La industria petrolera mexicana
eBook - ePub

La industria petrolera mexicana

Estrategías, gobierno y reformas

Adrián Lajous

Share book
  1. 648 pages
  2. Spanish
  3. ePUB (mobile friendly)
  4. Available on iOS & Android
eBook - ePub

La industria petrolera mexicana

Estrategías, gobierno y reformas

Adrián Lajous

Book details
Book preview
Table of contents
Citations

About This Book

Estrategias, gobierno y reformas de la industria petrolera mexicana recopila textos de Adrián Lajous publicados originalmente en capítulos de libros, artículos de periódicos y revistas y ponencias presentadas en el Congreso. El antiguo director de Pemex ofrece un amplio contexto del sector energético para defender la pertinencia de la reforma aprobada en 2014. Sostiene que es necesario un nuevo marco jurídico que permita un mejor aprovechamiento de los recursos naturales -en contraste con el que se ha visto en la última década y los cambios introducidos en 2008-, la reducción de costos de producción y la búsqueda de nuevos mercados para el petróleo y gas natural.

Frequently asked questions

How do I cancel my subscription?
Simply head over to the account section in settings and click on “Cancel Subscription” - it’s as simple as that. After you cancel, your membership will stay active for the remainder of the time you’ve paid for. Learn more here.
Can/how do I download books?
At the moment all of our mobile-responsive ePub books are available to download via the app. Most of our PDFs are also available to download and we're working on making the final remaining ones downloadable now. Learn more here.
What is the difference between the pricing plans?
Both plans give you full access to the library and all of Perlego’s features. The only differences are the price and subscription period: With the annual plan you’ll save around 30% compared to 12 months on the monthly plan.
What is Perlego?
We are an online textbook subscription service, where you can get access to an entire online library for less than the price of a single book per month. With over 1 million books across 1000+ topics, we’ve got you covered! Learn more here.
Do you support text-to-speech?
Look out for the read-aloud symbol on your next book to see if you can listen to it. The read-aloud tool reads text aloud for you, highlighting the text as it is being read. You can pause it, speed it up and slow it down. Learn more here.
Is La industria petrolera mexicana an online PDF/ePUB?
Yes, you can access La industria petrolera mexicana by Adrián Lajous in PDF and/or ePUB format, as well as other popular books in Derecho & Derecho medioambiental. We have over one million books available in our catalogue for you to explore.

