"Miquiño mío"
eBook - ePub

"Miquiño mío"

Cartas a Galdós

Emilia Pardo Bazán, Isabel Parreño, Juan Manuel Hernández, Isabel Parreño, Juan Manuel Hernández

Share book
  1. 224 pages
  2. Spanish
  3. ePUB (mobile friendly)
  4. Available on iOS & Android
eBook - ePub

"Miquiño mío"

Cartas a Galdós

Emilia Pardo Bazán, Isabel Parreño, Juan Manuel Hernández, Isabel Parreño, Juan Manuel Hernández

Book details
Book preview
Table of contents
Citations

About This Book

La correspondencia de Emilia Pardo Bazán con Galdós abarca los mejores años creativos de la vida de ambos, entre 1883 y 1915. Se trata de la recopilación de las cartas, conocidas hasta el momento, enviadas por Pardo Bazán a Galdós, ordenadas cronológicamente y acompañadas de una aproximación a la figura de la escritora coruñesa y el relato esencial del amor y la amistad entre ambos autores. Literatura y vida literaria, intrigas académicas, discusiones y "piques" entre creadores desfilan por estas páginas, pero sobre todo amor, amistad, admiración y confianza entre dos genios de su tiempo que se amaron a pesar del "mundo necio, que prohíbe estas cosas; a Moisés que las prohíbe también; a la realidad, que nos encadena; a la vida que huye; a los angelitos del cielo, que se creen los únicos felices… Felices, nosotros. ¡Ay!". (Emilia Pardo Bazán, 28 de septiembre de 1889)

Frequently asked questions

How do I cancel my subscription?
Simply head over to the account section in settings and click on “Cancel Subscription” - it’s as simple as that. After you cancel, your membership will stay active for the remainder of the time you’ve paid for. Learn more here.
Can/how do I download books?
At the moment all of our mobile-responsive ePub books are available to download via the app. Most of our PDFs are also available to download and we're working on making the final remaining ones downloadable now. Learn more here.
What is the difference between the pricing plans?
Both plans give you full access to the library and all of Perlego’s features. The only differences are the price and subscription period: With the annual plan you’ll save around 30% compared to 12 months on the monthly plan.
What is Perlego?
We are an online textbook subscription service, where you can get access to an entire online library for less than the price of a single book per month. With over 1 million books across 1000+ topics, we’ve got you covered! Learn more here.
Do you support text-to-speech?
Look out for the read-aloud symbol on your next book to see if you can listen to it. The read-aloud tool reads text aloud for you, highlighting the text as it is being read. You can pause it, speed it up and slow it down. Learn more here.
Is "Miquiño mío" an online PDF/ePUB?
Yes, you can access "Miquiño mío" by Emilia Pardo Bazán, Isabel Parreño, Juan Manuel Hernández, Isabel Parreño, Juan Manuel Hernández in PDF and/or ePUB format, as well as other popular books in Letteratura & Letteratura epistolare. We have over one million books available in our catalogue for you to explore.

