Comentario Swindoll del Nuevo Testamento: Romanos

Charles R. Swindoll

• Editorial: Vida
• Año: 2013
• ISBN de la versión impresa: 9780829757750
• ISBN del libro electrónico: 9780829779042
• Categoría: Teología y religión
• Categoría: Estudios bíblicos

Viaja a través del tiempo a la antigua Corinto, donde, en la casa de un creyente llamado Gayo, el apóstol Pablo dicta una carta a los creyentes en Roma que para siempre moldearía el curso de la iglesia. En profundidad y detalle, Chuck Swindoll te adentra en la carta de Pablo a los Romanos. Descubre ahora por ti mismo su dinamismo narrativo, su mensaje global, y consecuencias gozosas para nuestras vidas. Las Reflexiones Sobre Romanos es una exploración inspiradora del principal manifiesto de fe, justicia, gracia, identificación con Cristo, y esperanza viva para el futuro que encontramos en el Nuevo Testamento.De la serie Reflexiones Sobre el Nuevo Testamento: "Hasta el fin de mis días, mi meta principal en la vida es comunicar la Palabra con veracidad, reflexión, claridad, y pragmatismo." Charles Swindoll.Combinando una erudición rica y firme con las imágenes y pasión de un cuentista, Chuck Swindoll posee un don de arrastrar a la gente a la inmediación de las Escrituras. Esta distinguida serie es el legado de un catedrático y comunicador a la iglesia de Jesucristo. Ganarás nuevas perspectivas sobre la Biblia y mucho más. La Palabra de Dios cobrará vida en tus manos, llena de drama, poder, y verdad, en tu caminar con Chuck capítulo a capítulo por el Nuevo Testamento.

LA JUSTICIA DE DIOS (ROMANOS 12:1–15:13)

El plan redentor de Dios no es una simple invitación a escapar de las eternas consecuencias del pecado. Es una invasión divina del planeta tierra que sacará a Satanás de su asiento de poder y reemplazará su sistema mundial con la «justicia de Dios». Sería apropiado llamar esta ocupación «hostil», no debido a que el Señor sea malicioso, sino a que Satanás odia a Dios, su orden mundial se opone al que Dios creó originalmente, y la mayoría de las personas sobre la tierra permanecen endurecidas en su rebelión contra el Creador. El mal considera la bondad divina hostil. Aun más, Daniel, Ezequiel, Juan y aun Jesús describieron ese futuro «día del Señor» en términos alarmantemente violentos. De pronto, y en cualquier momento, Cristo rasgará el velo entre el ámbito celestial y su creación caída. En ese momento, el universo entero será purgado de todo mal y transformado. Todas las cosas desde los átomos a las galaxias serán restauradas.

Mientras que «el día del Señor» es todavía futuro, en algunos aspectos ya está aquí en el corazón de sus seguidores. Por lo tanto, las buenas nuevas de salvación son más que una escalera de incendios personal. El evangelio es la invitación de Dios a toda la humanidad a unirse a él en esta transformación de la creación, de volverse sus primeros ejemplos de criaturas regeneradas. Se nos invita a convertirnos en agentes de su poder y embajadores de su voluntad, a trabajar bajo su dirección y en apoyo de este final inevitable.

Antes, Pablo describió el evangelio como el medio a través del cual «la justicia de Dios se revela por fe y para fe» (1:17 RVR). Yo vislumbro esto como gracia que desciende verticalmente desde el cielo. Entonces Pablo citó al profeta Habacuc: «El justo vivirá por la fe». Eso es gracia que fluye horizontalmente hacia otros sobre la tierra. Si tuviéramos suficiente discernimiento para darnos cuenta, habríamos reconocido que Pablo bosquejaba allí la estructura de su carta, la cual sigue el propósito del evangelio. La gracia fluye hacia abajo desde el cielo y entonces hacia otros afuera. Los primeros once capítulos revelan a Dios y su plan justiciero, de gracia vertical:

Nos confrontó la temible ira de Dios. (1:18—3:20)

Conocimos la salvación por la gracia solamente, a través de la fe solamente, en Cristo solamente. (3:21—5:21)

Encontramos la fidelidad de Dios. (6:1—8:39)

Contemplamos los impenetrables y soberanos caminos de Dios. (9:1—11:36)

Entonces con las palabras «Por lo tanto, les ruego [ …]» Pablo se vuelve de su orientación vertical a la horizontal. Los creyentes—como un cuerpo y como individuos—están en la intersección de la gracia celestial de Dios y la gracia de Dios para el mundo. Y esto pone al creyente en un tipo de crisis. ¿Qué hará con la gracia celestial que le ha sido dada libremente? ¿La acumulará para ganancia personal? ¿Se convertirá en avaro con el agua viva? Esperemos que no. En mi experiencia la gracia se estanca a menos que fluya con libertad.