Information

Year
2015
ISBN
9786071631435

I
ESTRATEGIAS PETROLERAS

Introducción

CON ARTÍCULOS sobre reservas de hidrocarburos empieza y concluye este apartado. El primero data de 1999, cuando anuncié en una reunión de ingenieros petroleros la publicación de un informe detallado, en tres volúmenes, sobre las reservas de hidrocarburos de México. En esta reunión se concluyó un ejercicio de estimación iniciado en 1995 que se realizó a partir de definiciones y métodos rigurosos. Más importante aún, se instituyó un sistema de administración de reservas, todavía vigente, que ha permitido depurar las estimaciones al incorporar criterios de cuantificación cada vez más rigurosos, particularmente en el caso de las reservas probadas.
El texto sobre la estimación de las reservas de Chicontepec, originalmente publicado en 2011, llamó la atención sobre la contabilidad deficiente e insatisfactoria de sus reservas probables y posibles. Dada la importancia de éstas, se afectaban también las estimaciones en todo el país. En particular abultaban las cifras de reservas totales (probadas, probables y posibles) que Pemex utilizaba para mostrar índices de restitución de reservas más elevados y en las que funda-ba sus proyecciones de producción de largo plazo. Más grave aún, atentaba contra la integridad del sistema de administración de reservas. Tales cifras de reservas servían también para justificar los importantes recursos que Pemex asignó al desarrollo de Chicontepec, proyecto que fracasó.
El segundo artículo se refiere al estado que guardaba en 2007 la industria de refinación en México, la necesidad de articular nuevas estrategias y la resolución de los dilemas de estrategia y de po-lítica pública en este sector, que hoy siguen vigentes. Por fortuna la reforma petrolera de 2013 abre nuevas opciones, si bien la legislación secundaria no ofrece alternativas claras en asuntos importantes, lo que retrasa el proceso de liberalización de los mercados de productos petrolíferos. Tampoco propone mecanismos apropiados para resolver los insostenibles problemas financieros de la industria de refinación.
El artículo titulado “Exploración, explotación y restitución de reservas” responde al diagnóstico elaborado por la Secretaría de Energía y Pemex de cara a la reforma petrolera de 2008. De manera esquemática se abordan múltiples temas, todos relacionados con actividades extractivas. Fue presentado en uno de los foros organizados por el Senado para discutir la reforma petrolera de 2008.
Cantarell fue el proyecto de inversión más importante, tanto por su dimensión como por sus consecuencias estratégicas, en el que participé durante mi vida profesional. Tuve el privilegio de emprender este proyecto y dirigirlo durante cuatro años. Tiempo después, en 2011, decidí escribir “El ocaso de Cantarell” sin tener respuestas a muchas de las preguntas que ahí formulé. Respondí tentativamente ante la magnitud de los problemas que planteaba la declinación acelerada de su producción. Es poco frecuente que los propios actores dejen un registro detallado de su propio quehacer en proyectos de esta naturaleza. Tengo la intención, sin embargo, de dejar un testimonio detallado que supla, en parte, la débil memoria institucional respecto a proyectos y estrategias en estas materias. En un futuro no muy lejano pienso publicarlo.
Esta sección incluye un breve recuento de los tres principales errores estratégicos de Pemex Exploración en los años iniciales del siglo XXI: el mal manejo de la declinación del campo Akal —del complejo Cantarell—, el fracaso de la estrategia de desarrollo de Chicontepec y la incapacidad de Pemex de registrar hasta ahora reservas probadas y probables de petróleo crudo en aguas profundas y ultraprofundas del Golfo de México. Durante la realización de estas actividades los ejecutivos de la empresa estatal, y también las autoridades responsables, se negaron a reconocer la realidad o lo hicieron cuando ya era tarde para corregir el rumbo. La falta de objetividad sólo empeoró las difíciles condiciones que enfrentaban, al madurar los principales campos de petróleo y gas del país y al avanzar su declinación. Con Chicontepec pretendían tender un puente que se exten-diera hasta el inicio de la producción de crudo en aguas profundas.
“Evolución y perspectivas de la producción de petróleo y gas natural”, originalmente publicado por El Colegio de México en su colección sobre los grandes problemas de México, es el más trabajado y el más largo de este libro. Ofrece una síntesis de la situación que guardaban las estimaciones de recursos y de reservas de hidrocarburos en 2009; analiza el comportamiento de la producción de petróleo crudo en la primera década del siglo XXI, así como la evolución del consumo y producción de gas natural; critica la estrategia de exploración en aguas ultraprofundas emprendida prematura-mente por Pemex, y concluye con una evaluación de las estrategias de exploración y producción adoptadas, así como de la reforma petrolera de 2008. Muchas voces consideraron que la visión que permeaba este artículo era excesivamente pesimista y negativa. A la luz de desarrollos posteriores, y de las perspectivas que se obser-van a mediados de 2014, resulta claro que mi aparente pesimismo se quedó corto ante un desempeño aún más negativo. Este extenso artículo toca múltiples temas que fueron abordados en otros capítulos de este apartado y de otras secciones del libro, por lo que el lector encontrará algunas repeticiones. Sin embargo, su eliminación hubiera afectado la fluidez de los argumentos esbozados.
Uno de los múltiples errores de la reforma petrolera de 2008 fue establecer, en la ley, la obligación de la Secretaría de Energía de preparar anualmente una estrategia nacional de energía, que presentaría al Congreso para su aprobación. La estrategia partía de una serie de documentos de prospectiva que incluían pronósticos con un horizonte temporal de 15 años. El penúltimo artículo de este apartado —“Prospectiva petrolera a 2025”— critica tanto los métodos como los resultados de los ejercicios de pronóstico, así como la estrategia misma presentada a principios de 2011, y rechazada sin consecuencias por el Congreso.
“Dilemas del suministro de gas natural en México” ofrece una anatomía de la crisis de suministro registrada en 2012 y 2013, que ha obligado a importar volúmenes adicionales de gas natural licuado por Manzanillo, a precios que reflejan las condiciones de los mercados del Lejano Oriente, donde se registran los precios más altos del mundo. Las principales consecuencias de esta crisis se dejaron sentir en el sector industrial y en el sector eléctrico. El texto analiza las soluciones propuestas por Pemex y su intento de seguir controlando el suministro de gas natural en el país. En el proceso ganó algunas batallas burocráticas, pero terminó perdiendo la guerra, como puede observarse en los artículos pertinentes de las iniciativas de leyes secundarias enviadas al Congreso recientemente.

