Dormir lo suficiente para mantenerse sano
Dormir lo suficiente es un baluarte muy seguro contra las olas de frĂo que se acercan.
La razón de esto es que el sistema inmunológico necesita descanso y recuperación para regenerarse adecuadamente. En el sueño, se forman nuevas células
(incluidas las cĂ©lulas de defensa inmunitaria), las cĂ©lulas existentes crecen mejor y se reparan las cĂ©lulas dañadas. Los radicales libres, que pueden desencadenar enfermedades, se destruyen durante el sueño, al igual que todo tipo de patĂłgenos como virus, bacterias y hongos. La memoria del sistema inmunolĂłgico tambiĂ©n se reconstruye durante la noche. No en vano la sabidurĂa popular lo llama «sueño reparador», mediante un sueño tranquilo todos los espĂritus de la vida despiertan de nuevo y todas las funciones corporales se somenten a un proceso de rejuvenecimiento . Los procesos de regeneraciĂłn tienen lugar principalmente en la primera mitad del sueño nocturno, en la llamada fase del sueño profundo, entre las 23 y las 3.
La duraciĂłn Ăłptima del sueño varĂa de persona a persona, de media una persona necesita de 7 a 8 horas de sueño.
Un sueño insuficiente debilita el sistema inmunolĂłgico, pero un sueño excesivo y una alteraciĂłn del ritmo dĂa-noche, por ejemplo, a travĂ©s del trabajo por turnos, tambiĂ©n son perjudiciales.
La calidad del sueño también tiene una importancia decisiva: su sistema inmunológico también sufre de una mala calidad de sueño en aquellas personas que tienen un sueño agitado por la noche y se despiertan por la mañana sudados y como no hubieran descansado lo suficiente.
La temperatura óptima para dormir estå entre 16 y 19 °C. Lo ideal es que el dormitorio no se caliente por la noche; si es necesario, utiliza un edredón grueso, calcetines de lana y, si es necesario, una bolsa de agua caliente.
Antes de acostarte, la ventana debe abrirse completamente durante unos minutos para asegurar que haya suficiente aire fresco y no viciado. La humedad en el dormitorio debe estar entre el 40% y el 55%.
Evitar el enfriamiento
«Cabeza frĂa, pies calientes»: este viejo dicho sigue siendo vĂĄlido y se ha descubierto el porquĂ©.
La hipotermia de nuestro cuerpo no es un prerrequisito o condiciĂłn para un resfriado, en contraste con la presencia de virus y/o bacterias, pero facilita las cosas a los patĂłgenos para atacar al cuerpo.
La razĂłn es que cuando el cuerpo se enfrĂa, su circulaciĂłn sanguĂnea se reduce drĂĄsticamente. Como resultado, se restringe el transporte de cĂ©lulas inmunitarias, es decir, de glĂłbulos blancos (leucocitos), que incluyen fagocitos y cĂ©lulas asesinas, al lugar de la infecciĂłn. De este modo, las defensas del cuerpo se paralizan y ya no pueden reaccionar lo suficiente; los virus y las bacterias pueden entrar en el cuerpo sin impedimentos.
AdemĂĄs, las membranas mucosas se secan cuando el cuerpo estĂĄ hipotĂ©rmico. Sin embargo, dado que las membranas mucosas del cuerpo son los principales puntos de entrada de patĂłgenos, los virus y las bacterias pueden ahora tomar posesiĂłn sin obstĂĄculos de las membranas mucosas secas y debilitadas. AdemĂĄs, las personas no se encuentran bien cuando tienen frĂo, lo que debilita aĂșn mĂĄs el sistema inmunolĂłgico.
En particular, el enfriamiento de los extremos externos del cuerpo, es decir, los pies, las manos, la nariz y las orejas, hace que el organismo sea susceptible a los resfriados.
Entonces, ¿qué se debe tener en cuenta para proteger el cuerpo del enfriamiento?
Evitar el enfriamiento
Las corrientes de aire juegan un papel importante, especialmente en los resfriados veraniegos. Porque cuando hace mucho calor, a menudo tratamos de protegernos del mismo abriendo puertas y ventanas, encendiendo ventiladores o sistemas de aire acondicionado.
