
eBook - ePub
Elvis, Pitágoras y la historia de Dios
El arte y la ciencia como amigos de la fe
- 224 páginas
- Spanish
- ePUB (apto para móviles)
- Disponible en iOS y Android
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Descripción del libro
Cinco siglos antes del nacimiento de Jesús, Pitágoras enseñaba que el universo vibraba porque había una realidad más grande de la que nos podíamos imaginar. En el siglo XVI, el director del coro de Lutero inició un movimiento de adoración en el cual usaba por vez primera la armonía en los arreglos musicales del coro. En el siglo XIX, Friedrich Nietzsche, caudillo del ateísmo, habló de lo que él llamaba «valores cristianos», y en el siglo XX, Presley inició la popularización de la música cristiana. Dios ha estado siempre presente en la historia de la humanidad sin haberse dejado encerrar en lugar alguno. En esta obra, Junior Zapata nos ayuda a verlo activo en medio de toda esa historia.
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Información
Categoría
Theology & ReligionCategoría
Christian Ministry
Dios ha hablado desde el principio.
La voz produce ondas sonoras que básicamente son energía en movimiento, y por medio de esta energía Dios creó el universo. A través de la belleza y la estructura de la materia, así como de la energía del universo, Dios comenzó una conversación mucho antes de que existiera la humanidad. Todo lo relacionado con la estética y la materia-energía forma parte del vocabulario preferido de Dios.
En Génesis 1 encontramos por lo menos diez veces la frase: «Y dijo Dios». Dios habla, se revela en la historia del universo y la humanidad.
La narrativa bíblica de Génesis nos proporciona la crónica del progreso positivo de la cultura humana. Nos cuenta cómo la agricultura proviene de Jabal, y explica cómo la expresión artística comienza con Jubal. Además, nos habla de Tubal Caín, probablemente el padre de la industria y la tecnología, y si estudias las fechas, te darás cuenta de que en verdad él fue el precursor de la era de bronce.
La Biblia nos enseña desde el principio que la cultura humana no es algo «malo». De modo que no tenemos por qué inferir que los hijos de Dios no deben buscar producir obras de gran valor. A partir del texto bíblico y la historia de la humanidad, vemos claramente que producir obras de arte y desarrollar la industria son dones que Dios le ha concedido al ser humano.
Si algo nos dicen los primeros capítulos de la Biblia, es que el mundo entero se ha beneficiado de la agricultura, se ha favorecido con las artes, y ciertamente ha necesitado de la tecnología, la cual se deriva de la ciencia.
La agricultura básicamente manipula la naturaleza con la tecnología apropiada. La naturaleza es creación de Dios, y la tecnología se desarrolla a fin de resolver un problema. Aunque fuera de manera informal y aunque en los principios de la civilización se haya dado empíricamente, primero el problema estaba presente, y luego se buscaron alternativas hasta llegar a una respuesta. Ese es el uso de la ciencia en su forma más básica.
Este desarrollo fue posible porque aun el hombre pecador posee la imagen de Dios, la cual le permite pensar, crear, crecer, desarrollar, experimentar, soñar, inventar y explorar nuevos territorios.
Los hijos de Dios debemos estar agradecidos por los hombres y mujeres que incluso no siendo «cristianos» inventaron, desarrollaron y descubrieron muchas cosas que hoy pasamos por alto. Estos individuos, aun que no creían en Dios, debido a que fueron creados a la imagen divina tuvieron la capacidad de contribuir al desarrollo de la humanidad.
En Génesis 4, la Biblia nos describe los pilares de la civilización. Jabal fue el precursor de la ganadería y la agricultura. Debido a que lidiaba con animales, algunos antropólogos sugieren que también fue el padre de la industria textil. Él poseía ovejas, cabras y otros animales «peludos» que lo llevaron a desarrollar tejidos.
Otros historiadores aducen que el hecho de que haya sido «el antepasado de los que viven en tiendas de campaña y crían ganado» (Génesis 4:20) indica que Jabal fue el padre del comercio. Génesis 4:2 solo afirma que Abel cuidaba ovejas. Sin embargo, de Jabal se dice que vivía en tiendas de campaña, lo cual probablemente indicaba un movimiento geográfico. La Biblia nos muestra el progreso de la civilización al describirnos la diferencia del estilo de vida entre Abel y Jabal. Abel solo cuidaba ovejas. Jabal ya vivía en tiendas de campaña y cuidaba ganado, infiriéndose que tenía a su cargo más que solo ovejas.
