Memorias de Buenaventura Vivó
eBook - ePub

Memorias de Buenaventura Vivó

Ministro de México en España durante los años 1853, 1854 y 1855

Buenaventura Vivó, Raúl Figueroa Esquer, Raúl Figueroa Esquer

  1. 900 pages
  2. Spanish
  3. ePUB (mobile friendly)
  4. Available on iOS & Android
eBook - ePub

Memorias de Buenaventura Vivó

Ministro de México en España durante los años 1853, 1854 y 1855

Buenaventura Vivó, Raúl Figueroa Esquer, Raúl Figueroa Esquer

Book details
Book preview
Table of contents
Citations

About This Book

Buenaventura Vivó (Puebla 1813-Madrid 1872) fue cónsul de México en La Habana de 1846 a 1853 y, durante los años 1853, 1854 y 1855, enviado extraordinario y ministro plenipotenciario de la nación ante la corte de la reina Isabel II de España. Fue diplomático de carrera al servicio de Antonio López de Santa Anna (por más que haya tratado de desmarcarse de dicho personaje como señala Raúl Figueroa Esquer en el prólogo de este libro, al buscar una explicación para la redacción e impresión de estas Memorias). Sin embargo, estas Memorias son interesantes por las coyunturas históricas que presenta: la situación política de la España de esos años; los juegos y rejuegos entre las potencias europeas y los Estados Unidos en relación con la situación de Cuba como una de las últimas posesiones del declinante Imperio español y sus posibles futuros; las reclamaciones del gobierno español, ante el de México, por el pago de créditos a sus súbditos afincados en nuestro país; la venta y tráfico de indígenas mayas como esclavos en Cuba. Completan estas Memorias descripciones sobre la corte española, sobre su panorama artístico cultural y los cuerpos diplomáticos de las distintas naciones.

Frequently asked questions

How do I cancel my subscription?
Simply head over to the account section in settings and click on “Cancel Subscription” - it’s as simple as that. After you cancel, your membership will stay active for the remainder of the time you’ve paid for. Learn more here.
Can/how do I download books?
At the moment all of our mobile-responsive ePub books are available to download via the app. Most of our PDFs are also available to download and we're working on making the final remaining ones downloadable now. Learn more here.
What is the difference between the pricing plans?
Both plans give you full access to the library and all of Perlego’s features. The only differences are the price and subscription period: With the annual plan you’ll save around 30% compared to 12 months on the monthly plan.
What is Perlego?
We are an online textbook subscription service, where you can get access to an entire online library for less than the price of a single book per month. With over 1 million books across 1000+ topics, we’ve got you covered! Learn more here.
Do you support text-to-speech?
Look out for the read-aloud symbol on your next book to see if you can listen to it. The read-aloud tool reads text aloud for you, highlighting the text as it is being read. You can pause it, speed it up and slow it down. Learn more here.
Is Memorias de Buenaventura Vivó an online PDF/ePUB?
Yes, you can access Memorias de Buenaventura Vivó by Buenaventura Vivó, Raúl Figueroa Esquer, Raúl Figueroa Esquer in PDF and/or ePUB format, as well as other popular books in History & Mexican History. We have over one million books available in our catalogue for you to explore.