AdemĂĄs, en la temporada cĂĄlida, muchos grandes almacenes, centros comerciales, hoteles y transporte pĂșblico utilizan aire acondicionado, lo que no es nada beneficioso para nuestros cuerpos. En general, la temperatura ambiente no debe ser inferior en mĂĄs de cinco grados a la temperatura exterior, ya que las fuertes diferencias de temperatura paralizan las defensas inmunitarias del cuerpo.
Por lo tanto, en los centros comerciales y otras habitaciones con aire acondicionado, siempre debes llevar un pañuelo o una chaqueta en verano para evitar que tu cuerpo se enfrĂe.
Lo mismo es vålido cuando conduces un coche con las ventanillas abiertas o un descapotable: hay que llevar un pañuelo u otra protección para la cabeza, el cuello y la parte superior del cuerpo.
No exagerar el baño frĂo
Darse un chapuzĂłn en el agua fresca con el calor del verano puede resultar tentador para algunas personas. Pero no permanezcas demasiado tiempo en el lago o la piscina frĂa para proteger tu cuerpo de la hipotermia.
DespuĂ©s del baño siempre debes secarte bien y preferiblemente cambiarte la ropa de baño mojada inmediatamente: esto no sĂłlo le protegerĂĄ del frĂo, sino tambiĂ©n (especialmente como mujer) de las molestas infecciones de la vejiga y de las infecciones del tracto urinario.
Evita enfriarte después de sudar
La transpiraciĂłn es saludable, pero siempre debes secar tu cuerpo y ponerte ropa fresca despuĂ©s de cualquier actividad fĂsica que te haya hecho sudar, ya sea la jardinerĂa o los deportes.
Debido a que la ropa hĂșmeda enfrĂa el cuerpo, la temperatura de la piel baja hasta 10°C. TambiĂ©n es conveniente usar ropa funcional. Esta transporta el sudor lejos de la piel, hacia el exterior de la prenda, donde el sudor puede evaporarse sin obstĂĄculos.
El algodĂłn, en cambio, almacena la humedad, por lo que la ropa de algodĂłn hĂșmeda se pega como una capa frĂa a la piel despuĂ©s de sudar: un resfriado es algo inevitable.
No hay que subestimar los cambios de temperatura en las noches de verano
Especialmente las tardes de verano, supuestamente suaves, no representan un riesgo significativo para los resfriados,
ya que incluso en los dĂas calurosos de verano a menudo refresca notablemente por la noche.
Y asĂ, en el transcurso de una larga noche de verano, las sandalias y un delgado vestido de verano se convierten a menudo en una perdiciĂłn, por lo que lo ideal es tener siempre a mano un chaleco o una chaqueta para protegerse de la frescura de la noche.
Muchas cervecerĂas o restaurantes tambiĂ©n tienen mantas de lana disponibles, debes utilizar este servicio por el bien de tu salud.
Cuidado con los sistemas de aire acondicionado
Los sistemas de aire acondicionado son una bendición para el progreso técnico, ya que proporcionan alivio para los golpes de calor: la otra cara de la moneda, sin embargo, es que pagamos por esta bendición con una mayor incidencia de resfriados.
Por un lado, nuestro sistema inmunolĂłgico no puede hacer frente al cambio brusco entre las temperaturas interiores frĂas y las exteriores calientes (la fuerte diferencia de temperatura estresa nuestro sistema inmunolĂłgico y debilita nuestras defensas). Por lo tanto, los sistemas de aire acondicionado no deben ajustarse demasiado frĂos. En general, la temperatura ambiente no debe ser inferior en mĂĄs de cinco grados a la temperatura exterior.
Otro problema con los sistemas de aire acondicionado es que a menudo hay corrientes de aire y el aire acondicionado es seco.
Los sistemas de aire acondicionado mal mantenidos, que son verdaderas catapultas de bacterias y virus, tambiĂ©n suponen un riesgo considerable para la salud. Porque los sistemas de aire acondicionado mal mantenidos son temidos caldos de cultivo para todo tipo de patĂłgenos, que tienen vida propia en filtros y tuberĂas y pueden reproducirse sin control.
AbrĂgate
ÂżQuiĂ©n de nosotros no recuerda todavĂa las palabras de su madre cuando nos advertĂa en los frĂos dĂas de invierno? AbrĂgate bien.
Lo que en aquel momento quizĂĄs nos hacĂa maldecir, deberĂamos tomĂĄrnoslo en serio como adultos.
AsĂ que siempre vĂstete de acuerdo con el clima y evi...