FilosofĂ­a para una vida peor
eBook - ePub

FilosofĂ­a para una vida peor

Breviario del pesimismo filosĂłfico del siglo XX

Oriol Quintana Rubio

Partager le livre
  1. 293 pages
  2. Spanish
  3. ePUB (adapté aux mobiles)
  4. Disponible sur iOS et Android
eBook - ePub

FilosofĂ­a para una vida peor

Breviario del pesimismo filosĂłfico del siglo XX

Oriol Quintana Rubio

DĂ©tails du livre
Aperçu du livre
Table des matiĂšres
Citations

À propos de ce livre

Es esta una obra de divulgaciĂłn de la filosofĂ­a de algunos autores del siglo XX que ofrecen una visiĂłn pesimista de la existencia humana: Cioran, Orwell, Primo Levi, Jean AmĂ©ry, Viktor Frankl, Heidegger, Sartre, Abraham Maslow, Julian Barnes y Simone Weil. Tal visiĂłn es presentada por el autor como opuesta al optimismo fĂĄcil e injustificado del gĂ©nero literario de la autoayuda: obras que, en general, "dan por sentado que estamos destinados a la felicidad". El libro ofrece, asimismo, sorprendentes y numerosas referencias a la cultura popular como refuerzo y ejemplificaciĂłn de sus argumentaciones.En su debut editorial, Oriol Quintana ofrece un curioso y a ratos fascinante ensayo de divulgaciĂłn filosĂłfica que, como todo buen libro de esta disciplina, admite diversos niveles de lectura. Por un lado, se trata de un ameno repaso a los que pueden ser considerados los filĂłsofos mĂĄs influyentes del siglo pasado; por otro, ofrece el autor una divertida refutaciĂłn de los libros de autoayuda que, con su optimismo fĂĄcil y su exagerada confianza en las posibilidades y recursos del ser humano, terminan por presentar una visiĂłn distorsionada de la existencia; visiĂłn que choca casi frontalmente con los que esos mismos autores expusieron -de ahĂ­ el tĂ­tulo FilosofĂ­a para una vida peor.Por ende, hallarĂĄ el lector en este libro justamente lo que el autor jugaba a esconder: unas orientaciones vitales verdaderamente Ăștiles, porque, tal como se dice en el primer capĂ­tulo "la filosofĂ­a bien hecha siempre es un consuelo para el alma y una ayuda para vivir", especialmente si pretende distanciarse de aquellos libros "que dan por sentado que estamos destinados a la felicidad".

Foire aux questions

Comment puis-je résilier mon abonnement ?
Il vous suffit de vous rendre dans la section compte dans paramĂštres et de cliquer sur « RĂ©silier l’abonnement ». C’est aussi simple que cela ! Une fois que vous aurez rĂ©siliĂ© votre abonnement, il restera actif pour le reste de la pĂ©riode pour laquelle vous avez payĂ©. DĂ©couvrez-en plus ici.
Puis-je / comment puis-je télécharger des livres ?
Pour le moment, tous nos livres en format ePub adaptĂ©s aux mobiles peuvent ĂȘtre tĂ©lĂ©chargĂ©s via l’application. La plupart de nos PDF sont Ă©galement disponibles en tĂ©lĂ©chargement et les autres seront tĂ©lĂ©chargeables trĂšs prochainement. DĂ©couvrez-en plus ici.
Quelle est la différence entre les formules tarifaires ?
Les deux abonnements vous donnent un accĂšs complet Ă  la bibliothĂšque et Ă  toutes les fonctionnalitĂ©s de Perlego. Les seules diffĂ©rences sont les tarifs ainsi que la pĂ©riode d’abonnement : avec l’abonnement annuel, vous Ă©conomiserez environ 30 % par rapport Ă  12 mois d’abonnement mensuel.
Qu’est-ce que Perlego ?
Nous sommes un service d’abonnement Ă  des ouvrages universitaires en ligne, oĂč vous pouvez accĂ©der Ă  toute une bibliothĂšque pour un prix infĂ©rieur Ă  celui d’un seul livre par mois. Avec plus d’un million de livres sur plus de 1 000 sujets, nous avons ce qu’il vous faut ! DĂ©couvrez-en plus ici.
Prenez-vous en charge la synthÚse vocale ?
Recherchez le symbole Écouter sur votre prochain livre pour voir si vous pouvez l’écouter. L’outil Écouter lit le texte Ă  haute voix pour vous, en surlignant le passage qui est en cours de lecture. Vous pouvez le mettre sur pause, l’accĂ©lĂ©rer ou le ralentir. DĂ©couvrez-en plus ici.
Est-ce que Filosofía para una vida peor est un PDF/ePUB en ligne ?
Oui, vous pouvez accĂ©der Ă  FilosofĂ­a para una vida peor par Oriol Quintana Rubio en format PDF et/ou ePUB ainsi qu’à d’autres livres populaires dans Crescita personale et Successo personale. Nous disposons de plus d’un million d’ouvrages Ă  dĂ©couvrir dans notre catalogue.

