CAPÍTULO UNO
Comenzando con un segundo idioma
“Tener otro idioma es poseer una segunda alma”.
—Carlomagno
El idioma es la forma en que nos comunicamos. Si hemos nacido en otro país y queremos que nuestros hijos hablen nuestra lengua materna, depende de nosotros hacer que esto ocurra. En casa, tenemos que hacer el compromiso definitivo, y a veces el sacrificio, de preservar la lengua materna, ya que es en el hogar donde se enseña un idioma. Su hijo escucha la forma en que hablan usted y otras personas en su casa, y los imita. Si usted habla dos o más idiomas en el hogar, su hijo sabrá que es una forma natural de comunicarse, y hará lo mismo.
Los estudios demuestran que los bebés tienen mucha facilidad para aprender idiomas. “Los investigadores que estudian el desarrollo del lenguaje en los niños saben que los bebés realmente nacen con la capacidad para aprender cualquier idioma, ya sea español o swahili. Pero mientras que los bebés nacen con la capacidad de pronunciar todos los sonidos (llamados fonemas) en todos los idiomas, esta habilidad disminuye entre los seis y los doce meses de edad, a medida que el bebé presta atención a las declaraciones, la entonación y dicción de los idiomas utilizados en su hogar. Los bebés imitan los sonidos que escuchan en su entorno, fortaleciendo así su capacidad para hacer los sonidos que necesitarán cuando aprendan a hablar realmente”, señala un artículo sobre el desarrollo del cerebro infantil en Babyzone.com.
Para una demostración maravillosa de la genialidad lingüística de los bebés, vea esta charla TED Talk de Patricia Kuhl. ¡Es asombrosa e inspiradora!
¿Por qué hacerlo? Un caso de estudio
La mayoría de los padres inmigrantes citan la importancia de su herencia y de hablar con sus familiares en sus países de origen. Mireia, por ejemplo, es española y su marido es argentino. Ella se mudó a Estados Unidos en 1992. Vino aquí para trabajar con una empresa de turismo española sin la intención de quedarse, hasta que conoció a su marido, Diego, quien ha vivido en este país desde joven. Dos años después de conocerse, se casaron, decidieron que querían radicarse en Argentina y vivieron allá desde 1994 hasta 2002. Durante ese tiempo, tuvieron tres hijos. Al igual que muchos otros padres inmigrantes, Mireia y Diego decidieron regresar a los Estados Unidos en busca de una vida mejor y de más oportunidades para sus hijos. En ese momento, estos tenían seis, cuatro y medio y un año. “Mirando hacia atrás, fue un momento muy difícil”, dice Mireia. “No teníamos familia a nuestro alrededor, los niños no hablaban inglés ni tenían amigos y mi marido estaba trabajando muchas horas. Fue una época solitaria, pero sabíamos que eso solo sería transitorio”.
¿Por qué, durante este momento difícil, Mireia no escatimó esfuerzos para asegurarse de que sus hijos continuaran aumentando sus conocimientos de español? “Mi abuela no habla inglés”, explica. “Yo quería que mis hijos pudieran hablar con ella y conocerla”. Mireia también sabía que ella misma viajaría con frecuencia a España y Argentina para visitar a su familia. Fue una preocupación práctica que sus hijos pudieran comunicarse en esos países.
Además, Mireia habla del orgullo que sentía por su lengua materna. Fue ese orgullo lo que la impulsó a seguir comprometida con la tarea de enseñarles español a sus hijos, y terminó por transmitirles también ese mismo orgullo. Al comienzo, sus hijos se avergonzaban de hablar otro idioma delante de sus amigos o de hispanohablantes nativos.
“Les tomó un tiempo sentir orgullo en lugar de timidez en este aspecto”, dice ella. “Creo que querían encajar y sentir que no eran diferentes”. Después de vivir once años aquí, sin embargo, su hija mayor se graduó de la escuela secundaria, recibiendo altos honores en español. Ella planea continuar con el idioma en la universidad. “Ahora entiende la ventaja que tiene sobre los demás y el regalo que sus padres le dieron: hablar ambos idiomas con fluidez”.
