La Zona Libre de Armas Nucleares de Asia Central
Juan Trujano
En memoria de Miguel Marín Bosch,
Embajador Eminente de México
Introducción
A pesar de que Asia Central representa un espacio geográfico de sumo interés y por lo tanto de competencia hegemónica para las principales potencias militares —China, Estados Unidos y Rusia—, éstas coinciden, aunque no sin diferencias, en respetar la Zona Libre de Armas Nucleares (zlan) de Asia Central.
El Tratado sobre una Zona Libre de Armas Nucleares de Asia Central (Tratado de Asia Central) fue negociado, firmado y ratificado por los cinco Estados de dicha región: Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán (Oficina de Naciones Unidas para Asuntos de Desarme, 2019). Mediante dicho instrumento, los Estados parte se comprometieron jurídicamente a prohibir las armas nucleares en sus respectivos territorios, incluyendo tanto su desarrollo y adquisición, como su emplazamiento por parte de terceros países. Cabe recordar que los cinco Estados estuvieron integrados a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (urss) y, uno de ellos, Kazajistán, fue durante décadas escenario de un gran número de ensayos nucleares realizados por la Unión Soviética. Aunado a ello, Kazajistán fue heredero de un considerable número de armas nucleares en operación al desintegrarse la urss.
Por su parte, si bien cuatro de los cinco Estados poseedores de armas nucleares (epan) reconocidos como tales por el Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (tnp) —China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia— han firmado y ratificado el Protocolo al Tratado de Asia Central, Washington aún no lo ratifica. Sin embargo, para todos ellos, como para el resto de la comunidad internacional, la zlan de Asia Central representa un aporte valioso para el régimen internacional de desarme y no proliferación de armas nucleares y, por ende, para la seguridad regional e internacional.
El objetivo del presente texto será intentar exponer por qué a pesar de que la región es presa de un conflicto geoestratégico, principalmente por parte de China, Estados Unidos y Rusia, la Zona Libre de Armas Nucleares de Asia Central representa un esfuerzo relevante que ha fortalecido el régimen internacional de desarme y no proliferación de armas nucleares, una prioridad para dichas potencias y gran parte de la comunidad internacional. Además, el Tratado no sólo representa una estrategia encaminada a minimizar la probabilidad de una carrera armamentista nuclear en la región, sino una medida concreta que ha permitido la creación de mecanismos efectivos de cooperación en materia de seguridad física de los materiales nucleares destinados a usos pacíficos.
Este texto presentará inicialmente el contexto histórico y geopolítico que ha hecho de Asia Central, durante siglos y hasta la fecha, una región presa de la competencia hegemónica de varias potencias. Este apartado se centrará en la relevancia geoestratégica de Asia Central después de la caída de la urss.
Posteriormente, se presentará un análisis sobre el régimen de los tratados que establecen zonas libres de armas nucleares para proceder a un recuento histórico de la adopción del Tratado de Asia Central, incluyendo las motivaciones y el proceso de negociación del instrumento, mismo que llegó a sumarse a más de 100 Estados que también asumieron su condición jurídica de Estados libres de armas nucleares.
De tal manera, se procederá a plantear los aportes de la Zona Libre de Armas Nucleares en Asia Central a la paz y la seguridad de la región, así como para la creación de mecanismos de cooperación en materia de usos pacíficos de la energía nuclear. Al respecto, será necesario abordar cuáles son algunos de los desafíos más relevantes que enfrentan los cinco Estados parte en el instrumento, incluyendo la controversia sobre la mención de los tratados de seguridad adoptados con anterioridad a la adopción del Tratado de Asia Central. Finalmente, se presentarán una serie de consideraciones finales y conclusiones.
Contexto histórico y geopolítico para la creación de una zona libre de armas nucleares en Asia Central
El concepto de Asia Central fue introducido por el geógrafo alemán Alexander von Humboldt en 1843 para designar a los territorios separados de los océanos y enmarcados por China y Rusia. Por la influencia étnica y lingüística turca, algunos autores se refieren a la región todavía como Turkestán. Por su historia y fisonomía geográfica, Asia Central se extiende hasta Mongolia y el noreste de China; sin embargo, es común aplicar dicho concepto a las cinco ex repúblicas soviéticas de Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán (García, 2011, p. 2). Sin ánimos de enmarcar a los cinco países dentro de un concepto limitante, utilizaremos “Asia Central” ya que así lo utilizaron los cinco Estados objeto del presente texto al momento de establecer su Zona Libre de Armas Nucleares en 2006.
