Kant y el problema de la metafísica
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Martin Heidegger

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Kant y el problema de la metafísica

Martin Heidegger

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Heidegger, disintiendo de los comentaristas habituales que parten del supuesto de que la Crítica de la razón pura es una teoría del conocimiento y sólo tratan la metafísica y los temas metafísicos en forma accesoria, enfoca el problema de la metafísica como problema de la ontología fundamental.

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Information

La explicitación de la idea de una ontología fundamental mediante la interpretación de la Crítica de la razón pura como una fundamentación de la metafísica

[⋮5] Primera parte
La fundamentación de la metafísica en el punto de partida

EXPONER EL PUNTO DE PARTIDA QUE KANT TOMÓ PARA UNA FUNDAMENTACIÓN DE LA METAFÍSICA equivale a contestar la pregunta: ¿por qué la fundamentación de la metafísica se convierte para Kant en una Crítica de la razón pura? La respuesta se encuentra al discutir las tres preguntas parciales siguientes: 1) ¿Cuál es el concepto de la metafísica pre-kantiana? 2) ¿Cuál es el punto de partida para la fundamentación de esta metafísica tradicional? 3) ¿Por qué es esta fundamentación una Crítica de la razón pura?
§ 1. El concepto tradicional de la metafísica
El horizonte dentro del cual vio Kant la metafísica y en el cual debía poner su fundamentación puede caracterizarse a grandes rasgos por medio de la definición de Baumgarten: Metaphysica est scientia prima cognitionis humanae principia continens.1 La metafísica es la ciencia que contiene los primeros principios de lo que el conocimiento humano aprehende.a En el concepto de «primeros principios del conocimiento humano» hay una ambigüedad peculiar y, por el momento, necesaria. Ad metaphysicam referuntur ontologia, cosmologia, psychologia et theologia naturalis.2 No es éste el lugar para exponer los motivos y la historia de la [⋮6] formación y estabilización de este concepto dogmático de la metafísica. Pero una breve indicación de lo esencial servirá para aclarar el contenido problemático de este concepto y para preparar la comprensión de la importancia básica que tiene el punto de partida kantiano de la fundamentación.3
Se sabe que la expresión μετὰ τὰ φυσικά (al principio una mera clasificación bibliográfica que servía para designar todos aquellos tratados de Aristóteles que seguían a los que pertenecen a la Física) pasó a denominar más tarde la característica filosófica del contenido de estos tratados posteriores. Pero dicho cambio de significado no es cosa baladí, como suele creerse, sino que orientó la interpretación de estos tratados en una dirección determinada, y con ello definió como «metafísica» lo que Aristóteles trató en ellos. Sin embargo, es dudoso que lo que se ha reunido en la Metafísica de Aristóteles, sea «metafísica». El mismo Kant quiere atribuir directamente a la expresión un significado congruente con el contenido: «Por lo que se refiere al [⋮7] nombre de metafísica, no debe creerse que se haya originado por mera casualidad, puesto que es tan adecuado para esta ciencia: pues si φύσις significa Naturaleza y nosotros no llegamos a los conceptos de la Naturaleza sino a través de la experiencia, luego aquella ciencia que le sigue, se llama metafísica (de μετὰ : trans y physica). Es una ciencia que, en cierto modo, está fuera del dominio de la física, más allá de ella».4
La expresión técnica que se adoptó por razones de clasificación y que dio origen a una determinada interpretación del contenido, surgió a su vez de una dificultad en la comprensión objetiva de los escritos que se habían insertado así en el corpus aristotelicum. No había en la filosofía de las escuelas siguientes a Aristóteles (lógica, física, ética), ni disciplina ni marco, dentro del cual se hubiera podido insertar precisamente lo que Aristóteles concibe como πρώτη φιλοσοφία , como filosofar propiamente dicho, como filosofía primera; μετὰ τὰ φυσικά es el título que encubre una perplejidad filosófica fundamental.
Esta perplejidad, por otra parte, tuvo su origen en la confusión que había acerca de la naturaleza de los problemas y conocimientos que se discuten en estos tratados. En cuanto el mismo Aristóteles emite una opinión, aparece una extraña dualidad en la determinación de la esencia de la «filosofía primera». Ésta no es solamente un «conocimiento del ente como ente» (ὂν ἧ ὂν), sino también un conocimiento de la región suprema del ente (τιμιώτατον γένος), desde la cual se determina el ente en total (καθόλου).
Pero esta doble característica de la πρώτη φιλοσοφία no implica una doble serie de ideas diametralmente opuestas e independientes la una de la otra, ni se puede atenuar o eliminar una en favor de la otra, ni mucho menos se presta este dualismo [⋮8] aparente para fusionarlo precipitadamente en una unidad. Es preciso, más bien, aclarar, a partir del problema central de una «filosofía primera» del ente, las razones de ese dualismo aparente y la naturaleza de la conexión que hay entre las dos definiciones. Es esto una tarea tanto más urgente cuanto que la dualidad mencionada no surge en Aristóteles, sino que domina el problema del ser desde los comienzos de la filosofía antigua.
