Adoración para la nueva generación
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Adoración para la nueva generación

Dan Kimball

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Adoración para la nueva generación

Dan Kimball

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Las iglesias están envejeciendo, hasta en las megaiglesias más populares, faltan generaciones enteras. ¿Dónde están las personas de 18 a 35 años? ¿Por qué la iglesia ya no las atrae? ¿Por qué nuestras formas actuales de adoración no mueven a la gente de esta edad? La iglesia necesita recuperar su relevancia en medio de una cultura que cambia con gran rapidez y radicalidad. Para lograrlo, urge iniciar nuevas formas de adoración e iniciar otros tipos de cultos que atraigan a los que están creciendo en esta era postcristiana. El autor Dan Kimball hablaba en su libro anterior, La iglesia emergente, de los cambios totales que hacen falta en nuestras comunidades cristianas a principios del presente milenio. En esta nueva obra, Adoración para la nueva generación: Cómo crear los mejores ambientes y programas para la iglesia de hoy, Kimball supera su obra anterior centrando su atención de manera específica en los pasos que pueden dar los líderes de las iglesias para crear unas reuniones de adoración multisensorial que alcancen a estas nuevas generaciones. Kimball también presenta distintas maneras de enfocar la situación que han empleado con éxito diversas iglesias, creando nuevos tipos de reuniones de adoración y también las formas efectivas en que iglesias como la tuya están estructurando su liderazgo y replanteándose tanto la iglesia misma, como su adoración. La adoración para la nueva generación te inspirará y equipará de una manera práctica. Como hace notar el autor, debemos estar dispuestos a correr riesgos para hacer los cambios necesarios en nuestras iglesias. Ha llegado la hora de actuar. Es demasiado lo que está en riesgo para quedarnos sentados contemplando la situación y lamentándonos de lo que sucede.

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Información

Editorial
Vida
Año
2013
ISBN
9780829763157

CAPÍTULO 9
Métodos que las iglesias utilizan para iniciar nuevas reuniones de adoración

«Debemos decir rotundamente que una de las mayores barreras contemporáneas para la formación espiritual significativa a la imagen de Cristo es el exceso de confianza en la eficacia espiritual de «los cultos normales de la iglesia», ya sean del tipo que sean. Aun siendo vitales, no son suficientes. Es así de simple».
—Dallas Willard, Renovation of the Heart [Renovación del corazón]
La segunda mitad de este libro considera las formas específicas en que varias iglesias han comenzado reuniones de adoración distintas para las nuevas generaciones. Es necesario que diga de antemano que, en los dos capítulos siguientes, leerá algunas cosas con las que disiento personalmente. Verá cómo algunas de las distintas iglesias sobre las que escribo en los próximos capítulos incluso se oponen filosóficamente unas a otras. ¡Las incluyo precisamente por esta razón!

Estemos de acuerdo en disentir al comenzar nuevas reuniones de adoración

¡Lo maravilloso con respecto a los esfuerzos de cada una de las iglesias de los próximos capítulos consiste en que al menos están haciendo algo! Se están arriesgando a iniciar algo nuevo en su iglesia para las nuevas generaciones. Sus historias pueden ser una fuente de inspiración para todos nosotros, independientemente del método utilizado.
«Los que adoran a Dios serán alentados» Salmo 69:2 (TEV; traducción libre)
Respeto a los líderes de dichas congregaciones. No están sentados esperando que las cosas vayan mejor por arte de magia. Tampoco pierden el tiempo esperando que las nuevas generaciones formen parte de su iglesia actual. Respeto su actitud hacia estos jóvenes que merecen el tiempo y el esfuerzo de que se intenten cosas diferentes. Aprecio su disposición a experimentar e intentar algo nuevo. Y tengo en gran estima que reflexionen sobre lo que significa la «iglesia».
Espero que sus historias le ayuden a dar un paso adelante en su propio viaje.

