El negro en Costa Rica
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El negro en Costa Rica

Carlos Meléndez, Quince Duncan

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El negro en Costa Rica

Carlos Meléndez, Quince Duncan

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La conjunción feliz de un historiador tan brillante y conocido como Carlos Meléndez y el narrador de origen limonense, Quince Duncan, ha dado lugar a una obra entre cuyos méritos no es el menos principal constituir el primer trabajo histórico-social de envergadura acerca de un grupo étnico cuya participación en la vida de nuestro país debe conocerse en toda su extensión e implicaciones, ya que los trabajadores inmigrantes que procedían de Jamaica y otros puntos de la zona del Caribe llegaron a ser a lo largo de sus descendientes, son y serán por siempre, parte indivisible del nosotros nacional.

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El negro en Costa Rica

I

El negro en Costa Rica durante la Colonia
Carlos Meléndez
Vivimos hoy una época de gran sensibilidad y de reivindicaciones de toda índole, en donde la explotación del hombre por el hombre es causa de indignación y de total repulsa por parte de los sectores progresistas o de mayor sensibilidad social.
De manera que al enfocar cuestiones ligadas a la esclavitud de pueblos y sociedades en el pasado, surge en nosotros una actitud de cierta indignación ante tales hechos, pues no acabamos de explicárnoslos. ¿Cómo es posible que el ser humano fuera considerado como un animal, del que se podía disponer al antojo? ¿Cómo operaron los cambios que llevaron a la justa liberación de los esclavos? Son cuestiones que surgen de inmediato como interrogantes.
a) El régimen de la esclavitud
La renovación que experimenta el mundo en su tránsito de la Edad Media a los tiempos modernos, se explica como resultado, en buena parte, del mejor y más amplio conocimiento del mundo que adquieren los hombres de Occidente. Al acercarse el hombre europeo al África, durante el siglo XV, así como a finales de la misma centuria lo hará con América, actuará creído de superioridad, lo que fácilmente lo llevará, entre otras cosas, a desarrollar la reprobable práctica del comercio esclavo. Las víctimas serán sobre todo los negros y los indios americanos, aunque en mayor grado los primeros.
El sistema de servidumbre y esclavitud es muy antiguo y arranca de periodos muy primitivos de la historia humana. Aristóteles en su Política considera que las diferencias existentes entre los hombres en cuanto a uso de razón, dan base a que se llegue a considerar a esta institución como natural.
Son esclavos por naturaleza (…), aquellos cuya función estriba en el empleo del cuerpo, y de los cuales esto es lo más que puede obtenerse; es decir, hombres que hasta tanto alcanzan razón que puedan percibirla, mas no lo tienen en sí.1
Esto, nos aclara Zavala, obedece en primer término a un orden general de la naturaleza,
que exige la sujeción de lo imperfecto a lo más perfecto (…) Los prudentes o los que poseen plenamente la razón, deben dominar a los imperitos o bárbaros que no la alcanzan en igual grado. Y para estos la servidumbre es una institución justa y conveniente.2
Aristóteles acepta en consecuencia,
El uso de la fuerza por la implantación del dominio de los hombres prudentes sobre los bárbaros.3
Estas concepciones sobrevivieron durante largo tiempo en la historia de los pueblos, aunque sin duda evolucionan paulatinamente. El cristianismo, si bien trae principios fundamentales de libertad, adopta una actitud de tolerancia al sistema de la esclavitud. En efecto, parte del principio de que el hombre en su estado de inocencia nacería libre, pero que en la caída en el pecado se hizo posible la esclavitud.
Sin embargo, la igualdad y la libertad de origen son en cierto modo indestructibles e inalienables; aún en la condición del mundo presente, si el cuerpo puede estar en sujeción, la mente y el alma son libres. El esclavo es capaz de razón y de virtud; hasta puede ser superior al hombre a quien sirve.4
No es esta la oportunidad para extendernos en el análisis completo del proceso evolutivo histórico de la esclavitud. Sin embargo, sí es conveniente destacar que el desarrollo del comercio esclavo, generado en mucho por el descubrimiento de América, planteará agudas controversias y críticas al sistema, polémica en la que estarán presentes pensadores y juristas acreditados. Resulta en todo caso evidente el papel fundamental, realizado en este campo por figuras de la talla de Vitoria y Suárez en España, y la renovadora vehemencia con que actuó el Padre Las Casas, a quien se deben las Leyes Nuevas de 1542, que buscaban mejorar las relaciones de los conquistadores con los naturales de América.5
El Padre Las Casas caería, en un momento de debilidad en su lucha contra la injusticia, en la tolerancia de aceptar la esclavitud negra como la sustitutiva de la indígena. Más tarde adoptaría una más correcta, la del total repudio a cualquier sistema de esclavitud.
