Salvador Allende
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Una vía pacífica al socialismo

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Una vía pacífica al socialismo

About this book

Conocido por su oratoria, el Presidente Salvador Allende realizó innumerables intervenciones a lo largo de su vida. El escritor y académico de la Universidad de Santiago de Chile, Maximiliano Salinas Campos, recopila parte de ellas en el libro Salvador Allende, una vía pacífica hacia el socialismo, así como también recuerdos de figuras públicas que compartieron con él, como los poetas Pablo Neruda, Gabriela Mistral y el cardenal Raúl Silva Henríquez, entre otros. La publicación aborda la vida de Allende a partir de tres ejes: sus orígenes (1908-1933), sus definiciones (1933-1951) y las elecciones (1952-1973).

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Information

III. LAS ELECCIONES, 1952-1973

La tercera etapa de la vida de Salvador Allende, su completa madurez vital, transcurre desde la primera candidatura presidencial en 1952 hasta el final de su vida, en 1973. Esta etapa es espectacularmente perseverante y ascendente. En 1952 apenas consiguió el 5,5% de los votos. En 1958 perdió la elección presidencial ante el derechista Jorge Alessandri sólo por 33.449 sufragios, el 2,6% de la votación. En 1964 obtuvo el 38,9% de la votación, siendo derrotado por el candidato democratacristiano Eduardo Frei, apoyado por la derecha. Finalmente, en 1970 obtuvo la presidencia de Chile, hasta alcanzar el 43% en las elecciones parlamentarias de marzo de 1973, oportunidad en que por primera vez pudieron votar en Chile los analfabetos y jóvenes mayores de 18 años.
En este proceso ascendente, Allende quiso pacientemente lograr la estatura del ‘hombre nuevo’, un ideal donde la revolución social debía no identificarse con la violencia y la sangre fratricida, sino con la vía pacífica al socialismo. “El concepto del revolucionario ‘hombre nuevo’, lejos de asociarse exclusivamente al guerrillero, estaba vinculado al individuo que –después de haber transitado por un proceso de renovación mental y adquirido una nueva conciencia– estaba preparado para asumir el papel de protagonista principal en una gloriosa ‘revolución sin armas’, destinada a liberar y transformar radicalmente el país”. (Diana Veneros, Allende, Santiago: Sudamericana, 2003, 299).
En sus cuatro intentos por alcanzar la presidencia de Chile, Allende contó con el apoyo perseverante de Pablo Neruda. En 1952 Neruda le confesaba esperanzado a Gabriela Mistral: “Nuestra candidatura Allende significa la derrota de Ibáñez, segura”. (A Gabriela Mistral, Capri, 7 de abril de 1952, en Pablo Neruda, Cartas a Gabriela, Santiago: Ril Editores, 2009, 107). En 1970, como precandidato presidencial del Partido Comunista, finalmente apoyó a su tozudo amigo. Al fin, ambos compartieron la inalterable y denodada decisión de ser real y sencillamente chilenos. Como dijo Pablo Neruda ante el clima belicista desatado por Estados Unidos en Chile en 1962: “Los chilenos queremos seguir siendo chilenos. Sepan de una vez que no aceptaremos ser colonia norteamericana […] Tenemos el deber sagrado de detener entre todos este terremoto antes que el terremoto nos destruya a todos juntos”. (Pablo Neruda, Con los católicos hacia la paz, Santiago: Impresora Horizonte, 1962, 13, 34).
‘Un joven médico, demasiado sencillo y alegre’, dice Luis Alberto Sánchez, escritor del Perú, 1952
“Para los unos, Allende es y será siempre un joven médico, demasiado sencillo y alegre, y ‘que promete’. Para los otros, un ser al día, con realidad y futuro. Creo que, puesto a escoger, Salvador se queda con los primeros […] Pero, por debajo de cualquier apariencia frívola, hay en Allende un hombre de conciencia, capaz de sacrificarse por una doctrina; de ceder a la generosidad; de renunciar a las ventajas inmediatas para servir sus ideales; de estudiar a fondo un problema y de sortear las vicisitudes de la vida, poniéndole sonrisa al vendaval, proa a la tormenta, chistes a la desventura […].
Un correligionario suyo, que no le quiere, porque lo encuentra muy cuidadoso de su persona (cualidad, no defecto, ¡eh!), me decía: ‘Algo que nadie puede negar es que Allende ha encontrado la forma de trabajar 30 horas en un día de 24: se las busca como una aguja, y no pierde el tiempo’. Es lo que yo creo. No pierde el tiempo. A los cuarenta y tantos años, con una actuación pública de veinte, en primera fila, Allende es hoy un nombre y una reputación. En medio de las dificultades, no ha perdido el humor, ni la costumbre de detenerse en una esquina a conversar con un amigo”.
Luis A. Sánchez, Siluetas latinoamericanas. Salvador Allende, en Nuevo Zig-Zag, 15 de marzo de 1952, p. 17.