Cómo avanzar más allá de deconstruir, pensar y hablar

Hemos hablado mucho sobre el postmodernismo y lo que significa ser la iglesia en una cultura naciente. ¡Sin embargo, llega el momento en que es preciso hacer algo!
En los últimos años, la iglesia naciente ha hecho un buen trabajo de deconstrucción de las cosas. Sin embargo, no podemos detenernos ahí. En el libro de los Hechos, los atenienses y los extranjeros «se pasaban el tiempo sin hacer otra cosa más que escuchar y comentar las últimas novedades» (Hechos 17:21). Como líderes cristianos, podemos seguir preguntando «¿Por qué?» y compartiendo ideas … ¡pero más tarde o más temprano debemos intentar hacer algo! Es necesario que experimentemos y dejemos atrás la mera reconsideración de la iglesia y las reuniones de adoración. Y no solo eso, sino que en realidad debemos comenzar nuevos ministerios, introducir cambios en nuestras iglesias e iniciar nuevas reuniones o nuevas iglesias.
Eso es lo que han hecho las iglesias que presento en esta segunda parte. La mayoría de ellas ya no piensan en la «iglesia» como la reunión de adoración. Han dejado de asumir que la iglesia gira alrededor de un único pastor o que todos deban asistir al mismo culto de adoración. Cuando uno deja atrás estas cosas, las puertas se abren a un pensamiento innovador. Se despliegan opciones en cuanto a la forma en que la iglesia local puede estructurar su nuevo comienzo. Analicemos esto un poco más.

La forma tradicional de considerar a la iglesia

Por tradición, una «iglesia» se ha definido principalmente por un pastor principal que lidera a toda la congregación (es decir, a todo aquel que asiste a un culto de adoración común). Todo el mundo se sienta en el santuario para el culto de adoración, excepto quizás los jóvenes o los niños.
Además del culto principal, la iglesia cuenta con grupos según la etapa de vida para adolescentes, estudiantes de último curso, padres, grupos pequeños, clases, etc. No obstante, sin lugar a dudas, la iglesia es el culto de adoración. El factor común que define a una iglesia es esta reunión. Es lo que se considera como una «familia» y el «cuerpo de Cristo».
Un par de cosas cambiaron esta definición de la iglesia. En primer lugar, este modelo tiene una meta sobreentendida de todos «los que se sientan juntos en la iglesia». Cuando una iglesia crece, por lo general añade un segundo culto de adoración, de manera que a partir de ese momento existen dos servicios. Esto significa que no todos se sientan ya juntos en la misma sala. Tal cosa conlleva grandes ramificaciones. Una iglesia ahora tiene personas que no coinciden en la reunión de adoración, pero siguen siendo parte de la misma «iglesia».
Esta forma de ver la iglesia se puede mantener si el mismo pastor predica en dos o tres cultos idénticos. Existe seguridad, control y una sensación de comunidad vinculada al pastor titular y el sermón. Sin embargo, ¿qué ocurriría si este siervo y el sermón no son el lazo común que convierte a una «iglesia» en iglesia?
Cuando le damos una mirada teológica a la iglesia, reconocemos que es la gente unida por el Espíritu Santo. La reunión, el edificio y el pastor titular no son el nexo de unión. Esto abre un montón de posibilidades.
Si cambiamos nuestra forma de ver la «iglesia» como todos los que se sientan en el mismo salón para el mismo culto de adoración, bajo un pastor y una enseñanza comunes, las cosas empiezan a aclararse. Esto es lo que descubriremos en los capítulos siguientes.

