Guía práctica de hipnosis
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Guía práctica de hipnosis

Horacio Ruiz

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Guía práctica de hipnosis

Horacio Ruiz

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Aprenda de manera fácil las técnicas básicas de la hipnosis y descubra su verdadero poder terapeútico y curativo: relájese, siéntase mejor y desarrolle su personalidad

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Information

Jahr
2019
ISBN
9788497633024
1

Enfoque general

CONCEPTO DE HIPNOSIS

Tras la introducción usted seguramente aún continúa preguntándose qué es la hipnosis. Este capítulo pretende dar respuesta a ese interrogante.
Hay que tener bien claro una cuestión previa: el hipnotismo no es cosa de magia, ocultismo, ni mucho menos unos extraños poderes que, supuestamente, posea el hipnotizador.
Olvídese pues de esa pintura de un hipnotizador de ceño fruncido, que le mira fijamente sin parpadear, con una mirada penetrante y atormentada: eso es una caricatura humorística de hipnotizador. O es eso o es que tiene conjuntivitis el pobre hombre. En cualquier caso no será un profesional serio y mi consejo es que no le tome por tal y huya de su consulta.
Es pertinente recordar que el hipnotismo, y su uso en terapias mentales, esto es, psicoterapia, es aceptado y utilizado por asociaciones de medicina de países como Inglaterra y Estados Unidos, países punteros en la investigación de estas áreas de conocimiento. En nuestro país, como somos tan «especiales» la hipnosis está prohibida en el sistema sanitario público español (BOE 10/2/94) o, mejor dicho, el catálogo de tratamientos del que se hace cargo la sanidad pública excluye la hipnosis. Sería interesante conocer al ministro de turno que ha dictado tal exclusión. ¿Qué entenderá este tipo por lo que es la hipnosis? Y si no lo ha hecho un ministro, ¿quién lo ha hecho?
Por otro lado, existen infinidad de colegios de psicólogos de muchas naciones en dónde se utiliza terapéuticamente la antigua técnica hipnótica. A la vez, prestigiosas entidades científicas, tales como el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia y la no menos prestigiosa Universidad de Harvard, unida a la de Cambridge o Stanford, también la aceptan y emplean por su indudable eficacia terapéutica y sus resultados en la investigación psicológica. En otros países, aunque muy retrasados en comparación a los lugares mencionados, poco a poco, cada vez son más los profesionales de la salud que la utilizan como complemento (es un amplificador o potenciador) en sus psicoterapias.
Y es que no se puede olvidar que las técnicas hipnóticas vienen siendo aplicadas como tratamiento paliativo del dolor, la ansiedad, ciertas adicciones y también para reducir el estrés y sus nefastas consecuencias.
Por todo este potencial curativo, la técnica hipnótica no debería ser rechazada, esto solo indicaría miedos, desconocimiento o prejuicios absurdos por parte del profesional. A menudo el rechazo nace del simple desconocimiento y esta actitud no es muy científica que digamos.
Uno de los mejores hipnoterapeutas del mundo, el doctor Milton H. Erickson, decía que el estado alterado de conciencia es la madre de toda terapia.
El estado alterado de conciencia es como ese aforismo que afirma que para resolver un problema imposible solo hay que cambiar el punto de vista, mirarlo desde otros ángulos. En los estados alterados de conciencia se ven con claridad los conflictos subconscientes y a menudo también su mejor solución. Pues bien, los expertos están de acuerdo en considerar al hipnotismo como la técnica o conjunto de técnicas que nos llevan de la manera más rápida y eficaz a ese especial estado de nuestra mente. Es el sistema por antonomasia para lograr un estado alterado de conciencia.
Pero aclaramos que existen muchos clínicos que, por tontos prejuicios académicos, no aceptan la palabra trance o estado alterado de conciencia relativo a la hipnosis. Otros niegan la posibilidad de que el estado hipnótico sea realmente un estado diferente al habitual o de vigilia. Ambas visiones son ciertas y equivocadas a la vez. Pero tal vez en uno y otro bando falta un poquito de experiencia profunda de la hipnosis y también un poco de humildad.
