Cómo se hace un cortometraje

Kim Adelman, Ángel Blasco

• Publisher: Ediciones Rialp
• Year: 2019
• ISBN:
  9788432151477
• Topic: Medios de comunicación y artes escénicas
• Subtopic: Historia y crítica cinematográficas

Manual breve y práctico sobre el cortometraje, que reúne los mejores secretos, recomendaciones y consejos de la autora, fruto de su larga experiencia entre guiones, actores y grandes festivales de cine. Muestra cómo aprovechar los recursos y herramientas disponibles en la red, logrando un texto de enorme utilidad tanto para el que empieza como para el cineasta más experimentado.

Capítulo 1

¡Así que quieres hacer un corto!

Una cámara de super 8 mm. Canon Zoom 250, de las de antes.

La única persona que puede detenerte eres tú mismo

AL CELEBRAR SU DECIMOSEGUNDA NOMINACIÓN al Premio de la Academia (por su actuación en About Schmidt), Jack Nicholson confesó un sorprendente deseo secreto en el perfil de una revista de entrevistas. Nicholson —Buscando mi Destino (Easy Rider), Alguien voló sobre el nido del cuco, y El resplandor—, ansiaba dar con una idea para un gran cortometraje. ¡Ni Jack Nicholson es inmune al hechizo del cortometraje! Claro que, en su caso, no nos sorprende. Es cierto que es una gran estrella, pero también ha pasado por la escuela “Roger Corman” de bajo presupuesto, es un lector empedernido de las historias de O. Henry y un fanático de las películas de estudiantes que se emiten de cuando en cuando en la televisión por cable, o en la pública.

¿Qué le impide al Sr. Nicholson hacer un corto? Ciertamente no es el dinero. Y tampoco es que le falten ideas. Lleva el suficiente tiempo en la Industria para saber que estas fluyen continuamente. No, la razón por la que no va a rodar ningún corto, de momento, es porque tiene demasiado respeto por el formato. A pesar de reconocer que hacer un buen corto es un motivo de orgullo, prefiere quedarse al borde de la piscina sin decidirse a saltar imprudentemente para ver el chapuzón que pueda originar.

VAMOS, ES FÁCIL

En esta era digital, hacer un corto es ridículamente fácil. En primer lugar, tienes que concebir una idea. Fácil. A continuación, reunir a las personas, los lugares y lo que te haga falta para convertir tu idea en realidad. También es fácil.

La parte difícil, como lo señala sabiamente Jack Nicholson, es hacer un corto del que puedas estar orgulloso. Casi todos los cineastas suelen añadir un comentario de disculpa cuando muestran su trabajo: «El sonido no está bien aquí» o «Me gustaría haber movido más la cámara en esta secuencia» o «Sé que no es Meryl Streep, pero mi hermana no está tan mal en la mitad de esta escena, ¿no te parece?».

Olvida las excusas baratas. Piensa a lo grande. Sólo hacer un corto es ya una gran hazaña. Has cruzado el peligroso puente que muchos nunca cruzan. A un lado están los que quieren ser cineastas pero aún no han hecho nada, y al otro los que han hecho ya un corto y, por lo tanto, ya lo son.

«No te compliques. Pilla una cámara y rueda lo que sea». Ese es el consejo que el director de Titanic y Avatar, James Cameron, dio a los aspirantes a realizadores en una entrevista online. «No esperes a que te lo pidan porque nadie te lo va a pedir, y no esperes a que se den las condiciones perfectas porque nunca se van a dar. Lo único que tienes que hacer es dar el paso y rodar lo que sea, aunque sea malo. Siempre lo podrás esconder, pero habrás aprendido algo».

