Instantáneas en la marcha

Repertorio cultural de las movilizaciones en Chile

Lucero de Vivanco, María Teresa Johansson

• Publisher: Ediciones Universidad Alberto Hurtado
• Year: 2021
• eBook ISBN: 9789563573329
• Topic: Literature
• Subtopic: Literary Collections
• Index: Literature

Los veinticinco ensayos que componen este libro registran un repertorio cultural vasto y diverso, constitutivo de las movilizaciones que tuvieron lugar en la zona central de Chile durante los últimos meses de 2019 y los primeros de 2020. Cada autora, cada autor, entró con un estilo singular, con libertad y creatividad, y le dio un carácter personal a su observación, se involucró y la hizo inteligible a su manera. Las imágenes fotográficas que acompañan los ensayos son, asimismo, documentos en muchos casos precarios, parte de este gesto instantáneo del registro, que constatan la diversidad de lo emergente, la mirada involucrada.

Intervención y performance

Réquiems por Chile

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Daniela Fugellie

Cuando Orfeo canta acompañado por la lira que le regalara su padre Apolo, dios de la música y la armonía, los animales salvajes se le acercan, los hombres y mujeres descansan en su canto y olvidan momentáneamente sus preocupaciones. Probablemente de aquí venga la coincidencia entre “canto” y “encanto”: Orfeo tiene el don de encantar a seres vivos y figuras mitológicas, si bien esto no es suficiente como para traer a su amada Eurídice de vuelta de la muerte. Al parecer, el poder de Orfeo y la música están confinados al reino de los seres vivientes. Y no es casual que Orfeo sea el protagonista de una de las primeras óperas de la cultura occidental: L’Orfeo de Claudio Monteverdi (1607). Desde que la ópera existe, los dioses y semidioses han cantado, diferenciándose con su cantar del habla de los mortales y estableciendo así una forma de comunicación extraterrenal que apela a la transmisión de los afectos. Orfeo, el cantante semidiós, con su carismático encantamiento nos recuerda que el poder de la música radica, en gran parte, en la capacidad de englobar el significado de las palabras en atmósferas emotivas, que envuelven a intérpretes y auditores en experiencias extra-cotidianas, despertando afectos y tocando con sus ondas sonoras la piel de quienes se encuentran envueltos en su suceder en el tiempo. ¿Podrá este poder de la música ser extrapolado a un réquiem, es decir, una misa de difuntos, escrita en Austria a fines del siglo XVIII e interpretada en el Chile actual en el espacio público, como manera de conmemorar a las víctimas de recientes violaciones a los derechos humanos en nuestro país?

Que la música es capaz de evocar afectos, los cuales también se pueden relacionar con una memoria colectiva vinculada a lo político, es algo que los chilenos sabemos, si bien este poder convocador de la música ha sido más frecuentemente asociado a la música popular de raíz folclórica y especialmente a la Nueva Canción Chilena. Canciones y cantatas populares son parte de un imaginario sonoro colectivo donde las demandas de igualdad social han sido un topos recurrente. Así, por ejemplo, la cantata popular “Canto General” (1970) del grupo Aparcoa, combina con ironía un jazz blues con versos adaptados de la obra homónima de Neruda, aludiendo a la frivolidad de los dueños de América Latina. Curiosamente, la tarde del 18 de octubre del 2019 escuché estos versos, los que me asombraron por su dolorosa actualidad: “Ellos se declararon patriotas, en los clubs se condecoraron y fueron escribiendo la historia, los parlamentos se llenaron de pompa, se repartieron después la tierra, la ley, las mejores calles, el aire, la universidad, los zapatos, se sintieron tranquilos y seguros, el pueblo fue por calles y campiñas a vivir hacinado, sin ventanas, sin suelo, sin camisa, sin escuela, sin pan”1.

A partir del 18 de octubre, el paisaje sonoro del Chile movilizado fue rápidamente impregnándose de canciones que escuchamos en las calles y en las redes sociales, especialmente las diversas versiones de “El derecho de vivir” de Víctor Jara y “El pueblo unido” de Sergio Ortega, interpretadas por músicos populares y doctos. Estas canciones, marcadas por sus anuncios de utopías y sus posteriores fracasos, combinaban una memoria dolorosa con la (incierta) perspectiva de un futuro mejor. En el contexto de la movilización, las canciones del pasado se han presentificado siendo parte de una conjura colectiva, adquiriendo nuevos significados que no han borrado sus significados previos; más bien, la música tiene la capacidad de ir sumando capas simbólicas que performativamente dialogan entre sí.

