Ir a clase con Foucault

José Luis Moreno Pestaña

• Publisher: Siglo XXI España
• Year: 2021
• ISBN:
  9788432320200
• Topic: Philosophy
• Subtopic: Philosophers

Entra en el anfiteatro, rápido, precipitado para llegar a su silla. Aparta las grabadoras, para hacer hueco en la superficie de la mesa, y coloca sus papeles. Se quita la chaqueta, enciende la lámpara y se sienta. Alza la mirada, sus gafas devuelven el brillo de la luz, y arranca. El sonido de su voz, fuerte, eficaz, iluminadora, que llega a través de altavoces a las más de quinientas personas apiñadas en la sala, marca el inicio de una nueva lección de sus cursos en el Collège de France.De la mano de José Luis Moreno Pestaña, junto a investigadores de gran prestigio y expertos reconocidos a nivel internacional en el pensamiento de Michel Foucault, el presente libro no solo nos traslada a los cursos que impartió entre 1970 y 1984 uno de los intelectuales que cambió el siglo xx. Tampoco es solo un análisis de cada uno de los temas que trató en ellos y una formidable exposición de sus investigaciones. Fundamentalmente, Ir a clase con Foucault supone una invitación abierta para que cada uno de nosotros acojamos a Foucault para llevarlo al aula con nosotros, una tentación para que vayamos siempre a todas partes con Foucault."

X. SEXO, CONOCIMIENTO Y CUIDADO DE SÍ EN EL MOMENTO GRECORROMANO

SUBJETIVIDAD Y VERDAD (1980-1981)

Jorge Álvarez Yágüez

CONSIDERACIONES PREVIAS

Cuando Foucault imparte el curso que lleva por título Subjetividad y verdad desde enero hasta abril de 1981 tiene ya tras de sí lo que sería la mayor parte de su amplia obra, y bien podría elegir el mismo título que da a su curso para nombrar de manera precisa toda ella. Tan central es al curso ese tema que el título enuncia como lo es al conjunto del trabajo de toda una vida, comprendido el que vendrá en los tres años posteriores. Analizaremos este punto que dejamos enunciado con el objeto tan solo de tenerlo presente desde ahora. Si restringimos un poco más el radio de ubicación del curso, debemos señalar que también él como todos los cursos que le siguen, y remontándose atrás, al curso de Seguridad, territorio, población de 1977-1978, ese que él consideraba que debiera en realidad haberse titulado más adecuadamente como Historia de la gubernamentalidad, se sitúa bajo la categoría nuclear de gobierno, que en principio mienta la manera de conducir la conducta de los hombres, pero que también atañe a ese ejercicio respecto de sí mismo, al modo de conducirse. Esa categoría será esencial en tanto que en ella viene a concretarse definitivamente la manera en que Foucault concibe el modo de operar el poder, diferenciándose en primer lugar del modo como lo entendía hasta ese momento marcado por el sistema disciplinario, lo que denominaba microfísica del poder. En el modo de gobernar se va estableciendo, modulando un tipo de subjetividad históricamente concreta; la conducción de los individuos los constituye, los individualiza y subjetiva al tiempo que los sujeta. La categoría de gobierno articula, pues, poder y subjetividad. A lo que tenemos que añadir el otro tercer gran elemento de toda la teoría foucaultiana, la verdad. Y esto nos viene exigido por cuanto que el ejercicio del gobierno no solo supone una verdad, un saber, y que en consecuencia saber y poder no son tan contrarios, ni mucho menos, como desde algún enfoque pudiera suponerse, sino que la conducción de los individuos exige de ellos mismos el enunciado acerca de una verdad de sí, la manifestación de una verdad acerca de su propio ser.

Bien, ese va a ser el gran entrelazado conceptual en el que este curso se va a mover, subjetividad, verdad y gobierno. Moverse en ese espacio no significa, en absoluto, la simple operación de aplicación a un nuevo objeto de conceptos ya acuñados, pues, como esperamos que se vea, la nueva investigación es constitutiva de los mismos, y hará que estos (subjetividad, verdad y gobierno) cobren nuevas modulaciones y se enriquezcan con nuevos elementos. Foucault se centrará en la relación entre los dos primeros, esto es, entre subjetividad y verdad, dejando en un trasfondo el concepto de gobierno.

