Joe Hill
eBook - ePub

Joe Hill

Sindicalismo con banda sonora

,
  1. 80 pages
  2. English
  3. ePUB (mobile friendly)
  4. Available on iOS & Android
eBook - ePub

Joe Hill

Sindicalismo con banda sonora

,

About this book

En Estados Unidos, el legado musical de Joe Hill se ha transmitido de generación en generación, y forma parte de la tradición musical obrera de ese país. Sus canciones han sido cantadas por Woody Guthrie, Phil Ochs, Pete Seeger, Joan Baez, Billy Bragg y muchos otros. Comprometido con la lucha sindical, Joe Hill fue detenido, procesado y condenado a muerte en 1915, acusado de haber asesinado a dos tenderos, padre e hijo, en un atraco. Joe siempre se declaró inocente. En el juicio no se aportaron pruebas concluyentes, pero el gobernador del estado de Utah se negó a tomar cartas en el asunto, a pesar de las grandes protestas e incluso de la intercesión del gobierno sueco y del propio presidente estadounidense Wilson. Finalmente Hill fue fusilado. En 1971 el cineasta sueco Bo Wideberg realizó la película The balad of Joe Hill, donde se narra la historia de este legendario cantante, cuyas canciones arroparon las grandes luchas emancipatorias del siglo pasado.

Frequently asked questions

Yes, you can cancel anytime from the Subscription tab in your account settings on the Perlego website. Your subscription will stay active until the end of your current billing period. Learn how to cancel your subscription.
At the moment all of our mobile-responsive ePub books are available to download via the app. Most of our PDFs are also available to download and we're working on making the final remaining ones downloadable now. Learn more here.
Perlego offers two plans: Essential and Complete
  • Essential is ideal for learners and professionals who enjoy exploring a wide range of subjects. Access the Essential Library with 800,000+ trusted titles and best-sellers across business, personal growth, and the humanities. Includes unlimited reading time and Standard Read Aloud voice.
  • Complete: Perfect for advanced learners and researchers needing full, unrestricted access. Unlock 1.4M+ books across hundreds of subjects, including academic and specialized titles. The Complete Plan also includes advanced features like Premium Read Aloud and Research Assistant.
Both plans are available with monthly, semester, or annual billing cycles.
We are an online textbook subscription service, where you can get access to an entire online library for less than the price of a single book per month. With over 1 million books across 1000+ topics, we’ve got you covered! Learn more here.
Look out for the read-aloud symbol on your next book to see if you can listen to it. The read-aloud tool reads text aloud for you, highlighting the text as it is being read. You can pause it, speed it up and slow it down. Learn more here.
Yes! You can use the Perlego app on both iOS or Android devices to read anytime, anywhere — even offline. Perfect for commutes or when you’re on the go.
Please note we cannot support devices running on iOS 13 and Android 7 or earlier. Learn more about using the app.
Yes, you can access Joe Hill by in PDF and/or ePUB format. We have over one million books available in our catalogue for you to explore.