Informations

Éditeur
Punto de Vista
Année
2014
ISBN
9788415930273
Édition
1
1. Unos cuantos millones de cadĂĄveres
I. La literatura de autoayuda, Âżuna anomalĂ­a histĂłrica?
Todo libro de autoayuda parte siempre de una premisa bĂĄsica: uno puede mejorar. La vida, ciertamente, estĂĄ llena de obstĂĄculos, pero se puede triunfar sobre ellos. En realidad, no existen las dificultades: existen los retos. Desde el Usted puede sanar su vida hasta los esfuerzos por Un mundo sin quejas, una riada casi infinita de tĂ­tulos pretenden calmar nuestra angustia vital a base de inundar cada rincĂłn de la existencia con un recalcitrante optimismo, que dice que alguna fuerza cĂłsmica empuja las cosas hacia lo mejor, y que al individuo sufriente e inseguro le bastarĂ­a con dejarse llevar por esas fuerzas benevolentes para salir de su situaciĂłn.
Recalcitrante es el adjetivo justo: la doctrina que dice que todo estĂĄ providencialmente dispuesto para que el bien triunfe deberĂ­a haberse extinguido hacia finales del siglo XX, justo cuando los regĂ­menes dictatoriales del este de Europa comenzaron a desmoronarse de manera casi incruenta: morĂ­an de puro cansancio, porque su inercia se habĂ­a agotado. ÂżQuiĂ©n iba a tener ganas de encabezar una revoluciĂłn por un futuro mejor, cuando justamente por este eslogan y otros similares se instalĂł una opresiĂłn escandalosa y duradera? Lo cierto es que celebrĂł el fin de las dictaduras con cierto alivio pero sin mucha alharaca: si uno presta atenciĂłn al repasar los vĂ­deos de la Ă©poca, verĂĄ como los martillazos que la gente propinaba al muro de BerlĂ­n en el año 1989 se daban con cierta desgana. Faltaba la ira, la furia, la determinaciĂłn del que cree que estĂĄ salvando al mundo, del que cree que abre el camino de la libertad y deja por fin atrĂĄs el sufrimiento. Faltaba el empuje de las masas. Pero es que nadie que conociera mĂ­nimamente los hechos transcurridos entre 1914 y el mismo 1989, y no digamos los que directa o indirectamente sufrieron sus consecuencias, podrĂ­a creer que las cosas, algĂșn dĂ­a, llegarĂ­an a estar bien.
Y es que incluso una mirada superficial, estadĂ­stica, a la historia del siglo XX revela que los niveles de sufrimiento y las pĂ©rdidas de vidas humanas que se dieron a lo largo del siglo son de tal dimensiĂłn que casi constituyen un novum histĂłrico. Es evidente que es siglo XX no inventĂł la guerra ni la tortura, pero si es cierto que la cantidad supone una transformaciĂłn en la calidad, por lo menos a partir de ciertas cifras astronĂłmicas, entonces sĂ­ estamos ante lo nunca visto. ÂżCuĂĄnta gente muriĂł en la Primera Guerra Mundial? Algunas fuentes dicen que en total, se llegĂł a los diecisiete millones de personas, la mayorĂ­a de las cuales fueron soldados en el frente. En la Segunda Guerra Mundial, Alemania perdiĂł tres millones de soldados; la URSS, ocho millones. Otros ejĂ©rcitos, algo menos: Estados Unidos sĂłlo trescientos mil, Gran Bretaña, menos de medio millĂłn; Francia, doscientos mil. Y en cuanto a las vĂ­ctimas civiles, ni que decir tiene que los años de la Segunda Guerra Mundial constituyen un macabro rĂ©cord imbatible. Los nazis asesinaron alrededor de seis millones de judĂ­os, como es bien sabido: el nĂșmero de vĂ­ctimas civiles del conflicto asciende a catorce millones de personas −en sĂłlo doce años. Esos