Las reservas de hidrocarburos de México*

LA CUANTIFICACIÓN e interpretación de reservas de hidrocarburos implica diversos sesgos que en unos casos tienden a sobreestimarlas y, en otros, a subestimarlas. Su cálculo siempre ha sido influido en forma determinante por factores de carácter económico, estratégico e institucional. El marco jurídico de los derechos de propiedad sobre los hidrocarburos también ha desempeñado un papel decisivo en la estimación de reservas, así como la competencia entre empresas y entre países productores.
En los años ochenta se dio una creciente politización de las estimaciones de reservas. Varios países miembros de la OPEP anunciaron incrementos significativos sin haber hecho descubrimientos mayores. La revisión estadística fue de gran alcance: en 1984, Kuwait revaluó sus reservas en unos 30 000 millones de barriles (mmb); tres años después, Venezuela incrementó las suyas en 31 000 millones; Irán, por su parte, anunció un aumento de 90%, esto es, de 44 000 mmb; Iraq las duplicó para llegar a reservas de 100 000 mmb; Abu Dhabi las triplicó a 60 000 millones, y en 1989, Arabia Saudita dio a conocer un aumento de 50% en sus reservas. Las nuevas estimaciones estaban vinculadas a la discusión de cuotas de producción en el seno de la OPEP, ya que la magnitud de las reservas era uno de los elementos a considerar en dicha negociación de cuotas. Asimismo, algunos de esos países buscaban captar recursos financieros adicionales con el aval de un mayor volumen de reservas. Sin embargo, es posible que parte de estos incrementos tuviera una justificación técnica adecuada y buscara corregir sesgos propios de las estimaciones realizadas bajo el viejo régimen de concesiones.1
Por otra parte, en Estados Unidos, Canadá, el Mar del Norte y un número creciente de países se adoptaron definiciones, así como criterios de cuantificación y clasificación de reservas, que han demostrado ser particularmente conservadores. Como las reservas probadas de hidrocarburos se reportan en los estados financieros de las empresas petroleras, son la base de transacciones comerciales y de diversas relaciones contractuales, y responden también a una amplia gama de regulaciones gubernamentales; así, su definición técnica y las convenciones contables de las reservas buscan reflejar un alto grado de certidumbre respecto a los volúmenes de hidrocarburos económicamente recuperables en cada campo. Esta tendencia conservadora explica la importancia del fenómeno del crecimiento de campos. Históricamente, la ampliación de las reservas probadas de yacimientos conocidos ha sido una fuente importantísima de la producción en sitios donde se aplican definiciones rigurosas.2 El desarrollo normal de un campo permite aumentar las reservas debido a que la perforación tiende a ampliar las fronteras de áreas probadas; nuevas zonas productoras y nuevos yacimientos son descubiertos y confirmados por la perforación; pozos intermedios y la estimulación de pozos permiten hacer contacto con hidrocarburos previamente inaccesibles, al igual que la instrumentación de programas de mantenimiento de presión en los yacimientos y, en general, de sistemas de recuperación mejorada.
En el caso de México, las estimaciones de las reservas de hidrocarburos dadas a conocer en la segunda mitad de los años setenta y a principios de los ochenta provocaron fuertes polémicas dentro y fuera del país, en Pemex y en los medios. Los extraordinarios descubrimientos en el mesozoico de Tabasco y Chiapas a partir de 1972 y, más tarde, en la Sonda de Campeche, justificaban una revisión profunda de las reservas. También lo requería la reinterpretación que entonces se hizo de los recursos del Paleocanal de Chicontepec. Las perspectivas petroleras del país se modificaron radicalmente. Los