Adam McKay, director de La gran apuesta (The Big Short), nominado al Premio de la Academia y cofundador de Funny or Die, dio un consejo similar en un simposio de la Director’s Guild of América (DGA) en 2016: «Rueda. Rueda lo que sea. Súbelo online. No esperes tu “oportunidad”, no esperes tu “gran contacto”. Echa mano de cualquier cámara, hay cientos de ellas y son baratas. Internet es algo increíble. Si estás en un pueblo perdido en Dakota del Norte, pon en marcha un festival de cine. Y rueda, rueda, rueda, rueda. No esperes a que te llegue no se sabe qué. Lo sorprendente es que no habrá nadie que te detenga. No necesitas una instancia oficial, ni una licencia ni un diploma. No necesitas la “luz verde” del presidente de ningún importante estudio de cine. Ni siquiera necesitas tener ninguna relación con Francis Ford Coppola, aunque —si la tienes— tampoco te va a venir mal».

TODO EL MUNDO ES BIENVENIDO A PROBAR

¿Eres demasiado mayor? ¿Demasiado joven? ¿Mujer? ¿Asiático? ¿Discapacitado? ¿Gay? ¡Genial! Así como Hollywood puede discriminar por edad, sexo o raza al contratar realizadores para dirigir las películas de un estudio, nada le impide a nadie dirigir un corto. La diversidad resultante es una de las razones por las que las ideas más interesantes y el trabajo más innovador tienen lugar en los cortometrajes. De hecho, incluso juega a favor el no ser un hombre blanco heterosexual, porque hay innumerables festivales de cine en todo el mundo que promueven películas de mujeres, asiáticos, niños, etc.

Entonces, ¿quién hace cortometrajes? ¡Todo el mundo!

Directores de gran fama

Si estás en esta liga, el resto de nosotros te saludamos por llamar la atención sobre el cortometraje. Gracias por recordarle al mundo que los cortos son una forma de arte digna de su tiempo y esfuerzo. Sin embargo, es posible que no disfrutes en la experiencia de hacer un corto. Muchos directores de largometrajes descubren que es más fácil hacer un buen trabajo en una gran película de estudio porque tienen a su disposición el dinero, los recursos y el tiempo de pantalla para que su historia funcione. Un tiempo de pantalla limitado requiere músculos narrativos completamente diferentes. Es como la diferencia entre escribir un relato breve y una novela (o la carrera de 100 metros frente a una maratón). Otros cineastas sí disfrutan con el formato: Wes Anderson viene enseguida a la mente. Muchos realizadores de películas dirigen anuncios o aceptan cortometrajes de encargo como un modo de mantener los cuchillos afilados mientras van ganando un sueldo que no está nada mal. En 2015, Martin Scorsese dirigió un corto de 15 minutos llamado The Audition, protagonizado por Leonardo DiCaprio, Robert De Niro y Brad Pitt, con un presupuesto de 70 millones de dólares. Lo pagó una cadena de casinos.

Foto promocional de Hotel Chevalier, cortesia de Fox Searchlight Pictures / Director: Wes Anderson.

Directores de largos

Podrías pensar que la finalidad de los cortos es hacer luego un largo, pero a muchos directores de largometrajes les encanta hacer cortos. «Aunque tengo previsto hacer muchas más películas, siempre seguiré haciendo cortometrajes», dice Darius Clark Monroe, que fue nombrado por la revista Filmmaker como una de las 25 promesas del Cine Independiente en 2014. «Me encanta trabajar con la restricción de un tiempo limitado. La mayoría de mis cortos reciben la influencia de sueños, momentos y sentimientos. El formato corto me permite explorar estilos y técnicas de una manera no convencional. También es una gran práctica como director. Soy capaz de descubrir cosas nuevas sobre mi voz y mi arte. Además, los cortos me obligan a salir de mi zona de confort. Puedo jugar sin las numerosas presiones de un largometraje».

Artistas del cine

Te sorprendería la cantidad de estrellas de Hollywood que se han puesto detrás de la cámara para hacer un corto: Sandra Bullock, Jennifer Aniston, Brie Larson y Ben Affleck, por nombrar solo algunos. Si estás interesado en hacer ambas cosas (actor-director), rodar un corto es la forma más rápida de probar las aguas. Tras su éxito en No es país para viejos (No Country for Old Men), Josh Brolin dirigió a su joven hija en un drama de 16 minutos llamado X. «Para mí, la mejor razón para hacer un corto es entender sus fortalezas y debilidades. Se trata de contar historias», le dijo Brolin...