La vida cotidiana durante el estalinismo
CĂłmo vivĂa y sobrevivĂa la gente comĂșn en la Rusia soviĂ©tica
Sheila Fitzpatrick, Ana Bello
- 384 pages
- Spanish
- ePUB (adapté aux mobiles)
- Disponible sur iOS et Android
La vida cotidiana durante el estalinismo
CĂłmo vivĂa y sobrevivĂa la gente comĂșn en la Rusia soviĂ©tica
Sheila Fitzpatrick, Ana Bello
Ă propos de ce livre
Este es un libro acerca de la vida en la Rusia urbana en el apogeo del estalinismo. Trata de viviendas comunitarias atestadas, de esposas abandonadas y esposos que no pagaban los alimentos de sus hijos, de falta de comida y ropa, de colas interminables que consumĂan la jornada de las amas de casa. Trata de la queja popular ante estas condiciones y de cĂłmo reaccionĂł el gobierno. De los laberĂnticos trĂĄmites burocrĂĄticos que convertĂan la vida cotidiana en una pesadilla, y de las formas en que los ciudadanos de a pie intentaban eludirlos, entre ellas el sistema omnipresente de influencias y conexiones personales. Trata de lo que significaba ser un privilegiado en la sociedad estalinista, o uno de los tantos millones de marginados o parias. Trata de la vigilancia policial y las epidemias de terror.Sheila Fitzpatrick revela cĂłmo, entre fines de los años veinte y comienzos de los treinta, al calor de los planes de industrializaciĂłn rĂĄpida y la colectivizaciĂłn de la agricultura, se produjo una desarticulaciĂłn social masiva, con el desplazamiento de millones de campesinos a las ciudades y el pasaje de una economĂa de mercado a una basada en la planificaciĂłn estatal centralizada. El Estado se convirtiĂł en un regulador incansable de la vida y en el Ășnico distribuidor de bienes. SurgiĂł asĂ el Homo Sovieticus, una especie cuyas habilidades mĂĄs desarrolladas incluĂan "cazar y recolectar" en un entorno urbano marcado por la escasez. Para eso movĂa contactos; era un operador, un oportunista, pero por sobre todas las cosas un sobreviviente.En el marco de un Estado revolucionario que lideraba el derrumbe de las viejas jerarquĂas y los viejos valores, muchos âen especial la juventud urbana y los jĂłvenes campesinos escolarizados que accedĂan a posiciones antes reservadas a una Ă©liteâ aceptaron el sacrificio porque veĂan en el socialismo un proyecto modernizador y un horizonte utĂłpico, la Ășnica vĂa para superar el atraso y alcanzar el porvenir.