Information

Publisher
Turner
Year
2016
ISBN
9788415427759

1888-1889
AMOR, RUPTURA, RECONCILIACIÓN

En estos dos años se concentra el mayor número de cartas conservadas, coincidiendo con el momento más intenso de la relación entre Pardo Bazán y Galdós. También se trata de las cartas más interesantes desde el punto de vista amoroso y personal, ya que a las reflexiones sobre su propia relación se unirán otras sobre aspectos generales de la vida. Estas misivas de intenso contenido alternan con notas breves, en las que solo se dan indicaciones para encuentros secretos o noticia de sus idas y venidas. Mantienen, a la vez, una correspondencia “oficial” para guardar las apariencias, en las que siguen intercambiando opiniones sobre sus obras o comentarios sobre la vida cultural y artística del momento.
En mayo de 1988 doña Emilia viajará a Barcelona, donde tiene lugar la Exposición Universal. Galdós también acudirá en calidad de diputado liberal por un distrito portorriqueño y, aunque coinciden en el mismo tren, realizan el viaje por separado: él en el séquito de Sagasta y ella invitada por su amigo Narcís Oller. En Barcelona doña Emilia conoce a Lázaro Galdiano, con el que mantendrá una fugaz relación amorosa, que luego se transformará en fructífera colaboración literaria –Galdiano fundará con su ayuda La España Moderna– y en una incondicional amistad.
No se conservan cartas hasta finales de año, aunque es de suponer que la relación continúa. En agosto, ella está en el balneario de Mondariz y aprovechará para realizar un breve viaje por tierras portuguesas. Desde septiembre a noviembre, Galdós recorre Italia con su amigo Alcalá Galiano.
A principios de 1889, enterado Galdós de la fugaz relación de doña Emilia con Lázaro Galdiano, se producirá una ruptura. Ella lo reconoce abiertamente y le pide perdón pues no quiere perder a su “amigo del alma”. Finalmente llega la reconciliación, que culminará con el viaje a Alemania en septiembre de este mismo año.
Paralelamente se desenvuelve la polémica de la Real Academia, que será motivo de disgusto y preocupación para ambos. Doña Emilia siente como ofensa personal la publicación de unas antiguas cartas de Gertrudis Gómez de Avellaneda, en las que esta solicitaba su entrada en la Academia. También Galdós pretende un sillón, aunque inicialmente su petición es desestimada.
En la primavera de este año, doña Emilia volverá de nuevo a París, esta vez con toda su familia y como enviada del periódico bonaerense La Nación. Su labor se centrará en cubrir la crónica de la Exposición Universal, quedando patente su voluntad de independizarse económicamente y vivir de sus escritos.
En estas fechas, Pardo Bazán se instalará finalmente en Madrid –en el no 68 de la calle Serrano–, aunque viajará constantemente entre Coruña, Madrid y París, intensificando su labor periodística y crítica.
El tono de estas cartas, previas y posteriores a la reconciliación, evidencia una intimidad sincera y apasionada. Abundan los motes cariñosos en el tratamiento (“Ratón”, “Miquiño”, “Querido de mi corazón”) y las divertidas identidades literarias que adopta doña Emilia como remitente (“Matilde”, “Porcia”). También aparecerán numerosas alusiones en clave a los lugares de encuentro (“asilo”, “Palmstrasse” y “Maravillas Church”) que dejan adivinar una secreta complicidad.
En septiembre realizan el viaje proyectado a Alemania. Galdós sale de Santander rumbo a Gran Bretaña para reunirse posteriormente en París con doña Emilia. Aunque ella se siente exultante a su vuelta, Galdós, inexplicablemente, se recluye en Santander iniciando un alejamiento que Emilia nunca entenderá. Siguen las polémicas literarias para doña Emilia, que publica, entre otras obras, Morriña e Insolación. A Galdós debemos Incógnita y Realidad.
Carta no 22
Madrid, 23 de enero de 1888
Madrid – Hoy lunes 22 [el segundo 2 parece estar corregido por un 3]
Sr. Dn. Benito Pérez Galdós
Mi distinguido e ilustre amigo: acabo de llegar de Roma en el tren correo de esta madrugada y creo que solo me detendré en Madrid unos seis días. Quisiera en este corto plazo ver a V. para comunicarle algo que le interesa respecto a traducciones y traductores italianos.
Estoy como siempre en el Hotel Victoria, la misma habitación.
Su amiga afectísima
Emilia Pardo Bazán
Carta no 23
La Coruña, 16 de febrero de 1888
Vendredi
Sr. Dn. Benito Pérez Galdós
La Coruña 16 de Febrero/88
Ilustre y admirado amigo: al recibir estos dos tomos de novela, caerá V. en la cuenta de que ya estoy en mis penates y con tranquilidad suficiente para cumplir el grato deber de saludarle remitiéndole en tributo los partos de mi ingenio (tales como son).
Mi viaje, feliz, y mi familia, buena y sana y satisfecha con mi llegada y mi instalación por temporadita larga en el hogar.
Por V. me han preguntado enseguida, sobre todo Jaime, que recuerda a V. mucho, y mamá, que ya sabe le profesa sincera amistad.
