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Poemas humanos
Descripción del libro
Los Poemas humanos de César Vallejo, fueron escritos entre 1931 y 1937, y publicados en París en 1939 por Georgette Vallejo, viuda del poeta, y Raúl Porras Barrenechea. La edición contenía además otros dos libros de poemas de Vallejo escritos entre 1923 y 1929: - Poemas en prosa, - y España, aparta de mí este cáliz.Se llamó Poemas humanos a un grupo de 76 poemas, diferenciados de los Poemas en prosa. En 1961 aparecieron como libro independiente publicados en Lima. Después, en una nueva edición de la Obra poética completa de Vallejo (Lima, Francisco Moncloa Editores, 1968).La crítica ha considerado los Poemas humanos entre lo mejor de la obra de Vallejo. Durante la edición parisina, Georgette y Raúl Porras dudaron qué título poner a este grupo de poemas que Vallejo dejó en una carpeta sin ninguna indicación. Georgette conservaba una libreta de apuntes del poeta. En ella se mencionaba un libro de «poemas humanos»; y le pareció que este podría ser un título adecuado.Sin embargo, el rótulo «poemas humanos» (en minúsculas, en la libreta de notas) era una alusión al tema de un libro en marcha, no su título. Y años después, Georgette consideró que lo más acertado habría sido titular a este conjunto «Versos nuevos».Tras la edición parisina de Poemas humanos en 1939 aparecieron otras ediciones: Poesías completas. 1918-1938, con recopilación, prólogo y notas de César Miró (Buenos Aires, Editorial Losada, 1949). Y en 1968, Georgette publicó la Obra poética completa, junto a los manuscritos originales en facsímil.Otras ediciones de las Obras completas de Vallejo han respetado la división de la edición de Moncloa. Aunque en esta edición Georgette cambió el orden en que dispuso los poemas en 1939.En la edición de Moncloa los Poemas humanos son 76. Según el testimonio de Georgette, fueron escritos entre octubre de 1931 y el 21 de noviembre de 1937. El poema más conocido de este libro es «Piedra negra sobre una piedra blanca»: Me moriré en París con aguacero, un día del cual tengo ya el recuerdo.Me moriré en París —y no me corro—tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.Su título alude a la tradición de los habitantes de Santiago de Chuco, ciudad del poeta, de colocar una piedra negra sobre una piedra blanca para señalar los entierros.
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Información
Índice
- Créditos
- Brevísima presentación
- POEMAS HUMANOSAltura y pelos
- Yuntas
- Un hombre está mirando a una mujer
- Primavera tuberosa
- Terremoto
- Sombrero, abrigo, guantes
- Hasta el día que vuelva
- Salutación angélica
- Epístola a los transeúntes
- Los mineros salieron de la mina...
- Fue domingo en las claras orejas de mi burro...
- Telúrica y magnética
- Gleba
- Pero antes que se acabe...
- Piensan los viejos asnos
- Hoy me gusta la vida mucho menos...
- Confianza en el anteojo, no en el ojo...
- Dos niños anhelantes
- Otro poco de calma, camarada...
- Esto...
- Al cavilar en la vida, al cavilar...
- Quisiera hoy ser feliz de buena gana...
- Los nueve monstruos
- Me viene, hay días, una gana ubérrima, política...
- Sermón sobre la muerte
- Considerando en frío, imparcialmente...
- Guitarra
- Aniversario
- Parado en una piedra
- Va corriendo, andando, huyendo...
- Por último, sin ese buen aroma sucesivo...
- Piedra negra sobre una piedra blanca
- Poema para ser leído y cantado
- De disturbio en disturbio...
- Intensidad y altura
- ¡De puro calor tengo frío!...
- Un pilar soportando consuelos...
- Calor, cansado voy con mi oro...
- Panteón
- Quedeme a calentar la tinta en que me ahogo...
- Acaba de pasar el que vendrá...
- La rueda del hambriento
- La vida, esta vida...
- Palmas y guitarra
- ¿Qué me da, que me azoto con la línea?...
- Oye a tu masa...
- ¡Y si después de tantas palabras...!
- París, octubre 1936
- Despedida recordando un adiós
- Y no me digan nada...
- En suma, no poseo para expresar mi vida, sino mi muerte...
- Los desgraciados
- El acento me pende del zapato...
- La punta del hombre...
- ¡Oh botella sin vino!
- Al fin, un monte...
- Quiere y no quiere su color mi pecho...
- La paz, la avispa, el taco, las vertientes...
- Transido, salomónico, decente...
- ¿Y bien? ¿Te sana el metaloide pálido?...
- Terremoto
- Alfonso: estás mirándome, lo veo...
- Traspié entre dos estrellas
- A lo mejor, soy otro; andando, al alba, otro que marcha...
- El libro de la naturaleza
- Tengo un miedo terrible de ser un animal...
- Marcha nupcial
- La cólera que quiebra al hombre en niños...
- Un hombre pasa con un pan al hombro...
- Hoy le ha entrado una astilla cerca, dándole...
- El alma que sufrió de ser su cuerpo
- ¡Ande desnudo, el pelo, el millonario!...
- Viniere el malo, con un trono al hombro...
- Al revés de las aves del monte...
- ¡Dulzura por dulzura corazona!...
- Ello es que el lugar donde me pongo...
- Libros a la carta