El curso tiene como tema concreto el análisis de la experiencia grecorromana de los aphrodisia (veneria en latín) o placeres relativos al sexo, situada en los dos primeros siglos de nuestra era, sin que ello impida exploraciones hacia atrás, a la época clásica con cuya experiencia se confronta y hacia delante al cristianismo primero hasta el siglo IV, que constituye el otro polo y más importante de contraste. Esto nos coloca, entonces, en lo que podría formar parte, en un sentido amplio, de una historia de la sexualidad. ¿Quería proseguir con este curso un tipo de trabajo como el que ya había iniciado en 1976 con la publicación de lo que iba a ser el primer tomo (La voluntad de saber) de una larga historia que según ese plan comprendería cinco tomos más? Sí y no. Lo primero porque, en efecto, Foucault aborda un tema que es, como decimos, encajable en una historia de la sexualidad, pero lo segundo porque el curso no permite ponerlo en continuidad con el proyecto inicialmente marcado, por mucho que tuviera que ver con algunas de sus fases previstas, y lo más importante, porque todo él implica la introducción de conceptos y problemas nuevos. Con lo que sí tiene una relación directa el curso es con el nuevo plan de continuación de su Historia de la sexualidad, que se seguiría con la posterior aparición en 1984 de los volúmenes II y III, El uso de los placeres y El cuidado de sí, y en 2018 el IV, Las confesiones de la carne. Es más, buena parte de lo que se expone en esos tomos podemos verlo anticipado aquí. Y aunque el tomo IV apareciese tan tarde, fue de hecho redactado antes que los dos anteriores, y hoy sabemos que en torno a 1981 y 1982 (véase la entrevista con Dreyfus y Rabinow de 1983 en Foucault [2015: 343-370], el prólogo de F. Gros a Foucault [2019c] y Eribon [1989: 339 y ss.]), coincidiendo en parte, pues, con el periodo de nuestro curso. Y, ciertamente, sin la perspectiva abordada en ese cuarto tomo no se entiende bien el curso, o dicho de otro modo, si Foucault no hubiese ya investigado el periodo cristiano no entenderíamos bien cómo nos presenta los periodos anteriores, no comprenderíamos bien este curso.

Relación intrínseca, pues, con la nueva Historia de la sexualidad. En el curso observamos que Foucault traslada su investigación a un periodo nada habitual en él, aunque no nuevo, el mundo antiguo. Su estudio sobre la sexualidad se había iniciado con el periodo moderno, la emergencia del dispositivo de la sexualidad. Fue, sin embargo, la dirección seguida en su investigación genealógica de ese dispositivo lo que le llevó primero al cristianismo y a continuación al mundo griego y romano. Remontarse al cristianismo, a los momentos medie­vales y más atrás a la patrística (siglos II-IV), no solo vino dado por ese interés, ya manifestado en observaciones de La voluntad de saber y antes en su curso de 1974-1975 Los anormales, en que recalaba sobre la pastoral católica, la confesión y la penitencia; fue la orientación implicada en el estudio de la categoría de gobierno lo que le condujo también allí, pues era en esos Padres de la Iglesia en donde podía observar una especial reflexión sobre el gobierno de las almas, sobre la conducción de individuos, lo que llamará poder pastoral. Gregorio de Nizancio identificaba ese arte de dirigir o gobernar individuos con la tékhnê tékhnôn, la técnica de técnicas, eso que otros reservaban para la política; ese arte de dirigir exigía de los individuos confesiones, obligaciones a una verdad acerca de sí. Eso es lo que vemos en el decisivo curso antes mencionado, Seguridad, territorio, población, y ya de modo más amplio y concreto, centrado en la patrística, en el curso de 1980, Del gobierno de los vivos, que es el inmediatamente anterior al que nos ocupa y con el que el nuestro tiene especial relación, así como con el impartido en Lovaina el mismo año dedica­do al tema de la confesión Obrar mal, decir la verdad. Por tanto, vemos que concentrarse en el cristianismo se produce siguiendo dos hilos genealógicos, el del gobierno y el de lo relativo al sexo. Ambos hilos referidos al cristianismo estarán presentes en nuestro curso.

