Comentario bíblico con aplicación NVI Colosenses y Filemón
eBook - ePub

Comentario bíblico con aplicación NVI Colosenses y Filemón

David E. Garland

Compartir libro
  1. 432 páginas
  2. Spanish
  3. ePUB (apto para móviles)
  4. Disponible en iOS y Android
eBook - ePub

Comentario bíblico con aplicación NVI Colosenses y Filemón

David E. Garland

Detalles del libro
Vista previa del libro
Índice
Citas

Información del libro

Muchos comentarios bíblicos nos llevan en un viaje de ida del siglo veinte al siglo uno. Sin embargo, nos dejan ahí, asumiendo que, de alguna manera, podremos regresar por nosotros mismos. En otras palabras, se enfocan en el significado original del pasaje, pero no discuten su aplicación contemporánea. ¡La información que ofrecen es valiosa, pero el trabajo está hecho solo a la mitad! Esta nueva y única serie muestra a los lectores cómo traer un mensaje antiguo al contexto moderno. Explica no solo lo que la Biblia quiso decir, sino también cómo puede hablar de un modo poderoso en la actualidad.

Preguntas frecuentes

¿Cómo cancelo mi suscripción?
Simplemente, dirígete a la sección ajustes de la cuenta y haz clic en «Cancelar suscripción». Así de sencillo. Después de cancelar tu suscripción, esta permanecerá activa el tiempo restante que hayas pagado. Obtén más información aquí.
¿Cómo descargo los libros?
Por el momento, todos nuestros libros ePub adaptables a dispositivos móviles se pueden descargar a través de la aplicación. La mayor parte de nuestros PDF también se puede descargar y ya estamos trabajando para que el resto también sea descargable. Obtén más información aquí.
¿En qué se diferencian los planes de precios?
Ambos planes te permiten acceder por completo a la biblioteca y a todas las funciones de Perlego. Las únicas diferencias son el precio y el período de suscripción: con el plan anual ahorrarás en torno a un 30 % en comparación con 12 meses de un plan mensual.
¿Qué es Perlego?
Somos un servicio de suscripción de libros de texto en línea que te permite acceder a toda una biblioteca en línea por menos de lo que cuesta un libro al mes. Con más de un millón de libros sobre más de 1000 categorías, ¡tenemos todo lo que necesitas! Obtén más información aquí.
¿Perlego ofrece la función de texto a voz?
Busca el símbolo de lectura en voz alta en tu próximo libro para ver si puedes escucharlo. La herramienta de lectura en voz alta lee el texto en voz alta por ti, resaltando el texto a medida que se lee. Puedes pausarla, acelerarla y ralentizarla. Obtén más información aquí.
¿Es Comentario bíblico con aplicación NVI Colosenses y Filemón un PDF/ePUB en línea?
Sí, puedes acceder a Comentario bíblico con aplicación NVI Colosenses y Filemón de David E. Garland en formato PDF o ePUB, así como a otros libros populares de Theology & Religion y Biblical Commentary. Tenemos más de un millón de libros disponibles en nuestro catálogo para que explores.

Información

Editorial
Vida
Año
2013
ISBN
9780829777741

Colosenses 1:1–8

Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, 2 a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Que Dios nuestro Padre les conceda gracia y paz. 3 Siempre que oramos por ustedes, damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, 4 pues hemos recibido noticias de su fe en Cristo Jesús y del amor que tienen por todos los santos 5 a causa de la esperanza reservada para ustedes en el cielo. De esta esperanza ya han sabido por la palabra de verdad, que es el evangelio 6 que ha llegado hasta ustedes. Este evangelio está dando fruto y creciendo en todo el mundo, como también ha sucedido entre ustedes desde el día en que supieron de la Gracia de Dios y la comprendieron plenamente. 7 Así lo aprendieron de Epafras, nuestro querido colaborador y fiel servidor de Cristo para el bien de ustedes. 8 Fue él quien nos contó del amor que tienen en el Espíritu.

Sentido Original

Las dos primeras secciones de la carta de Pablo a los Colosenses consisten en su habitual salutación (1:1–2) oración de acción de gracias que el apóstol dirige a Dios a favor de los creyentes en las iglesias (1:3–23). Estas secciones ayudan a establecer el programa del resto de la carta.

