El principio falso

La pandemia

Héctor Glezca

• Verlag: ibukku, LLC
• Jahr: 2020
• ISBN:
  9781640867116
• Auflage: 1
• Thema: Social Sciences
• Thema: Sociology

Fortalecido en la experiencia clínica y la docencia universitaria, el psicólogo Héctor Manuel González Carrillo, autodenominado "Héctor Glezca", durante doce años de conocimiento sobre el estrés crónico se enfocó desde diferentes perspectivas en la comprensión de este fenómeno que ha sido considerado uno de los mayores factores de morbimortalidad y riesgo psicosocial en las personas.

Durante la última década, este fenómeno perjudicial de la salud ha venido provocando la muerte de más de diez millones de personas por año en todo el mundo, entre las enfermedades generadas por el estrés crónico se desatacan las cardiovasculares.

Junto a esta desgastante condición humana que ha venido en aumento progresivo surgió el principio falso para justificar la llegada de la pandemia, hacer visible lo invisible no es tarea fácil, aun así la estadística contribuye en mostrarnos sus datos para confirmar que el estrés crónico es mucho más que una epidemia.

Como herramienta de confusión social, el principio falso ha servido para asumir como verdadera una idea equivocada, éste, al nutrirse del miedo, crece, evoluciona y se fortalece hasta convertirse en profecía autocumplida, el principio falso es el elemento central con el que se conrma la existencia de una realidad que todavía no ha sido evidenciada con datos verdaderos y objetivos.

Este libro llevará un poco de luz y esperanza a millones de personas que hoy experimentan incertidumbre, conflicto, inseguridad y confusión ante el miedo a lo desconocido.

Una vez que lo leas puedes quedarte quieto... o movilizarte cuando te invadas en la sensación de poder navegar en aguas seguras, cristalinas y profundas, hasta que renazcas, hasta que resurjas.... hasta que ilumines el sendero de la confianza con la que te llevarás de regreso... hacia ti mismo.

CAPÍTULO 2
Tipos de estrés

Todos los seres humanos estamos diseñados para manejar adecuadamente las situaciones complejas que vivimos a diario, desaprovechamos esta capacidad o nos distraemos de ella cuando prolongamos el estrés de forma progresiva y continua hasta que por agotamiento o extenuación perdemos la posibilidad de autorregularnos. Para comprender mejor la definición del estrés, sus tipos y su evolución, los expertos en su estudio han coincidido que este fenómeno puede diferenciarse en tipos de estrés, los definen considerando sus efectos, la duración en tiempos, frecuencia en que se manifiesta y la gravedad de sus síntomas y enfermedades inducidas en el organismo. La Asociación de Psicólogos Americanos (APA) considera que existen tres tipos de estrés: estrés agudo, estrés agudo episódico y estrés crónico, cada uno de ellos se manifiesta con sus propias características, síntomas, duración y tratamiento, aunque el estrés agudo episódico puede ser considerado como estrés positivo requiere de un cambio consciente en la forma específica en que se gestiona el estrés para que no siga evolucionando a estrés negativo.

Gracias a esta descripción podemos comprender la importancia del momento en que ya es necesario parar las respuestas de estrés para prevenir y reducir los efectos perjudiciales del estrés negativo, éste en su evolución se presenta en los tres tipos de estrés que en breve los describiré, independientemente del tipo de estrés que se experimente, cada quien puede responsabilizarse de su propias respuestas para evitar a tiempo que este fenómeno altere o descomponga las células y tejidos de los órganos del cuerpo o que evolucione a alteraciones psicológicas severas, está claro que ninguna persona se escapa de sus efectos negativos, quienes eligen conscientemente afrontar sus condiciones de estrés pueden potenciar mucho más sus habilidades para vivir mejor su historia de vida tanto en las actividades del día a día en tiempos de normalidad así como los de una pandemia.