años, ademĂĄs, supusieron la resurrecciĂłn de fenĂłmenos sociales que no se veĂ­an desde la Edad Media, como los encarcelamientos sin juicio ni acusaciĂłn formal, las cazas de brujas y las torturas para extraer falsas confesiones, aunque, de nuevo, a una escala que harĂ­a parecer a los antiguos inquisidores como simples aficionados (George Orwell dixit)... Por no mencionar las deportaciones forzosas, lo que antes se llamaba el destierro, que, curiosamente, hasta entonces habĂ­a tenido una especie de aura romĂĄntica.
Algunos historiadores se han empeñado en recordar a sus lectores que los tristemente famosos métodos industriales de exterminio, que tanto han impresionado nuestras mentes, en realidad fueron menos usuales que el tradicional método de dejar morir de hambre a tus enemigos, largamente practicado en los antiguos asedios de ciudades. Entre Hitler y Stalin mataron de hambre a siete millones de personas, ya fueran civiles que no mostraron el suficiente entusiasmo en las colectivizaciones de tierras, ya fueran prisioneros de guerra, ya fueran ciudadanos sitiados en los cercos a ciudades o en los guetos. Lo que hizo resucitar el canibalismo.
Como dijo una vez un superviviente de Auschwitz, todavĂ­a no ha existido una realidad contraria y simĂ©trica al campo de concentraciĂłn como para que el mal que encerrĂł quedara compensado. No existe ninguna refutaciĂłn histĂłrica posible para Auschwitz. En realidad, no puede concebirse siquiera. Ya no queda energĂ­as para ese esfuerzo mental que es diseñar una utopĂ­a. Del Lager y de hechos concomitantes deberĂ­amos haber aprendido que las cosas no estĂĄn providencialmente dispuestas para la producciĂłn del bien, y que la Ășnica regla de oro que hay para la vida humana no es que hay que elegir entre el bien y el mal, sino Ășnicamente entre dos males posibles. No era la bĂșsqueda del bien, sino del mal menor, pues, lo que hacĂ­a chocar la cabeza del martillo contra el muro. Era el momento propicio para extender el certificado de defunciĂłn del optimismo.
Y a pesar de todo ello, a pesar de los millones de cadĂĄveres, hay una mirĂ­ada de libros que crecen sobre un humus optimista que no deberĂ­a existir. ÂżSe trata de una anomalĂ­a histĂłrica? Lo cierto es que no: hubo otras Ă©pocas en que la imposibilidad de diseñar un proyecto histĂłrico optimista era algo patente. Tras el desmembramiento del imperio de Alejandro Magno proliferaron las escuelas de filosofĂ­a que proponĂ­an una suerte de salvaciĂłn individual, de las que conocemos el estoicismo y el epicureĂ­smo. Es de estas escuelas la idea segĂșn la cual la filosofĂ­a debĂ­a dedicarse Ășnicamente a la sanaciĂłn del alma. Un antiguo fragmento atribuido a Epicuro lo afirmaba con rotundidad [EpicĂșrea, 221]:
“Vana es la palabra de aquel filĂłsofo que no remedia alguna dolencia del hombre. Pues asĂ­ como ningĂșn beneficio hay en la medicina que no expulsa las enfermedades del cuerpo, tampoco lo hay en la filosofĂ­a si no expulsa la dolencia del alma”