¿Vale la pena el esfuerzo?
Una de las mayores preocupaciones para cualquier padre inmigrante es si el resultado vale la pena el esfuerzo requerido por el compromiso de criar a un hijo bilingüe. Para empezar, ser padre es un trabajo duro, y enseñar un segundo idioma implica un nivel adicional de compromiso. A pesar del creciente número de escuelas que enseñan más de un idioma, a menudo usted hace este trabajo solo en su casa, sin el apoyo de los maestros, las escuelas u otros recursos. A veces, usted puede ser la única persona en su comunidad que habla un segundo idioma. Es natural que tenga dudas. Además de la capacidad de hablar con la familia en casa (algo que discutiremos específicamente en el Capítulo 3) y de sentir orgullo por su herencia, enseñarle a su hijo un segundo idioma tiene otras ventajas.
1. Hablar dos idiomas permite que su cerebro se expanda.
“Las investigaciones han demostrado que hablar dos o más idiomas beneficia al cerebro de formas que van más allá del lenguaje, lo cual es muy interesante”, dice Ana Lomba, experta en educación bilingüe y propietaria de Ana Lomba Early Languages LLC. “En términos de la psicología, los niños bilingües y trilingües tienen dos o más culturas que informan sus funciones mentales y comportamientos. Se ha demonstrado que estas perspectivas diferentes conducen a una mayor flexibilidad de pensamiento y a un aislamiento más rápido de importantes factores (menos distracción cuando se presentan diferentes factores). Se han realizado estudios fascinantes que muestran que el cerebro de las personas bilingües es más eficaz para contrarrestar los efectos de la enfermedad de Alzheimer”.
2. Hablar dos idiomas le permite ser un ciudadano más global y comprometido.
“Considero que ser bilingüe es una gran ventaja, tanto a nivel personal como profesional. Debido a mi herencia latina, soy entrevistada a menudo por medios de comunicación en español de Estados Unidos, México, España y Centro y Sur América sobre mi carrera como golfista profesional. Ser bilingüe me ayuda a llegar a un público y a un mercado mucho más amplios, más allá de los Estados Unidos”, dice Lizette Salas, una golfista que juega en el LPGA Tour.
3. Hablar dos idiomas significa tener más oportunidades para conseguir un mejor empleo.
Pregunte a su alrededor y encontrará que las personas que hablan más de un idioma tienen una ventaja en el mercado laboral. El estudiante universitario que habla árabe obtiene una pasantía en el Departamento de Estado. Una recepcionista que habla español consigue un puesto en la clínica médica donde hay una gran clientela de lengua española. Un periodista veterano que puede hablar japonés es promovido al puesto de trabajo más apetecido. “En este país, hablar otro idioma con fluidez . . . es sin duda una ventaja a la hora de solicitar un empleo”, afirmó Beatriz Acevedo, presidente de MiTú Network. “No ser bilingüe limitaría sus posibilidades de ser seleccionado para ese trabajo. Entender la cultura es cada vez más valioso. Cuando vea las cifras del Censo de los Estados Unidos para el crecimiento de la población, poder adquisitivo, etcétera, comprenderá por qué el ser bilingüe es tan crucial hoy en día”.
Hablé con Gio, un joven que se crió hablando español e inglés. Hablar con fluidez en español ha sido algo importante para su carrera, un sentimiento que comparten muchos niños que fueron criados bilingües. “Esto abre todo un segmento de clientes potenciales que no se sentirían tan bienvenidos con una persona que no habla su idioma”, dice Gio. “Aprecio el hecho de que mis padres se tomaran el tiempo y el esfuerzo para enseñarme español e inglés”.