Para establecer este problema de la definición de la esencia de la «metafísica», puede decirse anticipadamente que metafísica es el conocimiento fundamental del ente como tal y en su totalidad. Pero esa «definición» sólo tiene valor al señalar el problema, es decir, al señalar las preguntas: ¿en qué consiste la esencia del conocimiento del ser del ente?, ¿hasta qué grado se ha de desenvolver necesariamente hasta un conocimiento del ente en total? ¿Y por qué éste se convierte a su vez en un conocimiento del conocimiento del ser? Es por esto por lo que la palabra «metaphysica» manifiesta la perplejidad fundamental de la filosofía.
La metafísica occidental postaristotélica no debe su forma a un pretendido sistema aristotélico cuya tradición se hubiera recogido y continuado, sino al hecho de no haberse comprendido que Aristóteles y Platón dejaron los problemas centrales en un estado problemático y abierto. Son dos los motivos que han determinado la formación del concepto dogmático de la metafísica, y que han impedido, cada vez en mayor grado, que la problemática original pudiera recogerse de nuevo.
Un motivo concierne a la estructura del contenido de la metafísica y se deriva de la interpretación cristiana del mundo, basada en la fe, según la cual todo ente no-divino es algo creado: el Universo. El hombre a su vez ocupa entre las creaturas una posición privilegiada, ya que lo único que tiene importancia radical es la salvación de su alma y su existencia eterna. De esa manera la totalidad de los entes, conforme a la conciencia cristiana del mundo y de la existencia, [⋮9] se subdivide en Dios, Naturaleza y hombre, regiones a las que se asignan luego la teología, cuyo objeto es el summum ens, la cosmología y la psicología, que juntas forman la disciplina llamada metaphysica specialis. En cambio, la metaphysica generalis (ontología) tiene por objeto al ente «en general» (ens commune).
Otro motivo esencial en la formación del concepto dogmático de la metafísica se refiere al modo y al método de su conocimiento. Teniendo por objeto al ente y al sumo ente, «algo por lo que todo el mundo tiene interés» (Kant), la metafísica es una ciencia de dignidad máxima, la «reina de las ciencias». En consecuencia, también su modo de conocer debe ser el más riguroso y concluyente. Esto exige que se ajuste a un ideal de conocimiento que le corresponda. Se considera como tal el conocimiento «matemático». Este conocimiento constituye la ciencia racional y a priori en el más alto grado, por ser independiente de todas las experiencias contingentes, es decir, es la «ciencia racional pura». El conocimiento del ente en general (metaphysica generalis) y el que se refiere a sus partes principales (metaphysica specialis), se convierten, pues, en una «ciencia de la razón pura».
Ahora bien, Kant se mantiene fiel a la intención de esta metafísica y la proyecta aún más hacia la metaphysica specialis, que él denomina «metafísica propiamente dicha», que encierra «el fin último de toda metafísica».5 Pero en vista de que todos los intentos de esta ciencia se «frustran» continuamente, en vista de la incoherencia e ineficacia de los mismos, cualquier ensayo de ampliar el conocimiento racional ha de relegarse a segundo plano, hasta aclarar el problema de la posibilidad interna de esta ciencia. Surge así la tarea de fundamentar la metafísica, en el sentido de determinar su esencia. ¿Cómo inicia Kant la delimitación de la esencia de la metafísica?
[⋮10]§ 2. El punto de partida de la fundamentación de la metafísica tradicional
En la metafísica, como conocimiento puro y racional del ente «en general» y de la totalidad de sus regiones principales, se efectúa un «traspasar» de lo que la experiencia puede ofrecer de parcial y particular. Traspasando lo sensible, este conocimiento trata de aprehender al ente suprasensible. Pero «su proceder ha sido hasta ahora un mero tanteo, y, lo que es lo peor de todo, [un tanteo] entre meros conceptos».6 La metafísica carece de una prueba rigurosa de su pretendido conocimiento. ¿Qué es lo que da a la metafísica la posibilidad interna de ser, en realidad, lo que pretende ser?
Una fundamentación de la metafísica, en el sentido de una delimitación de su posibilidad interna, debe dirigirse, en primer lugar, hacia el fin último de la metafísica, es decir, hacia una determinación de la esencia de la metaphysica specialis; pues ésta es por excelencia un conocimiento del ente suprasensible. El problema de la posibilidad interna de tal conocimiento se ve restringido a la pregunta más general acerca de la posibilidad interna de que el ente como tal se haga patente. Así pues, la fundamentación se concibe ahora como aclaración de la esencia de un modo de conducirse en relación al ente, en el cual éste se manifieste en sí mismo, de tal manera que todo enunciado acerca del ente sea demostrable por ello.
Pero ¿qué es lo que pertenece a la posibilidad de un comportamiento tal en relación al ente? ¿Hay un «indicio» sobre lo que hace posible esta conducta? En efecto, lo hay, en el método de los científicos. «Se encendió una luz para todos los i...

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