Desde esta línea comienzo un cuestionamiento que invitará a pensar en la estrecha relación que tiene el estrés negativo con la enfermedad covid-19, este se orienta desde la investigación científica que nutre al pensamiento crítico y motiva a mirar con profundidad una verdad que se encuentra escondida entre la malicia y el descuido, ésta si la comprendemos desde una interpretación lógica-biológica dará dirección sana a la orientación con la que cada quien decidirá seguir activo y atento en los contenidos y mensajes de este trabajo de compilación científica que en su mayoría surgió en tiempos de pandemia.

Tal cuestionamiento plantea de fondo la incógnita que existe sobre el trasfondo o descuido que cuestiona el por qué solo uno de los tres tipos de estrés mencionados por la APA ha sido incluido en el manual diagnóstico de los trastornos mentales, siendo el estrés crónico el más letal como inductor o desencadenante de morbimortalidad o enfermedades que pueden culminar en la muerte, quedó excluido tanto en el DSM IV como en el V, en ellos solo se incluye la descripción y sintomatología del estrés agudo.

El anterior planteamiento sugiere la existencia de un tipo de estrés que en tiempos de pandemia perjudicó y comprometió el sistema inmunológico, el endócrino, el nervioso y el metabólico de millones de personas en el mundo, con ello también surgieron trastornos mentales y enfermedades físicas, el estrés de tipo crónico al mostrarse severo y prolongado en el cuerpo de personas con un sistema inmunológico por debajo de su capacidad, les condujo a la falla del proceso homeostático para después encontrar la enfermedad y la muerte, a pesar del impacto negativo por ser el más agresivo de los tres tipos de estrés éste no está contemplado de forma específica para su interpretación diagnóstica de los trastornos que afectan psicológicamente a las personas que lo experimentan.

En este manual de interpretación diagnóstica de los trastornos mentales se incluyen los criterios que describen el desarrollo, evolución y manifestación tanto del estrés agudo como el trastorno o síndrome de estrés postraumático, estos son factores de la experiencia humana que ponen en riesgo la salud de las personas de forma diferente al estrés crónico, estos trastornos se derivan del efecto negativo de cualquier situación que se presenta como fuerte impresión emocional en las personas afectadas por el miedo, el shock, el pánico y el estrés crónico ante la pandemia.

Quien desee ahondar en el conocimiento de los criterios diagnósticos del estrés agudo o el síndrome de estrés postraumático puede acudir a la información dispuesta en el DSM V, me enfocaré a describir con más detalle el estrés de tipo crónico con la finalidad de develar el verdadero conocimiento sobre su impacto negativo.

En los tres tipos de estrés que designa la APA se presenta el proceso reactivo de inflamación de los tejidos vascularizados de la célula, Robbins y Cotran (2015) aclaran que este término no se refiere a la idea generalizada de un proceso perjudicial del organismo:

Aunque tanto el léxico medico como el general, el término inflamación da una idea de reacción perjudicial, en realidad se trata de una respuesta protectora, esencial para la supervivencia. Sirve para librar al anfitrión de la causa inicial de la lesión celular (p. ej., microbios, toxinas) y de sus consecuencias (p.ej., células y tejidos necróticos). Entre los mediadores de la defensa se encuentran leucocitos, fagocíticos, anticuerpos y proteínas del complemento. La mayoría de ellos circulan normalmente en la sangre, aunque pueden ser reclutados con rapidez a partir de ella en cualquier parte del cuerpo. Algunos también están presentes en los tejidos. El proceso de inflamación hace que estas células y proteínas lleguen a los tejidos dañados o necróticos y a los organismos invasores, por ejemplo, microbios, y que se activen para actuar contra las sustancias nocivas o no deseadas. Sin inflamación, las infecciones no se controlarían, las heridas no cicatrizarían y los tejidos lesionados quedarían perpetuamente ulcerados. Además de las células inflamatorias, los componentes de la inmunidad innata comprenden otras células como los linfocitos citlolíticos naturales, las células dendríticas y las células epiteliales, así como factores solubles como las proteínas del sistema del complemento. En conjunto, tales componentes de la inmunidad innata conforman la primera línea de respuesta ante la infección e intervienen, así mismo, en la eliminación de células dañadas y cuerpos extraños. (Robbins y Cotran 2015, pag. 69-70).

