Investigaciones filosĂłficas
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Investigaciones filosĂłficas

Ludwig Wittgenstein, JesĂșs Padilla GĂĄlvez

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Investigaciones filosĂłficas

Ludwig Wittgenstein, JesĂșs Padilla GĂĄlvez

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"Que Wittgenstein es uno de los grandes nombres de la filosofĂ­a del siglo XX es indiscutible. En sus "Investigaciones filosĂłficas", que se edita con nueva traducciĂłn, aborda los dilemas del lenguaje, el verdadero sentido de las palabras" (Reyes Mate en ABC Cultural).Las Investigaciones filosĂłficas dan a la luz en forma de libro observaciones que conforman, en palabras de su autor, "un conjunto de bosquejos de paisajes", fruto de "recorrer en zigzag un amplio ĂĄmbito del pensamiento en todas las direcciones". Tratan del concepto de significado, de comprensiĂłn, de proposiciĂłn, reglas y gramĂĄtica, necesidad, intencionalidad, justificaciĂłn y experiencia, sobre voluntad y los estados de conciencia, entre otros asuntos.Sobre el trasfondo del Tractatus logico-philosophicus, y en contraste con Ă©l, Wittgenstein trata de dilucidar los problemas filosĂłficos generados por el uso y el abuso del lenguaje ordinario. Esta labor de desenmascaramiento recurre a un mĂ©todo de "entrelazado" o "trenzado" de los argumentos, en que "se superponen muchas fibras". El minimalismo expresivo y el estilo "aforĂ­stico" del texto son asĂ­ producto de la concisiĂłn y la intensidad del pensamiento. Este trabajo reflexivo suscita una pluralidad de lecturas, dejando al lector que siga indagando por su cuenta los problemas y aporte su soluciĂłn. Como dice Wittgenstein: "No quisiera con mi escrito ahorrarles a otros el pensar. Acaso, si fuera posible, estimular a alguien a tener pensamientos propios".La presente traducciĂłn, basada en la cuarta ediciĂłn revisada de la obra, ha tenido en cuenta los Ășltimos resultados de la investigaciĂłn sobre los manuscritos originales y las distintas versiones previas del texto publicado pĂłstumamente en 1953.

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Informations

Éditeur
Trotta
Année
2021
ISBN
9788413640488

INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS

Überhaupt hat der Fortschritt das an sich, daß er viel grĂ¶ĂŸer ausschaut, als er wirklich ist.
Generalmente, el progreso en sĂ­ se vislumbra mucho mĂĄs grandioso de lo que realmente es.
NESTROY1
1. Cf. Nestroy, 1847, acto 2, escena 10. El lema lo expresa Gottlieb Herb, el hijo de un encuadernador pobre, que se lamenta de que en la era del progreso sigan sin erradicarse la maldad y la perversidad social y material en el mundo. En la denominada SpÀtfassung (TS 227) aparece como Motto, «lema». En la versión anterior, denominada Zwischenfassung, el lema de Investigaciones filosóficas era el siguiente:
«Motto:
Sind diese schmerzenden WidersprĂŒche entfernt, so ist zwar nicht die Frage nach dem Wesen beantwortet, aber der nicht mehr gequĂ€lte Geist hört auf, die fĂŒr ihn unberechtigte Frage zu stellen» (Hertz, 1910, p. 9).
El epĂ­grafe de la versiĂłn intermedia descubre, en efecto, el propĂłsito de su investigaciĂłn:
«Lema:
Una vez eliminadas estas dolorosas contradicciones, bien es verdad que no se ha dado respuesta a la cuestión sobre la esencia, pero el espíritu no atormentado deja de plantearse la cuestión para él ilícita».