La gracia del Señor derramada dentro de cada vida es para todos, para el mundo entero. Una vez que llene su vaso escogido, debe rebosar e inundar todo lo que esté alrededor de esa persona. Por esto Dios deja a sus amados hijos e hijas en el mundo, para darle al mundo una dimensión horizontal a su gracia. No obstante, los creyentes no pueden llevar a cabo esta función vital por su cuenta ni a la manera de su vida anterior. Algo tiene que cambiar.

Un compromiso urgente (Romanos 12:1-8)

¹ Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. ² No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta. ³ Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado. ⁴ Pues así como cada uno de nosotros tiene un solo cuerpo con muchos miembros, y no todos estos miembros desempeñan la misma función, ⁵ también nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás. ⁶ Tenemos dones diferentes, según la gracia que se nos ha dado. Si el don de alguien es el de profecía, que lo use en proporción con su fe; ⁷ si es el de prestar un servicio, que lo preste; si es el de enseñar, que enseñe; ⁸ si es el de animar a otros, que los anime; si es el de socorrer a los necesitados, que dé con generosidad; si es el de dirigir, que dirija con esmero; si es el de mostrar compasión, que lo haga con alegría.

Los momentos cruciales de la historia humana están a menudo salpicados por declaraciones memorables, palabras que parecen ordinarias de momento pero que se vuelven más profundas en la medida que comprendemos su pleno significado. En Génesis 22, un anciano con cuchillo en mano y su hijo adolescente—su «único hijo»—subió al Monte Moria con un poco de leña y una antorcha para preparar un sacrificio a Dios. El hijo preguntó inocente: «¿Pero dónde está el cordero para el holocausto?» (Génesis 22:7). Abraham contestó con estas palabras: «El cordero, hijo mío, lo proveerá Dios» (22:8).

¡Y Dios lo proveyó! (Juan 1:14).

Unos cuantos siglos más tarde, un pastor de ochenta años vigilaba las ovejas de su suegro cuando una voz lo llamó desde una zarza ardiente. El Señor le ordenó enfrentarse al rey más poderoso sobre la tierra y demandarle que liberara a su pueblo de la esclavitud. Cuando el tartamudo que había sido líder le recordó al Señor sus limitaciones, las palabras de Dios tienen que haber asombrado al viejo pastor: «Anda, ponte en marcha, que yo te ayudaré a hablar y te diré lo que debas decir» (Éxodo 4:12).

TÉRMINOS CLAVE

[syskematizo] (4964) «seguir el modelo, conformarse al patrón»
Este verbo combina la preposición griega syn («con») y schema («patrón»). La definición que resulta es «estar configurado de acuerdo con el patrón». El uso más común de esta palabra en la literatura secular se refiere a modelar la arcilla en torno a una forma o molde fundido. En ambos casos el verbo es pasivo en la Biblia (Romanos 12:2 y 1 Pedro 1:14).

[metamorfóo] (3339) «transformar, cambiar de forma»
El término castellano metamorfosis, es por supuesto una transliteración del griego y la mejor ilustración en la naturaleza es la de la oruga que se convierte en mariposa. Mientras suskematizo hace énfasis en el cambio externo, metamorfóo describe una transformación fundamental en la naturaleza de algo sin alterar su identidad. Por ejemplo, una bellota y su árbol son lo mismo; sin embargo, la naturaleza de la bellota está radicalmente alterada. (Vea también Mateo 17:2; Marcos 9:2.)

[dokimazo] (1381) «probar por medio del ensayo, discernir a través de la observación» Basado en la raíz dokeo, «observar», este era un término muy usado en el comercio y la artesanía de metales. El medio más confiable de determinar el valor de una moneda o lingote es calentarlo hasta el punto que se derrita y observar su comportamiento. Tanto los escritores seculares como los religiosos usan el término en sentido figurado en cuanto a guerreros en batalla y líderes en medio de la adversidad. (La palabra castellana «temple» está relacionada con el vocablo «metal»). Antes en la carta de Pablo a los romanos, el apóstol utiliza el negativo, adokimos, para describir a una humanidad pecadora como «depravada»; esto es, «desprovista de valor».

