4. RENÉ CHAR A ALBERT CAMUS
22 de junio de 1947
Querido Albert Camus:
Los que disfrutan llamando a los agujeros de la pared decorados con barrotes los caminos del futuro y a su corazón de pedernal las arterias del hombre, me temo que, tras leer La peste, tendrán que renunciar a sus ilusiones. Ha escrito un libro muy grande. Los niños pueden crecer tranquilos, respirar las quimeras.
Los «esquivos» volverán a su indiferencia. Es usted muy necesario en esta época.
Reciba mi más cordial admiración.
René Char
5. ALBERT CAMUS A RENÉ CHAR
[Le Panelier,] 30 de junio [de 1947]
Querido René Char:
Su carta me ha dado una gran alegría. Son contados los hombres en los que admiro tanto el lenguaje como su actitud, y es usted uno de ellos. Y es que es usted el único poeta que se atreve hoy a defender la belleza, que lo hace sin ambages, y que encima demuestra que es posible luchar por ella sin renunciar a hacerlo también por el pan de cada día. Puede llegar mucho más lejos que nadie, porque a nada ha renunciado. Así que podrá imaginar la alegría que me hace sentir este cariñoso reconocimiento suyo, que en nada prejuzga, claro está, las cualidades y los defectos de La peste. Es algo que me llega muy hondo.
Permítame ahora que le pida un favor, como si fuéramos viejos amigos. Se trata de lo siguiente. Me he cansado de París y del hampa que uno se encuentra allí. Mi deseo más profundo es regresar a Argelia, que es un país de hombres, un país de verdad, rudo, inolvidable. Pero, por distintas razones, eso no es posible. Ahora bien, el país que prefiero es el suyo, y, más concretamente, las faldas del Luberon, la montaña de Lure, Lauris, Lourmarin, etc.; hasta ahora no había hecho fortuna con la literatura, pero La peste me dará algo de dinero. Me gustaría comprar una casa en esa región. ¿Podría ayudarme a encontrar algo?
No le costará imaginar qué tipo de casa busco: una propiedad sencilla, pero también amplia (tengo dos criaturas y me gustaría de vez en cuando recibir visitas de mi madre), lo más apartada posible, mejor si está amueblada, con muebles que sean sobre todo cómodos, y con un paisaje alrededor que no se canse uno de mirar.
Perdone que le pida que me ayude con esto. También he contactado con otras personas, pero confío sobre todo en usted porque sé que sabrá ponerse en mi lugar. Por eso le escribo con total franqueza. Si no se le ocurre nada, no se preocupe. Siempre tendrá mi cariño fraterno
Albert Camus
Hasta el 15 de julio: Le Panelier, cerca de Mazet Saint Voy — Alto Loira
Después: 18 rue Séguier — París 6.º
6. RENÉ CHAR A ALBERT CAMUS
5 de julio del 47
Querido Albert Camus:
Gracias por su carta y por su amistad. Con usted las palabras recuperan su sentido exclusivo, y también las imágenes, que no son nada sin sentimientos (y sin verdad).
Me pongo enseguida a buscar la casa, le mantendré informado de mis gestiones. A nueve kilómetros de aquí hay un pueblo llamado Cabrières, que es el único que está verdaderamente en su lugar, en invierno como en verano está bañado por una luz extraordinaria. Además, es de fácil acceso. Queda enfrente de la gran cordillera de Luberon, en su tramo más largo. Allí pienso concentrar mi búsqueda, sin dejar de lado otras posibilidades.
Me encantaría tenerle en mi entorno más cercano.
Con el cariño de siempre
René Char
L’Isle sur Sorgue — Vaucluse
7. ALBERT CAMUS A RENÉ CHAR
[París,] 29 de julio [de 1947]
Querido René Char:
Gracias por ocuparse sin demora del asunto de la casa. La propiedad de Chinchon y la casa «pequeña y maciza» del páramo de Saumanes hacen que me ilusione (aunque solo la segunda estaría al alcance de mi bolsillo). Pero hay un detalle: salgo mañana para Bretaña y no vuelvo antes de...