Santander
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Fernando Gonzáles

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Santander

Fernando Gonzáles

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En 1940, el año del centenario Francisco de Paula Santander, irrumpió con insolencia este libro para abatir el mito y enjuiciar el dogma. Fernando González revela al Santander tortuoso, elusivo, mezquino, lleno de perversidad y envidia.

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Information

Year
2022
ISBN
9789587207309
Capítulo catorce
NACE LA IDEA DE LA CAMPAÑA DE BOYACÁ.—JOSÉ FÉLIX BLANCO O MIGUEL TALAMÁS.—CRUELDADES DE LOS ESPAÑOLES EN NUEVA GRANADA—POLICARPA.—NUEVA GRANADA LISTA PARA LA INDEPENDENCIA.—SANTANDER, GENERAL DE BRIGADA, HACIA CASANARE. —PÁEZ LO DETIENE.—SU OBRA EN CASANARE.—“SIQUIERA UN PAR DE VICTORIAS”.—RETIRADA.—“TENÍA PREPARADO UN TRIQUE”.
RETROCEDAMOS un poco. Se prepara la grandiosa idea de sorprender a los realistas en la Nueva Granada.
En Angostura, el 17 de noviembre de 1817. Bolívar ha llamado al presbítero José Félix Blanco, gobernador de las misiones del Caroní. Anuncian al clérigo; entra en compañía de Fernando Peñalver.
—¡Oh, padre Blanco! ¿Qué me trae?
—¿Qué le traigo? Plata…
—Eso es lo bueno, que estamos muy rotos, dijo Bolívar, señalando sus pantalones y zapatos.
El Padre entrega a Peñalver 300 pesos, producto de cueros de reses beneficiadas en Upata.
—¡Le hice venir para que me acompañe a libertar a Caracas!...
—Si me lo permite, no le acompañaré, y diré que usted no debería acometer eso…
—¿Por qué?
—Porque en el Reino (Nueva Granada) hay plata, recursos, población homogénea y opinión. Y usted tiene por allá el gran prestigio que le fundó don Camilo Torres… Acuérdese que yo le acompañé en 1815… Mientras que por aquí, el mismísimo José Gabriel Pérez huele a desobediencia. Ya todo está agotado en Venezuela, a causa de estos ocho años de pelea y… entre sus paisanos, los caraqueños (¡y no se enoje!), usted está un poco desacreditado… Nadie es profeta en su tierra… Hasta María Antonia habla del loco Simón, desde que le embargaron los bienes. Usted sabe lo que son los ricos: están diseminados por las islas, bregando por arreglarse con los españoles.
Bolívar escucha. Jamás nadie ha escuchado como él. Además, el padre Blanco es mitad sagrado y mitad profano. ¡Un palo de hombre!
—Pues usted, mi padre, se va ya, ya, disfrazado de lo que quiera, por el Meta; entra por Casanare, llega a Santafé, a Tunja, a Cúcuta y me trae noticias.
“Y en efecto, con mercancías facilitadas por Peñalver y el inglés Juan Alderson, hizo el viaje de exploración, entrando por Casanare. En su equipaje llevaba ejemplares del libro de Roscio, El triunfo de la libertad sobre el despotismo. Operación delicada y peligrosísima para Blanco; por sus informes pudo el Libertador acabar de decidirse, y sobre ellos, que eran prolijos y valiosos, ejecutó la gloriosa campaña de 1819. En Pore le ayudó el coronel Molina, que le introdujo al coronel Leiva de Soatá, y a los Almeidas, guerrilleros de Cúcuta” (Documentos para la historia de la vida pública del Libertador. Tomo VI, págs. 646, 648).
En junio de 1818, luego de su campaña contra Caracas, en que ambos contendientes quedaron igualmente debilitados y en las mismas posiciones, debido a la desobediencia de los llaneros, recibe el Libertador el extenso informe que desde Pore le envió el padre Blanco con su dependiente Antonio Mayz.
¿Qué dice el informe? Muy fácil reconstruirlo:
“ABRIL DE 1818.—Vino un turco, natural de Jerusalén, llamado Miguel Talamás, cristiano, posó en San Francisco. Decía que venía en pos de un hermano que le había traído $6.000, pero el Virrey lo retuvo porque sospechaba ser espía, pero después se le dio pasaporte y se fue” (Caballero de Ochoa.—Obra precitada).
Miguel Talamás era el padre Blanco, y los informes fueron los siguientes:
“NOVIEMBRE 10 DE 1817.—Le hicieron consejo de guerra a la Pola y a 15 de sus compañeros por un plan que dicen había hecho para mandar a Los Llanos, donde los patriotas. Era esta muchacha muy despercudida, arrogante y de bellos procederes, y sobre todo muy patriota; buena moza, bien parecida y de buenas prendas. Salió en medio de los demás presos, sus compañeros. Iba en camisón de zaraza azul, mantilla de paño azul y sombrero cubano. Fue el Consejo donde el comandante Tolrá”.
Con esta muchacha le sobra a Colombia para ser grande. Torres, Nariño y la Pola son los dioses tutelares de nuestra patria.
“NOVIEMBRE 14.—Decapitaron a esta ilustre joven, con sus dignos compañeros, en la plaza, y sentada en el banquillo dijo: que cerca estaban quienes vengarían su muerte, y un oficial le fue a dar un vaso de vino, y dijo: que no lo tomaba de manos de un tirano; y al pueblo le dijo: ¡Pueblo de Santafé! ¿Cómo permitís que muera una paisana vuestra e inocente?; y después dijo: Muero por defender los derechos de mi Patria. Y exclamando al cielo, dijo: ¡Dios eterno, ved esta injusticia! Dijo y exclamó otras cosas dignas de eterna memoria. Así murió con 6 crueles balazos. ¡Dios haya tenido misericordia de su alma” (Caballero de Ochoa).
Ésta es por derecho propio el héroe nacional de Colombia, y sus palabras son el himno sagrado, pero aquí hay muchos rábulas que pervierten a la juventud. ¡Santander, héroe nacional!
“Así se cumplen los indultos generales –continúa el cronista– ¡despedazando cruelmente el pecho tierno de esta heroína, de esta mártir de la patria, de esta constante e incomparable mujer! Y dicen que en la prisión le dijeron que negase y se desdijese y la perdonarían, y respondió que de ningún modo se desdecía y que siempre, libre o presa, había de buscar modos para la libertad de su patria. ¡Gran constancia! ¡Qué ejemplo para todo patriota!
En este mes me fui para Chaparral, huyendo de esta gente, con pasaporte que conseguí por artes de calabazas, y por esta causa suspendo el DIARIO que llevaba” (Caballero de Ochoa).
¿Qué más informe para Bolívar? ¡Ya Nueva Granada tiene conciencia! La parió en el cadalso la muchacha virgen que, con la madre de Jesucristo, son las reinas de los verdaderos colombianos.
Pero el informe acerca de la situación del Reino continúa:
“ENERO DE 1817.—Desde este mes no he podido llevar el DIARIO como hasta aquí por las muchas incomodidades que hay, pues lo he tenido que enterrar, junto con todas las gacetas y demás impresos, por libertarlos y libertarme. Mucho es lo que cada día se persigue a todo hombre; ninguno está seguro, y el Tribunal de Purificación nos aprieta terrible, pues el que menos culpado sale tiene que dar $200, $300 o $500, y el que no los da, ¡a las tropas!, para el Norte. ¿Qué diré yo, que desde la Revolución he servido, y que fui sargento veterano y después oficial? ¿No estaré pensando cuándo me caen? Yo pienso emigrar; Dios me ayude, pues hay uno de los nuestros que anda dando noticia de todos los que han servido a la Patria. ¡Dios quiera que de mí no se acuerde!”.
¡Cuánto padeció mi querido pariente santafereño, el mejor escritor colombiano!
