Características de samkhata – asamkhata (tika. ang. 20/142/486)
¡Monjes! Hay tres características del samkhata:
1. El origen aparece (uppādo paññāyati).
2. La decadencia aparece (vayo paññāyati).
3. Mientras existe, hay cambios (thitassa aññathattam paññāyati).
¡Monjes! Estas son las tres características del samkhata, lo creado.
¡Monjes! Del mismo modo, hay tres características de asamkhata, lo no creado:
1. La creación no aparece (na uppādo paññāyati).
2. La decadencia no aparece (na vayo pañññāyati).
3. Mientras existe, no hay cambios (na thitassa aññathattam paññāyati).
¡Monjes! Estas son las tres características del asamkhata.
Samkhata-dhātu – asamkhata-dhātu
¡Bendito! ¿Qué quieres decir con que un monje es sabio con respecto al elemento o dhātu?
¡Ānanda! Existen dos tipos de elementos: el elemento de creación y el elemento de no creación.
¡Ānanda! Debido a que un monje conoce y ve estos dos elementos, se le considera «sabio con respecto a los elementos».106
¡Ānanda! Existen dieciocho elementos: el elemento de los ojos, el elemento de una forma material, el elemento de la conciencia de los ojos, el elemento de los oídos, el elemento de un sonido, el elemento de la conciencia de los oídos, el elemento de la nariz, el elemento de un olor, el elemento de la conciencia de la nariz, el elemento de la lengua, el elemento de un sabor, el elemento de la conciencia de la lengua, el elemento del cuerpo, el elemento de un objeto tangible, el elemento de la conciencia del cuerpo, el elemento de la mente, el elemento de un objeto mental, y el elemento de la conciencia de la mente.
¡Ānanda! Debido a que un monje conoce y ve estos dieciocho elementos, se le considera «sabio en cuanto a los elementos».
¡Bendito! ¿Existe algún otro elemento?
¡Ānanda! Sí, existen seis elementos: el elemento tierra, el elemento agua, el elemento fuego, el elemento viento, el elemento espacio, y el elemento conciencia.
¡Ānanda! Debido a que un monje conoce y ve estos seis elementos, se le considera «sabio en cuanto a los elementos».
¡Bendito! ¿Existen aún más elementos?
Sí, Ānanda, existen seis elementos más: el elemento de la felicidad, el elemento del dolor, el elemento del bienestar mental, el elemento de la angustia o el sufrimiento mental, el elemento de la ecuanimidad, y el elemento de avijjā.
¡Ānanda! Debido a que un monje conoce y ve estos seis elementos, se le considera «sabio en cuanto a los elementos».
¡Bendito! Todavía más, ¿existen muchos más elementos?
Sí, Ānanda, aun existen seis elementos más: el elemento de placer (kāma), el elemento de la renuncia (nekkhamma), el elemento de la destructividad (vyāpāda), el elemento de la no destructividad (avyāpāda), el elemento de la violencia o crueldad (vihimsā), y el elemento de la no violencia o ausencia de crueldad (avihimsā).
¡Ānanda! Debido a que un monje conoce y ve estos seis elementos, se le considera «sabio con respecto a los elementos».
¡Bendito! Aparte de estas categorías de elementos, ¿existen aún más elementos en los que un monje debería ser sabio?
¡Ānanda! Por último, hay tres grupos más de elementos. Son el elemento de kāma o reino de los placeres, el elemento de rūpa o absorciones meditativas con forma, y el elemento de arūpa o absorciones meditativas sin forma.
¡Ānanda! Debido a que un monje conoce y ve estos tres elementos, se le considera «sabio en cuanto a los elementos».
La naturaleza no fabricada y la naturaleza incondicionada (u. khu. 25/237/460)
¡Monjes! Existe lo no nato,107 lo no devenido,108 lo no producido109 y lo incondicionado.110
¡Monjes! Si no existieran lo no nato, lo no devenido, lo no producido y lo incondicionado, no aparecería en el mundo la renuncia o la renuncia total de lo nacido, lo devenido, lo producido y lo condicionado.
¡Monjes! Porque existe lo no nato, lo no devenido, lo no producido y lo incondicionado, aparece, por lo tanto, en el mundo el abandono o la renuncia total de lo producido, lo devenido y lo condicionado.111 Quien entiende esto no disfruta sensualmente de lo producido, lo devenido, lo condicionado, lo no duradero, lo creado para la vejez y la muerte y el nido de la enfermedad, que está sujeto a la decadencia y a la rotura, con el ansia/la sed como su causa de origen.
El abandono o la renuncia total a estas cosas naturales trae una paz eterna. Además, esto está más allá de toda especulación ya que es durable, no producido, no devenido, sin pena y sin polvo. Es la extinción del sufrimiento, al ser solo un elemento natural y la pacificación o descanso de todas las cosas producidas (sankhāras). Por encima de todo es la felicidad suprema.