Centrémonos en la comunidad y no en el culto de adoración ni en el pastor

La Biblia enseña que la iglesia es un cuerpo (1 Corintios 12) con una pluralidad de ancianos que la supervisan en un entorno local (Hechos 14:23; Tito 1:5; 1 Timoteo 3). La iglesia local es la vida corporativa intergeneracional de los discípulos. Adoramos a Dios y nos servimos unos a otros en nuestra misión conjunta.
Hace poco visité una iglesia en San Francisco que tenía cuatro reuniones distintas de adoración. Dos son en inglés e interraciales.
El local de la iglesia se halla en una zona de densa populación hispana, por lo que también tienen un culto de adoración dirigido a estas personas (bajo la dirección de un pastor hispano).
Además, cuentan con una reunión para filipinos debido a la gran población inmigrante del vecindario. Este culto se hace en su lengua.
¡Resulta fascinante! Esta iglesia fue capaz de considerarse más que una reunión de adoración. Permiten la existencia de una diversidad de reuniones, con distintos líderes … ¡y se siguen considerando una sola iglesia!
Lo curioso es que los cultos hispanos y filipinos se aceptan sin cuestionamientos. Esto constituye algo extraordinario para una iglesia. Es una forma de que diferentes personas puedan formar parte de la misma congregación. Cada uno adora a Dios de una manera que la «iglesia principal» comprende.
La mayoría de las personas no imaginarían siquiera obligar a los asistentes de la reunión hispana o filipina a que acudan siempre a las que se hacen en inglés. Sin embargo, cuando proponemos hacer exactamente lo mismo para las nuevas generaciones, ¿por qué hay resistencia? No se dan cuenta de que, igual que ocurre con los hispanos o los filipinos, las diferencias son culturales.
«La verdadera adoración de Dios debe ser una actitud constante y coherente, o un estado de ánimo dentro del creyente».
—A. W. Tozer
Nos vemos aquí ante algo más que una brecha generacional. Comenzar una nueva reunión de adoración en una iglesia es algo misional. Significa alcanzar a gente de otra cultura. ¡Si pensamos así, podemos ser creativos a la hora de diseñar y reconsiderar nuestras iglesias!
En este segundo diagrama vemos que la iglesia se define por una vida corporativa intergeneracional. Esto puede ocurrir por medio de los grupos pequeños, las reuniones en las casas, los viajes de misión y las clases. Todo esto representa a un cuerpo en una misión conjunta. Adoran en distintas reuniones, a causa de los diferentes valores y enfoques a la adoración.
Mirándolo de este modo, la gente es la iglesia en su vida corporativa a lo largo de la semana. Y esto se suplementa con las reuniones de adoración. ¡Es algo bastante opuesto al criterio tradicional!
Este diagrama muestra que la iglesia es una, independientemente de cuántas reuniones comience. Quizás añada una para la población hispana local debido al idioma y las diferencias culturales. Puede incrementar un culto el sábado por la noche más animado y contemporáneo. Es posible que añada una nueva reunión de adoración. Cada uno de estos servicios tienen distintos líderes, así como diferentes sermones y prácticas. ¡No importa! Cada culto va dirigido a grupos distintos con valores culturales diferentes.
De muchas maneras, una iglesia puede tener diversas reuniones de adoración y seguir siendo una misma iglesia y una familia. ¡Es decir, siempre que no se defina por sus cultos!
«En esa visión nocturna, vi que alguien con aspecto humano venía entre las nubes del cielo. Se acercó al venerable Anciano y fue llevado a su presencia, y se le dio autoridad, poder y majestad. ¡Todos los pueblos, naciones y lenguas lo adoraron!».
—Daniel 7:13-14
Lamentablemente, esto altera a muchos líderes eclesiásticos. Nuestro pensamiento con respecto a la «iglesia» está arraigado.
«En esa visión nocturna, vi que alguien con aspecto humano venía entre las nubes del cielo. Se acercó al venerable Anciano y fue llevado a su presencia, y se le dio autoridad, poder y majestad. ¡Todos los pueblos, naciones y lenguas lo adoraron!».
—Daniel 7:13-14

¿No romperá esto la comunidad?

Cuando las congregaciones exploran esta nueva visión de la iglesia, muchos líderes preguntan: «¿No romperá esto nuestra comunidad?».
El hecho es que la comunidad no sucede en un culto de adoración a menos que sea muy pequeño y que haya un buen ambiente para poder conocerse unos a otros. Si existe más de una reunión de adoración, ya hay separación en la comunidad, aunque todos escuchen el mismo sermón.
En la mayoría de los casos, la comunidad tiene lugar fuera de esta reunión. Se construye cuando hay una orientación, cuando los grupos pequeños se reúnen, cuando se llevan a cabo clases con interacción y diálogo, y cuando la gente sirve junta.

¿No hará esto pedazos a las generaciones?