Salvando las insalvables distancias respecto a la autoayuda contemporĂĄnea, el estoicismo volviĂł a poner en circulaciĂłn una antigua doctrina que luego fue reciclada otra vez por el monoteĂ­smo cristiano: la idea de que un orden providencial regĂ­a el mundo, y que los males eran puestos por Dios, o el Logos, o como se le quisiera llamar, en direcciĂłn al bien. Uno no puede dejar de sorprenderse al comprobar cĂłmo, en ciertos autores estadounidenses, que son los que mĂĄs libres estĂĄn de toda sospecha de haber leĂ­do, por ejemplo, a Marco Aurelio (emperador romano seguidor del estoicismo), se pueden encontrar afirmaciones asĂ­ de providencialistas [de Louise L. Hay, Usted puede sanar su vida, 1993, CĂ­rculo de Lectores, escrito originalmente en 1984]:
“En la infinitud de la vida, donde estoy, / todo es perfecto, completo y entero. /La Divinidad siempre me guía y me protege/.../Todo está bien en mi mundo (...)”
No es nuestra intenciĂłn poner en el mismo saco la literatura de autoayuda y a esa consagradĂ­sima escuela filosĂłfica de la antigĂŒedad: sĂłlo queremos señalar cĂłmo ambas surgieron a la sombra de los desastres (los imperios, que se construyen y se destruyen siempre con sangre, son invariablemente una forma de desastre). Por lo demĂĄs hay muchas diferencias, y la mĂĄs importante es la que los separa como a dos universos lejanos: el antiguo estoicismo querĂ­a enseñar a sus seguidores a aceptar su dolor y su condiciĂłn desgraciada. Los libros de autoayuda, en mayor o menor medida, se empeñan en negar el dolor, se empeñan en ocultar la condiciĂłn desgraciada del ser humano: se empeñan en afirmar que siempre se puede mejorar. El estoicismo, invitaba a considerar, resignadamente [Marco Aurelio, Meditaciones, libro 2, 12]:
“¡Cómo en un instante desaparece todo: en el mundo, los cuerpos mismos, y en el tiempo, su memoria! ¡Cómo es todo lo sensible, y especialmente lo que nos seduce por placer o nos asusta por dolor o lo que nos hace gritar por orgullo; cómo todo es vil, despreciable, sucio, fácilmente destructible y cadáver! ¡Eso debe considerar la facultad de la inteligencia!”
Y de ello sacaba su energĂ­a para saber actuar con responsabilidad, con firmeza, con valentĂ­a. De verdades semejantes nacĂ­a la libertad interior, segĂșn estos filĂłsofos. La autoayuda parte toda ella de la idea contraria. La libertad interior surge de confiar en los propios deseos, en la habilidad y la suerte de llevarlos a cabo, pero, sobre todo, de la fe en una especie de providencia que va a velar por su cumplimiento. Veamos un ejercicio prĂĄctico sacado de esta literatura [Revista Psychologies, ediciĂłn española, nÂș 103, p. 46]:
“Christophe Labarde, coach, es un militante del “sí” como motor de nuestro proyecto de vida. Decir sĂ­ a nuestros deseos, a nuestras ambiciones, a nuestras intenciones. En dos palabras, atrevernos a escucharnos (sic). Propone en su Ășltimo libro un ejercicio muy simple del que (sic) nos inspiramos, y que puede servir para limpiar el bosque de nuestras ideas y nuestras motivaciones.
Coge una hoja y escribe en letras mayĂșsculas, arriba y en el centro: “Mis primeras voluntades”.
Escribe luego:
Palabra clave nÂș1 _________________________
Palabra clave nÂș2__________________________
Palabra clave nÂș3__________________________
Palabra clave nÂș4__________________________
Palabra clave nÂș5__________________________
Relájate y deja que tu espíritu vaya en busca de tus necesidades existenciales. Realización personal, pareja, trabajo, familia, marco de vida... No te censures, no te juzgues, deja simplemente salir a la superficie tus deseos y necesidades profundas y escribe en orden de importancia lo que te conviene.”