técnicos que se aferraban a sus propias estimaciones conservadoras de reservas fueron superados rápidamente por la realidad. No debe olvidarse que la producción acumulada de hidrocarburos del periodo 1976-1982 alcanzó un valor equivalente al volumen de las reservas probadas a fines de 1975 y que la producción acumulada entre 1983 y 1998 fue 3.5 veces mayor a las reservas estimadas de 1975. Esos técnicos, al igual que otros analistas, reaccionaron ante la magnitud y la velocidad de los ajustes que la nueva administración de Pemex hizo a las cifras de las reservas, así como ante la falta de definiciones y criterios de cuantificación consistentes y explícitos. En un sentido técnico restringido, sus críticas eran válidas, sin embargo, no lograron percibir plenamente la importancia de los descubrimientos de los años setenta y de las oportunidades que ofrecían.
La atropellada revisión de reservas de hidrocarburos de esa época puede explicarse por las necesidades de financiamiento que suponía una expansión acelerada de la capacidad productiva y para movilizar los recursos institucionales que se requerían para llevarla a cabo. La discontinuidad estratégica que permitían los grandes descubrimientos tenía que basarse en una nueva visión de la riqueza petrolera de México. El efecto compuesto de mayores reservas, un crecimiento acelerado de la demanda mundial de petróleo, precios excepcionalmente altos y una mayor conciencia del valor estratégico del petróleo facilitaron la adopción de una estrategia petrolera expansiva que, sin embargo, generó expectativas difíciles de satisfacer. La sensación de vértigo que producía el boom petrolero minó la prudencia y cautela que debe encauzar el trabajo técnico. En 1976 las reservas probadas aumentaron 76%, el año siguiente 43%, en 1978 aumentaron en 2.5 veces, en 1979 14%, en 1980 se incrementaron en un tercio más y, en 1981, otro 20%. En seis años, el incremento acumulado de lo que se denominó reservas probadas fue de más de 11 veces. Retrospectivamente, queda de manifiesto que la voluntad de probar reservas se impuso sobre criterios de carácter técnico y económico.
En los años ochenta y en la primera mitad de la década de los noventa no se llevó a cabo una revisión profunda de las estimaciones de reservas de hidrocarburos. Las cifras que anualmente publicaba Pemex se fueron reduciendo en función de la producción acumulada y sólo se realizaron ajustes menores. De alguna manera se buscaba que el paso del tiempo corrigiera de manera automática los excesos anteriores. Esta situación obligó a hacer del cálculo de las reservas una actividad confidencial, incluso en el interior de Pemex. Ello afectó decisiones de inversión y de producción, y propició un rezago técnico en la administración de yacimientos en momentos en los que se privilegiaba el cumplimiento de metas de producción. La misma magnitud de las reservas probadas y la decisión gubernamental de reducir el gasto de la industria petrolera desalentaron la actividad de exploración. Muestra de ello fue el bajo ritmo de la perforación exploratoria, incluso en las regiones con los mejores prospectos. Así, entre 1983 y 1994 sólo se perforaron 84 pozos exploratorios en la Sonda de Campeche y una parte importante de ellos se debe clasificar realmente como pozos delimitadores de bajo riesgo. Fueron escasos también los estudios sismológicos, a pesar del cambio tecnológico y la reducción de costos que se dio en este mismo periodo. Un ejemplo de ello fue que después del estudio sismológico en tres dimensiones que se hizo en Cantarell en 1979, cuando se iniciaba el desarrollo de esta tecnología, no se volvió a encargar otro estudio similar sino hasta 1997, 18 años después.
La anómala situación que guardaba el cálculo de las reserv...

Table of contents