Fueron, en el transcurso de los siglos siguientes, muchos los factores que entraron en juego para contribuir a formar una conciencia más humanitaria ante este delicado problema de la esclavitud, desarrollándose en consecuencia una actitud orientada hacia la hermandad de los hombres, y opuesta, por lo tanto, a la aceptación de la servidumbre natural.
La entrada de los esclavos negros africanos al continente americano estuvo condicionada por la idea de proteger al indio, sustituyéndolo en consecuencia en las duras faenas en las cuales el poblador americano mostraba hallarse en franca desventaja. Obedecía además a la circunstancia del decreciente número de indígenas, como resultado de los contactos del pueblo conquistador, las pestes y enfermedades que los diezmaron, y a los abusos a que fueron muchas veces sometidos los naturales.
España tuvo, sin embargo, un papel en cierto modo periférico, en el comercio y la organización del sistema comercial del esclavo procedente del África. Ni adoptó como política estatal su explotación, ni tampoco los españoles en general tuvieron que ver con su comercio. Y aunque en un principio mantuvo una política restrictiva a su comercio, más tarde, a través en especial de los asientos (1595), empezó a fortalecer la extensión del sistema de la esclavitud en sus colonias americanas.
La explotación directa desde el África la controlaron en un principio los portugueses, quienes a partir de 1542 comenzaron por llevarlos a Europa, y en 1548 establecieron la primera “factoría” con el propósito de fortalecer este nuevo comercio.6
Con esto no se quiere afirmar que fueron los portugueses quienes establecieron la esclavitud en África. La esclavitud ya existía en numerosas sociedades africanas, desde muchísimo antes de la llegada de los europeos, sobre todo en las sociedades más jerarquizadas del continente negro.
Numerosas sociedades africanas utilizaban a los esclavos para las plantaciones, los transportes, los servicios domésticos, para prestigio y para la guerra. La trata interna se extendía en los periodos de conflicto (…) La trata exterior fue por largo tiempo practicada por los árabes a través del Sahara, hacia África del Norte y Egipto (…).7
Los portugueses fueron paulatinamente suplantados, a lo largo del siglo XVII, en su monopolio del comercio esclavo, por las compañías inglesas, holandesas, francesas, y otras, que a través de sus “establecimientos” en las costas africanas, defendían sus privilegios adquiridos.
Al comenzar el siglo XVIII (1713), los ingleses ejercieron el mayor control del comercio esclavo africano y esta situación se mantendría hasta el 1789, año en el que se concedió la libertad de trata de negros, medida que en cierto modo significó más bien poco, pues desde mucho antes venía realizándose en la forma del comercio ilegal.
En setiembre de 1817 los reyes de España e Inglaterra firmaron el tratado de abolición del tráfico negro. Con ello viene además un periodo de corrientes abolicionistas, estimuladas entre otras razones por las necesidades del desarrollo industrial. De este modo se explican en el siglo XIX los paulatinos procesos de liberación de los esclavos. La América Central lo hace en 1823. En Jamaica empezó en 1831 el movimiento a favor de la libertad, que fue salvajemente reprimido, quemándose incluso las iglesias metodistas y bautistas que apadrinaban la idea. Todos estos movimientos fueron prácticamente los que generaron la preparación del Acta de Emancipación, que finalmente se convirtió en ley en 1833.8 De este modo el negro jamaicano ganó su libertad.
b) Orígenes tribales africanos
La determinación de los orígenes tribales de muchos de los inmigrantes negros a Costa Rica, es posible gracias a la modalidad incorporada en las escrituras públicas coloniales de señalar dichos orígenes. Ello obedece a menudo a que la procedencia jugaba un papel bastante determinante, por motivo de que el valor de los esclavos quedaba condicionado por ello.
En efecto, de acuerdo a la valoración que se hacía en los mercados, había, según la procedencia, un tipo de esclavos cuya inversión era más justificable que sobre otros.
Los esclavos provenían más frecuentemente de las regiones de mayor densidad de población en el África ecuatorial y en especial en el occidente. Hacia el interior, en las regiones de bosques y sabanas pobres, la trata se extendió mediante la formación de verdaderos caminos de los esclavos, que terminaban en las costas occidentales, en las factorías de los europeos.
Algunos reinos llegaron a fortalecerse con la trata, por ejemplo Dahomey y Ashanti, beneficiados en lo económico por tal comercio esclavo y por el armamento europeo. Los grandes reinos de épocas anteriores, como Benin y el Congo, fueron por lo contrario los más afectados, po...

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