PRÓLOGO

Seguidamente publico pensamientos, el resultado de investigaciones filosĂłficas, a los que he dedicado los Ășltimos diecisĂ©is años. Conciernen a muchos asuntos: el concepto de significado, de comprensiĂłn, de proposiciĂłn, de lĂłgica, de los fundamentos de la matemĂĄtica, de los estados de conciencia y otros. He escrito esos pensamientos en pĂĄrrafos breves como observaciones. A veces en largas cadenas sobre el mismo asunto, a veces saltando de un ĂĄmbito a otro en expeditivo cambio. – Mi propĂłsito era desde el comienzo compendiar todo esto alguna vez en un libro, de cuya forma me hice diferentes representaciones en diferentes Ă©pocas. Pero me parecĂ­a esencial que en Ă©l los pensamientos debieran progresar de un asunto a otro en una secuencia natural y sin fisuras.
Tras algunos intentos desafortunados1 de ensamblar mis resultados en un conjunto similar, me di cuenta de que nunca lo conseguiría. Que lo mejor que yo podría escribir siempre conformaría meras observaciones filosóficas; que mis pensamientos al trabarlos aglutinados desfallecían tan pronto como intentaba obligarlos a proseguir, contra su inclinación natural, en una dirección. — Y esto dependía, ciertamente, de la naturaleza misma de la investigación. Ella, pues, nos obliga a recorrer en zigzag un amplio ámbito del pensamiento en todas las direcciones. — Las observaciones filosóficas de este libro son, en cierto modo, un conjunto de bosquejos de paisajes que han resultado de estos largos e intrincados viajes.
Los mismos puntos, o casi los mismos, fueron continuamente tanteados de nuevo desde diferentes direcciones y siempre se trazaron nuevas imĂĄgenes. Un sinnĂșmero de estas estaban aquejadas, o falsamente especificadas, por un registro incorrecto de todos los defectos de un torpe dibujante. Y cuando estas fueron descartadas, quedĂł un remanente2 discreto que entonces debĂ­a ser reordenado, y recortado muchas veces, para que pudiera ofrecerle al observador una imagen del paisaje. – AsĂ­ pues, este libro es en realidad un mero ĂĄlbum.
Hasta hace poco habĂ­a abandonado propiamente el proyecto de publicar mi trabajo en vida. Cierto es que aquel reaparecĂ­a de tiempo en tiempo y especialmente porque me daba cuenta de que mis resultados, que yo habĂ­a difundido en lecciones, escritos y discusiones, estaban en circulaciĂłn muchas veces malentendidos, mĂĄs o menos debilitados3 o recortados. Ello instigĂł mi vanidad y tuve dificultades para apaciguarla.
Hace cuatro años tuve ocasión de volver a leer mi primer libro (el Tractatus logico-philosophicus) y de explicar sus pensamientos4. Entonces, de repente, me pareció que debía publicar juntos aquellos viejos pensamientos y los nuevos: que estos solo podían alcanzar su correcta iluminación mediante el contraste y con el trasfondo de mi modo de pensar anterior5.
Pues, desde que hace diecisĂ©is años comencĂ© a ocuparme de nuevo de filosofĂ­a, hube de reconocer graves errores en lo que habĂ­a depositado en ese primer libro. Me ha ayudado a advertir estos errores —en un grado que apenas yo mismo puedo juzgar— la crĂ­tica que mis ideas han experimentado por Frank Ramsey6 —con quien las he discutido en innumerables conversaciones durante los dos Ășltimos años de su vida—. MĂĄs aĂșn que a esta crĂ­tica —siempre enĂ©rgica y certera— le debo la que ha practicado durante muchos años sin interrupciĂłn sobre mis pensamientos un profesor de esta Universidad, el señor P. Sraffa7. A este estĂ­mulo le debo las ideas mĂĄs prĂłsperas de este escrito.
Por mĂĄs de una razĂłn lo que publico aquĂ­ afectarĂĄ a lo que otros escriben hoy en dĂ­a. – Si mis observaciones no portan ningĂșn sello propio que las distinga como mĂ­as, consecuentemente no pretendo tampoco reclamarlas como de mi propiedad.
Las entrego al pĂșblico con sentimientos indecisos. Que este trabajo, con su carencia y en la tenebrosidad de esta Ă©poca, estĂ© destinado a arrojar luz en uno u otro cerebro no es imposible; pero, por supuesto, no es probable.
No quisiera con mi escrito ahorrarles a otros el pensar. Acaso, si fuera posible, estimular a alguien a tener pensamientos propios.
Me hubiera gustado escribir un buen libro. No ha resultado ser asĂ­; pero la edad en la que podrĂ­a haberlo mejorado ya ha pasado.
Cambridge, enero de 1945
1. AlusiĂłn a las cinco versiones que se conocen de Investigaciones filosĂłficas. El manuscrito viene precedido por una versiĂłn original (Urfassung, MS 142). Seguidamente, Wittgenstein elaborĂł una versiĂłn temprana (FrĂŒhfassung), que se corresponde con los escritos TS 225, TS 220 y TS 221. Posteriormente, reelaborĂł un nuevo escrito denominado Bearbeitete FrĂŒhfassung (TS 239). Luego, confeccionĂł la versiĂłn intermedia, para ultimar sus anotaciones en la versiĂłn tardĂ­a (SpĂ€tfassung), que aquĂ­ se publica (correspondiente a TS 227). La Segunda Parte («Teil II») recoge el MS 144.
2. Austro-båvaro: Wittgenstein usa el término vienés halbwegser como adverbio modal que expresa también atenuación.
3. El término austro-båvaro verwÀssert puede ser traducido como «debilitado» (abgeschwÀcht).
4. Cf. TS 227b: «de explicar a alguien sus pensamientos.»
5. Wittgenstein emplea el apócope austriaco de Àlteren que aquí significaría literalmente «mi modo de pensar antiguo».
6. Frank Plumpton Ramsey estaba estrechamente ligado a Wittgenstein. Sus contribuciones alcanzan al campo de las matemĂĄticas, la lĂłgica y la economĂ­a.
7. Piero Sraffa fue un economista italiano vinculado a John Maynard Keynes, que lo invitĂł a la Universidad de Cambridge, donde Sraffa impartiĂł docencia sobre economĂ­a. PerfeccionĂł la teorĂ­a clĂĄsica del valor. En Cambridge frecuentĂł a Ludwig Wittgenstein, con el que discutiĂł sobre lĂłgica, matemĂĄticas y economĂ­a. PublicĂł una ediciĂłn crĂ­tica de las obras de David Ricardo. SegĂșn Wittgenstein, la crĂ­tica de Sraffa lo forzĂł a superar sus propuestas tractarianas y a desarrollar nuevos planteamientos.