Cuando la Unión Soviética colapsó en 1991, quince Estados aparecieron en el escenario geopolítico euroasiático. Entre ellos, los pueblos de Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán, quienes habían existido por siete décadas bajo el dominio de la urss. Previamente, la región había sido objeto de competición imperial durante siglos (Snyder, 1995, p. 6).
La caída de la urss trajo consigo una reconfiguración de la región euroasiática. En particular, los antiguos países soviéticos de Asia Central se definieron como escenario de competición entre los poderes militares dominantes (Lukyanov, 2010, citado en Nikolayevna, 2011), principalmente China, Estados Unidos y Rusia. La posición geoestratégica de los países de Asia Central ha hecho que esta región sea crucial para dichas potencias. Primeramente, las repúblicas de Asia Central tienen como vecinos a Estados con considerables fuerzas militares, incluyendo Rusia, en el norte; China, al este; y a Irán, Pakistán y la India, al sur. Esta localización resultó más relevante para los países occidentales después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, principalmente para los Estados Unidos, ya que tres de los países de Asia Central comparten frontera con Afganistán.
Antes de los acontecimientos del 11 de septiembre, los intereses de Estados Unidos por influir en la región se basaban en la necesidad de evitar la expansión de la influencia de China, Irán y Rusia (Karimi, 2015, pp. 128-129). Sin embargo, después del ataque a las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York la importancia estratégica de acceder a las regiones de Asia Central y del Cáucaso incrementó, lo cual se tradujo en el desarrollo de acuerdos bilaterales por parte de Estados Unidos con gobiernos locales para el establecimiento de bases militares con la intención, en primer lugar, de contar con presencia militar para combatir a Al Qaeda y posteriormente al autodenominado Estado Islámico y, en segundo lugar, para contar con bases militares cerca de China, Irán y Rusia.
La ubicación geográfica de Asia Central es también relevante para China. La región es su puente entre Oriente y Occidente. En concreto, representa un espacio fundamental en el camino de su Nueva Ruta de la Seda, la ambiciosa red de infraestructura repartida por los cinco continentes para expandir su comercio (Karak, 2019). Por lo tanto, cualquier tipo de conflicto alrededor de dicho puente afectaría negativamente a uno de los mayores intereses económicos de China.
Las preocupaciones de China por mantener su influencia en Asia Central llevaron a que Beijing impulsara en 1995 el establecimiento de la Organización de Cooperación de Shanghái (ocs), compuesta por China, Rusia y cuatro de las cinco repúblicas de Asia Central (Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán) con la intención de contrarrestar las “tres fuerzas disolventes en la región”: el extremismo islámico, el separatismo y la delincuencia transnacional (García, 2011). Al adherirse a la ocs, China y Rusia subrayaron la necesidad de establecer una cooperación multilateral en materia de seguridad. Asimismo, la creciente intervención de Estados Unidos para combatir el terrorismo después de los eventos del 11 de septiembre ha hecho que el desarrollo de esta cooperación sea más importante para Moscú y Beijing (Karimi, 2015, p. 131).
Para Rusia, la proximidad geográfica y los vínculos históricos con la urss resaltaron la necesidad de crear y mantener acuerdos de seguridad con los países de Asia Central. Entre los intereses estratégicos y las preocupaciones de Rusia en Asia Central se encuentran: primero, unir a los países de Asia Central dentro de un espacio económico común a través de la Comunidad de Estados Independientes y convertirlos en aliados cercanos rusos; segundo, evitar el acceso estratégico de poderes externos a Asia Central. La primera doctrina militar rusa que se publicó en 1992 señaló la amenaza contra la seguridad nacional por las guerras y disputas locales y regionales a lo largo de las fronteras rusas. De tal manera, se volvió vital para el ejército ruso minimizar cualquier fuente de contenciones y hostilidades provenientes de sus vecinos de Asia Central. Asimismo, sin la guardia fronteriza y la supervisión aduanera a lo largo de las fronteras de Rusia con Kazajistán, con más de 6,500 kilómetros, la frontera rusa estaría abierta al tráfico de drogas y al contrabando. Esto pronto se consideró un problema de seguridad importante y el gobierno ruso comenzó a promover esfuerzos conjuntos para prevenir estas actividades en las fronteras exteriores de los países de Asia Central (Karimi, 2015, pp. 132-133).
La importancia geoeconómica de Asia Central es otra razón por la que la atención de las potencias comenzó a incr...