La Biblia no solo indica que la agricultura y el comercio son importantes, sino que también, al describirnos el nacimiento de las artes, muestra que estas son parte integral de la civilización.
Jubal, según las Escrituras, «fue el antepasado de los que tocan el arpa y la flauta» (Génesis 4:21). La expresión artística musical nace en las manos de Jubal, y es obvio que resulta importante para Dios, ya que era importante para la civilización. El arpa es un instrumento de cuerdas con cuerpo de madera, el mismo que se describe en las manos de David cuando tocaba para Saúl. La flauta, creen los antropólogos, era muy sencilla. Estaba hecha de una caña, probablemente similar al bambú.
No hay arte si no hay creatividad. Y Jubal no iba a la tienda de música a comprar estos instrumentos. Él, habiendo sido hecho a la imagen de Dios, poseía creatividad artística no solo para tocar los instrumentos, sino para inventarlos, algo que requería imaginación, diseño y fabricación manual.
La creatividad, dada por Dios al hombre, se describe entonces como algo que fue necesario para el desarrollo de la civilización. Jubal probablemente fue inspirado a practicar las artes por medio de su padre, Lamec, ya que a partir de Génesis 4:23 podemos deducir que Lamec era compositor, poeta, o ambas cosas. Es ahí donde tenemos el registro de la canción más antigua que se conoce. No se trata de una canción «cristiana» ni de alabanza, pero ciertamente es parte del importante acervo cultural de la humanidad.
LA CREATIVIDAD, DADA POR DIOS AL HOMBRE, SE DESCRIBE ENTONCES COMO ALGO QUE FUE NECESARIO PARA EL DESARROLLO DE LA CIVILIZACIÓN.
De modo que si la creatividad y el arte fueron importantes en el pasado, ¿no será que continuarán siéndolo en el presente y el futuro?
Otro que contribuyó al desarrollo de la civilización fue Tubal Caín, quien era «herrero y forjador de toda clase de herramientas de bronce y de hierro» (Génesis 4:22). La Biblia nos sugiere que Tubal Caín, además de ser «herrero», era un artesano. La palabra que las Escrituras utilizan indica que se trataba de un «artífice». Esto es porque el bronce se usaba más para producir obras estéticas que herramientas. Existían herramientas hechas de bronce, pero no tantas como de hierro.
Así que otro pilar de la civilización fue el desarrollo de la herrería y la metalurgia. Sin embargo, con estas actividades entraron en juego otras disciplinas. Por ejemplo, si Tubal Caín trabajó el bronce, tuvo que haber desarrollado algo de minería. Si trabajó el hierro, precisó conocer acerca de la temperatura, el estado del metal, el enfriamiento de la pieza y cómo manejar de manera eficiente el fuego. Tubal Caín tuvo que desarrollar la tecnología; herramientas apropiadas para manipular el hierro fundido, así como procesos para buscar, transportar y moldear el bronce, entre otras cosas.
Nuestro pasado es maravilloso. La Biblia nos muestra un pasado ingenioso e inventivo, necesario para que se dieran las condiciones del desarrollo social. Jabal es el precursor de la agricultura, Jubal de las artes, y Tubal Caín de la industria y la tecnología.
Permíteme recordarte que Jabal, Jubal y Tubal Caín provenían de una familia que no era «cristiana». Y no solo eso, eran descendientes (seis generaciones posteriores) del asesino más famoso de la historia, Caín.
Sí, fue a los hijos de Caín a los que Dios usó para construir la civilización humana. Desde la infancia de nuestras sociedades, Dios hablaba con la humanidad. Y no intervino solo con los que «creían en él», sino hasta con aquellos que le dieron la espalda.
Nuestra lógica cristiana contemporánea nos dice que Dios debía haber escogido los pilares de la civilización del «linaje real», de entre aquellos que lo sabían «adorar» y «lo honraban». Sin embargo, Dios tiene razones y propósitos que sobrepasan nuestros juicios y tradiciones. Las contribuciones a la civilización son hechas por personas capaces, no necesariamente «creyentes».