Muchos líderes también me preguntan: «Si empezamos distintos cultos en nuestra iglesia, ¿no hará esto pedazos a las generaciones?». No, no si su iglesia no gira en torno a la reuniones dominicales.
Todavía no he visto a las generaciones conectarse solo por sentarse en una reunión de adoración al mismo tiempo durante una hora y media. Es lo que hacemos cuando vamos al cine, y eso no crea comunidad. Lo que relaciona a las generaciones son las cosas que suceden fuera de la reunión: orar juntos, reunirse en las mismas casas iglesias, servir juntos y establecer relaciones de asesoramiento.
Una gran iglesia prosperó durante varias décadas. La congregación fue envejeciendo y el pastor también. La segunda generación alcanzó la etapa de tener sus propios hijos. Había todo un sector entre los cincuenta y los sesenta años. Otra porción enorme se hallaba entre los veinte y los treinta.
La iglesia utilizaba los mismos enfoques y métodos con los que había comenzado. A los más mayores les gustaba, pero las generaciones más jóvenes empezaron a sentirse cada vez más inquietas. Finalmente, otra iglesia de la ciudad trajo a un pastor más joven que se relacionaba bien con las generaciones de menor edad. Un alto porcentaje de gente joven abandonó la congregación para mudarse a la segunda iglesia. La primera quedó con un gran vacío. Esto fue resultado de no pensar con antelación y no escuchar las peticiones de las generaciones más jóvenes.
«Al pasar y fijarme en sus lugares sagrados, encontré incluso un altar con esta inscripción: A un Dios desconocido. Pues bien, eso que ustedes adoran como algo desconocido es lo que yo les anuncio».
—Hechos 17:23
Muchas de las iglesias que se analizan en la segunda mitad de este libro evitaron esta tragedia pensando a tiempo. Al empezar nuevos ministerios y reuniones de adoración, permitieron que se diversificara su comunidad de adoración e impidieron pérdidas innecesarias.

¿Cómo conocerá la gente al pastor titular?

Por lo general, solo los pastores titulares me preguntan: «¿Pero cómo sabrá la gente quién soy yo?». Mi respuesta suele constar de tres preguntas fundamentales: ¿Por qué tienen que saber todos quién es el pastor titular de una iglesia? ¿Por qué es necesario que la gente considere a una única persona como el líder? Después de todo, Jesús es la cabeza de la iglesia, ¿no es verdad?
Esto es tan importante que he escrito una carta muy sentida sobre ello.
De manera interesante, algunas iglesias han intentado comenzar reuniones experimentales de adoración.
Añaden algunas velas por toda la sala, utilizan una música diferente, y luego muestran un vídeo con la enseñanza del pastor titular. ¡Esto resuelve la preocupación de darle a conocer! Soy el primero en afirmar que Dios utiliza a todo tipo de iglesias y métodos, incluso una que proyecte un vídeo del pastor en sus reuniones de «adoración naciente». Esas reuniones están muy concurridas. Sin embargo, dicho método no se contempla en el presente libro porque va en contra de la mayoría de los valores de las mencionadas reuniones.
Hace poco conversé con alguien de veintitantos años de edad que visitaba una iglesia donde se hacía esto y me explicó que para ella suponía un choque increíble de valores en una reunión de ese tipo. Asimismo, me comentó lo extraño que le resultaba ver descender una pantalla y que alguien, obviamente de una cultura distinta por completo, iniciara un mensaje dirigido a gente que pensaba diferente.
Repito, sé que Dios obra de muchas formas y que hay iglesias que utilizan estos vídeos y tienen gran éxito con las nuevas generaciones. Sin embargo, yo no me precipitaría a llevar a cabo algo así para una cultura postcristiana. Tenga mucho cuidado con lo que hace. Le ruego que reflexione en lo que esto le comunica a las generaciones que ya son escépticas con respecto a la iglesia. Reconsidere cómo lo ven estos jóvenes que están buscando gurús espirituales, místicos, profetas, y en cambio, tal vez tras un tiempo de música meditativa, reflexión, oraciones, velas, etc., de repente aparece un pastor en una gran pantalla de televisión en medio de un entorno que no concuerda en lo absoluto con aquel en el que se encuentran ahora.
Los valores nacientes entre los postcristianos pretenden descentralizar el liderazgo y las personalidades en una iglesia en lugar de propagarlos … ¡sobre todo por vídeo! Creo que los pastores mayores deberían entrenar y orientar a los más jóvenes para que sean los pastores y líderes de estas nuevas reuniones de adoración, en lugar de formarlos como subpastores que establecen el momento para que comience el vídeo antes de que alguien más predique. El concepto del vídeo funciona bien en la mentalidad moderna. ¡Está perfectamente alineado con ella! ¡Por lo tanto, sé que puede tener éxito! Además, hay mucha gente joven de mente moderna que nació ...

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