El que se dé o no un verdadero estado alterado o diferente de conciencia va a depender entre otros factores de lo siguiente: la idiosincrasia individual y particular del individuo al que se esté hipnotizando. Hay personas que entran rápidamente en un estado muy profundo de relajación física, emocional y mental, ellos acceden a percepciones, imágenes, contenidos del inconsciente que en principio no parecen tener mucha relación con su vida actual. Al menos conscientemente no saben de esos contenidos o no se perciben en función de esos contenidos. Y si se les aplica un electroencefalograma se constata que su cerebro emite una gran cantidad de ondas Alpha y Theta. (Ver estudios realizados por Ken Wilber y la doctora Crawford).
Es evidente y demostrable que muchas personas sometidas al estado hipnótico, trance, tránsito, transire, esto es, pasar de un lugar a otro, pasar de un estado de conciencia a otro más psíquico, más interno, reportan experiencia del proceso intrauterino y, por supuesto, recuerdos de experiencias, situaciones o momentos acaecidos en los primeros años de su infancia, o como bebé, incluso de un año o menos, meses simplemente.
El segundo aspecto a tener en cuenta para comprender por qué algunos clínicos no aceptan el concepto de trance relativo a la hipnosis es que ellos se aseguran, con la metodología que emplean, de que nunca van a inducir estados (trances) profundos a sus pacientes o personas sometidos a sus manejos, hipnóticamente hablando.
Algunos clínicos se aseguran de mantenerse siempre en el cómodo sistema o metodología que no se salga de los límites de los paradigmas considerados científicos.
Las técnicas que utilizan y las únicas que consideran válidas son las inventadas por ellos mismos. Evidentemente, según sean las técnicas que utilizan, así será el resultado. Veamos un ejemplo: en el grupo de trabajo clínico que emite el boletín «Información Esencial sobre la Hipnosis Científica» se dogmatiza advirtiendo de que no debe realizarse hipnosis regresiva tratando de recuperar recuerdos de los sucesos del pasado y acerca de los cuales la persona no se acuerda.
Asustan o desaniman a los investigadores para que no utilicen técnicas regresivas o hipnosis profunda, con el pretexto de que pueden surgir falsos recuerdos que no corresponden a la realidad que haya vivido la persona. Pero es de lógica suponer que si fueran verdaderos profesionales de la psicoterapia no tendrían miedos y sabrían desglosar los falsos recuerdos de lo que se constatará que es el verdadero origen de los traumas actuales.
Si un psicólogo clínico no se atreve a trabajar con hipnosis profunda regresiva que le aporte la exhumación de los contenidos pasados que dañan el presente, ¿Qué clase de profesional es? Si fuera un verdadero psicoterapeuta que hubiera realizado primero su propio autoanálisis o hipnoanálisis sabría cómo ayudar con esta metodología a sus pacientes. Ellos no se atreven no sea que tengan que enfrentarse a contenidos de la mente (inconsciente) que supuestamente no deberían estar ahí, sus paradigmas les dicen lo que deben haber y lo que es simplemente fantasía, alucinaciones o invenciones cuando no simple fingimiento. La idea del propio hipnoanálisis o la necesidad de la autohipnosis son esenciales. Veamos cómo muchos de los grandes de la psicología y psicoterapia se sometieron a sus propias prácticas personales para poder desarrollar mejor su labor ayudando a sus clientes (Freud, Jung, Erickson, Drouot, Wambach, Woolger, Assagioli, Wilber, etc.).
Evidentemente, muchas experiencias del pasado; hogares disfuncionales, malos tratos en la infancia, abusos sexuales y otros hechos traumáticos, muchas veces están prácticamente olvidados por la mente consciente; la persona que los ha sufrido no se acuerda conscientemente. No obstante, es verificable por todo verdadero profesional de la psicoterapia que la persona adulta sufre en el presente problemas de relación, afectivos y sexuales, miedos y timidez, inseguridades que limitan su calidad de vida. Condicionando no solo su presente y viviendo por debajo de sus posibilidades, sino que frenan su evolución y logro de objetivos futuros. Todo ello por el lastre y condicionamientos de los conflictos no superados de la infancia.