El Frente del Pueblo, 1952

“El Frente del Pueblo es un movimiento de liberación nacional, antiimperialista, antioligárquico, su meta no termina en septiembre. Estamos protagonizando una gesta emancipadora por el pan y la libertad, por el trabajo y la salud, por la reforma agraria y la industrialización del país, por la paz, la democracia y la independencia nacional”.
Periódico Democracia, 14 de enero de 1952, en Diana Veneros, Allende. Un ensayo psicobiográfico (Santiago: Sudamericana, 2003), 266.

La campaña presidencial y la transformación de Salvador Allende, 1952

“–Me interesa particularmente la campaña presidencial de 1952, la primera de Salvador –me dijo Tencha–, porque en ese esfuerzo se reveló un cambio interior en él, un cambio que iba a marcarlo por el resto de su vida. Pienso que esa campaña fue la más puramente revolucionaria y heroica, una prueba en que Salvador dio muestras de tener temple de combatiente popular y no sólo de líder electoral”.
Fernando Alegría, Allende. Mi vecino el Presidente (Buenos Aires: Planeta, 1989), 125.

Allende discrepa del teórico socialista Eugenio González, 1952

“Teórico del Partido Socialista, académico, novelista, orador melancólico y elocuente, [González] no cabía en los nichos de la política diaria. Allende le mostraba una consideración atenta, animándolo a que comenzara. Pero Eugenio González no tenía apuro […] Eugenio González guardó silencio, como dejando que Salvador se desahogara y, después de beber un sorbo de whisky, dijo:
–[…] Nadie en Chile, en estos momentos, puede barrer la basura que dejó González Videla mejor que Ibáñez. Tiene la escoba, la fuerza y la audacia que hacen falta […].
Salvador se ajustó los lentes y respondió con cierta impaciencia.
–[…] Ibáñez viene a dar una campaña populista y demagógica a los 74 años de edad. Los chilenos tenemos mala memoria, pero él sencillamente no tiene memoria. Se enredará en sus promesas. No cumplirá nada. Su gobierno será un caos y no tardará él en entregarse una vez más a la reacción […] En estos momentos Ibáñez es un mayor peligro que González Videla. Este desbarató al país a payasadas, Ibáñez lo puede destruir a cañonazos […].
–[…] ¿Cuántos votos sacarás, Salvador? ¿Suficientes para llorarlos? Esta campaña presidencial tuya no tiene fecha ni nombre. Vas a perder sabiendo que nunca pudiste ganar.
–¿Perder, ganar? ¿De qué hablamos, Eugenio? Una elección no es el precio de una revolución en marcha […]. Si con esta campaña no lograra sino la unidad de los trabajadores, de las capas medias de Chile tras un programa de justicia económica y liberación social, me daría por satisfecho”.
Fernando Alegría, Allende. Mi vecino el Presidente (Buenos Aires: Planeta, 1989), 131-134.

El entusiasmo de la campaña presidencial de 1952

“Me tocó acompañar a Allende en todas sus campañas presidenciales. Durante las jornadas de 1952 éramos unos picantes que andábamos con las patas y el buche, pues nos costaba mucho lograr financiar nuestro recorrido por el país. En uno de nuestros viajes íbamos con don Elías Lafferte [dirigente histórico del Partido Comunista], quien ya en esa época era un viejito. Por tal motivo, Allende lo cuidaba mucho. Estábamos en la feria de Iquique, donde el candidato compró una bufanda y un jockey. Luego se los fue a dejar al dirigente, recomendándole: ‘Acuéstese temprano, don Elías’ […]. Era agradable y lindo hacer estas giras. Cuando no manejaba Allende iba haciéndolo Luis Corvalán. Siempre me colocaba al lado de ellos. Muchas veces iba leyendo. All...

Table of contents

  1. Portada
  2. Portadilla
  3. creditos
  4. Sobre el autor
  5. Introducción
  6. I. Los orígenes, 1908-1933
  7. II. Las definiciones, 1933-1951
  8. III. Llas elecciones, 1952-1973