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En la historia del quehacer político nacional, Gladys Marín es una de las figuras más prominentes debido a su activa presencia, que cubre más de cuatro décadas de lucha y consecuencia a toda prueba. La autora Carmen Norambuena, Profesora Emérita de la Universidad de Santiago de Chile, conoció a Gladys Marín cuando era estudiante. Su estampa quedó grabada en su imaginario juvenil, luego de profesora, hasta hoy, que en este libro narra en primera persona la vida de esta destacada mujer chilena.
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Information
Publisher
Editorial Universidad de SantiagoYear
2022Print ISBN
9789563034806eBook ISBN
9789563034806Anexo n° 1
Labor parlamentaria de Gladys Marín Millie “Universidad para todos”
Referencia Universidad Técnica del Estado
Señor Presidente, queremos llamar la atención sobre un problema que, desde largo tiempo, se ha venido arrastrando en nuestro país y que ha merecido amplio debate. En más de una oportunidad, nos hemos referido a él para alertar sobre las dimensiones que alcanza y, en nombre de millares de jóvenes, de madres y de los intereses de la sociedad toda, exigir su solución.
Se trata de los miles de jóvenes que quedan, año a año, fuera de las Universidades, camino hacia el cual han sido unilateralmente conducidos, y que forman un contingente inmenso en el cual se advierte la frustración y el escepticismo. Son los jóvenes que enfrentan la única expectativa de deambular en procura de un empleo en el que, desde el punto de vista productivo, muy poco, o casi nada, aportarán al país; o, simplemente, son los condenados a la ociosidad durante un año a más, con grave daño para su personalidad y sus hogares, además de su incidencia negativa en la economía del país. Son miles de estudiantes a los cuales se cierra sus posibilidades de desarrollo.
Sin embargo, los jóvenes, como era de esperarlo, no se han resignado a esta situación: primero en la Universidad Técnica del Estado, luego en otras, como la Universidad de Concepción, la Universidad de Chile de Santiago y de Valparaíso, se han constituido comandos de un movimiento que ellos han denominado “Universidad para todos”, cuyos planteamientos han sido expuestos en una carta enviada el 18 de marzo al presidente de la república y en otra que se dirigió al señor Ministro de Educación, las que fueron ampliamente difundidas por la prensa y la radio.
Queremos señalar la amplia repercusión que este movimiento, estructurado por los estudiantes, ha alcanzado dentro de la opinión pública en general. Madres, apoderados y jefes de familia no han podido menos que aprobar resueltamente una acción de tan decisiva importancia en sus hogares.
Las cifras hablan con elocuencia. En un frío lenguaje nos dicen de una situación dramática y de la negligencia de quienes deben contribuir a resolverla. 14.305 postulantes hubo en las Universidades Técnica del Estado, de Concepción y de Chile de Santiago y de Valparaíso; de ellos, fueron aceptados 4.050. A 10.255 jóvenes se les negó la posibilidad de ingreso a la educación superior, lo cual habría permitido que contásemos, de acuerdo a sus aptitudes, con los nuevos profesionales y técnicos que Chile necesita urgentemente. Ya antes, la barrera del bachillerato, cuya urgente derogación no admite más espera, había dejado en el camino de su perfeccionamiento a miles de otros jóvenes.
Esto significa que, año a año, el país pierde 20.000 personas que podrían ser técnicos agrícolas, ingenieros, médicos, profesores, enfermeras, etcétera. De criminal, calificamos sin duda un sistema de tenencia de la tierra que condena a los chilenos al hambre y dispendio los medios y la riqueza nacionales que, puestas en manos de quien corresponde, aportarían, evidentemente, recursos extraordinarios al país. ¿Cómo podríamos entonces, calificar la política que dilapida precisamente nuestro capital, que es la juventud, con la agravante de que son más de 20.000 vidas frustradas y cercenadas en el comienzo de su desarrollo?