Information

Publisher
El Viejo Topo
eBook ISBN
9788496356856

los sucesos de Haymarket

El 4 de mayo de 1886, gru-
pos anarquistas y de traba-
jadores convocaron un acto
de protesta en la plaza
Haymarket de Chicago
para reivindicar la jornada
de ocho horas bajo el lema
"ocho horas de trabajo,
ocho horas de ocio, ocho
30
horas de descanso". Tras la
concentración, la policía les
dispersó y entonces explo-
tó una bomba. Al día siguiente se detuvo a líderes anarquistas acusados de ser los responsables del incidente; fueron juzgados y ejecutados.
Estos sucesos inspiraron a una generación de activistas, como la conocida anarquista Emma Goldman, Alexander Berkman y otros tantos revolucionarios de la época, entre ellos Lucy Parsons, una de las fundadoras de la IWW. La Segunda Internacional, también conocida como Internacional Socialdemócrata, instó a que cada primero de mayo se conmemorara la ejecución de los activistas obreros, y así en 1889 se celebró el primer Primero de Mayo de la historia.
Un gran sindicato
con el capitalismo. En su lucha no podía haber intermediarios, y en lugar de pactos escritos buscaban el cumplimiento de los acuerdos a partir de la fuerza de la organización en el lugar de trabajo.
Quizás hoy nos pueda parecer que tenían un exceso de confianza en ellos mismos e incluso que una cierta aureola de romanticismo inundaba su lucha. Sin embargo, en aquellos momentos pensaban que la revolución social se podía producir en cualquier momento y, en consecuencia, a menudo la reflexión teórica se marginaba en beneficio de la agitación y la lucha. Para entenderlo mejor debemos tener en cuenta cual era el contexto del momento: pocos años antes, en 1905, se había producido una revolución en Rusia que había dado lugar a la formación de los primeros soviets o consejos obreros; en países como Francia, Italia y el Estado español el anarco-31
sindicalismo, muy próximo al sindicalismo revolucionario de la IWW, estaba creciendo de forma impresionante y creaba situacio-nes potencialmente revolucionarias; el movimiento por el sufra-gio femenino empezaba a organizar a miles de mujeres que hasta entonces no habían podido participar en la vida pública; en 1909, estallaba la Semana Trágica de Barcelona en protesta por la guerra colonialista con Marruecos del gobierno español. Las canciones de Hill reflejaban claramente este sentimiento de proximidad de la revolución e intentaban, desesperadamente, ilustrar a los trabajadores para que tomaran conciencia de su fuerza: Trabajadores de todo el mundo, ¡despertad!
Romped vuestras cadenas, reclamad vuestros derechos.
Toda la riqueza que creáis es robada Por parásitos explotadores.
¿Os arrodillaréis y os someteréis
Joe Hill / Sindicalismo con banda sonora desde la cuna hasta la tumba?
¿Es la cumbre de vuestras ambiciones el ser buenos y satisfechos esclavos?
¡Levantaros, prisioneros del hambre!
Luchad por vuestra emancipación.
Levantaros, esclavos de todas las naciones, en Un Gran Sindicato.8
El estribillo final de esta misma canción, Workers of the world, awaken! , aseguraba que:
Si los trabajadores se deciden,
Pueden parar trenes en marcha;
32
Todo barco del océano
Podrán atar con poderosas cadenas.
Los wobblies no ahorraban esfuerzos para llegar a los trabajadores.
Una de sus tácticas eran los discursos públicos en plazas o esquinas transitadas. Era un método muy efectivo para atraer a curiosos e informarles sobre las ideas revolucionarias de la IWW, pero cuando las autoridades se dieron cuenta de esta efectividad decidieron ponerle fin. En todas partes se dictaron leyes para frenar los discursos públicos, a lo que la IWW respondió con las free speech bat-tles, las luchas por la libertad de expresión. Howard Zinn cuenta como se desarrolló una de estas luchas en La otra historia de los Estados Unidos:
En Spokane, Washington, se aprobó una ordenanza en 1909 para acabar con los discursos públicos, y un organizador de la IWW que insis-
Un gran sindicato
tió en hablar fue arrestado. Miles de wobblies se manifestaron por el centro de la ciudad para hablar. Uno a uno hablaron y fueron arrestados hasta que seiscientos de ellos acabaron en la cárcel.
En esa ocasión ganaron la batalla y conservaron el derecho a expre-sarse públicamente. De hecho, muchas de estas luchas se ganaron como consecuencia de la insistencia con que los activistas reclama-ron sus derechos. Joe Hill también participó en muchas de estas luchas y parece ser que fue arrestado en más de una ocasión.