Information

Year
2018
ISBN
9786078560295
NOTAS
APÉNDICE NÚM. 1 1
De muchos siglos databa ya en España la desaparición de la raza de los regicidas. Sumergiérase con la monarquía goda en las sangrientas aguas del Guadalete, y sólo volvió a asomar su lívida faz dos veces desde entonces: en el cerco de Zamora la primera, y en los campos de Montiel después, con el doble crimen de fratricida. Vinieron las ideas modernas arrollando como un torrente todos los cimientos de la sociedad y los ejemplos de Carlos I y de Luis XVI evidenciaron a la asombrada muchedumbre la vulnerabilidad de los reyes.1
El 2 de febrero de 1852 era el día señalado para que la reina de España fuese a presentar al templo de Nuestra Señora de Atocha la ofrenda de sus entrañas, a la heredera de cien reyes, nacida para el mundo de nuestra iniquidad el día 20 de diciembre del año que acababa de expirar. El sol brillaba purísimo sobre su cenit, como gozándose de la alegría universal de los españoles; y el inmenso pueblo de Madrid se agrupaba en plácidas ondas sobre las avenidas del tránsito señalado para la regia procesión, anhelando felicitar a la afortunada madre, acariciar a la tierna princesa, y saludar a la más querida de las reinas.
Circulaba la multitud de calle en calle, tranquila como el alma de un niño, risueña como una aurora de mayo, feliz y contenta como una esposa en la primavera de su dicha. De pronto un sordo rumor, parecido al de lejana tempestad, comenzó a agitar aquellas olas vivientes, y el sol de la felicidad se nubló en el corazón de todos los buenos españoles. Acabábase de saber que en los corredores de palacio, y al salir S.M. de la capilla para trasladarse a Atocha, un sacerdote había atentado contra su preciosa vida, dirigiéndole una puñalada a la parte media anterior y superior del hipocondrio del lado derecho, la cual tenía de siete a ocho líneas en su diámetro transversal. El golpe fue asestado al hincar el sacerdote la rodilla en actitud suplicatoria, como el de quien va a entregar un memorial, acompañándole de las siguientes palabras: Toma; ya tienes bastante.
Afortunadamente la reina llevaba un manto real de terciopelo carmesí bordado de oro, con castillos, leones, flores de lis y otros emblemas, resultando que el puñal había atravesado uno de los leones del manto real, embotándose algún tanto en el bordado, y tropezando además su punta, por una especial providencia, en una de las ballenas del corsé, lo que impidió que el instrumento regicida penetrase hondamente en el cuerpo de S.M. Eso no obstante, si la herida no ofrecía en su superficie más extensión que la de siete u ocho líneas, llegaba a una pulgada en su profundidad.
El sacerdote criminal se llamaba don Martín Merino, natural de Arnedo, provincia de Logroño, de edad de sesenta y tres años, alto de cuerpo, enjuto de carnes, pelo enteramente blanco y de constitución robusta. Había sido religioso franciscano de la reforma de San Diego de Alcalá; pero, mal avenido con la vida pobre y la sujeción del claustro, pidió y obtuvo en 1821 la secularización.
Después de haber sido uno de los más rabiosos oradores del café de Lorencini en los años de 1820 a 1823, en cuya época se hizo reo de insultos personales contra el último monarca, asegurándose que él fue quien en el año de 1822 gritó al rey Fernando VII, con la constitución en una mano y el puñal en otra: O la tragas o te mato. Después se refugió en Francia, donde consiguió al cabo de algún tiempo obtener un curato, ocupándose, además, en dar lecciones de español. En 1842 regresó a Madrid, en cuya época fue nombrado capellán de la parroquia de San Sebastián, siendo su conducta en el tiempo que permaneció en ella altamente reprensible.
En 1843 fue uno de los que tomaron acciones para sostener el periódico titulado La Tarántula, y a consecuencia de quejas dadas en 1846 por el cura ecónomo y tenientes de la expresada parroquia, fue trasladado a la de San Millán, de la cual también fue expulsado al poco tiempo.
En Madrid es público y notorio que ejerció la usura en alto grado, pues habiéndole caído en abril de 1845 cien mil reales a la lotería, los dio en pequeñas cantidades a un crédito muy exorbitante. Este oficio le produjo quimeras de tal especie, que estuvieron para matarlo diferentes veces, habiendo sido apaleado una mañana al tiempo que iba a decir misa, por cuya pendencia fue llevado preso a la guardia del Principal; y llegó a tener tal miedo a las personas a quienes había hecho los préstamos, que en la última temporada que estuvo de capellán en San Sebastián buscó quien asistiera a los entierros que se hacían de noche, por no atreverse a salir después de puesto el sol.
Personas que le habían tratado mucho le oyeron decir repetidas veces: “Desde el primero hasta el último rey todos son tiranos; la Europa no estará en paz mientras no se vea libre de semejantes monstruos”.
Merino asistía diariamente al gabinete de lectura de San Felipe, donde recorría con avidez todos los periódicos. Desde el golpe de Estado que tuvo lugar en Francia notaron las personas que le veían con frecuencia que su carácter tomaba un aspecto preocupado, silencioso y a veces exaltado.
El puñal tenía poco más de una cuarta de longitud. La hoja era estrecha y con vaina de acero, como generalmente se fabrican en Albacete; la punta muy aguda, y en la parte superior de la hoja, que por fortuna no pudo atravesar el oro de que estaba cuajado el manto de la reina, tenía algunos calados, lo cual habría hecho muy peligrosa la herida.
He aquí el interrogatorio que aparece en la causa de dicho regicida:
Preguntado cómo se llama, dijo llamarse Martín Merino, natural de Arnedo, de edad de sesenta y tres años.
Preguntado con qué objeto ha venido a palacio, dijo que a lavar el oprobio de la humanidad, vengando en cuanto estuviese de su parte la necia ignorancia de los que creen que es fidelidad aguantar la infidelidad y perjurio de los reyes.
Preguntado que cuando se arrimó a la reina cuál fue su objeto, dijo que el de quitarle la vida.
Preguntado si tenía alguna persona que estuviese en connivencia con él, dijo que ninguna.
Preguntado qué destino tenía, dijo que era sacerdote ordenado en el año 1813, y que se hallaba en Madrid hecho un salta tumbas.
Preguntado qué motivos había tenido para atentar contra la vida de S.M. la reina, si tenía algún resentimiento particular con ella, dijo que ninguno personal.
Preguntado que con quién había entrado en palacio, dijo que había entrado solo.
Preguntado qué arma llevaba cuando trato de matar a S.M. la reina, dijo que un puñal.
Preguntado si era el que tiene delante, dijo que sí; parecía ser de los llamados de Albacete.
Preguntado que con qué objeto se había hecho de este puñal y dónde se lo facilitaron, dijo que lo compró en El Rastro, hallándolo a propósito para matar al general Narváez, a la reina Cristina o a la reina cuando fuera mayor de edad, ya que entonces no lo era, aun cuando estaba declarada así.
Preguntado si sabía si con su puñal había muerto o había herido a S.M. la reina, dijo que sabía que la había herido, y que ignoraba si moriría de la herida.
Preguntado dónde vivía y el tiempo que hacía que estaba en Madrid, dijo que vivía en el Arco del Triunfo, núm. 2, cuarto segundo, y que hacía que estaba en Madrid diez años.
Preguntado si tenía algo más que decir; y leída que le fue esta declaración, se ratificó en ella, y la firmó conmigo el escribano y señor fiscal, en Madrid, a 2 de febrero de 1852.
Martín Merino
Juan Cassani y Grom
Ante mí el escribano, Luis Castillo de Lerín
En los trámites de la causa seguida contra el regicida Merino aparece que, según su aseveración, no tenía cómplices; pero dijo que si hubiera en Europa doce hombres como él, se habría concluido ya la tiranía de los reyes. Que fue reconocida la habitación donde moraba, situada en la calle del Arco del Triunfo, núm. 2, cuarto segundo, ofreciendo un pobre y miserable aspecto. En los cajones de la mesa se encontró un cachorrillo, unos perdigones y balines, y un libro en blanco con algunas hojas escritas, donde estaban consignados varios apuntes y reflexiones políticas, en que se revelaban las infames doctrinas y viles sentimientos de su autor. Que en vista de todo lo que arrojaba la causa, el promotor concluyó pidiendo que el fraile secularizado Martín Merino fuese condenado a muerte en garrote vil, siendo conducido al patíbulo con hopa2 amarilla y un birrete del mismo color, uno y otro con manchas encarnadas, según el artículo 91 del Código Penal.
El reo se encontraba en un calabozo de la cárcel del Saladero, con un par de grillos y centinelas de vista, para evitar cualquier rapto de desesperación.
Notificada a Merino la sentencia que le condenaba a la última pena, para que nombrase procurador y abogado que le defendieran, oyó la petición fiscal con espantosa frialdad y como quien hace gala de un profundo desprecio a la vida. En uno de esos arranques inevitables que se escapan a veces involuntariamente a los malvados sin apercibirse de ellos, manifestó en el momento de la notificación “que no necesitaba defensa, pues su delito no la tenía; que no podía ni aun ser indultado, y que no había justicia en el mundo si a él no se le castigase con la pena que merecía”. A la vuelta de esas frases vertió otras, haciendo una burla sangrienta de sí mismo y del suplicio, que decía ver ya delante de sus ojos. “Que me levanten muy alto, para que todo el mundo me vea bien; verán lo que es un hombre que sabe morir con valor”. Añadió que no tenía procurador ni abogado que le defendiera; que teniendo ya sesenta y tres años, no era su existencia sino “una hoja seca más que se caía de un árbol”.
Nombrado por el tribunal el abogado defensor, pasó éste inmediatamente a ver al regicida, que se hallaba en el mismo estado de impasibilidad demostrado desde un principio. Habló con él largamente, pidiéndole cuenta de su atentado y tratando de investigar cuáles habían sido los móviles que le impulsaron a tan infame crimen, por ver si descubría alguna circunstancia que pudiera atenuarlo.
El reo, insensible a las exhortaciones del defensor, dio en esta entrevista la última prueba de sus perversos instintos, de su horrible impenitencia. Estuvo frío, indiferente y reservado hasta con la única persona que por deber, ya que no por inclinación ni sentimiento, iba a prestarle protección y amparo.
El defenso...