“JULIO 1.° DE 1817.—Se echó bando de indulto general. Éste será como los que publicaron Calzada y Latorre y el general Morillo: anzuelo para pescar; así ha sucedido con los bandos pasados, y así han pillado mucha gente, porque nosotros los americanos somos muy confiados, y querrán con este artificio que se presenten los que han emigrado o andan fugitivos por los montes. (Sólo la presentación del niño Dios al templo ha sido buena). Todos los que se han presentado, hasta el palo no han parado, esto es, hasta ser pasados por armas. ¡Miren qué indulto de dos mil demonios! Si ellos conocieran mi interior, ¡qué muerte tan atroz me dieran! ¡Cómo me descuartizarían y mi cuerpo, dividido, lo pondrían por los caminos! Pero esto había de ser después de hacer yo una hombrada que no está lejos como yo tope quien…”.
Ilustrísimo pariente mío, santafereño, ¡qué patriotas somos tú y yo!, y qué hombrada haríamos si no tuviéramos el corazón débil, pues tú, como yo, todo lo gastamos en intenciones:
“… el 20 de mayo de 1818 por poner un arco triunfal en la Calle del Colegio, al levantar una viga la dejaron caer los peones, y yo que estaba atisbando levantarla, zafó el palo y me dio en la quijada derecha, que me la partió. Me tiró al suelo y del golpe me escalabró; duré media hora privado, pero después seguí poniendo el arco”.
¿Qué más dice el prolijo informe del pseudo Miguel Talamás, es decir, del padre Blanco?
Que diariamente Sámano y Tolrá asesinan en Santafé y que el Reino está listo para recibir al Libertador:
“JUNIO DE 1818.—Arcabucearon a 5 en la Huerta de Jaime y después los colgaron en las horcas. Arcabucearon a Molano, chircaleño, que tenía buenos tejares. CUANDO LO PRENDIERON HICIERON QUE SU MISMO HIJO LO AMARRASE Y LO TRAJESE DE DIESTRO HASTA LA CÁRCEL. Después de muerto le cortaron la cabeza y lo descuartizaron. La cabeza la pusieron en San Diego, y los cuartos en los caminos de San Victorino, Las Cruces y Santa Bárbara. Lo llamaban Juanchito Molano” (Caballero de Ochoa).
Nueva Granada estaba exasperada. No como hoy, que han llenado de chapetones míseros a Santafé… para que enseñen a la juventud Historia Patria y otras cosas.
Tal fue el informe del padre Blanco.
* * *
La primera semana de junio de 1818 fue la más angustiada en la vida de Santander. Ha llegado a Angostura, enviado por los guerrilleros de Casanare, el capitán Uribe, para solicitar del Libertador el envío de un jefe; le comunican en las cartas que trae que la Nueva Granada está lista para la libertad, impaciente. Bolívar ha enviado una proclama a los granadinos, en que dice:
“EL SOL NO COMPLETARÁ EL CURSO DE SU ACTUAL PERÍODO SIN QUE EN TODO VUESTRO TERRITORIO SE LEVANTEN ALTARES A LA LIBERTAD”.
Los íntimos de Bolívar le cuentan a Santander que aquél está preocupado, buscando un Jefe para Casanare, y que su nombre no suena bien. El Coronel está pálido… Indudablemente que será un granadino. ¿O será Urdaneta? Aquí se halla el coronel Antonio Obando; también está Joaquín París, a quien el Libertador distingue tanto… Nonato Pérez….; a éste lo ha remitido preso el general Páez, y Bolívar nada le hace y le agasaja…
¿Para qué he dominado mi… amor por el Jefe Supremo? ¿Perderé el fruto de mi heroísmo? El destino de Santander está ahora en un cruce de caminos.
Desesperado, corre en busca de Zea, a la redacción del Correo del Orinoco, semanario que el Libertador acaba de fundar y que sale los sábados.
—Tú, hijo mío, has cometido imprudencias… El Libertador te ha perdonado, pero no puede menos de comprender que tú no eres el hombre para su deseo, que es precisamente formar un ejército de granadinos que colabore, unido, con los soldados venezolanos. Piénsalo bien y verás que no eres el hombre, que eres el imposible p...

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