[proslambano] (4355) «aceptar, recibir, tomar para sí»
Este verbo redobla el énfasis del verbo griego lambano, «recibir» con la preposición, pros, «dentro». El supremo ejemplo de esto es la «acogida» o «aceptación» tal como son de personas pecadoras que otorga Cristo.

Moisés no tenía idea de que Dios lo haría un instrumento divino por medio del cual liberaría a los hebreos de la esclavitud y más tarde les daría la Ley.

Todavía siglos más tarde, otro joven pastor estaba fielmente cuidando manadas cuando le llegó un llamado de la casa principal. Llegó de los campos para encontrar a un viejo profeta esperando por él. Unas pocas palabras y unas gotas de aceite, y su vida cambió para siempre … como cambió la vida de Israel. Tras décadas de victorias y derrotas, obediencia y vergüenza, el Señor confirmó a David con otra declaración que era difícil de asimilar del todo: «Tu casa y tu reino durarán para siempre delante de mí; tu trono quedará establecido para siempre» (2 Samuel 7:16).

Pese a sus fracasos, David siguió siendo un hombre conforme al mismo corazón de Dios, y su descendiente gobernará algún día el mundo desde el trono de Israel.

Entonces, muchos siglos después de David, el Mesías prometido, coronado de espinas y clavado a una cruz de criminales, consumó la gracia de Dios para con el mundo. Jesús puso el punto final al plan de salvación con su «Todo se ha cumplido» (Juan 19:30).

¡Palabras memorables para todo el mundo!

La Carta de Pablo a los Romanos contiene no menos de tres declaraciones de carácter memorable, cada una de las cuales acentúa un momento crucial en la vida de todo creyente.

• Primero, hay un momento en que una persona recibe el don de la gracia de Dios a través de la fe: «En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo» (Romanos 5:1).
• Segundo, cuando un individuo descubre que su destino eterno está seguro, viene este versículo: «Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte» (Romanos 8:1–2).
• Por último, cada individuo se encuentra en un momento crítico de su historia, en la intersección de la gracia del cielo y la gracia hacia los demás. Allí se nos confronta con un apremiante llamado en las increíbles palabras de Pablo: «Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta» (Romanos 12:1–2).

Estos últimos dos versículos representan el supremo llamado de Dios a la consagración y la transformación. El primero trata de nuestro cuerpo; el segundo, de nuestra mente. El primer versículo concierne nuestras circunstancias y cómo vivimos en ellas; el segundo mira hacia adentro para descubrir lo que pasa en nuestra mente. Como las primeras notas de la Quinta Sinfonía de Beethoven, escucharemos estas verdades repetirse en diferentes formas a lo largo de su llamado para extender a otros la gracia que hemos recibido.

— 12:1 —

Pablo comienza esta sección de Romanos con la palabra griegaparakaleo: «Les ruego», la forma verbal del término utilizado para referirse al Espíritu Santo, «el Consolador» Juan 16:7. Encierra la idea de estar junto a alguien a fin de darle consejo, coraje, consolación, esperanza y una perspectiva positiva. Un buen alentador desafía sin condenar, instruye sin sermonear, inspira sin ser condescendiente, y ayuda al otro a alcanzar la excelencia. Como un director técnico que alienta y desafía a un atleta a alcanzar una meta particular, Pablo ruega a los creyentes a consagrarse.

En este contexto particular la consagración es una separación radical del punto de vista secular para adoptar un propósito y una forma de vida semejante a la de Cristo. Esto no sucede automáticamente cuando alguien se convierte en creyente en Cristo. Esto es lo que yo llamaría un «mandato cooperativo». Dios da un mandato que entonces debemos obedecer con una plena cooperación de nuestra parte. No obstante, aun en esto, no nos ha dejado solos. Note la frase «por las misericordias de Dios». Conocimos por la descripción de Pablo del inescrutable carácter de Dios que el Señor está por encima de todo misericordioso. Movido por su expedita inclinación a aliviar la miseria de la humanidad caída, Dios está listo a ayudarnos cuando respondemos a su llamado.

El foco primario de Pablo en el primer versículo es el uso de nuestro cuerpo, el cual debemos «ofrecer». Él utilizó este verbo antes para alejar a los creyentes del pecado.