¡Cuán maravilloso es nuestro Dios! Desde la infancia de nuestra sociedad él se muestra misericordioso y amoroso. El hecho de haber permitido el avance agrícola, comercial, artístico, industrial y tecnológico por medio de los hijos de aquel que mató a su hermano (la mitad de la población mundial) nos da una gran lección en cuanto a con qué ojos debemos ver a la sociedad que nos rodea.
El pasado está lleno de historias fascinantes acerca de cómo Dios habló con la cultura, unas veces a través de sus hijos más comprometidos y otras por medio de los más rebeldes, pero siempre habló. Resulta interesante que Dios desde la creación haya usado el arte y la ciencia como medios para conversar con la humanidad. Según mi punto de vista, el arte ha constituido la forma en que la humanidad busca tocar el mundo espiritual de Dios, mientras que la ciencia es el modo en que Dios busca tocar el mundo material del hombre.
Resulta muy probable que el arte y la ciencia hayan sido el desafío más grande que el cristianismo ha enfrentado y seguirá enfrentando, no porque sean contrarios a la verdad, sino porque constantemente cuestionan si lo que el cristianismo afirma es cierto. Además, el arte y la ciencia desafían no solo al cristianismo, sino a cualquier pensamiento ortodoxo del día que intente crear una plataforma para una nueva expresión o un nuevo descubrimiento. Muchas veces como cristianos pensamos que porque algo resulta «nuevo» debe estar equivocado, que debido a que cuestiona lo ortodoxo es malo. No obstante, en ocasiones esa ortodoxia está equivocada, aunque muchas veces no sea así. En ocasiones la interpretación del artista está equivocada, otras veces no.
Si algo nos enseña el pasado es a ser humildes, ya que al estudiarlo uno ve claramente que Dios excede nuestras ideas de cómo creemos que él debería haberle hablado a la humanidad.
Dios no es occidental. Dios no es un teólogo alemán ni estadounidense. Tampoco piensa como los cristianos en Latinoamérica lo hacemos.
Dios no solo habla español, si quieres considerarlo así, sino habla todos los idiomas. Dios se goza de todas las culturas y civilizaciones; a muchas les ha perdonado más, pero igual que a la nuestra, a todas les ha mostrado su infinita misericordia. Se complace en muchas de nuestras costumbres eclesiásticas, pero estas no son las únicas que han existido ni las únicas en las que él se agrada.
Las creencias del cristianismo, nuestra fe, no constituyen una cosmovisión de occidente. En las fibras culturales más profundas de todas las civilizaciones existe una necesidad, un hambre por conocer al único Dios, creador del universo y dador de la moral.
Por ejemplo, la cultura china es una de las más antiguas y duraderas. Posee cuatro mil quinientos años de historia ininterrumpida, resultando tan antigua como la civilización judía. Y hubo muchos emperadores en la China antigua que eran adoradores del Dios creador del universo.
El taoísmo, que significa «enseñanza del camino», aparece en China aproximadamente en el año 6 a. C. La palabra «tao» proviene de «dao», que quiere decir camino, vía o sendero.
El confucianismo nace en el año 5 a. C. y es básicamente una agrupación de las leyes morales enseñadas por Confucio.
El budismo surge también en el año 5 a. C. en la India. Si te gusta lo complicado, deberías estudiar esta cosmovisión, ya que es altamente influyente en el mundo y bastante compleja, resultando muy interesante compararla con el cristianismo. Las diferencias te sorprenderán.
El hecho de que el taoísmo, el confucianismo y el budismo hayan surgido entre los años 6 y 5 a. C. no es casualidad. Estas tres cosmovisiones comparten elementos relacionados con la moral, la armonía y un respeto a la Creación muy profundo. El ser humano no puede «crear el conocimiento», todo lo que sabemos es producto de algo que aprendimos antes. El Gran Dador de la moral ha intervenido en la historia de la humanidad, en toda la historia, no solo en la de nuestra iglesia, y al hacerlo ha puesto «eternidad en el corazón» del ser humano (Eclesiastés 3:11, RVR-60). Esta «eternidad» implica el conocimiento de un ser Creador, único, moral y eterno. Es muy probable entonces que lo que observamos en cuanto a moral, armonía y respeto a la Creación en estas cosmovisiones y muchas otras de las civilizaciones milenarias tenga su origen en lo que Dios le habló a la humanidad en esas edades, de lo cual aún quedan vestigios. Esto no hace a todas las cosmovisiones iguales a la judeo-cristiana; no estoy hablando de sincretismo religioso ni de cristianismo ecléctico.