He pasado los Carnavales huyendo el bulto para que no me marearan estudiantinas y comparsas; querían venir a bailar aquí, pero mi luto me defendió contra asaltos de gente danzarina.
Vamos al asunto grave para nosotros, que es el literario. ¿Me dirá V., sincerísimamente, su opinión sobre La Madre Naturaleza? ¿Salvará V. las disparatadas erratas que ocasionó el hallarme yo en las fiestas de Orense cuando se imprimía el 1r tomo? No recele V. ponerme cuantos defectos y reparos advierta. Ya sabe la estimación en que tengo su dictamen; ¡solo faltaría que no lo juzgase tan imparcial como ilustrado!
Sin tiempo a más, porque estoy con los primeros trabajos de llegada y corrigiendo pruebas de dos libros, uno que se imprime ahí y otro aquí, me repito su muy verdadera amiga
q. b. s. m
Emilia Pardo Bazán
P. S. ¿Qué tal la cuestión política? ¿Le dejan a V. ya respirar un poco esas acaloradas sesiones de Cortes?
Todos me encargan afectos. Envié a Pereda mi novela, pero él no me ha remitido aun la suya. Si V. le escribe recuérdeselo.
Carta no 24
La Coruña, 7 de diciembre de 1888
[Papel con marco negro]
Sr. Dn. Benito Pérez Galdós
La Coruña 7 Dbre
1988
Mi buen amigo e ilustre doctor: ya puede V. figurarse que estos días, con motivo de la asonada académica13, me acuerdo mucho de VV. y de lo que debió de pasar Cristo cuando vio que el pueblo judío pedía a Barrabás y le mandaba crucificar. Verdad que aquí los barrabasistas son, no el pueblo, sino el Sanhedrín, y no todo. Afortunadamente conozco la serenidad de ese noble espíritu y sé que no le hará mella ni le amargará con hiel pesimista tan magna pequeñez.
Hoy no escribo a VV. para decir pestes de los philistius académicos, sino para avisarle de que el Sr. Dn. José Lázaro Galdiano, persona de toda inteligencia y respetabilidad, y además de generosa iniciativa, se dispone a fundar una Revista como hasta hoy no ha existido en España; una Revista seria, buena y pagada puntualmente (Rara avis). Es tanto lo que sus propósitos me han agradado, que si creyese que podía contribuir al éxito pondría al frente mi nombre como directora; pero acaso sea preferible para la misma publicación una cooperación tácita, y con esa seguramente no he de faltar al Sr. Galdiano, que aunque sobrado de inteligencia, siempre desea que se asocien a la suya otras ya curtidas en esto de las letras. Esto es decirle a V., reservadamente, que me intereso muchísimo por la nueva Revista y que ruego a V. con instancia escriba algo para el 1r no, que saldrá el 1o de Febrero del 89. El presupuesto de la Revista, para los casos más importantes, es de 75 a 100 pesetas, según la extensión del cuentecillo o trabajo. No seduzco a V. con el oro vil; le indico que la Revista quiere pagar honrada, aunque modestamente, en esta ocasión.
Escribo muy deprisa: solo me queda tiempo para anticipar a V. las gracias, decirle que Jaime ya está bueno, y que me marea pidiendo que V. le escriba. Como si V. no tuviera más que hacer.
Su amiga y admiradora invariable, qbsm.
Emilia Pardo Bazán
Carta no 25
Madrid, 18 de enero de 1889
Hoy Viernes 18
Sr. Dn. Benito Pérez Galdós
Mi querido e ilustre amigo: ¡enhorabuena! ¡enhorabuena! Ya no es V. académico ni puede serlo en su vida. Resígnese a no pasar de nuestra primer gloria literaria contemporánea.
Esta tarde a las 5 me anuncia Don Juan Valera que vendrá, y me pide con gran urgencia que le espere: ¿será para contarme la batalla de anoche? Bien podía Vd. venir a decirnos las impresiones de un inmortal frustrado. Espero pasar con Don Juan una agradable hora y media de maledicencia antiacadémica.
¡Pero qué acontecimiento!
Repito la enhorabuena y soy de V. admiradora invariable, aunque le hayan quitado la inmortalidad.
Emilia P. Bazán
P.S. In cauda venenum. ¿Cómo anda ese Tintero volcado ? Hoy más que nunca necesita la España Moderna de su desairada pluma de V.
Carta no 26
Madrid, 1 de febrero de 1889
Sr. Don Benito Pérez Galdós
Hoy 1o
Mi ilustre amigo: apenas echo la vista encima a los pliegos que contienen la primera mitad de Torquemada en la hoguera, y ya estoy cogiendo papel y diciendo a V. mis impresiones. La novela es de órdago, pero está visiblemente encogida y mermada. No ha podido V. desenvolver a su gusto ni el carácter del avaro, ni el figurón del clérigo contra quien tanto se enojó el buey Apis, ni las singulares aptitudes matemáticas del chiquillo, en quien veo algunos rasgos de su admirador Jaime. ¿Por qué no se extendió V. un poco más? La Revista embebe mucho, y aunque echase V. 50 pág., los lectores no habían de quejarse.
Aquello es delicioso, pero pide más campo. Se ve el esbozo de una novela completa, interesante y conmovedora: el tacaño convertido por el amor paternal. Parece que le entran a uno ganas de decir: ¡un poquito más, Sr. de Galdós!
En suma y a pesar de la falta de desarrollo, esta novelita me parece muy superior al “cuento cursi” aquel de los doce meses del año, con su Ateneo de San Luis Gonzaga y todo.