Por lo tanto, no permitan ustedes que el pecado reine en su cuerpo mortal, ni obedezcan a sus malos deseos. No ofrezcan los miembros de su cuerpo al pecado como instrumentos de injusticia; al contrario, ofrézcanse más bien a Dios como quienes han vuelto de la muerte a la vida, presentando los miembros de su cuerpo como instrumentos de justicia [ …] ¿Acaso no saben ustedes que, cuando se entregan a alguien para obedecerlo, son esclavos de aquel a quien obedecen? Claro que lo son, ya sea del pecado que lleva a la muerte, o de la obediencia que lleva a la justicia» (Romanos 6:12–13, 16, el énfasis es mío).

La idea es entregar el uso de algo para un propósito específico. En el Antiguo Testamento, no era inusual que la gente ofreciera oro, plata, suministros de construcción y hasta comida a los sacerdotes, quienes entonces utilizaban las donaciones para construir un lugar de culto así como para sobrevivir físicamente (Éxodo 25:1–8; 1 Crónicas 22:14; Esdras 1:4–6). No obstante, cualquier cosa presentada al templo tenía que ser de primera clase. Los sacrificios tenían que ser sin mancha y sin defecto. Los materiales tenían que ser de la mejor calidad. Y nada ofrecido podía haberse usado previamente en el servicio de otro dios.

De manera similar, nuestro cuerpo consagrado debe ser:

• vivo: un sacrificio voluntario y continuo dado una y otra vez a lo largo de la vida.
• santo: una ofrenda inmaculada dedicada exclusivamente al Señor y sus propósitos
• agradable: un sacrificio grato que honra el carácter de Dios.

Pablo llama esta consagración de nuestro cuerpo «adoración espiritual». La palabra griega que se traduce «espiritual» es lógikos, un adjetivo que significa «de acuerdo con la naturaleza de una cosa». Debido a que Pablo llama obviamente a un sacrificio no literal, pero muy real de nuestros cuerpos, los traductores eligieron «espiritual», para ajustarse a una conducta devota, al traducir el término.

No obstante, hay otra forma de traducir lógikos. Antes, el apóstol afirmó el que los creyentes entregaran sus cuerpos al pecado no tenía sentido (6:1–3, 15–16). ¿Por qué los esclavos liberados van a seguir sirviendo a su antiguo dueño? Presentar nuestros cuerpos para servir los intereses de nuestro nuevo Dueño, por el otro lado, es completamente lógico, muy a tono con el buen sentido. Por lo tanto, algunos traductores vierten la última frase como «culto racional» (RVR-1960).

— 12:2 —

La segunda parte de la memorable declaración de Pablo penetra el mundo externo, físico, para confrontar el mundo interno de la mente. Los judíos centraban toda su atención en el comportamiento ético de una persona, lo cual es bueno de varias maneras. Se trata de una aproximación muy elemental al bien y al mal. No obstante, Jesús no estaba satisfecho con una simple obediencia externa, física. El Señor llamó a sus seguidores a tener primero un corazón limpio, y después manos limpias (Mateo 15:17–20; Marcos 7:14–15). Eso se debe a que el pecado y la justicia comienzan en la mente. Tenemos que decidir entre dos alternativas:

• syskematizo: “ser modelados de acuerdo a un patrón». La palabra griega es un compuesto de la preposición «con» y el término del cual derivamos nuestra palabra «esquemático».
• metamorfóo: «ser cambiado de una cosa en otra». De esta palabra griega viene la palabra «metamorfosis» que se utiliza para describir la transformación de una oruga en mariposa.

«No se amolden al mundo actual [ …]». El patrón que debemos rechazar es una grotescamente torcida versión de la creación original de Dios, que varias veces llamó «buena» en Génesis 1. Pablo no utiliza aquí la palabra griega que se traduce «mundo» ni «universo», sino un término que significa «época, era, o período». El mundo no era originalmente malo; está corrompido. Al decir Pablo «mundo actual», acentúa el hecho de que la presen...

Índice

• Cover
• Title Page
• Contenido
• Prefacio del autor
• Lista de mapas, tablas y cuadros
• Introducción a Romanos
• Comentario de Romanos
• La ira de Dios
• La gracia de Dios
• La fidelidad de Dios
• La majestad de Dios
• La justicia de Dios
• La comunidad de Dios
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