Agradecimientos
La escritura es una práctica social, un ir y venir con otrxs. Los agradecimientos no son así nunca suficientes, pero aquí van algunos.
Agradezco a Anid, al grupo de estudios en Sociología y a sus anónimos revisores por la adjudicación del Fondecyt Iniciación Repertorios Emocionales y Literarios para la Infancia. Este libro intenta responder a las preguntas que se formularon allí, integra otras que salieron en el camino y decanta discusiones del grupo de lectura que formamos en el proyecto. Si bien se incluyen también investigaciones anteriores, este libro existe gracias a ese fondo.
Sobre lo afectivo y emocional en la lectura, trabajo desde 2017 con Soledad Véliz, investigadora cómplice en los estudios que se cuentan en los capítulos III y VIII y en otras tantas pesquisas: gracias, Sole, por esa conversación que no para, por tanta búsqueda y lecturas compartidas. El camino se disfruta mucho más así.
Con Valentina Errázuriz realizamos, en el marco del Fondecyt, un análisis de distintos documentos y recursos sobre lectura que entrega el Ministerio de Educación a las escuelas. No doy mayor cuenta de ese estudio aquí, pero se cuelan nuestras discusiones y lecturas, nuestra atención por la potencia transformadora de esas emociones vistas como negativas.
Agradezco también a lxs tesistas del proyecto –Beatriz Leal, Ignacia Saona, Cristián García y Lorena Leiva–, que desde sus distintos saberes disciplinares, entusiasmos y escepticismos me ayudaron a pensar en los temas que aparecen aquí.
A Jacinta Jiménez, la etnógrafa en terreno, le agradezco el cuidado en el trabajo con las vecinas y vecinos de los campamentos y la densidad y sinceridad de sus reportes en audio.
A mis colegas en el Centro de Justicia Educacional de la Universidad Católica, la camaradería, la inspiración y esa pregunta constante sobre lo que sería más justo, sobre cómo dejar de naturalizar la inequidad. En este libro hay mucho del trabajo con Claudia Matus y su continua atención a lo metodológico, hacia cómo es que las y los investigadores vamos creando los mundos que investigamos. Le agradezco mucho a Claudia, de partida la confianza en las humanidades y las otras formas de investigar.
Este libro tiene también mucho que agradecer a la Beca Coimbra, que me permitió estar dos meses en el Centro de Estudios Culturales de la Universidad de Graz en Austria, un centro especializado en investigación interdisciplinaria en literatura, cultura y emociones. Fue allí, en el palacio barroco de Meerscheinschlöss, en la oficina llena de plantas que me prestaro...