Aprovechando el pretexto que me da esta carta, envío a V. unas galeradas que me obligó a escribir El Correo publicando aquellos papeles viejos de la Avellaneda.
Esta cuestión académica, o como V. diría, esta jeringada cuestión, ha nacido para causarle a uno desazones por mucho que uno se retire y se mantenga neutral. Para mí ha sido un disgusto grave el encabezado de esas cartas14. Pensar que Daniel ha dejado correr esa estupidez, que trae la cuestión al terreno más ofensivo para una señora, donde más armas pueden encontrar sus enemigos, es cosa que aun después de verla me parece increíble. Nada nos cuesta más trabajo que persuadirnos de que no se porta bien con nosotros una persona a quien tenemos mil motivos para creer amiga nuestra a raja-tabla; y yo he necesitado comparar el modo de proceder de Daniel con V. y el que ha usado conmigo, para admitir, bien a mi despecho, que no tengo en él ese amigo resuelto y cariñoso que creí. A quien debo gratitud en esta cuestión es al Dr. del Resumen.
Dígame V. su opinión sobre esa pitada y créame su mejor y más leal amiga.
Emilia
Carta no 27
Madrid, 5 de febrero de 1889
Sr. D. B. P. Galdós
Hoy 5
Ilustre amigo: dos letras no más para decir a V. que se ha muerto Arnao, pero que no debe morir la noble resolución de no entrar en donde una vez le han desalojado a V. ignominiosamente (para ellos). Valor, firmeza, y acuérdese V. de que no es V. un hablista y por ende (que dirían sus enemigos de V.) no le toca en la Academia no digo sillón: ni siquiera taburete.
Le saluda cariñosamente su admiradora
Emilia Pardo Bazán
Carta no 28
Madrid, 26 de febrero de 1889
Hoy 26 - a media noche.
Amigo del alma, ante todo, no llames caridad a lo que es acendrada ternura. Tratándose de ti no distingo de acciones, y lo mismo que te abro los brazos te velaría enfermo o te ayudaría en el trabajo literario. Bien sé, ¿y por qué me lo dices? que nada premeditaste ni en ningún agravio pensaste. En ti no cabe nada malo, ni te alcanza responsabilidad alguna, ni necesito yo que me digas otra cosa sino esa dulce frase “he dormido bien”.
Acabo de leer tu carta. Voy a sorprenderte algo diciéndote que adivinaba su contenido. Sé quién te enteró de todos esos detalles portugueses, y comprendí a qué aludías al anunciarme un cargo grave. Apelas a mi sinceridad: debí manifestarla antes, pues ahora ya no merece este nombre: sea como quiera, ahora obedeceré a mi instinto procediendo con sinceridad absoluta. Mi infidelidad material no data de Oporto sino de Barcelona, en los últimos días del mes de mayo —tres después de tu marcha.
Perdona mi brutal franqueza. La hace más brutal el llegar tarde y no tener color de lealtad. Nada diré para excusarme, y solo a título de explicación te diré que no me resolví a perder tu cariño confesando un error momentáneo de los sentidos fruto de circunstancias imprevistas. Eras mi felicidad y tuve miedo a quedarme sin ella. Creía yo que aquello sería para los dos culpables igualmente transitorio y accidental. Me equivoqué: me encontré seguida, apasionadamente querida, y contagiada. Solo entonces me pareció que existía problema: solo entonces empecé a dejarme llevar hacia donde —al parecer— me solicitaban fuerzas mayores, creyendo que allí llenaba yo mayor vacío y hacía mayor felicidad. Perdóname el agravio y el error, porque he visto que te hice mucho daño; a ti, que solo mereces rosas y bienes, y que eres digno del amor de la misma Santa Teresa que resucitase.
Deseo pedirte de viva voz que me perdones, pues aunque ya lo has hecho, y repetidas veces, a mí me sirve de alivio el reconocer que te he faltado y sin disculpa ni razón. Hasta luego; no me lleves a mal nada de lo que en esta carta te escribo: la recibirás por la mañana (el jueves) y por la tarde podré desahogar un poco el corazón rogándote que no pierdas enteramente el cariño a la que te lo profesa santo y eterno.
Hasta luego, no olvido las señas. Haz por comer y no fumes mucho.
Carta no 29
Madrid, 28 de febrero de 1889
Hoy Jueves, a las 12 de la noche.
Mi amigo, no ha acudido hoy al punto señalado. Le esperé desde las 5, no sé si minutos antes o después, porque salí de casa a las 4 ½ y solo me detuve a dar un recado en una tienda; y me estuve en la Ronda de Atocha, esquina al paseo de Sta. María de la Cabeza, detrás del Hospital general, hasta las 6 ½. Primero hice que el simón subiese y bajase sin apartarse del sitio de la cita; después le mandé pararse, al ladito de donde el tranvía estaciona, en el desemboque mismo del paseo. Allí esperé y cuando vi que el sol se ponía me volví a Madrid con el corazón oprimido.
Mandé ir a casa de Fe porque tenía no sé qué vaga esperanza de verte allí. En vez de encontrarte encontré a Luis Alfonso. ¡Ahí es nada la diferencia!
Ignoro porque no has ido. Pudo ser por dos motivos; uno puramente accidental, porque no pudiste; otro inten...

Table of contents