“El LPGA Tour me lleva por todo el mundo para jugar en torneos profesionales. Ser bilingüe es crítico para mi carrera, y yo recomendaría el aprendizaje de una segunda lengua a cualquier persona que tenga verdaderas intenciones de mejorar su carrera. Hablar dos idiomas le permite a una persona destacarse entre la multitud y ser notada. Eso solo puede ser algo bueno”.
—Lizette Salas, jugadora del LPGA Tour.
Dificultades potenciales
Cuando usted está criando hijos bilingües, hay unos pocos escollos potenciales que debe tener en cuenta.
1. Cuando un niño está aprendiendo más de un idioma, puede haber confusión o retraso temporal en el aprendizaje de idiomas.
Los expertos coinciden en que la confusión (por ejemplo, mezclar dos idiomas en una palabra o frase) o el retraso para hablar suelen ser temporales, y no una razón para dejar de enseñar un segundo idioma. Los niños se pondrán al día con el tiempo. Cuando mi hijo tenía tres años, no hablaba mucho. Recuerdo que le pregunté acerca de esto a una terapeuta del habla, y ella me dijo que era porque le estábamos hablando en dos idiomas —yo en español y su papá en inglés— y su pequeño cerebro estaba sobrecargado en el buen sentido, pero que su retraso podría ser de corta duración. Ella tenía razón. Nuestro hijo empezó a decir frases completas unas semanas después de esa conversación. ¿Cuándo debería preocuparse por el retraso en el lenguaje? Sonia Muñoz-Menjivar, una patóloga del habla y del lenguaje, explica: “Si el niño presenta retrasos en el lenguaje receptivo (comprensión) y/o en el lenguaje expresivo (composición del lenguaje hablado), entonces los padres deben centrarse en un solo idioma —en el que sea más importante para la familia y más utilizado por ellos—. Una vez que haya una base sólida en ese idioma (alfabetismo), un segundo, e incluso un tercer idioma pueden ser introducidos si así lo deciden los padres”. La experiencia de Bettina es típica en términos de la confusión temporal de un niño. Su esposo Joe es estadounidense. Ellos están criando a dos hijas pequeñas, de tres años y medio y de uno. Bettina les habla en español a sus hijas y Joe lo hace en inglés. Bettina dice que su hija mayor habló un poco tarde, pero que “una vez que empezó a hacerlo, pudo mantener conversaciones completas conmigo en español y luego dirigirse a su papá y pedirle algo en inglés”. Una de las cosas que los padres pueden hacer para ayudar a sus hijos con cualquier tipo de confusión es ser firmes. Cuando la hija mayor de Bettina comenzó el preescolar, solo quería hablar inglés en casa, pero Bettina no cedió. “Cuando me habla en inglés, le digo en español que no entiendo y ella repite en español lo que me había preguntado en inglés. ¡Es difícil, pero estoy haciendo mi mejor esfuerzo!”
Consejo Núm. 1: Sea firme en seguir con el plan de enseñarle a su hijo un segundo idioma.
Consejo Núm. 2: Siempre y cuando no haya señales de alerta sobre otros retrasos en el aprendizaje, una cierta confusión o un ligero retraso en el aprendizaje de un idioma no debe ser motivo de preocupación en un niño bilingüe.
2. En algunos barrios o poblaciones, puede haber un estigma social asociado con el aprendizaje de un segundo idioma que no es compartido por la cultura dominante.
