1
ÂżQuĂ© es eso de ser un âMando Intermedioâ?
El futuro de la escuela depende de sus puentes
Para algunos, la orilla es el final de un lugar. Para otros, como Andrés Neuman, la orilla es ni mås ni menos que el comienzo del puente.
Para los que la orilla es solo un lugar desde el que mirar, los puentes no son necesarios. Pero si nuestro lector pertenece a la estirpe de los que saben que una orilla es ni mĂĄs ni menos que la mitad de un lugar, lo que estarĂĄ buscando siempre es cĂłmo cruzar. Si el lector nota que todo esto le describe, probablemente lleve ya mucho tiempo de su vida dedicado a construir puentes: la historia de los que buscan cruzar y conectar.
DebiĂł ser la curiosidad lo que nos hizo, desde la Prehistoria, enlazar orillas. Al principio, tal vez extendiendo un ĂĄrbol sobre un rĂo. El caso era cĂłmo sortear las aguas, salvar el vacĂo y hacer que la tierra se continuase. Los hemos hecho de todos los tamaños: tan pequeños como el Puente de Marco que une España y Portugal con sus 3,2 metros de largo. O desbordando a la naturaleza, como el Viaducto de Millau en Francia: el puente mĂĄs alto de toda la civilizaciĂłn humana.
(Puente de Marco. Foto de Extremadura7dĂas)
(Viaducto de Millau en Francia)
Cuando un puente es vĂĄlido, pierde significado esa expresiĂłn tan española de estar en medio que tan bien refleja que anda uno estorbando o que estĂĄ fuera de sitio. Cuando un puente es vĂĄlido, estar en medio es un arte. DifĂcil, pero arte.
Por si el lector no lo ha notado, este es un libro sobre puentes. Pero, Âżno era sobre Liderazgo de Mandos Intermedios? Exactamente por eso. Un libro sobre liderazgo âhumilde y puente- quizĂĄ no podĂa ser de otra manera. En un tiempo tan complejo como este, en el que necesitamos conectar y coordinar, las responsabilidades puente pasan a ser fundamentales para dotarnos de flexibilidad y capacidad de respuesta.
Para los que estĂ©is pasando por un momento de arrebato emocional, habrĂ©is notado que el paracaĂdas no termina de abrirse. ÂżCĂłmo es posible que los Mandos Intermedios, los responsables puente, seamos fundamentales y, sin embargo, pertenezcamos a esa parte del Equipo Directivo a la que nunca presentan?
Si hubiera un Instagram de los M.I., se os identificarĂa rĂĄpido porque solĂ©is salir en segundo plano. Muchas veces, incluso, habrĂa que buscaros al fondo de la foto. Los nuevos suelen conoceros una semana despuĂ©s de la incorporaciĂłn al centro. Igual que pasa en las familias con los primos y los sobrinos. Eso no significa que no se les quiera. Pero no se tienen en mente cuando hablamos del nĂșcleo familiar. Igual pasa en los coles con el nĂșcleo directivo.
La cuestiĂłn, en lugar de llorar, estĂĄ en resolver por quĂ© los responsables de conectar orillas en un centro, los que vinculan proyectos y personas, tienen todavĂa tan poca visibilidad.
La movilizaciĂłn de cambios en la escuela nos dejĂł un superĂĄvit de orillas: mĂșltiples ĂĄmbitos que habĂa que desarrollar en una escuela con vocaciĂłn y compromiso de futuro. Y, señalizamos un montĂłn de orillas. Pero olvidamos los puentes y; sin embargo, es de su calidad de la que depende que esas orillas conecten con las personas que hacen reales las ideas.
Las responsabilidades puente a las que se dedican los M.I. en un centro son extraordinariamente delicadas. Exigen un perfil de liderazgo humilde, flexible y con competencias profesionales muy especĂficas y de enorme rigor tĂ©cnico. Los liderazgos puente solo funcionan cuando convertimos en arte el difĂcil arte de estar en medio. Por eso, una de las elecciones mĂĄs importantes que hace un Equipo Directivo o una InstituciĂłn es la de seleccionar y formar a sus M.I., porque son ellos los puentes que estructuran y articulan el liderazgo distribuido.
¿Qué os convierte en los agentes clave en el desarrollo y la transformación de la escuela? Los M.I. sois el puente por el que transitamos de la escuela que somos a la escuela que queremos ser.
Los M.I. hacéis que las cosas sucedan.
No es extraño que para muchos expertos en liderazgo, la calidad en los resultados de un proyecto depende, y mucho, de la calidad profesional y técnica de sus M.I.
Pero un puente, como decĂa CortĂĄzar, no se sostiene de un solo lado. Exige a los Equipos Directivos saber quĂ© queremos conectar. Y si nos hemos acompañado medianamente bien desde que hemos entrado en este capĂtulo, es posible que nos haya surgido ya alguna de estas cuatro preguntas:
¿Qué cosas tienen que suceder en la escuela hoy, en esta escuela p...