Cuarentena atenuada

Jorge Antonio Alonso Freire

• Publisher: Exlibric
• Year: 2021
• eBook ISBN: 9788418730047
• Edition: 1
• Topic: Literature
• Subtopic: Poetry
• Index: Literature

La vida es una autopsia a pecho cerrado, una patología incurable hasta el último aliento; una paleta con todos los colores o con ninguno; una oportunidad o un trance innecesario; un grito sin eco o un beso en el cielo del paladar; una cuarentena atenuada, si tienes la suerte de proyectar sombra, de sentir amor, apoyo, ruido, al otro lado de ese tabique que podría ser eltuyo; un corazón sangrando pintado en una pared sucia, pero latiendo, que es lo que importa.

CUARENTENA ATENUADA

Se vaciaron las calles al compás de mil latidos,

se cerraron los bares sin revanchas ni motines,

se cancelaron las fiestas,

se pospuso la alegría y los cines lloraron su silencio,

se amontonaron las sillas vacías en teatros y auditorios,

se sublevaron las mesas sin pasión y con cadenas,

se llenaron hospitales, se normalizó la pena,

se vendieron lágrimas sin sal,

cotizó al alza la celulosa,

nos tapamos la cara con rigor y sin tapujos,

pero estabas tú escuchando al otro lado.

Aplaudimos puntuales,

se vivía con permiso,

se moría en soledad,

enterramos sin duelo,

no alcanzaba para todos,

se clausuraron los parques,

se suicidaron los árboles,

se estudiaba en las casas,

una ventana era un viaje,

una pared un sepelio,

una palabra un libro,

un libro un compañero,

se consumaron las esperas,

se paseaba a los perros,

se aburrían los niños,

se encerraba a los viejos,

se peleaban las pulgas,

se purgaban los miedos,

pero estabas tú leyendo en mis paredes.

Se aplazaban los plazos,

se cansaban las rutinas,

se apagaban los besos,

se encendían las radios,

se acababan las pilas,

se compraba con tarjeta,

se tosía con miedo,

se hizo fuerte la sospecha,

se escuchaban las sirenas,

cantando a las calles tristes,

huérfanas de marineros de ciudad,

y los monumentos no sabían de fiestas,

y el cielo respiraba,

y cada día era un viejo día que olvidaba el anterior,

y así era la vida con su muerte,

así era la muerte sin su vida,

pero estabas tú que empañabas el cristal.

Se lucraban las hienas,

se vaciaban las arcas,

se llenaban los bolsillos,

se subían los precios,

se devolvían recibos,

se deprimían los psiquiatras

sin nadie que les escuchara,

se daban noticias falsas,

se hablaba a voces,

se lloraba en silencio,

se tensaban las cadenas,

se divorciaban los candados

que colgaban sin sus vallas,

la llave echada por dentro,

repletos los estantes clandestinos de la soledad,

se detenían corazones,

se apagaban los pulsos,

se abrazaban farolas,

se confundía el mar,

con su arena vacía,

pero estabas tú que no tenías nombre,

pero sabías el mío.

Se hicieron fuertes las fronteras,

con sus líneas de puntos suspendidos,

se llenaron pateras en su éxodo inverso,

se vaciaron paraísos,

se evadieron los fiscales,

salieron abogados de debajo de las piedras,

para defender tu dinero de los bancos de niebla,

se especularon emociones,

se restringieron accesos,

se lanzaban satélites con mensajes de amor,

para alienígenas tristes,

se multiplicó la policía,

se acabaron los peces,

se endurecieron los panes,

se abrieron los cotos que apagaban las pulsiones,

y violaron cerraduras en manada consentida,

pero estabas tú gestionando la cordura.

Se cotizaron las series,

se pospusieron estrenos,

engordaron los atletas,

se cansaron los actores de escenarios vacíos,

crecía la hierba sin Atilas homicidas,

encontraron su sentido las mamparas,

y vencieron los complejos sus miserias,

pero estabas tú abogando por la risa.

ENTRE BAMBALINAS

Entre bambalinas acecha la cordura,

destronada por decreto;

ahí aguarda la miel en los labios,

la casa por el tejado,

el brocal sin pozo.

Ahí espera el folio en blanco,

el amor aplazado,

el beso esbozado,

el abrazo pospuesto.

Entre bambalinas aguardan los actores sin texto,

las llaves huérfanas, la mirilla ciega.

Entre bambalinas el telón sufre de vértigo,

el proscenio en un abismo que cruzar,

las butacas son una Atlántida sumergida

y el público una ciudad si...

Table of contents

• Cubierta
• Título
• Copyright
• Índice
• Cancerbero enamorado
• Ese señor que vive conmigo
• La casa boca abajo
• Los domingos
• Miedo
• Braille
• Cuarentena atenuada
• Entre bambalinas
• Caza furtiva
• La desmemoria
• A las ocho en punto
• Desde mi ventana
• Arte
• Big Bang
• Hechizo
• La frialdad
• El cristal con que me miras
• Desagradecidos
• Primavera arrepentida
• Tengo
• La vida a mis pies
• Me faltan
• Rara vez
• Sirenas de agua dulce
• Si yo fuera un virus
• Quién tuviera un perro
• Unos labios pintados
• En mitad de ningún sitio
• La sangre de los árboles
• Alguien dijo alguna vez
• La vida detenida
• La risa
• Al otro lado
• La distancia
• Gris sobre fondo blanco
• Uno de estos días
• Los sueños
• El mundo que vendrá
• El compromiso
• Desescalada