JUGAR EN LA TUMBA DE DIOS
Es en contraposiciĂłn a esta existencia pagana donde podemos detectar lo que me siento tentado de llamar la religiosidad de la obra de Bowie. Dios ha tenido siempre un papel destacado en el vocabulario lĂrico de Bowie, desde el «God Knows Iâm Good» de Space Oddity y el «The Width of a Circle» de The Man Who Sold the World, donde Bowie canta «ComprendĂ que Dios es tambiĂ©n un hombre joven».
Un ejemplo de entre los muchos posibles es HoursâŠ, de 1999, podrĂa aludir a la tradiciĂłn de los libros de horas medievales, que con frecuencia contenĂan siete salmos penitenciales. QuizĂĄ no sea simple coincidencia que una de las canciones del disco, que incluye los siguientes versos, se titule «Seven»:
Los dioses olvidaron que me habĂan creado
asà que yo también los olvidé
escucho sus sombras
juego entre sus tumbas.
The Gods forgot they made me
So I forgot them too
I listen to their shadows
I play among their graves.
Puede que suene divertido lo de jugar entre las tumbas de los dioses, pero tal vez no sea ningĂșn juego. Las sombras a veces son alargadas y espantosas.
Algunas canciones de Bowie tienen un marcado carĂĄcter de plegaria, o de himno; muy en particular «Word on a Wing», cuyo estribillo se dirige a algĂșn dios:
Señor, me arrodillo y te ofrezco
mi palabra en un ala
y me estoy esforzando mucho por encajar
en tu plan divino.
Lord, I kneel and offer you
My word on a wing
And I'm trying hard to ïŹt among
Your scheme of things.
Y Bowie prosigue, reveladoramente:
El hecho de que crea no signiïŹca que no piense
no tengo que cuestionarlo todo en el Cielo o el InïŹerno.
Just because I believe don't mean I don't think as well
Don't have to question everything in heaven or hell.
«Station to Station» es el viaje en tren que sugiere el ruido sintetizado de locomotora con el que arranca la canciĂłn, pero tambiĂ©n son las estaciones de la via dolorosa de JesĂșs en JerusalĂ©n, de GetsemanĂ al Calvario. Las letras de Bowie, impregnadas de esoterismo cabalĂstico, se ocupan del trĂĄnsito entre lo divino y lo humano y de la posible divinidad de lo humano, que es toda la tragedia de la PasiĂłn de Cristo. Desde la corona suprema y oculta de Dios, o KĂ©ter, hasta el reino de Dios en la tierra en Israel, o Maljut, «Un movimiento mĂĄgico de KĂ©ter a Maljut».
Desde luego, puede que esto no sean mĂĄs que «los efectos secundarios de la cocaĂna». Pero mientras que en «Station to Station» encontramos una identiïŹcaciĂłn del mago con lo divino, por lo demĂĄs Dios puede parecer directamente opresivo, empujar a la paranoia. El disco 1. Outside, de 1995, estĂĄ dominado por esa sensaciĂłn de ser observado, por ejemplo en «No Control»:
Siéntate derecho en tu rincón
no le cuentes tus planes a Dios
estĂĄ desquiciado
sin control.
Sit tight in your corner
Don't tell God your plans
It's all deranged
No control.
El control, o mĂĄs bien la ausencia de Ă©ste, es un tema importante en la mĂșsica de Bowie, y puede evocar un autĂ©ntico sentimiento de amenaza. El mundo estĂĄ fuera de control y la paranoia que resulta de ello es intensa. En palabras sacadas de «Slow Burn»: «Las paredes tendrĂĄn ojos y las puertas tendrĂĄn oĂdos».
Hay un anticlericalismo persistente en Bowie, y una oposiciĂłn a cualquier forma existente de religiĂłn organizada, con una particular vehemencia reservada al cristianismo. Puede verse incluso en una de las canciones mĂĄs espantosas y mĂĄs espantosamente sobadas de Bowie, «Modern Love», donde una iglesia que aterra se interpone en la relaciĂłn entre Dios y el hombre. Pero esta relaciĂłn divino-humano es una relaciĂłn «sin confesiones» y «sin religiĂłn». Esta lĂnea de pensamiento alcanza una especie de cĂșspide iconoclasta con «Loving the Alien», de 1984, que recurre al tema de las Cruzadas para criticar la brutalidad polĂtica implĂcita en las atribuciones de fe cristiana. Sucumbir al engaño de amar al extranjero sĂłlo sirve para que la guerra, la invasiĂłn y la tortura sean mĂĄs aceptables. Uno puede matar por ese tipo de amor. Puede incluso disfrutar matando, porque es justo.
La ïŹgura del sacerdote corrupto no deja de aparecer en Bowie; el tema principal de The Next Day es el caso mĂĄs reciente. Se trata de una idea llevada hasta un exceso delicioso, manierista, en el vĂdeo de Floria Sigismondi, con Gary Oldman como sacerdote decadente, Marion Cotillard como la puta/mĂstica que recibe el estigma de Cristo y el propio Bowie como el profeta del Juicio Final que acaba por desaparecer repentinamente, suponemos que porque ha ascendido a los cielos. El sacerdote estĂĄ «agarrotado de odio exigiĂ©ndoles que comience la diversiĂłn / a sus mujeres vestidas de hombre para complacer al sacerdote». Bowie continĂșa:
Primero te dan todo lo que quieres
luego te quitan todo lo que tienes
viven de pie y mueren de rodillas
son capaces de trabajar con SatĂĄn mientras visten como santos
saben que Dios existe porque se lo dijo el Diablo
gritan mi nombre allĂ abajo en el pozo.
First they give you everything that you want
Then they take back everything that you have
They live upon their feet and they die upon their knees
They can work with Satan while they dress like the saints
They know God exists for the Devil told them so
They scream my name aloud down into the well below.
Bowie estĂĄ obsesionado con la Iglesia y el sacerdocio, creo, porque Ă©stos han absorbido, etiquetado, comercializado y moralizado la experiencia de la trascendencia. Como dirĂa la mĂstica medieval Marguerite Porete, la...