A continuaciĂłn, tras la elaboraciĂłn de la lista, se supone que el sujeto sabrĂĄ orientar mejor su vida, tomar las decisiones correctas cuando se sienta perdido. El mismo psicĂłlogo sugiere, como se puede ver, los ĂĄmbitos en los que se deben buscar esas voluntades vitales. El ejercicio, como decĂ­amos mĂĄs arriba, parte de la asunciĂłn implĂ­cita que alguna fuerza cĂłsmica va a ayudar a nuestros deseos para que Ă©stos se cumplan –sĂłlo asĂ­ vale la pena empezarlo siquiera.
En cuanto a quiĂ©n sea capaz de prestarse a este ejercicio, podemos estar seguros que sĂłlo una persona que no considerara “que todo es vil, despreciable, sucio y cadĂĄver” (Marco Aurelio), es decir, alguien suficientemente ingenuo para no juzgar ni juzgarse (como el ejercicio prescribe), se verĂ­a capaz de rellenar los espacios en blanco. Pongamos que pudiĂ©ramos coger una mĂĄquina del tiempo y presentarle el test a un soldado atrincherado en algĂșn campo belga durante la Primera Guerra Mundial –aterrorizado por las bombas, presa del frĂ­o y los piojos, y pidĂĄmosle que rellene la lista. PidĂĄmoselo a un interno de un gulag soviĂ©tico. A un preso en Auschwitz; a una vĂ­ctima de la hambruna. ÂżQuĂ© iba a salir en la lista de palabras clave? ÂżAlgo asĂ­ como “Palabra clave nÂș 1: no tener que ver cĂłmo a un compañero le explota la cabeza” ¿”Palabra clave nÂș2: no tener que volver a practicar el canibalismo”?¿”Palabra clave nÂș3: que no me vuelvan a obligar a colaborar en el asesinato de familias enteras”? Es evidente que cualquiera de estas personas que hiciese el test se sentirĂ­a burlada: la mera idea es una broma de mal gusto. El ejercicio no es vĂĄlido para personas sometidas a la desgracia, y sugerirlo siquiera es una especie de acto de crueldad. Pues bien: a eso nos referimos cuando decimos que la autoayuda es una anomalĂ­a histĂłrica. La autoayuda no tiene en cuenta la existencia de la desgracia. Y lo que el presente libro pretende recuperar es esta enseñanza que proviene de antiguo y que el siglo XX volviĂł a poner ante nuestros ojos: que todo es vil, despreciable, sucio, fĂĄcilmente destructible, y que sĂłlo se puede partir de la verdad de la desgracia para construir una vida libre de engaños. Muchos de nosotros hemos tenido la fortuna de escapar de ella, lo que no significa que no sea real. La densidad de la desgracia que se ha hecho presente a lo largo de todo el siglo pasado, si supiĂ©ramos no darle la espalda, acabarĂ­a toda ella con la literatura de autoayuda, que existe sĂłlo gracias a su olvido, a la inconsciencia... Si uno tiene bien presente el horror no necesita ni la tibieza, ni la superficialidad, ni el estĂșpido providencialismo de la literatura de autoayuda.
Con todo ello enunciamos la primera pretensiĂłn de este libro: poner en manos del lector un material que nos llega fresco del siglo pasado, y que, una vez comprendido mĂ­nimamente, hace innecesaria toda esta literatura. Los autores que visitaremos tenĂ­an una fuerte consciencia de la realidad de la guerra, la tortura, el hambre y el horror; la consciencia, en suma, del desamparo en el que vivimos. El hombre es un ser desamparado. El sufrimiento y la desgracia, o la posibilidad de la desgracia, son constitutivos del ser humano. No hay forma de superar estas realidades. La muerte le es esenci...

Table des matiĂšres