Ser, estar, escribir. Escritores y lugares
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Ser, estar, escribir. Escritores y lugares

Oier Quincoces Blas, Garazi Fernandez de Luco, Beatriz Sancho Carrasco

  1. 110 pages
  2. Spanish
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  4. Available on iOS & Android
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Ser, estar, escribir. Escritores y lugares

Oier Quincoces Blas, Garazi Fernandez de Luco, Beatriz Sancho Carrasco

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La literatura, como la vida, sucede en lugares. Lugares imaginarios, pero también reales, donde se desarrollan relatos o donde viven y sienten sus autores. Los lugares de la escritura y de los escritores se nos presentan en este libro a través de cincuenta escenarios imaginados o vividos. Lugares remotos en el tiempo de la China o el Japón milenarios, fantásticos escenarios de la imaginación latinoamericana y abigarrados cafés europeos o norteamericanos. Espacios vividos por mujeres y hombres que con su escritura nos han hecho disfrutarlos, aunque nunca los hayamos pisado.

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Information

Camino de San Polo a San Saturio
«He vuelto a ver los álamos dorados,
álamos del camino en la ribera
del Duero, entre San Polo y San Saturio,
tras las murallas viejas
de Soria –barbacana
hacia Aragón, en castellana tierra–.»
«Campos de Soria», VIII, Campos de Castilla
Así suenan algunos de los tantos versos que Antonio Machado dedicó a su Soria. La ciudad castellana fue la tierra que inspiró varias de las Leyendas de Bécquer, pero ningún poeta le ha cantado como lo hizo Machado. Y ningún lugar, a su vez, ha inspirado tanto al poeta como Soria, la perfecta cómplice de su tristeza. Los paisajes que evoca el poeta en Campos de Castilla no pretenden ser realistas, sino un reflejo de su propio sentir. Naturaleza y alma poética se fusionan así en un paisaje lleno de identidad.
Machado recorrió a menudo este camino desde el monasterio de San Polo hasta la ermita de San Saturio, por la orilla del Duero, junto a su amada Leonor. El poeta aprendió a ser feliz en su tristeza. Sin embargo, cuando Leonor murió y su recuerdo se confundió con el paisaje castellano, Machado ya no pudo seguir viviendo en la que siempre sería su auténtica patria. Pese a todo, nunca perdió la esperanza de que la rama del olmo seco verdeciera.
*
Tras la pista del Orient Express
Agatha Christie es conocida por ser la escritora más vendida de la historia. La reina de la novela negra ha dejado títulos tan emblemáticos como Asesinato en el Orient Express, Muerte en el Nilo o Diez negritos, algunos de ellos protagonizados por el célebre detective Hércules Poirot. Por otro lado, La ratonera, una de sus piezas teatrales más conocidas, se ha representado en Londres ininterrumpidamente desde 1952. Se sabe, además, que la escritora viajó con frecuencia a bordo del Orient Express, escenario de su novela más famosa. Sin embargo, fue en su destino, Estambul, donde escribió gran parte de la novela, más concretamente en el Hotel Pera Palace. Este hotel de la ciudad turca hospedó a innumerables celebridades del siglo XX como a Mata Hari, Greta Garbo, Ernest Hemingway o Alfred Hitchcock. Sin embargo, la autora británica, que hoy día da nombre al restaurante del hotel, fue su huésped más ilustre.
Si hay una virtud que se le puede atribuir a esta escritora es que sabía matar como nadie. Agatha Christie era una experta en sustancias tóxicas, gracias a los conocimientos que había adquirido trabajando en una farmacia durante las dos guerras mundiales. Conocimientos que después aplicó a sus novelas, las cuales han sido estudiadas por numerosos químicos y han permitido incluso resolver casos en la vida real.
Tantos misterios encuadernados. El suspense embotellado en sus páginas. Tantos personajes ejecutados por su pluma envenenada. Y no quedó ninguno.
*
La tumba de un rey
Tras participar en la rebelión haitiana por la independencia, Henri Christophe se proclamó rey de Haití en 1811. Pero lo que parecía ser el triunfo de la libertad no supuso sino una nueva forma de tiranía. Una tiranía de negros contra negros. Una tiranía cuyos cimientos versallescos no pudieron sostener durante mucho tiempo. Las ruinas del Palacio de Sans-Souci se yerguen como testigo callado del fracaso romántico que trae consigo el poder.
En 1943 el escritor cubano Alejo Carpentier hizo un viaje a Haití que le cambiaría la vida. Al contemplar las ruinas del palacio y la Ciudadela de Laferrière, Carpentier comprendió que era necesario darles voz a los m...

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