Hay que procurar —aun cuando la exigencia imperativa del desarrollo del país le demanda— junto con los profundos cambios estructurales que la inmensa mayoría está resuelta a apoyar y llevar a cabo, un aumento acelerado de la preparación de técnicos y profesionales. Chile necesita profesores primarios y secundarios para absorber la enorme cantidad de niños y jóvenes que requieren educación; agrónomos, mecánicos y topógrafos para la reforma agraria; en fin, miles de profesionales más para producir un avance decisivo en nuestro desarrollo económico, requisito sin el cual, sin duda, jamás lograremos sacarnos de encima nuestra situación de dependencia.
De acuerdo con las cifras correspondientes a una investigación del Instituto de Productividad de la Universidad Técnica del Estado, teniendo presente la continuación del ritmo actual de egreso de técnicos universitarios (con cuatro años de estudios superiores) y de ingenieros (considerando las especialidades de electricidad, mecánica, química, metalurgia y minera), el país tendría en 1970 un total de 7.930 profesionales activos y de 3.234 técnicos. Para el mismo año, sobre la base de suponer un crecimiento de la producción consecuente con las tasas del Plan Decenal de Desarrollo de la CORFO, la demanda de profesionales sería de 9.556 técnicos y de 4.297 ingenieros. El déficit sería, por consiguiente, de 2.700 profesionales. Sería interesante efectuar cálculos semejantes en rubros tales como los profesionales de la salud y los técnicos agrícolas, tan vinculados a la elevación de los niveles de vida de la población.
La decidida actitud de los estudiantes, su clamor acogido por la inmensa mayoría de la opinión pública, les ha permitido obtener algunos éxitos. El ministro de Educación Pública ha destinado $ 180.000.000. para financiar cuatro cursos paralelos en los primeros años del Grado de Técnico de la Escuela de Artes y Oficios. Los estudiantes, en una declaración, valorizan este hecho de la siguiente manera:
Esta primera victoria del movimiento universitario para todos, prueba la justicia de su causa, premia la voluntad decidida de la juventud que lucha para poder estudiar y señalar el eco favorable que el Movimiento está teniendo no solo en las esferas dirigentes de la Universidad, sino también en el Ministerio de Educación.
Señalamos también —dicen— que es en la Universidad Técnica en donde esta lucha ha tenido un desarrollo mayor, donde se ha producido un mayor incremento de la función docente en relación de los recursos de que dispone y es ahí en donde ha crecido en mayor proporción la matrícula en relación al aumento de su presupuesto.
En Concepción, y gracias a la presión de los estudiantes, se ha obtenido que se amplíen en 80 las vacantes para el primer año básico. Sin duda, que la magnitud de esto exige del Gobierno la adopción de medidas, especialmente presupuestarias, tendiente a encarar el problema en forma real y que no se limite a guardar silencio; exige de las autoridades universitarias actuar con agilidad, dinamismo y con un sentido social que no siempre se observa, y del Parlamento, que actúe con la responsabilidad y rapidez que la situación requiere.
Sin embargo, estos éxitos, productos, en primer lugar, de la decidida acción de los estudiantes, están lejos de dar solución al problema. Es indispensable que las Universidades arbitren medidas de emergencia, que aprovechen al máximo su capacidad actual, que se creen cursos vespertinos allí donde es posible, o se establezcan cursos paralelos. Las bibliotecas, aulas, talleres y laboratorios deben utilizarse la mayor parte de las 24 horas del día; debe aprovecharse los meses en que, por vacaciones, los locales universitarios no son utilizados.
Las Universidades cuando se han visto enfrentadas a determinadas dificultades han adoptado medidas que le han permitido funcionar. ¿Por qué no se hace ahora lo mismo? Mantener ante la situación planteada una fría indiferencia, aunque se recubra de un lenguaje académico, es un verdadero derroche de capacidades potenciales; es no conmoverse ante la situación de miles y miles de jóvenes.
Ahora bien, para hacer frente con medidas de emergencia por parte de las Universidades a esta situación, se requieren fondos especiales. El Gobierno debe destinar los recursos necesarios o proponer al Parlamento un proyecto de ley para que se cumpla este objetivo. Es más, el problema se agudizará en los próximos años, a no mediar un desarrollo acelerado de la educación superior chilena.