Un niño que tiene un acento o que a veces habla un segundo idioma podría ser tratado como un ciudadano de segunda clase o sentir vergüenza de su habilidad de hablar un segundo idioma en lugar de considerarlo como un ejemplo de excelencia. “El acoso se ha vuelto popular en esta sociedad, y no es raro que los niños sean acosados por otros estudiantes cuando no son capaces de hablar inglés con fluidez”, dice la Dra. Ana Nogales, una psicóloga clínica argentina que se especializa en ayudar a familias latinas, autora y madre de tres hijos. “Esto les deja cicatrices emocionales que podrían ser prevalentes toda la vida, afectándolos académica y emocionalmente”. Los padres deben ser conscientes de esta posibilidad y hacer algo para ayudar a sus hijos a sentirse orgullosos de su capacidad para hablar más de un idioma. Si usted ve signos de intimidación como consecuencia del idioma, actúe rápidamente para abogar por su hijo con los maestros, administradores escolares, vecinos y amigos, de la forma en que lo haría si el acoso se produjera por cualquier otra razón. De acuerdo con stopbullying.gov, las señales de acoso pueden incluir:
• Lesiones inexplicables
• Desaparición o destrucción de ropa, libros, aparatos electrónicos o joyas
• Dolores de cabeza o de estómago frecuentes, sensación de mareo o fingimiento de una enfermedad
• Cambios en los hábitos alimenticios como, por ejemplo, saltarse comidas de repente, comer en exceso o regresar de la escuela con hambre porque no almorzaron
• Dificultad para dormir o pesadillas frecuentes
• Disminución en las notas, pérdida de interés en los deberes escolares o no querer ir a la escuela
• Pérdida repentina de amigos o evitar situaciones sociales
• Sentimientos de impotencia o disminución de la autoestima
• Comportamientos autodestructivos, tales como huir de casa, hacerse daño o hablar sobre el suicidio
Consejo Núm. 3: Tome en serio el acoso en todo momento, en todos los lugares y por todas las razones, incluso si es a consecuencia de hablar una lengua materna o una segunda lengua. Busque la ayuda de las autoridades cuando sea apropiado.
3. Otras personas pueden sentirse ofendidas si usted habla con su hijo en un idioma que ellas no entienden.
Imagínese que usted está en el parque y que le habla a su hijo en su idioma materno. Otras madres que no hablan su idioma se quedan mirándola, tal vez imaginando que usted está hablando sobre ellas, guardando secretos o simplemente siendo grosera. Usted podría sentirse obligada a dar una explicación. Esto puede ser incómodo, pero no es un problema insuperable. Lorraine Laddish, fundadora y CEO de VivaFifty.com señala: “Usted tendrá que preguntarse a sí misma qué es lo más importante: que las madres monolingües en el parque sientan aprecio por usted, o que su hijo sea bilingüe. Si estamos en presencia de personas que no hablan inglés, le traduzco nuestra conversación al grupo. Algunas personas todavía se sentirán ofendidas, pero mi prioridad es que mis hijos sean bilingües, y abordo este problema caso por caso”.
Consejo Núm. 4: Sea consciente de cómo otras personas perciben sus conversaciones en otro idioma.
Cinco mitos sobre los niños bilingües
Delfin Carbonell Basset, PhD, investigador y autor respetado en el ámbito del uso del español, escribió un artículo sobre los cinco mitos más comunes con respecto a la crianza de niños bilingües. Es un excelente resumen de las percepciones erróneas y malentendidos que hay sobre el tema. El artículo fue publicado en Mamiverse.com, y lo incluyo aquí con su permiso.
“A pesar de todas las ventajas que tienen, los niños bilingües —o sus padres, tal vez— deben lidiar con una gran cantidad de mitos acerca de su capacidad para hablar dos o más idiomas. Aquellos de ustedes que han leído algunos de mis escritos —lo cual les agradezco—, saben que estoy entusiasmado con el aprendizaje de idiomas y con el bilingüismo y que nunca me canso de promover sus beneficios. Sin embargo, escucho y leo a diario todo tipo de disparates acerca de este tema de parte de monolingüistas —que solo hablan un idioma— que exponen los perjuicios de criar hijos bilingües. Tal vez cuando estos monolingüistas escuchan los sonidos de una lengua extranjera se sienten amenazados. Sin embargo, se las arreglan para destrozar su propio idioma, maltratarlo, pronunciarlo mal y destruirlo. Pero como es su lengua materna, se sienten libres de hacer lo que quieren con ella, y sobr...