DIOS NO ES OCCIDENTAL. DIOS NO ES UN TEÓLOGO ALEMÁN NI ESTADOUNIDENSE. TAMPOCO PIENSA COMO LOS CRISTIANOS EN LATINOAMÉRICA LO HACEMOS.
Existen datos históricos muy claros que evidencian que antes de estas religiones, durante dos milenios, la cultura china adoraba a un Dios Supremo. Los chinos lo llamaban Shang Di, que significa «el rey que habita en lo más alto».
La Enciclopedia Británica define Shang Di como: «El Señor más alto […] deidad china, el más antiguo Dios que controla la victoria en la batalla, la cosecha, el destino de la capital y el clima […] Se le consideraba muy inescrutable como para ser influído por los mortales. Shang Di era considerado la Deidad única y suprema».
También lo llamaban «Tian», y para escribir su nombre el ideograma que usaban significa: «De todo lo que es grande, él es más grande». Muy parecido a los atributos de Elyon, el Altísimo.
Dios se mantuvo comunicándose en el pasado con las civilizaciones antiguas. De alguna manera intervino en la historia de los chinos y de toda civilización ancestral. Al centro de toda cultura siempre existe un altar al Dios no conocido. Si lo buscamos, lo encontraremos.
El emperador Qin Shi Huang fue el que unificó a China. Al consolidarla en el año 221 a. C., se autoproclamó el primer emperador y con él comenzaron casi dos mil años de gobierno imperial. Él fue algo así como un innovador de la economía y la política, construyendo la Gran Muralla China. La próxima vez que vayas a China, visita la Gran Muralla y escucha la fascinante historia de este emperador.
Qin Shi Huang no era un emperador «cristiano» —incluso el cristianismo no existía todavía— pero hay evidencias de que escuchaba a Dios, siendo sensible a la voz del Creador del universo.
Es fácil concluir que Dios le ha hablado a otras civilizaciones y que la historia es Su historia. Podemos confiar en que aun en las sociedades ancestrales, Dios no estuvo callado, sino que dejó su firma como estela en el cielo del pasado.
Antes de llegar a ser el famoso profeta, Daniel y muchos otros jóvenes de su generación fueron capturados en el 606 a. C. por el rey de Babilonia. Sin embargo, más de mil años antes de eso, el rey Hammurabi se había convertido en el primer monarca del Imperio Babilónico. Además de haber tenido un nombre simpático como sacado de un menú de Sushi y de origen amorreo, Hammurabi tuvo una agudeza única acerca de la ética y la moral. Parece que era un fanático de la organización social y un estudioso del comportamiento humano. Él promovió lo que probablemente fue el primer código social de vida en la historia de la humanidad.
El Código de Hammurabi consta de doscientas ochenta y dos leyes que servían para juzgar todo tipo de actividad y comportamiento. Estas «leyes» estaban talladas en una esquela de piedra negra que Hammurabi había levantado en el templo del dios de Babilonia. En la actualidad, la misma se encuentra en París, en el Museo del Louvre, en la división de Antigüedades del Oriente Medio.
Por varias razones algunos historiadores piensan que es probable que Hammurabi fuera el rey de Sinar mencionado en Génesis 14. Lo interesante con las leyes de Hammurabi y otros códigos legales ancestrales es que tienen una veta moral tan similar, que los antropólogos sociales señalan que solo hay dos explicaciones al fenómeno: hubo un código original y seminal que logró circular durante los primeros mil años de las civilizaciones, o los diferentes sabios y gobernantes llegaron a las mismas conclusiones al estudiar el comportamiento humano y examinar el espíritu del hombre. Cualquiera que sea ...
Índice
- Cover Page
- Title Page
- Copyright Page
- Dedicatoria
- Contenido
- Prólogo
- Introducción
- Parte 1: El pasado
- Parte 2: La historia
- Parte 3: La ciencia
- Parte 4: El arte
- Parte 5: El futuro
- Notas
- Bibliografía