Si observamos en la anterior cita estos investigadores hablan de lesión celular por microbios y por toxinas, en este trabajo todas las referencias que describen reacciones de inflación en ambientes celulares harán referencia al estrés que al evolucionar desencadena ambientes tóxicos generadores de lesiones de células ante reacciones inmunitarias, no se aborda aquí la lesión celular por bacterias, no se descarta con ello la posibilidad de que ambos aspectos estén presentes durante el testeo de la prueba para el covid-19. Las causas de la inflamación por reacciones inmunitarias por estrés negativo al evolucionar en gravedad desarrollan lesiones vasculares típicas de coágulos desencadenantes de trombosis, en éstas el sistema inmunitario cuya función es de protección falla hasta enfermar a la persona o en casos de extrema exposición al estrés puede producirle la muerte, Robbins y Cotran describe esto en el siguiente texto:

En las reacciones inmunitarias (también llamadas de hipersensibilidad), el sistema inmunitario, normalmente protector, daña a los propios tejidos de la persona afectada. Las respuestas inmunitarias lesivas pueden dirigirse contra los autoantígenos dando lugar a enfermedades auto inmunitarias o bien ser reacciones anómalas contra sustancias ambientales como en las alergias o contra microbios. En estas patologías, la inflamación es causa destacada de lesión tisular (v. capítulo 6). Dado que los estímulos generadores de respuestas inflamatorias (p.ej., autoantígenos y antígenos ambientales) no pueden eliminarse, las reacciones auto inmunitarias y alérgicas y tienden a ser persistentes y difíciles de curar; a menudo se asocian a inflamación crónica y son causas significativas de morbimortalidad. La inflamación es provocada por citoquinas producidas por los linfocitos T y otras células del sistema inmunitario (v. capítulo 6). (Robbins y Cotran 2015, pag. 72).

El tema de la inflamación provocada por citoquinas y quimiocinas se integra mayormente en el estrés de tipo crónico, el cual al evolucionar en gravedad se ha convertido en el factor de correlación principal en los enfermos que llegan con miedo al hospital pensando que tienen el virus causante de la enfermedad covid-19.

Debe quedar claro que no se niega la presencia y existencia de la infección de este virus, el cual es muy contagioso, lo que explico y asevero es que la mayoría de los casos que se han diagnosticado como casos de covid-19 no se deben a una causa de inflamación por infección sino por reacción inmunitaria ante la presencia de citoquinas y quimiocinas inflamatorias propias de los ambientes tóxicos que al prolongarse por dos o más semanas evolucionan a morbilidad crónica. Esta inflamación no solo es inducida por bacterias o por infecciones virales sino por la toxicidad en la sangre que es resultado de estresores psicológicos relacionados con el miedo a la pandemia.

La mayoría de los médicos que durante la pandemia explicaron el cambio de tratamiento por problemas cardiovasculares y no por problemas respiratorios, por su formación médica no han aceptado la posibilidad de que en la mayoría de los casos, sino es que todos, se trata de estrés crónico y no de un virus, éste siendo desconocido en su interpretación diagnóstica se convirtió en la energía transportada por el vehículo del miedo, una energía fácil de emplear y dispuesta día con día en aumento progresivo por la confusión y la incertidumbre hasta inducir al colapso de todos los sistemas de cualquier organismo, tanto a nivel personal como social, comunitario y mundial.

Desde mi percepción ese virus es completamente asintomático o no existe, no tengo la autoridad médica y científica para afirmar que no existe tal virus, hasta este momento después de siete meses no han podido separar su cepa para identificarlo en su estructura morfológica, por esta razón solo me enfocaré en mostrar la investigación experimental que se ha realizado durante los últimos años y los datos objetivos que validan que los síntomas designados para la covid-19 no son tales, sino del estrés crónico.

Una inflamación por reacción inmunitaria o reacción por hipersensibilidad también puede ser generada por condiciones de estrés psicosocial e induce a los mismos síntomas del covid-19, de igual manera una infla...