La salutación (1:1–2)

Pablo comienza su salutación identificándose como «un apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios». No escribe desde un punto de vista particular, sino como apóstol de Cristo que habla con autoridad. Al identificarse de esta manera, Pablo no pretende establecer sus credenciales o dominar a sus lectores. Su autoridad no aumenta por la utilización del título de apóstol, del mismo modo que no se ve reducida cuando lo omite (1Ts 1:1; 2Ts 1:1) o lo sustituye por el de «siervo» (Fil 1:1) o «prisionero» (Flm 1). El término apóstol describe simplemente lo que es.
Por consiguiente, no hemos de asumir, como hacen algunos, que cuando Pablo alude a sí mismo como apóstol, está siempre defendiendo su llamamiento contra una amarga oposición.1 No todos los receptores de las cartas de Pablo albergaban sospechas sobre sus capacidades o idoneidad como apóstol, y él no estaba siempre a la defensiva. El apóstol elogia a los colosenses por ser una comunidad amorosa y comprensiva, no un grupo contencioso, murmurador y rencoroso (1:8; Flm 5). Aunque muchos miembros de la iglesia de los colosenses no conocían a Pablo personalmente, la lectura de la carta deja la impresión de que le tenían aprecio tanto a él como a su colaborador Epafras, quien les había llevado el Evangelio.2 Pablo les escribe porque ya aceptan su autoridad, que se deriva del Evangelio que ha sido llamado a predicar, un Evangelio que han aprendido de Epafras.
Cuando Pablo afirma que su llamamiento como apóstol fue «por la voluntad de Dios», expresa su convicción esencial de que Cristo le llamó y fortaleció para perseverar en la divina tarea que fue confiada solo a unos pocos. En el Antiguo Testamento, Dios se apareció a los profetas y les envió a proclamar su palabra. En el caso de Pablo, Cristo se le apareció y le envió a proclamar un Evangelio específico (Gá 1:12, 16; 1Co 15:8–10). No fue él quien decidió entrar en el ministerio apostólico, sino que entendió haber sido apartado por Dios desde la matriz de su madre para llevar el Evangelio a las naciones (Gá 1:15–16).3 Su autoridad era única porque procedía directamente de Cristo, sin embargo Pablo no se veía a sí mismo como apartado para desempeñar un alto cargo desde el que podría llevar la batuta y promulgar alegremente directrices divinas (ver 1Co 4:9). Dios le asignó una tarea, no una posición.
Como apóstol de Cristo, Pablo no está vinculado a ninguna congregación en particular, sino obligado a todas, particularmente a las gentiles (Ro 11:13; Gá 2:7; Ef 3:1–2). El mundo es su campo de misión. Todo lo que hace como apóstol de Cristo implica a su Iglesia. Por consiguiente, su comisión a predicar el Evangelio y edificar el cuerpo de Cristo prestando ayuda a los creyentes en sus luchas con la obediencia, le lleva a intervenir en la controversia colosense.
Pablo menciona a Timoteo, «nuestro hermano», como coautor de la carta,4 condición que tiene también en otras cinco epístolas: 2 Corintios, Filipenses y Filemón, 1 y 2 Tesalonicenses (con Silvano). Según Hechos 16:1–2, Pablo conoció a este joven durante su ministerio en Derbe o Listra. Puesto que la madre de Timoteo era judía, Pablo le hizo «oficialmente» judío circuncidándole (Hch 16:3). Timoteo acompañó a Pablo en sus viajes misioneros, y Pablo le ensalzó como hijo amado (1Co 4:17; Fil 2:22) confiando en él como fiel emisario y enviándole a varias iglesias para confortar a los convertidos que estaban bajo presión, o apagar los fuegos del conflicto (1Co 4:17; Fil 2:19; 1Ts 3:2, 6). Aunque Timoteo no era un apóstol, Pablo le confirma como alguien que comparte con él la misma obra (1Co 16:10) y la misma predicación (2Co 1:19).
No tenemos noticias de que Timoteo estuviera directamente vinculado a los Colosenses. Es posible que su nombre aparezca en la salutación porque escribió la carta siguiendo el dictado de Pablo, o la redactó según sus instrucciones. Su inclusión también deja claro que lo que sigue no es la peculiar opinión de Pablo. El apóstol no trabaja independientemente y no es el único que defiende las convicciones que expresa. Pablo forma parte de un equipo de ministros, y esta carta refleja el consenso de quienes están con él (ver 4:10–14).
El apóstol saluda a la iglesia dirigiéndose a ella con la expresón: «santos y fieles hermanos en Cristo».5 El término santidad tiene que ver con ser apartado del mundo para Dios y no implica que estos creyentes formen parte de una categoría superior de creyentes especialmente virtuosos. Igual que, como apóstol de Cristo, Pablo pertenece a Dios, también los colosenses le pertenecen como su pueblo en Colosas. En el Antiguo Testamento, la palabra «santo/s» se aplicaba a Israel, y Pablo incorpora deliberadamente a los cristianos gentiles a esta categoría.6 Significa que también ellos forman parte del pueblo escatológico de Dios, a quien se aplican todas las promesas.
Pablo identifica normalmente a los receptores de sus cartas como «santos», pero por regla general se dirige a ellos como «fieles».7 Esta expresión se refiere probablemente a su perseverancia bajo la presión. Algunos comentaristas consideran que, con este término, Pablo quiere decir exactamente lo contrario de lo que dice. Sugieren que Pablo está reprendiendo sutilmente a aquellos miembros de la iglesia que han sido infieles abandonando el verdadero Evangelio para seguir la llamada «filosofía».8 Esta lectura asume que Pablo está siendo insincero. Su alabanza se convierte en un elogio con la doble intención de advertirles: «No estoy del todo convencido de que estén siendo fieles, de modo que ¡tengan cuidado!». De un modo exagerado, algunos comentaristas han visto la amenaza de la «filosofía» tras cada expresión de Colosenses. Sin embargo, no todas las declaraciones de Pablo contienen matices ocultos. Si los colosenses no fueran fieles o estuvieran al borde del abandono de su fe, Pablo es perfectamente capaz de advertirles de manera directa. En Efesios 1:1, el apóstol no utiliza la palabra «fieles» con intención reprobatoria, ni tampoco tiene ningún sentido oculto cuando se sirve de ella para referirse a sus colaboradores Epafras, Tíquico y Onésimo (Col 1:7; 4:7, 9; ver también Ef 6:21).