Foucault va retrocediendo cronológicamente en su investigación. Por lo que se refiere al hilo del gobierno pronto señala que el contraste con el modelo del gobierno pastoral está en Grecia, donde la figura del pastor sería un tanto extraña pues procede de otras civilizaciones, de Egipto, Mesopotamia, del mundo judío, y que será tomada y desarrollada por el cristianismo (Foucault, 1994: 134-161; Foucault, 2008: 129 y ss.). Y esa perspectiva de contraste con el mundo griego es la que en un principio manejaría también con respecto de la investigación relativa al sexo, y le plantearía contraponer la experiencia cristiana de la carne a la griega de los aphrodisia, pero enseguida se vería obligado a desecharla (véase el apartado 1 de la «Introducción» a Foucault [2019a]). El caso es que la necesidad de investigar el mundo griego se impuso, y su exploración se mantendría en Foucault hasta su último curso. Ese proceso de remonte cronológico es preciso tenerlo muy en cuenta en este curso, y en general en lo que hace a la lectura de su Historia de la sexualidad, por cuanto que el resultado de la investigación del cristianismo servirá a Foucault para definir mejor, en sus diferencias y semejanzas, discontinuidades y prolongaciones, la experiencia griega. De ese modo esta se irá perfilando frente a la experiencia cristiana de la carne. Ambas irán componiendo una larga genealogía de lo que es el mundo presente, el dispositivo de sexualidad.

Antes de introducirnos en el contenido estricto del curso, y ya al margen de estas preocupaciones por su situación con respecto a otros cursos y a su obra, señalemos algo atinente a dos elementos cuya aclaración mínima es necesaria. En primer lugar, este concepto que venimos utilizando para denominar el modo de enfrentarse de los griegos o cristianos con el sexo, el concepto de experiencia. Nos baste tan solo apuntar que no se trata de nada relativo a la vivencia o conciencia de un objeto determinado que el sujeto capta, idea o siente de un determinado modo a solas en su conciencia, como lo podría estudiar la fenomenología, sino de algo previo y que en todo caso determinaría esto: el conjunto de dispositivos en los que se enlazan vectores históricos diversos, discursivos y no discursivos, relativos fundamentalmente al poder, a la verdad o saber y a la subjetividad; esos dispositivos constituyen la relación, y los polos de la misma, entre un sujeto y un objeto –y el sujeto para consigo mismo (sobre el concepto de experiencia y el de problematización, Foucault [2019a: 7-8, 10, 13-15])–. También podría caracterizarse como el modo en que en un momento dado un sujeto problematiza un determinado objeto, definiéndose ambos en esa problematización. Por problematización entendemos el que un determinado objeto, por ejemplo, el placer sexual, se distinga de un conjunto, se torne fuente de preocupación, se convierta en algo de lo que precaverse, algo que se ha de analizar, respecto de lo que cuidarse.

En segundo lugar, el concepto de técnicas de sí, que Foucault utiliza para referirse a formas operativas reflexionadas en discursos de distinto tipo que el sujeto puede emplear respecto de su propia subjetividad, como puede ser el control de las pasiones, o de recuerdos o ideas, de su conducta en general. Esas técnicas que los antiguos denominaban también arte de la vida (tékhnê tou bíou), especialmente desarrolladas en la etapa grecorromana, en que se desenvuelve toda una cultura del cuidado de sí (Foucault, 2019b: 37-66), y que pasaron en parte con sus modificaciones al primer cristianismo como ejercicios espirituales, técnicas que suponen siempre una relación con otro pero que tienen como foco uno mismo, y que para Foucault constituyeron un importante núcleo de investigación, pues una historia de la subjetividad, como es en buena medida todo su trabajo, no podía dejar de atender. Son técnicas específicas, distintas de las de producción, comunicación o de dominación aunque a menudo en relación con ellas (Foucault, 2012: 12-13; Foucault, 2015: 147; Foucault, 1994: 170-171; Foucault, 2017: p. 30) y suponían un desplazamiento en la perspectiva foucaultiana por cuanto a través de ellas accedíamos a una modelación de la subjetividad desde el propio sujeto –menos externa de lo que era hasta ahora en su investigación–, lo q...