Table of contents

Citation styles for Memorias de Buenaventura Vivó

APA 6 Citation

Vivó, B. (2018). Memorias de Buenaventura Vivó ([edition unavailable]). Bonilla Artigas Editores. Retrieved from https://www.perlego.com/book/1928921/memorias-de-buenaventura-viv-ministro-de-mxico-en-espaa-durante-los-aos-1853-1854-y-1855-pdf (Original work published 2018)

Chicago Citation

Vivó, Buenaventura. (2018) 2018. Memorias de Buenaventura Vivó. [Edition unavailable]. Bonilla Artigas Editores. https://www.perlego.com/book/1928921/memorias-de-buenaventura-viv-ministro-de-mxico-en-espaa-durante-los-aos-1853-1854-y-1855-pdf.

Harvard Citation

Vivó, B. (2018) Memorias de Buenaventura Vivó. [edition unavailable]. Bonilla Artigas Editores. Available at: https://www.perlego.com/book/1928921/memorias-de-buenaventura-viv-ministro-de-mxico-en-espaa-durante-los-aos-1853-1854-y-1855-pdf (Accessed: 15 October 2022).

MLA 7 Citation

Vivó, Buenaventura. Memorias de Buenaventura Vivó. [edition unavailable]. Bonilla Artigas Editores, 2018. Web. 15 Oct. 2022.