Pero los músicos y cantantes doctos tampoco tardaron en ingresar al espacio sonoro de las movilizaciones. En sí mismo, este fenómeno no es nuevo. La música docta ha sido partícipe de momentos históricos claves y así como la Novena Sinfonía de Beethoven se interpretó, por ejemplo, tras la caída del Muro de Berlín, ya el 27 de octubre el Coro y Orquesta por la Hermandad, liderados por Alejandra Urrutia y Paula Elgueta, interpretaron esta obra en la Plaza de la Dignidad y en el frontis del Mercado Central de Santiago. Un cartel ubicado junto a los cantantes solistas, en la interpretación del Mercado Central, declaraba “Beethoven despertó”2. Ese mismo domingo 27 se interpretó el primer “Réquiem por Chile”, proyecto que, por la cantidad de conciertos realizados y el volumen de sus participantes, ha sido hasta ahora el ejemplo más emblemático de la música docta durante el estallido social3. El Requiem en re menor KV 626 (1791) de Wolfgang Amadeus Mozart se considera la última obra del compositor, que moriría dejándolo inconcluso. En su condición de réquiem que, de alguna manera, anticipara la muerte de su propio creador, la obra terminada por Joseph Eybler y Franz Xaver Süßmayr ha sido objeto de diversas mistificaciones, las que junto con su indudable belleza han contribuido a una recepción ininterrumpida hasta nuestros días. Muy diferente al mensaje esperanzador de la Novena de Beethoven, “Réquiems por Chile” ha sido denominado por sus organizadores como un proyecto “para las víctimas de la violencia estatal”, pues encarna un mensaje de denuncia ante las violaciones de los derechos humanos ocurridas desde el 18 de octubre. Como comentan los iniciadores del proyecto, la cantante y directora coral Carolina Muñoz y el violinista y director Igor Osses, para manifestarse desde su condición como músicos y cantantes doctos se requería de una obra significativa pero también conocida por los intérpretes, ya que los ensayos no abundarían. El Requiem de Mozart cumplía estos criterios, por ser una misa de difuntos y constituir un repertorio habitual de coros y orquestas chilenas4. Como destacan sus organizadores, en el nuevo contexto chileno, la obra de Mozart sumaría una nueva capa de significado:

Para la gran mayoría de los músicos que participamos en “Réquiem por Chile” esta es probablemente la primera vez que la interpretación de esta obra cobra un sentido lamentablemente cercano, nos permite ofrecer a través del lenguaje de la música nuestras sinceras condolencias a las víctimas y sus familias; por otro lado, expresar nuestra determinación a acompañarlos en sus demandas de justicia y reparación5.

La idea inicial fue realizar un único concierto en la Plaza Bernardo Leighton, ubicada frente a la Iglesia de los Sacramentinos. Los organizadores difundieron la invitación por redes sociales. Para su sorpresa, la convocatoria fue mucho más numerosa que lo esperado, sumando unos 400 participantes, además de un abundante público. Esto motivó la realización de un segundo concierto, el domingo siguiente en el Museo de Memoria, cuya convocatoria fue aún mayor. De ahí en adelante, los conciertos fueron surgiendo como resultado de invitaciones extendidas por organizaciones vecinales y municipales, que llevaron el proyecto a Recoleta, la Villa Olímpica, Quilicura, la Villa Santa Teresa, Lo Hermida, La Legua y Valparaíso. Tristemente reforzando su dedicatoria, cada nuevo concierto fue sumando nuevas víctimas de violaciones a los derechos humanos por conmemorar. El 1 de diciembre, un concierto que muchos participantes recuerdan como especialmente emotivo se realizó en la estación Del Sol en Maipú, destruida y ese día
reinaugurada como Centro Cultural Álex Núñez, recordando a una de las primeras víctimas de la represión policial, que fuera agredido a pocos metros de dicha estación6. El 3 de diciembre, el concierto en la sede Condell de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano se dedicaba a dos víctimas de la mutilación ocular: Fabiola Campillay y Gustavo Gatica, estudiante de dicha universidad. Por su parte, el primer evento del 2020 en Valparaíso y que contó con la participación del alcalde Jorge Sharp en el coro, contribuyó a reunir donaciones para las víctimas de los incendios ocurridos en esta comuna. Conciertos ya planificados para marzo del 2020 y más de 30 cartas de invitación, quedaron a la espera del término de la emergencia sanitaria en nuestro país y en el mundo.

Un proyecto de esta naturaleza no solamente se pone al servicio de las demandas sociales del Chile movilizado. Podría afirmarse también que, a través de este proyecto, un sector de la música docta chilena se ha “revolucionado” en sí misma, cuestionando su habitus e incursionando en nuevos modos de acción. Ya desde su estructura, el proyecto ha sido pensado de forma transversal y colaborativa, evitando el tradicional culto a la figura del director o de determinados intérpretes. Así, en los conciertos, diversas directoras y directores —entre ellos Osses, Pablo Carrasco, Eduardo Jahnke, Karin Friedli, Fernando Soto, Andrés Maupoint, Sebastián Ramírez, Lorena Vergara y otros— se han turnado para dirigir los movimientos. Por otra parte, los cantantes y músicos corresponden a diversas generaciones, desde jóvenes estudiantes de música hasta jubilados de las orquestas y coros profesionales, pasando por intérpretes activos en orquestas, teatros, universidades y proyectos educativos. La transversalidad del grupo etario ha repercutido en que dentro del proyecto dialoguen también distintas lecturas del Chile actual, entrelazadas con memorias diversas en tor...

Table of contents

• Portada
• Portadilla
• Créditos
• Índice
• Presentación. Lucero de Vivanco y María Teresa Johansson
• MULTITUDES
• MUROS
• CIUDAD Y TRANSFORMACIONES
• SÍMBOLOS Y ESPACIO PÚBLICO
• INTERVENCIÓN Y PERFORMANCE
• FIGURAS
• CIRCULACIÓN
• Bibliografía
• Autoras y autores