El hombre y lo sagrado 
eBook - ePub

El hombre y lo sagrado 

Roger Caillois, Juan José Domenchina, Juan José Domenchina

Share book
  1. 168 pages
  2. Spanish
  3. ePUB (mobile friendly)
  4. Available on iOS & Android
eBook - ePub

El hombre y lo sagrado 

Roger Caillois, Juan José Domenchina, Juan José Domenchina

Book details
Book preview
Table of contents
Citations

About This Book

Más que una morfología de lo sagrado, el presente estudio intenta exponer su sintaxis, abordando las relaciones generales de lo sagrado con lo profano, desentrañando su ambigüedad polar. Caillois esboza una teoría de las prohibiciones y el respeto que dimana de las leyes sacras y de los actos sacrílegos.

Frequently asked questions

How do I cancel my subscription?
Simply head over to the account section in settings and click on “Cancel Subscription” - it’s as simple as that. After you cancel, your membership will stay active for the remainder of the time you’ve paid for. Learn more here.
Can/how do I download books?
At the moment all of our mobile-responsive ePub books are available to download via the app. Most of our PDFs are also available to download and we're working on making the final remaining ones downloadable now. Learn more here.
What is the difference between the pricing plans?
Both plans give you full access to the library and all of Perlego’s features. The only differences are the price and subscription period: With the annual plan you’ll save around 30% compared to 12 months on the monthly plan.
What is Perlego?
We are an online textbook subscription service, where you can get access to an entire online library for less than the price of a single book per month. With over 1 million books across 1000+ topics, we’ve got you covered! Learn more here.
Do you support text-to-speech?
Look out for the read-aloud symbol on your next book to see if you can listen to it. The read-aloud tool reads text aloud for you, highlighting the text as it is being read. You can pause it, speed it up and slow it down. Learn more here.
Is El hombre y lo sagrado  an online PDF/ePUB?
Yes, you can access El hombre y lo sagrado  by Roger Caillois, Juan José Domenchina, Juan José Domenchina in PDF and/or ePUB format, as well as other popular books in Social Sciences & Sociology of Religion. We have over one million books available in our catalogue for you to explore.

Information

III. LO SAGRADO COMO FUENTE DE RESPETO: TEORÍA DE LAS PROHIBICIONES

LOS DOS POLOS de lo sagrado se oponen indistintamente al dominio de lo profano. Frente a él, su antagonismo se atenúa, tiende a desaparecer. Por otra parte, del mismo modo, la santidad teme a la vez el pecado y lo profano que representan para ella diferentes grados de impureza. Inversamente, la mancha no es menos capaz de contaminar a la santidad que a lo profano, los cuales pueden sufrir igualmente sus ataques. Los tres elementos del universo religioso, lo puro, lo profano y lo impuro, manifiestan una notable aptitud para ligarse de dos en dos contra el tercero. Se ha visto cómo esta dialéctica actuaba en el interior de lo sagrado, cómo cada uno de estos dos términos, oponiéndose al otro, situaba automáticamente junto a este último esa especie de nada activa que constituye lo profano. Hay que ver ahora, una vez admitida la ambigüedad fundamental de lo sagrado, cómo se opone en su conjunto al mundo de lo profano, es decir, qué conviene buscar en la sociedad a que corresponde la distinción de esos dos terrenos complementarios y antitéticos que constituyen lo sagrado y lo profano. Se observará que oculta o enlaza otras divisiones, otras dicotomías: las de grupos o principios igualmente complementarios y antitéticos cuya oposición y colaboración permite el funcionamiento mismo de la sociedad. Así, por ejemplo, la pareja formada por las fratrías en las sociedades de poder difuso, por el príncipe y la masa en las sociedades de poder concentrado. En esos dos tipos extremos, casi abstractos (la realidad no los presenta nunca en su estado puro), la composición de los dos “partidos” equilibrados en número y prestigio o que se equilibran por desigualdad doble e inversa de número y prestigio (lo uno compensando a lo otro), determina la concepción del orden del mundo y preside la distribución de lo profano y lo sagrado. Lo que es lícito para los miembros de una fratría está prohibido para los de otra; lo que le está permitido al príncipe, le está prohibido a la masa, y recíprocamente. Las prohibiciones tienen por objeto preservar de todo atentado sacrílego al orden así instituido. No se puede dar cuenta de ellas separadamente. Forman un sistema del que no se puede distraer ningún elemento y que tiene solamente su explicación en el análisis del funcionamiento de la sociedad en que se hallan en vigor.