El lugar donde se extinguen sin dejar rastro nāmarūpa (los componentes/constituyentes psicofísicos) (sīla. dī. 9/277/343)
¡Kevatta! Hubo una época en la que había un monje entre los monjes que tenía la siguiente duda: «¿Dónde se extinguen estos grandes elementos: la tierra, el agua, el fuego y el viento?» Entonces, el Buda prosiguió, diciéndole a Kevatta, el pescador, que el monje de la historia entró en el samadhi que conducía al mundo de los devas. Entonces trasladó su duda a los devas del cielo de Cātummahārājikas y les preguntó si sabían la respuesta. Ellos a su vez respondieron con una negación, ya que no tenían ni la menor idea de este asunto dudoso. De cualquier manera, él siguió preguntando a muchos otros devas, incluyendo los cuatro mahārājas, los devas del cielo de Tāvatimsa, del cual Sakka es el rey, los devas del cielo de Iāmā y su rey Suyāma, los devas del cielo de Dusita y su rey Santusita, los devas de Nimmānarati y su rey Sunimmita, los devas del cielo de Parinimmitavasavatti y su rey Paranimmitavasavatti, y los devas brahmakāyikas.
Todos estos devas y brahmas dijeron que no, que no conocían la respuesta. Finalmente fue a preguntarle a Mahābrahma, quien al principio trató de evitar una respuesta a esta pregunta, pero al final confesó que todos los devas pensaban que Mahābrahma mismo era el que conocía y veía todo, pero, en realidad, no conocía la respuesta a la pregunta sobre el lugar donde los cuatro grandes elementos se extinguen. Eso fue culpa del propio monje por no acercarse al Buda para hacerle esta pregunta.
¡Kevatta! Por fin, ese monje desapareció del mundo de los devas y apareció frente a mí. Esto puede compararse con un hombre fuerte que estira y repliega sus miembros.
Después de eso, el monje en cuestión se postró ante mí y se sentó en un lugar apropiado, preguntándome lo siguiente: «¡Bendito! ¿Dónde se extinguen los cuatro grandes elementos?».
¡Kevatta! Al recibir su pregunta, le dije lo siguiente: «¡Monje! Hubo una época en que los mercaderes del mar traían un pájaro que sabía cómo encontrar la orilla. Cuando no veían la orilla, soltaban al pájaro, dejándolo volar para que encontrase la orilla. Ese pájaro volaba hacia el este, el oeste, el norte, el sur, arriba, abajo y en muchas otras direcciones. Si veía la orilla en cualquier dirección, el pájaro volaba directamente en esa dirección, pero cuando el pájaro no veía la orilla, volvía al barco donde pertenecía».
¡Monje! Eso era exactamente lo mismo que tu búsqueda de la respuesta a tu pregunta. Fuiste a muchos cielos, incluyendo el reino de los brahmas, pero no encontraste la respuesta. Entonces, al final, acudiste a mí.
¡Monje! Acerca de tu pregunta, no deberías hacer esta pregunta como lo hiciste. De hecho, deberías hacer la pregunta de esta manera: «Dondequiera que la tierra, el agua, el fuego y el viento no puedan estacionarse, la longitud, la pequeñez, la grandeza, la belleza y la no belleza no pueden establecerse en ningún lugar donde existan nāmarūpa (componentes psicofísicos), sino que cesarán totalmente sin dejar ningún resto en tal lugar».
¡Monje! La respuesta a tal pregunta es la siguiente: «Existe lo que debe ser comprendido, lo que no tiene manifestación y no tiene fin, sino que tiene la práctica correcta para su consecución. En esa cosa, la tierra, el agua, el fuego y el viento son incapaces de establecerse, y en esa misma cosa no hay establecimiento de la longitud, la brevedad, la pequeñez, la amplitud, la belleza y la no belleza. En tal cosa, de hecho, nāmarūpa se extingue sin rastro. Con la cesación de la conciencia, cesa totalmente nāmarūpa en aquella cosa que se ha descrito».112
Esa cosa existe (u. khu. 25/206/357)
¡Monjes! Existe esa cosa no material113 en la que no existe la tierra, el agua, el fuego y el viento, y esta cosa no es el espacio infinito,114 ni la conciencia infinita,115 ni nada en absoluto,116 ni la percepción ni la no percepción.117
No es este mundo, ni es el otro mundo. No es ni la Luna ni el Sol.
¡Monjes! En esa cosa, no digo que hay un ir y venir, existir, morir y surgir (nacimiento). Esa cosa no es un movimiento existente, ni es un objeto. Eso es, en efecto, el final de dukkha (dolor, sufrimiento, y todas las cosas condicionadas).
Lo que se llama «nirvana» es difícil de comprender y de ver en la más profunda sabiduría (upari. m. 14/478/251)
Lo que se denomina «nibbāna» es difícil de comprender para una persona promedio. No tira hacia delante y es inmóvil o totalmente estático. Nibbāna es la verdadera naturaleza que no es fácil de comprender o ver. El anhelo y la sed se extinguen completamente en el nibbāna. Al comprender y ver el nibbāna, no hay confusión, ni ansiedad ni preocupación.
La inestabilidad o la irresolución existe para una persona que se ve dominada por el deseo/la sed y una visión errónea y equivocada, pero para el individuo que se libera del deseo/la sed y de la visión errónea y equivocada, no existe inestabilidad ni irresolución. Cuando no existe inestabilidad o irresolutividad, entonces hay tranquilidad. Con la existencia de la tranquilidad, no existe la tendencia a virar o a tirar hacia delante. Sin la tendencia a virar o tirar hacia delante, no existe el ir y el venir. Cuando no hay un ir y venir, no existe la muerte y el nacimiento. Sin muerte y nacimiento, no existe nada en absoluto, ni en este mundo ni en e...