La ampliación de las Universidades es la tarea que se debe abordar. Al exigir esto, la juventud viene dando una nueva demostración de la actitud positiva con que encara las dificultades que encuentra, y ante ello no es posible seguir dilatando la solución del problema. Si no crece la capacidad de las Universidades, el drama de la juventud aumentará. Lo que se necesita, entonces, es que las autoridades de las Universidades estatales, los profesores y alumnos universitarios, estudien, en forma rápida, un plan de desarrollo de dichos establecimientos de enseñanza superior.
Las exigencias de los estudiantes, su movimiento “Universidad para todos”, es un gran ejemplo. Las Universidades deben dar cabida a todos los jóvenes que tienen la capacidad y aptitud suficiente para llegar a ser los profesionales, investigadores, científicos y técnicos que el desarrollo de Chile reclama.
Señor Presidente, solicito se envíe oficio al ministro de Educación Pública para hacerle llegar las observaciones que he formulado en esta oportunidad.
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Fuente: Labor parlamentaria de Gladys del Carmen Marín Millie, página 32 de 37. Intervención Petición de oficio Biblioteca del Congreso Nacional de Chile. http://www.bcn.cl/laborparlamentaria-documento generado el 13-09-2019
Anexo n° 2
Habla Julio Ugas, la pareja desconocida de Gladys Marín
05 de marzo del 2006
Cuando Gladys Marín salía a la calle a encabezar alguna protesta, el dirigente comunista Julio Ugas Pulgar (58 años) se ponía delante de ella para protegerla de los carros lanza agua. En las tardes, cuando Marín llegaba cansada a su casa en La Florida, le llevaba té y pasteles a la cama para agasajarla. Fueron pareja durante 15 años, pero él se mantuvo siempre en un discreto segundo plano. Hoy afina los preparativos del acto con que el próximo 5 de marzo se conmemorará el primer aniversario del fallecimiento de la presidenta del PC en la Plaza de la Paz.
¿Por qué mantuvieron la relación casi en secreto?
—Porque no era necesario hacer ningún aspaviento. Vivimos 15 años juntos con un año de separación entre medio. No era necesario que se enterara la gente. En el partido siempre fui visto como un dirigente más, sin diferencia por ser la pareja de Gladys. Nadie sabía, salvo la gente que iba a la casa. Cuando nos juntábamos a hacer un asado, obviamente era yo quien atendía.
¿No querían darle una connotación política a la relación?
—Exacto. Ella era la principal figura del partido y yo un miembro de la dirección, y que se supiera podía incluso perjudicar actividades que yo realizaba. No era necesario que se supiera que yo era la pareja de Gladys, no tenía ninguna importancia ni para la vida política de Gladys ni para la mía, ni para el partido. Ahora, si en algún momento hubiera sido necesario para el PC, lo más probable es que se hubiese sabido.
¿No le importaba mantenerse en segundo plano?
—No, algunos ni siquiera me conocen por mi nombre. Viví en la clandestinidad y tenía otros nombres, me llamé Humberto, Hugo, además nunca aparecí en fotografías ni en reportajes, no daba entrevistas. Pero ahora lo hago por homenaje a Gladys.
¿Cómo ha sido este año sin ella?
—No ha sido fácil. Tengo un sentimiento muy fuerte respecto a lo injusta que es la vida. Una mujer con tanta...
Table of contents
- Portada
- Título
- Créditos
- Sobre la autora
- Cita
- Índice
- Preámbulo
- I Primeros pasos
- II Liderazgo político
- III Legado
- Bibliografía
- Anexo n° 1 Labor parlamentaria de Gladys Marín Millie “Universidad para todos” Referencia Universidad Técnica del Estado
- Anexo n° 2 Habla Julio Ugas, la pareja desconocida de Gladys Marín 05 de marzo del 2006
- Equipo editorial
- Colofón