LA ORGANIZACIÓN DEL MUNDO

Bipartición de la sociedad. Entre los hechos importantes aclarados por el estudio de las sociedades totémicas, puede incluirse la preponderancia de la división en fratrías dentro de la organización tribal. En efecto, las fratrías representan mucho más que un eslabón entre las tribus y los clanes. Significan nada menos que la osamenta esencial y constante de la unidad social. El número de los clanes es variable: se le ve crecer y decrecer. El número de las fratrías puede considerarse, al contrario, como fijo. Una tribu comprende dos de éstas y sólo dos. Los raros casos en que se ha comprobado una división tripartita se pueden reducir fácilmente a la regla general. Por ejemplo, entre los masais del este africano, un observador descubre tres grupos principales, pero otro considera como primario un clan que es, según el primero, una subdivisión, y describe a la población como repartida en cuatro grupos elementales asociados de dos en dos en las expediciones. Los miembros de unos llevan en común el nombre de bestias rojo sangre; los de los otros dos el de bestias negras.
Por otra parte, los límites de los clanes son a veces vagos e indeterminados. Entre ellos se han debilitado con frecuencia las normas exogámicas, mientras siguen en vigor entre las fratrías. En fin, los clanes aparecen a menudo como la segmentación de una división bipartita anterior. De manera que, globalmente, puede considerarse la presencia de fratrías como un fenómeno constitucional de las sociedades totémicas dentro de la generalización muy grande de su extensión geográfica.
Importa poner de relieve respecto a casos concretos la naturaleza y los caracteres principales de esta división bipartita de la que depende la red de prohibiciones que trazan en el mundo para cada una de las dos mitades de la sociedad un terreno de lo sagrado y un terreno de lo profano. En Australia los miembros de las fratrías están casi siempre dispersos en los diferentes establecimientos locales, pero en el interior de cada uno de éstos su oposición subsiste, y en caso de reunión de la tribu la distribución en fratrías recobra toda su importancia. Por eso, desde el principio, se comprueba que el sistema de las fratrías prevalece sobre todo otro sistema en la organización de la tribu. Durkheim y Mauss han demostrado que toda la naturaleza se hallaba distribuida entre las divisiones sociales de aquélla.1 Su trabajo, realizado en función de la distribución en clanes, los cuales constituyen, actualmente al menos, los grupos más claramente diferenciados de las sociedades australianas, equivale, con más razón, a la distribución en fratrías, si es cierto, como todos parecen creer, que los clanes derivan de éstas, por cisiparidad. De hecho, si es difícil dar cuenta de la elección de los tótem de los clanes y de sus relaciones respectivas, los de las apelaciones de los tótem de las fratrías parecen bastante más claros. Los seres que les sirven de emblema son, en efecto, de colores diferentes y a menudo opuestos.2 Así, los gournditch mara del estado de Victoria están divididos en krokitch o cacatúas blancas y en kaputch o cacatúas negras. Se encuentran esas mismas denominaciones en muchas otras tribus. A veces, como en la de Mont-Gambier, simples clanes tienen por tótem a la cacatúa blanca o negra. Pero éstos se encuentran cada uno en una fratría, y éstas llevan nombres claramente emparentados con los términos krokitch y kaputch de los gournditch-mara, de suerte que surge la tentación de ver en esos clanes de las cacatúas las divisiones-tronco de la tribu, es decir, las fratrías mismas.
Por lo tanto, en esas tribus los tótem de las fratrías no responden al azar. Aparecen simétricos y opuestos. Son animales de la misma especie y de color contrario. Y se presentan de esta manera como idénticos y antagónicos a la vez. La cacatúa blanca se opone a la cacatúa negra, como entre los masai las bestias rojo sangre a las bestias negras.
Bipartición del universo. Esta simetría y esta oposición se conservan en la distribución de los elementos del mundo entre los marcos sociales. Se deduce de la obra de Durkheim y Mauss que los seres o las cosas están clasificados en una misma división a causa de las afinidades que manifiestan entre sí. Por ejemplo, se sitúan en un clan las hierbas con las que se alimenta el animal totémico y los animales que se encuentran generalmente en los lugares en que éste habita. Las ranas, entre los aruntas, se consideran asociadas con el árbol del caucho, porque a veces se las encuentra en sus cavidades. Se relaciona al loro con el canguro, porque, según dicen, se suele ver volando a aquél en torno de este último. A la inversa, parece corriente que los objetos que se oponen, y que al oponerse forman pareja, se encuentren repartidos en los grupos que dentro de la sociedad se oponen y acoplan. Éste es, por ejemplo, en general, el caso de la luna y del sol; en la tribu de Port-Mackay el sol es yungaroo, la luna wootaroo; en la de Mont-Gambier, no sólo los dos astros están colocados cada uno en una fratría, sino, en el interior de estas fratrías, en clanes correspondientes, y precisamente en los de las cacatúas blancas y negras.
