Capítulo 13
El ejercicio es una buena medicina
«Deje toda la tarde para el ejercicio y la recreación, que son tan necesarios como la lectura. Preferiría decir, más necesarios, porque la salud vale más que la erudición».
—THOMAS JEFFERSON
RESULTA DE MUCHA ayuda para su cerebro y su salud corporal que inicie su día con algo de esfuerzo físico. La falta de tiempo es uno de los obstáculos para que las personas tengan una mejor salud. Por eso es vital que hagamos el tiempo, y las mañanas constituyen una excelente oportunidad.
Veamos de nuevo algunos temas relacionados con el ejercicio los cuales ya abordamos con anterioridad:
• En el capítulo 1 observamos cómo los ritmos circadianos afectan nuestra capacidad de ejercicio y sugerimos que, de acuerdo con los niveles hormonales, los mejores momentos para ejercitarnos son la tarde y la noche.
• En el capítulo 6 explicamos que, cuando usted despierta por la mañana, su corazón hace un gran esfuerzo. Después de siete horas de descanso, necesita latir a toda máquina para enviar sangre al cuerpo y que, de esta forma, usted pueda levantarse y moverse. Además, las funciones del corazón cambian durante el día bajo la influencia de los ritmos circadianos. Por ejemplo, los ataques cardiacos son un 40 % más comunes al amanecer que a cualquier otra hora. Esto se debe a que la presión arterial es más alta, según los ritmos circadianos, y a que cuando despertamos la respuesta del cortisol está activa, lo que puede causar estrés en el corazón.
Ahora veremos algunos de los beneficios de ejercitarnos durante la mañana. Sin embargo, es de extrema importancia que sopese los riesgos y beneficios para que usted determine el mejor horario para incorporar la actividad física a su rutina diaria.
Los beneficios del ejercicio matutino
1. Es una rana. Anteriormente vimos la técnica de Brian Tracy de «comernos las ranas» al principio, que son aquellas tareas diarias más importantes que demandan mucha energía. El ejercicio en las mañanas produce un gran sentido de logro que lo estimula para el completamiento de todos sus demás quehaceres diarios.
2. Más energía a lo largo de la jornada. Un comienzo energizante influye en su trabajo y en todas las demás responsabilidades del día. Aumenta la productividad y las capacidades para enfrentar los problemas.
3. Mejora el estado de ánimo. No hay nada mejor que el impulso de los neurotransmisores «positivos» para comenzar el día con el pie derecho. Los ejercicios en la mañana pueden aumentar la productividad y la claridad mental, aunque existen otras formas de lograr estos beneficios que no requieren una actividad física intensa a estas horas del día.
4. Le hace sentir en control de su vida. Es maravilloso levantarse y hacer algo que beneficie su salud física, mental y emocional. Yo troto cuatro días a la semana, en contacto con la naturaleza y mientras sale el sol. Lo hago después de treinta minutos de meditación y respiración. Es una experiencia gratificante, se la recomiendo a todos una y otra vez. Se ha demostrado que las personas que hacen ejercicio por la mañana son más constantes en su rutina que aquellas que tratan de «incorporarlas» en algún momento del día. Seguramente ya sabe, por el tema de los ritmos circadianos, que el cuerpo humano está programado para la rutina, pero el cerebro del Lagarto con frecuencia intentará convencernos de que es demasiado temprano para ejercitarnos y que debemos posponer la actividad.
Examinemos algunos ejercicios sencillos para crear hábitos empoderadores. No se preocupe si es algo nuevo para usted. El propósito del libro no es que usted luzca como el modelo de una revista de ejercicios; lo que queremos es que se ejercite más y se sienta mejor. Otro objetivo básico es desarrollar el hábito de hacer ejercicios con regularidad, sin importar la hora específica de su elección. Incorporar una rutina de ejercicios a su listado de tareas será un gran logro en lo personal. Cuando se trata del dominio de las mañanas, los números de la balanza son secundarios, lo más importante es cómo se siente consigo mismo.
Un estudio de seis meses realizado por el doctor Timothy S. Church y sus colegas evaluó la salud aeróbica de 464 mujeres menopáusicas sedentarias, con sobrepeso u obesas.1 Un grupo caminó cuatro kilómetros por una hora y media o solo una hora; lo hicieron durante unos setenta y dos minutos a la semana (que equivale a diez minutos diarios, todos los días durante una semana). Sus esfuerzos se vieron recompensados: sus corazones y sus cuerpos se volvieron más saludables. Otro estudio realizado por el doctor Duck-chul Lee y sus colegas de la Universidad de Iowa investigó la salud de 55 000 personas entre las edades de dieciocho y cien años durante un periodo de quince años.2 Los investigadores compararon a las personas que corrían entre cincuenta y 120 veinte minutos tres veces por semana, con quienes no lo hacían nunca. Descubrieron que quienes trotaban tenían un 45 % menos de probabilidades de morir debid...