PARTE I

1. Agustín de Hipona, en las Confesiones (I, 8):1 «Cum ipsi (majores homines) appellabant rem aliquam, et cum secundum eam vocem corpus ad aliquid movebant, videbam, et tenebam hoc ab eis vocari rem illam, quod sonabant, cum eam vellent ostendere. Hoc autem eos velle ex motu corporis aperiebatur: tamquam verbis naturalibus omnium gentium, quae fiunt vultu et nutu oculorum, ceterorumque membrorum actu, et sonitu vocis indicante affectionem animi in petendis, habendis, rejiciendis, fugiendisve rebus. Ita verba in variis sententiis locis suis posita, et crebro audita, quarum rerum signa essent, paulatim colligebam, measque jam voluntates, edomito in eis signis ore, per haec enuntiabam».2
Con estas palabras alcanzamos, segĂșn mi parecer, una determinada imagen3 de la esencia del lenguaje humano4. Concretamente esta: Las palabras del lenguaje nombran objetos – las oraciones son combinaciones de esas denominaciones. — En esta imagen del lenguaje encontramos las raĂ­ces de la idea: Cada palabra tiene un significado. Este significado se asigna a la palabra. Este es el objeto al que corresponde la palabra.
Agustín de Hipona no se refiere a una divergencia de géneros de palabras. Quien así describe el aprendizaje del lenguaje piensa, así creo, primariamente en sustantivos como «mesa», «silla», «pan» y en nombres de personas, y solo en un segundo plano en los nombres de ciertas acciones y propiedades, y en los restantes géneros de palabras como algo que se irå descubriendo.
Piensa, pues, en este uso del lenguaje: Mando a alguien a comprar. Le doy una lista de la compra en la que se encuentran los signos: «cinco manzanas rojas». Lleva la lista de la compra al tendero, este abre el cajĂłn que tiene el signo «manzanas»; luego busca en una tabla la palabra «rojo» y frente a ella encuentra una muestra de color; despuĂ©s dice la serie de los nĂșmeros cardinales —asumo que la sabe de memoria— hasta la palabra «cinco» y por cada numeral toma del cajĂłn una manzana que tiene el color de la muestra. — AsĂ­, y anĂĄlogamente, se opera con las palabras. — «¿Pero, cĂłmo sabe dĂłnde y cĂłmo debe consultar la palabra ‘rojo’ y quĂ© tiene que hacer con la palabra ‘cinco’?» — Bueno, presumo que actĂșa como lo he descrito. Las explicaciones tienen un fin en algĂșn lugar. – ÂżPero cuĂĄl es el significado de la palabra «cinco»? – AquĂ­ no nos hemos referido para nada a tal asunto; solo a cĂłmo se usa la palabra «cinco».5
2. Ese concepto filosófico del significado alberga una representación primitiva del modo en que funciona el lenguaje. Pero también puede decirse que es la representación de un lenguaje mås primitivo que el nuestro.
Supongamos un lenguaje que concuerde con la descripciĂłn que hace AgustĂ­n de Hipona: El lenguaje debe servir en la comunicaciĂłn6 entre un albañil A con su aprendiz B. A construye un edificio de ladrillos. Hay cubos, columnas, losas y vigas. B tiene que pasarle los ladrillos y, por cierto, en el orden en que A los necesita. Con este fin usa un lenguaje que consta de las palabras: «cubo», «columna», «losa», «viga». A las pronuncia; – B trae la piedra que ha aprendido con la expresiĂłn y se la lleva. — Comprende este como un lenguaje primitivo completo.
3. PodrĂ­amos decir que AgustĂ­n de Hipona describe un sistema de comunicaciĂłn; solo que no todo lo que denominamos lenguaje estĂĄ en este sistema. Y esto debe decirse en muchos casos en que surge la cuestiĂłn: «¿Es Ăștil o inĂștil esta representaciĂłn7?». La respuesta es, pues: «SĂ­, Ăștil, pero solo para este ĂĄmbito estrictamente reducido, no para la totalidad de lo que pretendes representar.»
Es como si alguien declarara: «Jugar consiste en desplazar cosas sobre una superfi...

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