Es cierto que, a veces, la oposición no es tan clara. Los tótem de las fratrías en muchas tribus de Australia, en Nueva Gales del Sur especialmente, son, en efecto, el águila-halcón y el cuervo. Pero por lo menos se trata siempre de animales parecidos, de dos pájaros, y a quienes los mitos presentan en perpetua guerra uno con otro. Paralelamente, en los juegos tribales cada fratría se halla, en conjunto, opuesta a la otra. Si se pasa de los casos menos distintos a los más claros, se empieza a percibir mejor el carácter sistemático del antagonismo de las fratrías. Éstas dividen a los aruntas en gente de la tierra y gente del agua. Se emplean las mismas denominaciones en una isla del estrecho de Torres, en Babuiag, donde, además, los tótem de una de las fratrías son animales acuáticos, los de la otra animales terrestres o anfibios. En esos últimos casos las fratrías se oponen como dos elementos contrarios, y esta oposición se extiende a todo el conjunto de las manifestaciones de la villa colectiva: una reside al este, la otra en el oeste, una acampa contra el viento, la otra a favor del viento, etcétera.
Este aspecto se halla mucho más señalado en la otra gran área del totemismo: en América del Norte. Los zuñi presentan actualmente una organización socioespacial relativamente compleja. A pesar de eso los clanes observados siguen pareciendo derivar de dos fratrías primitivas. En todo caso, los mitos lo sugieren: en los comienzos del mundo un mago regaló a los hombres dos pares de huevos de colores opuestos, uno azul oscuro como el cielo, otro rojo oscuro como la tierra. En uno, precisó, estaba el invierno, en otro, el verano. Invitó a los hombres a que eligieran. Los primeros cogieron los huevos azules. Los pájaros que de ellos salieron tenían las plumas negras: eran los cuervos que partieron hacia el norte (el norte es la estación del invierno). Los otros cogieron los huevos rojos; de ellos salieron los loros. Les tocó en suerte la siembra, el calor, y la paz (son los atributos del sur y del verano, como la destrucción y la guerra son los del invierno). De ese modo, concluyó el informador, los zuñi fueron divididos en gente del invierno y gente del verano, los unos procedían de los cuervos, los otros de los loros.
Este sistema, del que quedan vestigios entre la mayoría de los indios pueblo, opone, pues, simultáneamente, pájaros distintos dentro de los límites de una cierta identidad, colores, estaciones y los principios de la guerra y de la paz, es decir, estados determinados de la sociedad. Esta última situación funda el antagonismo de las fratrías en diversas tribus sioux (ossage de Misuri, krik de Alabama, etc.): una está predestinada a las empresas de la guerra, la otra a los trabajos de la paz. En los campamentos una se instala a la derecha, la otra a la izquierda de la entrada. No es extraño encontrar distribuciones análogas: las fratrías se sitúan a uno y a otro lado de la línea que divide el campo por la mitad, y a veces, como entre los paukas, los clanes que comprenden corresponden a principios o a elementos opuestos que se enfrentan: por ejemplo, el clan del agua se sitúa frente al del fuego, el del viento frente al de la tierra; a veces, como entre los omaha, esos principios o elementos están representados por un clan en cada fratría: los clanes que tienen igual emblema se instalan entonces uno frente al otro, de cada lado de la gran avenida del campamento, cada uno dentro del marco de su fratría respectiva, por ejemplo los dos clanes del trueno haciéndose frente a la entrada del campamento.
La función constante de esas fratrías norteamericanas consiste en suministrar el marco de las justas rituales, los juegos periódicos de carácter atlético. Tal es, sobre todo, el caso de los iroqueses, donde las fratrías se enfrentan en el juego de la cachava, y de los winnebagos de Wisconsin, que prefieren los juegos de pelota. Las ceremonias, reuniendo a toda la tribu, son ocasiones excepcionales para que se manifieste la oposición de las fratrías, cada una dirigida por un portavoz y realizando las danzas propias de su esencia, mientras la otra asiste al espectáculo. En efecto, su designación misma indica que se distribuyen el universo, y esa distribución se extiende tanto a las instituciones como a la naturaleza. Así, entre los hupas del norte de California, una de las fratrías posee de modo exclusivo las propiedades medicinales de la anguila, la otra las del salmón; las fratrías exogámicas de los winnebagos, divididas, la una en cuatro, la otra en ocho clanes, exogámicos por derivación, se relacionan simbólicamente con el cielo y con la tierra. Sus miembros son los de arriba y los de abajo, que se enfrentan en la mayoría de las manifestaciones de la vida social. Cada clan realiza los ritos que le pertenecen y asume funciones políticas particulares: la gente del oso, se ocupa de la policía, el jefe de la tribu se elige entre los pájaros-trueno, el pregonero entre los bisontes. Los miwok se reparten igualmente en dos fratrías exogámicas de línea paterna, la del agua o del sapo-toro, la de la tierra o del arrendajo azul y todos los fenómenos naturales se relacionan con el agua y la tierra y, por lo tanto, con una de las fratrías según afinidades descubiertas un poco arbitrariamente y donde las correspondencias simbólicas desempeñan el mayor papel.
Virtudes complementarias. De esta rápida ojeada surge una conclusión importante: las fratrías forman un sistema, poseen en propiedad y representan virtudes complementarias que colaboran y se oponen. Cada una asume funciones bien definidas, participa de un principio preciso, se encuentra asociada de modo permanente en el espacio con una dirección, en el año con una estación, en la naturaleza con uno de los elementos que parecen constituirla, mientras esas direcciones, estaciones o elementos son siempre antagónicos. La personalidad de cada fratría está simbolizada por su tótem. Éste se refiere a uno de esos datos cósmicos fundamentales, bien sea directamente, como suele ocurrir en América del Norte, bien por intermedio de un animal que suministra de ello un emblema cómodo, como sucede con mayor frecuencia en Australia. La tribu, como el conjunto del universo, nace de la composición de las ...

Table of contents