Todo este trabajo organizativo fue poco a poco dando sus frutos, y en 1912 la IWW lideró una de las huelgas más importantes de la época: la famosa huelga textil de Lawrence.
33
Image 7
34
Asamblea del IWW
Pan y rosas
El 11 de enero de 1912 las tejedoras de la Everett Cotton Mills, en Lawrence, pararon sus telares y abandonaron la fábrica al grito de
“¡recorte salarial, recorte salarial!” Al contrario de lo que pudiera parecer, estas trabajadoras no se habían compinchado con sus jefes para empeorar las condiciones laborales de sus compañeras, sino 35
que acababan de descubrir que el temor que llevaban arrastrando durante días se había cumplido. A principios de mes, el gobierno del estado de Massachussetts había hecho efectiva una ley en respuesta a las protestas sobre las condiciones laborales del sector con la que se recortaba la jornada laboral de mujeres y niños de 56 a 54
horas semanales. Era una pequeñísima concesión, pero las trabajadoras temían que esto pudiera suponer también un recorte en los salarios.
El sector textil era particularmente duro. En las fábricas trabajaban muchas mujeres, la mayor parte de ellas aún adolescentes, y sus salarios eran tan bajos que apenas llegaban para mantenerse, y esto provocaba graves problemas de malnutrición y enfermedades.
Según Elizabeth Shapeigh, una doctora de la época, “un número considerable de chicos y chicas mueren entre el primer y el tercer año de empezar a trabajar [...] y treinta y seis de cada cien hombres
Joe Hill / Sindicalismo con banda sonora y mujeres que trabajan en la fábrica mueren antes de o a los veinti-cinco años”.9 Joe Hill denunció estas pésimas condiciones en su canción The white slave, en la que además advertía de cómo la pobreza era un mal que arrastraba a muchas chicas jóvenes a la prostitución:
Una chica joven, pura como una perla, trabajaba cada día en una lavandería.
Todo lo que ganaba se lo gastaba en comida, así que dormía en el banco de un parque muy profundamente.
Un viejo proxeneta la espiaba
y le susurró en el oído:
ven conmigo, chiquilla,
36
no duermas fuera con el frío,
tu cara y tus cabellos rizados
te darán fama y oro,
coches para conducir, diamantes y sedas para lucir, serás una estrella brillante bajo la luz roja, allí harás tu fortuna.
Esta misma chica, que ya no es una perla, camina sola por el río.
Han pasado cinco años y ha perdido la salud y cuando mira el agua tiembla,
y cuando se para a descansar y a dormir oye una voz en su interior:
las chicas de este tipo, caen cada día, y han caído durante años.
¿Quién es el culpable? Tú sabes su nombre.
Es el jefe que paga sueldos de miseria.
Pan y rosas
Una chica sin hogar siempre puede oír tentaciones llamándola en todas partes. 10
A pesar de las precarias condiciones de trabajo, se produjeron luchas importantes en las que además de mejorar los sueldos y recortar la jornada se logró implicar a muchas mujeres en la vida de los sindicatos. En 1909, las trabajadoras de la Triangle Shirtwaist Company en Nueva York iniciaron una dura huelga que rápidamente se extendió a otras fábricas de la ciudad. Una de las huelguistas, Pauline Newman, relató así su experiencia: Miles y miles de trabajadores y trabajadoras abandonaron las fábricas desde todos los rincones, dirigiéndose a Union Square. Era noviembre, el frío invierno estaba a la esquina, no teníamos abrigos de piel para 37
protegernos. [...] En este particular día sencillamente no les importaba, ya que este era su día. 11
Durante la huelga fueron miles las mujeres que salieron a la calle a realizar piquetes y a enfrentarse a los esquiroles, a las tropas policiales que facilitaban el trabajo de los esquiroles y arrestaban a los huelguistas. También las mujeres negras participaron en la huelga y rompieron así la segregación racial existente en otros lugares del país, a menudo con la pasividad cómplice de los propios sindicatos.
El sindicato International Ladies Garment Workers Union creció espectacularmente en número y en centenares de empresas se con-quistaron sus reivindicaciones. Sin embargo, con el tiempo, los jefes volvían a imponer sus normas y las regulaciones legales en materia de seguridad eran tan pobres que miles...

Table of contents

  1. Start