Todos los conflictos y traumas del pasado, tanto si nos acordamos o no de ellos, deben ser sacados a la luz de la conciencia, del discernimiento, análisis y posterior comprensión consciente y racional de todos esos contenidos. Este es el paso esencial para superarlos y transformar ese conjunto de experiencias en valor, seguridad, compresión, asertividad, ilusión, nuevas perspectivas y mejora sustancial del área en que antes sufríamos las consecuencias del pasado.
La metodología psicoanalítica, el psicodrama de Moreno, un enfoque inspirado en PNL, otras metodologías (ver hipnoanálisis,) y el soporte amplificador y potenciador de la hipnosis son esenciales para que el proceso terapéutico resulte altamente eficaz y eficiente.
Los autores del citado boletín reconocen que el uso de la hipnosis aumenta tanto la recuperación de información del pasado correcta, como incorrecta. Bueno, no es muy científico recomendar no investigar o apelar a este recurso de la hipnosis simplemente por que estos clínicos no sean capaces de manejar estos contenidos y no saber discernir si son falsos o verdaderos. Lo más lógico es darle una salida a todos esos contenidos inconscientes y liberar su potencial en el área correspondiente. La indicación de no investigar con la técnica regresiva es evidencia de la inseguridad y miedo sobre el uso de la hipnosis que demuestran los autores del contenido del citado Boletín que se arrogan, no obstante, autoridad científica. (Información Esencial sobre Hipnosis Científica, Colegio Oficial de Psicólogos, Valencia).
Sus miedos e incompetencia no deben ser trasladados a otros profesionales que sí saben cómo distinguir y qué hacer con ellos para curar y sanar el cuerpo y el alma del paciente que demanda ayuda. Ya lo he comentado; unas veces por exceso y otras por defecto, nunca se muestra la realidad del fenómeno hipnótico en sí mismo tal y como es. Unos, los hipnotizadores de espectáculo, y otros que se las dan de hipnólogos preconizan una hipnosis relacionada con poderes y falsos mitos, otros, los que se autotitulan de científicos, como si la verdadera ciencia se encontrara solamente en la aulas de alguna facultad de psicología, castran, reducen y constriñen el método hipnótico a unas simples sugestiones superficiales con los ojos abiertos de par en par, o unos curiosos ejercicios montando en bicicleta, a eso le llaman hipnosis científica.
El alumno, el explorador de la hipnosis, no debe tener miedos ni prejuicios en investigar, practicar y evidenciar la amplia metodología que transmito en este libro. Al contrario, mucho gana y nada pierde si investiga y comprueba por sí mismo cuanto enseño didácticamente en el presente escrito. Luego podrá dar su opinión.
Personalmente no acepto ninguna autoridad académica o científica superior a mi propia experiencia.
Aunque por supuesto aprendo de todos, es por eso que en el momento de corregir y ampliar el presente libro para su segunda edición, evidentemente la primera se ha agotado, estoy inmerso en formación impartida en la Universidad de Valencia donde el profesorado, experto en Hipnosis Ericksoniana y Patrones de Cambio, Mari Carmen Abengózar, John Mc Whirter y Agustín Guenzatti, nos deleitan con magistrales lecciones que capacitan al alumno para desarrollar eficazmente la psicoterapia.
Son evidentemente profesionales clínicos y no van despreciando ni descalificando a nadie. Al contrario, enseñan, comparten e investigan con rigor la hipnosis y su amplísimo campo de posibilidades.
Y adelanto ahora una cuestión que explicaré de forma más pormenorizada más adelante. Es muy importante tener claro que la hipnosis es realmente autohipnosis. ¿Quién puede ser hipnotizado? Toda persona que, libre de falsos temores, realmente quiera serlo y coopere totalmente con el hipnólogo.
Si usted no quiere, no habrá nadie que lo hipnotice. Si su paciente no quiere ser hipnotizado, le recomiendo que no haga esfuerzos inútiles. Una vez que se cuenta con la voluntad, puede ser hipnotizado todo el que tenga una capacidad mínima de fijación y de concentración en aquello que se le sugiera.
Solo se req...

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