Por tanto, deberíamos aceptar el evidente significado del texto: los colosenses son genuinamente «fieles», y esta es la razón de su acción de gracias. Su fe no está próxima a desaparecer, atrapada en el error, o a merced de los marchantes de falsas doctrinas. Están firmemente asidos a la cabeza (2:19), y Pablo únicamente les advierte respecto a otros que no lo están. No obstante, su fe no es completa y Pablo quiere fortalecerla y revitalizarla en su crecimiento. Con este saludo, el apóstol establece sus compromisos comunes para, de este modo, pasar a instruirles y advertirles. Su meta es asegurarse de que siguen estando bien cimentados en la fe (1:23) y creciendo en conocimiento (1:10).
La traducción de la NVI, «A los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas» (1:2), podría oscurecer el paralelismo del texto griego que literalmente dice: «en Colosas […] en Cristo». Dicho paralelismo da a entender que, aunque los receptores residen en Colosas, lo más importante es que viven en la esfera de Cristo. En los escritos de Pablo aparece frecuentemente la expresión «en Cristo» y otras afines, y este concepto es central para su concepción de nuestra salvación.
(1) Estar en Cristo significa estar incorporado a él, por lo que Cristo abarca toda la vida del creyente. Los receptores son colosenses, sin embargo la única identidad realmente relevante para Dios es que son cristianos. Esto significa que Cristo determina todos los aspectos de sus vidas. Más adelante Pablo dejará claro que la muerte de Cristo se convierte en la de ellos, lo mismo que su sepultura, resurrección y victoria (2:6–23).
(2) Estar en Cristo significa que los colosenses están unidos a él de un modo exclusivo. No se puede estar «en Isis», «en Artemisa», o en cualquier otro dios o diosa y estar también en Cristo.
(3) Estar en Cristo significa que es él quien determina la conducta de los creyentes. No se puede estar en «el mundo» o «en la magia, o las drogas», por ejemplo, y estar también «en Cristo». En otros pasajes Pablo se sirve de esta idea esencial para denunciar la inmoralidad: «¿No saben que sus cuerpos son miembros de Cristo mismo? ¿Tomaré acaso los miembros de Cristo para unirlos con una prostituta? ¡Jamás!» (1Co 6:15).
(4) Estar en Cristo significa que los creyentes están unidos a él de manera inseparable. Pablo expresa esta verdad con gran intensidad en Romanos 8:38–39: «Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la Creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor».
(5) Estar en Cristo significa que los creyentes están también unidos a una nueva familia en la que las líneas divisorias que separan y categorizan a las personas han sido borradas (ver Ro 12:5). Su común fe en Cristo ha creado un parentesco espiritual que sustituye a los vínculos de sangre.
Más que su raza, nacionalidad o clan, lo que da a los cristianos su verdadera identidad es estar en Cristo. Por consiguiente, Pablo llama «hermanos» a los colosenses. Los judíos se dirigían a sus compatriotas judíos como hermanos (Hch 2:29, 37; 3:17; 7:2, 26; 13:15; Ro 9:3); sin embargo, el que un judío devoto llamara hermanos a personas gentiles, muchas de las cuales ni siquiera conocía personalmente, pone de relieve las radicales consecuencias de un Evangelio que había eliminado todos los prejuicios raciales que aislaban a las personas entre sí (ver Col 3:11; cf. Gá 3:28; Flm 16).
Como muchos han observado, el habitual saludo de las cartas, chairein («saludos», Hch 15:23; 23:26; Stg 1:1), se convierte en una promesa de «gracia» (charis). La propia carta pretende ser un medio de gracia, y la palabra reaparece cuando el apóstol expresa su deseo final en Colosenses 4:18. «Paz» era el tradicional saludo hebreo (shalom).9 La paz que Pablo tiene en mente es aquella que solo viene con la salvación de Dios, a saber, armonía, integridad y serenidad. Son cosas que ni la fuerza humana, ni el equilibrio armamentístico entre las superpotencias pueden instaurar. Pablo muestra una ardiente preocupación para que los efectos de esta paz que procede de Dios sean evidentes en la vida de las comunidades cristianas.10 «La paz» deviene un elemento clave de su exhortación moral y aparece en su llamamiento a los colosenses en 3:15.11
Pablo confiesa que tanto la gracia como la paz proceden «de Dios nuestro Padre». La acción de gracias que sigue se basa en todo lo que Dios ha hecho y seguirá haciendo (1:7, 12–13). La imagen del padre transmite poder, autoridad y tierno cuidado. La cercanía y amor de Dios como Padre era algo particularmente valorado por los cristianos y, como en 1:3, en general, Pablo alude a Dios como Padre de Jesucristo.12 Para los cristianos, Dios es nuestro Padre puesto que lo es de Jesucristo a quien pertene-cemos.13 El Padre no es un Dios impenetrable e invisible, sino alguien que se da a conocer por medio de su Hijo (ver Mt 11:27). Incluso aquellos llamados desdeñosamente «niños» por quienes el mundo considera «sabios e instruidos» pueden conocer al Padre y al Hijo (Mt 11:25).

