido que mi avión no saldría hasta la noche siguiente, porque pasé por alto el despertador y dormí hasta avanzada la mañana. Para cuando me levanté, me bañé y me vestí, los niños y John ya se habían ido a la escuela y al trabajo respectivamente. Solamente quedaba Kay en la cocina preparando el desayuno para su invitado inesperado.
Ya había recibido un shock cuando el perro casi me saltó encima, pero ni me imaginaba que estaba por recibir un segundo shock que sería mucho más perturbador.
Mientras estábamos sentados a la mesa de la cocina, la sonrisa de Kay comenzó a desvanecerse de su rostro. Permaneció allí sentada, con la cabeza inclinada, mirando fijamente el borde de la mesa, pensando. Sin mucho preámbulo, Kay comenzó a contarme una historia familiar demasiado conocida.
Durante muchos años, esta esposa se había sentido descuidada. Su marido brindaba lo mejor de su semana a sus prósperos negocios, y para ella y sus hijos quedaban algunas sobras los fines de semana. Todas las responsabilidades para criar a cuatro niños recaían sobre sus hombros y, además, estaba exhausta de tratar de arreglar los problemas entre su esposo y sus hijos.
Algunas veces le había rogado a John que hiciera algo para mejorar su desintegrada relación, pero sus ruegos cayeron en oídos sordos. Demasiado absorto en construir su carrera, él no tenía tiempo para preocuparse por la manera en que su matrimonio y su familia se estaban deteriorando.
Al igual que muchas otras esposas, Kay sufría de un mal conocido como "descuido doméstico", pero además tenía otro motivo de dolor. Era una cristiana con una genuina fe, pero sabía que cuando su esposo iba a la iglesia era más por los contactos sociales que por una necesidad de crecimiento espiritual. Lentamente, con el paso de los años, la insensibilidad de su esposo había carcomido su relación, y había comenzado a envenenar su corazón.
LA RUINA DE UN TESORO NACIONAL
Mientras me encontraba sentado con Kay aquel día me sentía como si estuviera contemplando el desastre del barco petrolero Valdez de la Compañía Exxon. He aquí un hermoso hogar y una magnífica familia. Sin embargo, con la discordia y la angustia al timón, sus relaciones estaban siendo conducidas directamente hacia las rocas, con un destino similar al de aquel barco petrolero.
Día tras día, el veneno de un matrimonio desgarrado se vertía sobre sus vidas, malogrando la belleza natural de una familia que se ama. Habían intentado reparar parte del desastre en el cual se había convertido la relación entre ellos, pero de muchas maneras el daño ya estaba hecho. Los niños sentían las tensiones existentes en la casa y comenzaban a reflejarlo en sus vidas, y cualquier interés que hubieran podido mostrar en ir a la iglesia, ahora lo estaban perdiendo.
Los amigos de Kay, aun sus amigos cristianos, le decían: "Deja de ser una alfombra de limpiarse los pies, Kay, ya has soportado bastante. Dios te perdonará. Salte de ese terrible matrimonio y busca un marido mejor." Inclusive había recurrido a su pastor y a un sicólogo "cristiano". Ambos le habían dicho que con su marido jamás podía esperar sacar el barco de las rocas, que su matrimonio estaba muerto en aquellas aguas y que no había manera de salvarlo.
"No lo estoy apurando para que se vaya, y no había planeado contarle nada de esto", me dijo en la mesa del desayuno, sintiéndose incómoda por las lágrimas que rápidamente afloraban a sus ojos. "Pero cuando los niños regresen de la escuela hoy, voy a abandonar a mi marido. Me iré con los niños. . . ."
Me gustaría poder decir que la historia de John y Kay es poco común, pero, lamentablemente, no es así. Al trabajar con parejas y familias durante casi dos décadas, he visto muchos desastres similares. Han arruinado nuestro mayor tesoro nacional, que es nuestra familia.
Era evidente que el daño que había sufrido la relación de la familia Hammer no se podría reparar fácilmente. En realidad, cuanto más escuchaba, más podía ver por qué algunos "consejeros" le habían dicho que no tenía caso seguir intentándolo. Desde el punto de vista humano, verdaderamente, la mejor opción parecía ser empacar e irse en lugar de tratar de reconstruir lo imposible. Pero Dios permitió que algo milagroso sucediera en Kay en las horas siguientes que transformó su relación con su esposo, y también transformó mi vida.
Han pasado catorce años desde aquella triste mañana en el hogar de John y Kay. ¡Y actualmente ellos ño solamente son unos de nuestros mejores amigos, sino que también son miembros de nuestro equipo! La relación entre ambos dejó de ser oscura como el petróleo y pasó a ser un cristalino reflejo del amor de Cristo. Y más aún, la profunda amistad y el amor que existe entre ellos es en sí mismo un testimonio, y ha ayudado a muchas, muchas parejas que se encontraban al borde del divorcio.
¿Qué fue lo que produjo el cambio en sus vidas? De eso se trata este libro. Los mismos versículos y conceptos que anoté en una libreta para Kay aquella mañana son los que he visto usar a Dios en las vidas de cientos de personas a través de los años. Compartiré principios bíblicos que cuando se aplican a una relación, inclusive a una relación que está naufragando, pueden convertir un desastre en un tesoro. Aprender directivas específicas para mantenernos alejados del peligro, también puede prevenir que se desmorone un matrimonio o una familia. Pero el cambio no comienza sino en el lugar en el que se debe comenzar, en el mismo punto al que tuvo que llegar el matrimonio Hammer.
¿QUIERES UN MATRIMONIO Y UNA FAMILIA EXITOSOS?