La estructura de la acción de gracias (1:3–23)

Según las convenciones de las cartas de la Antigüedad, en ellas se dirigía una oración de gratitud a los dioses. Pablo adoptó esta costumbre y la transformó haciéndola más extensa y llenándola de significado cristiano. Su acción de gracias no es una superficial genuflexión a las divinidades por las bendiciones recibidas y las desgracias evitadas. Es una oración para ser leída en voz alta en la adoración cristiana y, por ello, se convierte en un testigo de la fe y un medio de instrucción. Pablo nunca recurre a oraciones tópicas y generales, sino que las confecciona cuidadosamente a medida para la situación de la iglesia a la que se dirige. Con las hebras del progreso en la fe de la iglesia, sus necesidades, y sus esperanzas para ellos, el apóstol entreteje con sensibilidad un hermoso tapiz de alabanza y acción de gracias a Dios.14 No hemos de ignorar las acciones de gracias preliminares de las de Pablo como triviales meditaciones devocionales desconectadas de los temas clave de la carta. Estas secciones establecen el fundamento de lo que sigue, anticipando los principales temas de la carta, así como su escenario y tono.
La acción de gracias de Colosenses se extiende desde 1:3 hasta 1:23 e incluye el himno cristológico en prosa de 1:15–20. Las ideas clave de «fe», «esperanza» y «oír» en la apertura (1:4–6), se repiten en 1:23 para formar una inclusio, a saber, un recurso retórico que consiste en repetir en su parte final el comienzo de una sección. La acción de gracias se divide en dos partes, 1:3–8 y 1:9–23. La primera parte trata sobre los efectos del Evangelio en Colosas y en todo el mundo; la...

Índice