Ya sea que se trate de una familia, de una escuela, de una compañía o de un cuadro de fútbol, no podemos guiar nuestras relaciones a través de las aguas de la vida sin tener un plan. Ese es el punto de partida. Sin un claro plan de acción que nos señale el camino hacia las profundas aguas de la intimidad y que evite las filosas rocas de la ruina matrimonial, estamos invitando a la angustia a entrar en nuestros hogares. Es de vital importancia que formulemos planes claros en nuestra vida y que no permitamos que el azar determine el curso de los acontecimientos.
Es probable que en alguna época, la sociedad misma delineara límites para compensar la falta de propósitos claros en el hogar. Pero hoy en día eso no es así. Si no tenemos una dirección específica para nuestras familias estamos expuestos al desastre. Y de eso trata este libro. Es nuestro mejor esfuerzo por brindarte un plan de acción aplicable y con fundamento bíblico para construir relaciones amorosas y duraderas.
Ahora bien, sabemos que pedirte que adoptes un "plan" de acción para tu hogar puede sonar como algo que requiere bastante trabajo, pero te aseguramos que el esfuerzo que emplees para guiar a tu familia hacia aguas tranquilas será mucho menor que tratar de sacar la embarcación de entre las rocas.
¿Es posible que un plan de acción sea lo que determine esa diferencia? En el caso que presentaremos a continuación, la decisión de tomar tiempo para aprender y practicar un plan de acción transformó a un grupo de individuos derrotados en un equipo invencible.
UN HOMBRE QUE HIZO HISTORIA
Cuando a nuestro buen amigo, Norm Evans, le pidieron que se hiciera cargo de un equipo de fútbol americano de la Liga Nacional, ese equipo ocupaba el último lugar. El sabía que necesitaba un cambio, por lo tanto contrató a un nuevo entrenador. Pero eso no era nada nuevo. Ya habían contratado a varios entrenadores, sin que eso hubiera cambiado la suerte del equipo. Por la manera en que estaba jugando el equipo, este joven entrenador que había escogido probablemente sería historia en menos de un año.
Tal como sucedieron las cosas, ese entrenador pasó a los anales de la historia del fútbol nacional, pero no como un fracaso. Actualmente, aun con altibajos, ha permanecido en la Liga Nacional por más tiempo que cualquier otro entrenador, y existe una razón para ello. Ese hombre transformó a aquel equipo en campeón siguiendo un claro plan de acción.
El año anterior a la llegada de ese entrenador, el equipo tuvo un registro de tres triunfos contra diez derrotas. Estaban desmoralizados, casi no tenían motivación alguna, y el esfuerzo de los jugadores en la cancha dejaba mucho que desear. Norm recuerda cómo se paraba al costado de la cancha, junto a los jugadores suplentes, preguntándose cómo perderían el próximo partido.
Entonces llegó el nuevo entrenador, y no perdió tiempo en ir al grano. Lo primero que hizo fue llamar a una reunión del equipo, reunión que los jugadores nunca olvidarán.
Entró a la habitación, se cruzó de brazos, y permaneció silencioso frente a ellos durante varios minutos. Aquellos minutos parecieron horas mientras los miraba fijamente a los ojos. Finalmente, con un tono de voz claro y convincente les dijo: "Muchachos, van a ser los campeones de la Liga Nacional."
En la habitación se produjo un extraño silencio. Varios veteranos tuvieron que inclinar la cabeza para evitar que sus sonrisas se convirtieran en carcajadas. Algunos asintieron con la cabeza como diciendo: Seguro, entrenador, lo que usted diga Pero en lo más profundo de su ser se decían: ¿Quién es éste? Siempre hemos sido perdedores. ¿Campeones? ¡Ni siquiera somos un peligro para los demás cuadros! Luego, el entrenador les hizo saber la razón por la cual estaba seguro de que tendrían éxito: Un claro plan de acción.
"En primer lugar", dijo, "les daré un gran plan de trabajo de equipo cada semana. Les garantizo que conocerán a la persona con la cual están jugando más que a nadie, con excepción de su esposa. En segundo lugar, practicarán ese plan hasta que forme parte de ustedes. Y en tercer lugar, van a aprender el plan de juego, lo van a practicar y van a ganar."
Paso a paso, la temporada siguiente fue testigo dé la estrategia que desarrolló ese hombre. Los jugadores aprendieron un plan de acción específico y luego lo practicaron una y otra vez hasta que sintieron confianza en sí mismos y en sus compañeros como nunca antes. Ahora se paraban al lado del campo de juego preguntándose cómo ganarían en lugar de pensar en que iban a perder. En el lapso de un corto año eran un equipo diferente. ¿Por qué? Sucedió exactamente a la inversa del año anterior; ganaron diez partidos y perdieron solamente tres. Y en las dos temporadas siguientes, los Miami Dolphins, bajo la dirección del entrenador Don Shula, ganaron el campeonato y se convirtieron en el mejor equipo de fútbol profesional.
"Esta es una gran historia si se trata de un equipo de fútbol", puedes decirme, "pero, ¿qué tiene que ver con mi matrimonio?" ¿Es posible que la preparación de un "plan" realmente opere un cambio semejante en un matrimonio o en la relación con nuestros hijos? Para John y Kay fue así.
Kay Hammer no sabía mucho de aquel equipo de fútbol cuando nos sentamos a conversar aquella mañana, pero hasta el día de hoy tiene algo en común con ellos. Durante años, ella y John permitieron que las circunstancias y las emociones del momento marcaran el rumbo de la relación entre ambos, y sus vidas estaban a punto de terminar en un fracaso. Sin embargo, al igual que este equipo profesional, las cosas comenzaron a cambiar en sus vidas cuando empezaron a seguir un claro plan de acción y a practicarlo consistentemente.
Aquella mañana, sentado a la mesa de la familia Ha...

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